Neurobiología de la memoria Entrevista realizada por ELENA TRINIDAD GÓMEZ Psicólogo, músico y poeta. Francisco Vicente Conesa (1995) es parte de una generación poética sin miedo a la ruptura del lenguaje con los cánones más conservadores, alejándose de la sombra alargada de la poesía de la experiencia y revitalizando la poética española con una voz propia, vitalista, germen de lo que se está moviendo en esta nueva ola, si se permite decir. Con Neurobiología de la memoria (Dieciséis, Sevilla, 2022) teje una relación estética entre lo más analítico y literario, un encuentro brillante y bello de la mano del poeta cartagenero. Una verdadera alegría poder entrevistarlo para El coloquio de los perros. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: En tu libro citas al torrencial Pere Gimferrer. Desde mi punto de vista, el ritmo de tu poesía es frenético, constante, como se lee en ‘Modelo clásico de test’. ¿Es su “culpa”? —FRANCISCO VICENTE CONESA: Creo que no solo es culpa de Gimferrer. Muchos autores contribuyen (como en casi todos los casos). Gimferrer juega a abrumar con ese espacio en forma de trazas de semántica que deja el torrente de imágenes potentísimas que usa, normalmente, de un modo abrumador. A veces para bien, otras para no tan bien. Digo esto pensando sobre la marcha... El caso es que de una manera más ¿costumbrista? siempre me interesó mucho el ritmo discursivo que Pablo García Casado desarrolla en Las afueras. Me interesa muchísimo Blanca Varela. No sé, a veces peco de fanático, yo creo. Pero como me hace ilusión, me parece bien. —ECP: En la hibridación que contiene Neurobiología de la memoria juegas, como bien dice Pablo Velasco, con la transposición del material. ¿Cuánto hay de poético en algo como el cerebro y los estudios neurocientíficos? —FVC: Bueno, pues, en realidad, ¡muchísimo! Creo que en ciencia se valora lo elegante, y la elegancia se otorga a la experiencia estética de lo complejo representado sencillamente. Hay belleza en la elegancia. Yo convivo permanentemente con la admiración: a las personas inteligentes, a sus pensamientos, a las ideas, a las soluciones. Eso es parte de mí. Admiro esa belleza también, y creo que eso está presente en el libro. Probablemente hay dos capas de recurso en el uso del lenguaje científico en el libro: la miscelánea poético-científica en sí misma, que es lo que el lector percibe, y lo que es para mí el recurso científico utilizado basado en la admiración a su elegancia. —ECP: ¿Funciona este libro como un cerebro enorme donde crear una memoria colectiva? —FVC: Uf, ¡qué va! Qué presión. No, no. De hecho, creo que aborda lo contrario. La construcción megaultrahipersubjetiva de la memoria. Es más, solo funciona como un intento de contemplar la estética de ¡una! memoria, que, como todas las memorias, trabaja para contener una realidad deformada hacia las cosas que me interesan. Esto es parte de la existencia humana, probablemente. Y de lo que más me interesa a nivel científico, junto con el estudio de la conciencia (y probablemente muy relacionado con esto): cómo recordamos y por qué. —ECP: ¿Crees que se ve con buenos ojos esta experiencia poética renovada? —FVC: Bueno, no te sé decir, pero me encanta divagar, así que lo intentaré. La poesía tiene mucho de industria (como la música, el arte...) y como tal viene determinada por los medios de difusión, y estos a su vez condicionan la valoración de los lectores, claro. Como aquí no hay mucho dinero, esto es importante, supongo. Volviendo a los medios de difusión, en el caso de la poesía es mucho menos democrático que en el caso de la música. Dependes de publicar, y eso no es fácil. E incluso las editoriales pequeñas, que hacen un trabajo estupendo, como Dieciséis, rescatando autores que subir a la superficie de lo legible subsisten en condiciones precarias. Muchas veces la publicación depende de los premios... Y creo que, siendo un tema central y probablemente a donde va dirigida tu pregunta, pues sí. Creo que con toda seguridad es un libro poco premiable. Pero me niego a pensar que la poesía no premiable se ve con malos ojos. La ve con buenos ojos mucha gente. Pero igual esa gente no da premios. Lo cual, la verdad, es que no es necesariamente malo. Ganaríamos mucho si dejáramos de valorarlo tanto. —ECP: ¿Qué opinas sobre la joven generación poética? Parece ser que hay gente todavía reacia a buscar nuevos códigos de escritura y entendimiento.
—FVC: A ver, partiendo de la base de que no sólo me interesa la poesía joven... Probablemente es a lo que más atención presto. Pero es normal, supongo. La gente que ha vivido cosas parecidas a las mías, que habita el mundo en condiciones parecidas a las mías, que mira a las figuras de interés de un modo parecido al mío... Probablemente van a proponer cosas que me interesen. Y así es, la verdad. Me encantan varios libros publicados en los últimos tres o cuatro años por gente cercana a mi quinta. Y lo de que hay gente reacia, bueno, supongo que es difícil ceder la atención, pero como dice un colaborador: you can’t argue with nature. La realidad es la que es. Los jóvenes escriben, y muy bien, y es lo único que me interesa: ¡leerles! —ECP: Últimamente se ha cuestionado la influencia y vigencia de los premios literarios, al menos como única herramienta para tener reconocimiento. Tú eres un claro caso de que es posible llegar a lectores y muchas editoriales de poesía están fichando a escritores no premiados. —FVC: Bueno, lo he dejado caer en una pregunta antes... No estoy en contra de los premios si se sabe entender lo que realmente significan. Las mejores lecturas de los últimos años no coinciden necesariamente con el reconocimiento a través de premios. Algunas sí, algunas no. Está claro que las editoriales pequeñas sostienen la escena (no sé si este término está bien usado, la verdad), en el sentido de que, sin ellas, nos habríamos perdido muchos muy buenos poemarios que no habríamos podido alcanzar de otra manera. Hay que comprar libros de editoriales independientes en nuestras librerías de confianza. Que es un statement como muy manido, pero es que es verdad.
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Entrevista realizada por HÉCTOR TARANCÓN ROYO Coordino “Ver Sacrum: Ciclo de Poesía Joven”, producido por el Espacio Molinos del Río, dependiente de la Concejalía del Ayuntamiento de Murcia. Se busca visibilizar los proyectos literarios de las nuevas generaciones. No en vano, desde su mismo nombre, “Primavera sagrada” en latín, designa el peregrinaje iniciático de un grupo de jóvenes en pos de conectar con la naturaleza y buscar nuevas tierras en las que establecerse. De esta manera, la entrevista con cada uno de los participantes, frente al carácter efímero de los encuentros, permite profundizar en su mundo interior, en su renovada y particular visión sobre aquello que nos rodea y que, por desgracia, no somos capaces de ver. En esta ocasión hablamos con Francisco Vicente Conesa, quien además de poeta es cantante y compositor en la banda Ayoho (ganadora del certamen Vodafone Yu Music Talent 2014), y estudiante del grado en Psicología (Universidad de Murcia). Sus versos, que aparecieron en papel por primera vez en la antología Siete menos veinte (Huerga y Fierro, 2014), parten de cierta mirada nostálgica que intenta comprender el mundo que está a su alrededor, hecho que le llevó a tempranamente a publicar El mundo sin usted (Balduque, 2015), donde se produce un intento de superación del dolor mediante la belleza y el recuerdo de lo pasado, de lo que, más que probablemente, no volverá. Aparte, hablamos también de su mitomanía, sus últimas influencias o su opinión sobre el último Premio Nobel: el debate está servido. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: En 2014 fuiste incluido, junto a otros muchos autores jóvenes como Hugo Cano, Laura Doménech o Patricia Teresa López, en la antología Siete menos veinte, coordinada por la Asociación Cultural Diván y Antonio Marín Albalate. ¿Qué supuso para ti publicar por primera vez y, aún más, superar esa prueba de fuego que es exponerse por primera vez? —FRANCISCO VIECNTE CONESA: En un principio, yo le mandaba poemas a Juan de Dios García para que me aconsejara y corrigiera. Luego, Juande me invitó a participar en la antología de su mano, al igual que Laura Doménech, y la verdad es que lo tomé con ilusión. No me preocupé demasiado por la prueba de fuego que es exponerse por primera vez, como dices. Sencillamente lo disfruté. Además, fue especial en muchos sentidos. En esa presentación conocí a José Alcaraz y, fruto de las conversaciones posteriores, surgió la publicación de El mundo sin usted, que es algo que también viví con ilusión. —ECP: Lo cierto es que las antologías siempre son un asunto polémico por sus presencias y sus ausencias, pero en este caso la antología mostraba la posibilidad de una nueva generación, de una serie de poetas que comenzaban a explorar su voz propia, tuviera o no que ver con el legado poético anterior, ¿no? —FVC: Desde luego, como mínimo, mostraba que en la cantera hay potencia y ganas. Hay muchos compañeros de antología que están funcionando y rindiendo a un muy buen nivel, como Hugo Cano y Pablo Velasco Baleriola, que también han sacado a la luz sus primeras publicaciones. Dos librazos, por cierto. Eso es una gran noticia. Comentando con otros asiduos del mundillo, al menos por aquí, observamos que hay un número considerable de interesantes poetas jovencísimos de mi quinta. Quizás en una concentración más alta que la de otras generaciones inmediatamente anteriores. —ECP: Bueno, quien dice regional, dice nacional: en la entrevista que te hizo Daniel J. Rodríguez para La Galla Ciencia comentabas que las nuevas generaciones están desarraigadas y poco o nada identificadas con los caminos poéticos del pasado. ¿Dónde se encuentra, pues, la vanguardia? —FVC: No era exactamente la idea que quería expresar. Creo que buena parte de lo más interesante que se está escribiendo entre gente de mi edad rompe con la escritura de la nueva sentimentalidad de los 80 y las influencias inmediatamente anteriores, y me resultan especialmente interesantes por eso. De hecho, yo, que en mi primer libro (fruto de lecturas concretas y de una situación vital que me pedía esa forma de expresión) recurro a esa estética, intento en mis trabajos actuales romper con eso y buscar nuevas vías de comunicación. Veremos a ver. En cuanto a la idea de generación, más que de grupo poético, hablaba de conciencia del tiempo en que vivimos. —ECP: Ahí está, también, el prejuicio de que los autores jóvenes ya no escriben poesía social. —FVC: ¿Ves? Ahí no estoy de acuerdo. Creo que, aunque la reivindicación social no sea explícita, mi generación escribe poesía social implícita. Es más, creo que no tenemos más remedio que hacerlo. Montero decía que escribir poesía era un acto de rebeldía, y veo en la poesía de la gente joven un aire de reivindicación, casi activista, una lucha por acogernos a nuestra identidad intelectual y nuestro papel como participantes de este mecanismo social. Y como participantes activos. Reiteramos y reivindicamos nuestras influencias culturales, cómo este país repercute en nosotros, y dentro de este marco esquizofrénico, ponemos una propuesta seria encima de la mesa. Que la política explícita no ocupe un papel central me parece irrelevante. —ECP: Aunque no sabemos lo que nos deparará el futuro, sí que se puede decir que tu trayectoria es breve, pero intensa: Sara J. Trigueros señaló en una reseña que en tu poesía había un «ansia de influencia», algo que se corresponde con el profundo conocimiento de tus referencias literarias y la mitificación de otros poetas, como ocurre en el caso de Javier Marín Ceballos. —FVC: Es cierto que soy un mitómano. Cada vez menos, creo. Pero cuando eres joven y te apasiona la literatura es fácil convertirte en uno. Además, la poesía es un caldo de cultivo perfecto para la mitomanía, porque la mayor parte del camino y la formación se recorren en soledad. Y cada descubrimiento es un mundo, y cada nuevo poema es el mejor poema que has leído. En ese sentido, Javier Marín Ceballos fue un eslabón clave en mi formación. Cambió mi percepción de la estética y de la literatura, y esa perspectiva me ayudó, sobre todo, a dilucidar qué tipo de escritor quería ser. En ello estamos. —ECP: Sin embargo, todo ese camino lleno de obstáculos y trampas te llevó, como decías antes, a abrir la colección B49 de la editorial Balduque con El mundo sin usted. La portada, que permite el libre diseño por cada uno de sus autores, tiene en tu caso un matiz geométrico implacable. ¿Cómo surgió la idea y la colaboración con Celia Peña? —FVC: La portada es idea y obra de Celia. En el libro aparece injustamente mi nombre también, pero lo cierto es que fue todo fruto de su creatividad. Me sigue pareciendo una portada genial, partiendo de la base de que me encantó la propuesta de los 49 puntos para la colección. La colaboración fue puntual, creo que no ha diseñado otras portadas (aunque debería). —ECP: “Implacable”, en este caso, entendido como “inevitable”: los poemas parten de la reflexión pausada, de esa intensa certeza de que las cenizas del amor no hay nada más, lo que influye en esa visión distanciada, “desde fuera”, abstracta y tamizada por los sentimientos. —FVC: Estoy de acuerdo, los poemas nacieron de la meditación pausada. Eran casi una forma de entender las cosas. Ya no los conceptos abstractos, sino las condiciones estéticas de cualquier elemento, como una calle o como una plaza. Era una forma de expresar un punto de vista, un filtro cognitivo desde la aceptación y la nostalgia. —ECP: Todo parte, en esa búsqueda ávida de una esencia, del mundo interior hecho pedazos, esperando recuperarse. —FVC: Es un libro primordialmente introspectivo. Las descripciones, las alusiones al espacio, a las calles, a la ciudad de Murcia, todo está sesgado por una perspectiva de nostalgia. El mundo que se retrata en ese libro no es el mundo fenoménico, si se quiere, sino un mundo que existía de esa forma y con esos matices sólo en los ojos de quien estaba observando, sin mucha intención de mantenerse fiel a la realidad. —ECP: Y, de fondo, la nostalgia como el elemento que aglutina y condensa los diferentes momentos, algo que también es característico de poetas como Iribarren. —FVC: Creo que es el epicentro de esa mirada introspectiva. Está nombrada de manera explícita varias veces a lo largo del libro. —ECP: Cambiando de tercio, también eres el cantante y uno de los compositores de Ayoho, ganadora del Vodafone Yu Music Talent de 2014, cuyo nombre parte de uno de los versos de Ceballos. ¿Crees que tu faceta musical ha influido en el ritmo y equilibrio de tu poesía o son dos facetas que están totalmente separadas? —FVC: Son facetas que en mi vida llegaron de forma distinta, se cultivaron de forma distinta y se desarrollan en mí de manera independiente. No hay un primer motor que sea fuente de inspiración y que luego se bifurque en una u otra forma de expresión. Sé cuándo se está gestando un poema y cuándo una canción, y son procesos cualitativamente diferentes. Como tener hambre o tener sed. —ECP: Desde luego, poesía y música, a pesar de su origen conjunto en la antigüedad, no es que ahora gocen en conjunto de muy buena fama, algo que se ha evidenciado con el Premio Nobel a Bob Dylan y el aperturismo o purismo en las Letras.
—FVC: La verdad es que no sé qué decir. Creo que la poesía, la literatura en general, y la música son dos elementos que son reflejo y bagaje de una cultura, aunque una influya más que otra. En cuanto al purismo y el aperturismo, bueno, el Nobel es un premio. En todos los premios hay opiniones y fallos. Puede que otros escritores lo merecieran más, o incluso que otros músicos hayan influido más en la historia de la literatura. Se me ocurren varios nombres ligados al jazz. El resumen de todo esto es: qué más da. Mi pensamiento es claro a este respecto, en cuanto a creación, que es lo que a mí me interesa, la frescura, el aperturismo, la vanguardia y las nuevas ideas son fundamentales para apartar un poco el espíritu rancio y eucarístico que aún muchos sectores poéticos quieren conservar. Por eso, tengo mucha fe en la gente joven, sin ir más lejos en la gente joven que conozco. Muchos ya no son promesas, sino realidades tangibles. Los premios se los dejo a los jurados. —ECP: Sin embargo, tu estilo ahora es diferente al de aquel joven que se enfrentaba a la labor de darle coherencia y unidad a su primera obra: hay más intensidad, más elementos cotidianos y mayor profundidad formal derivada de autores como Rojas, Vilariño o Varela. —FVC: Desde luego, cuando escribí El mundo sin usted lo hice de forma honesta, pero fue un break en el camino. Nada de lo que hice antes o después se parece demasiado a esta faceta. Lo cual es imposible de adivinar, obviamente, porque se trata de mi primer libro. En cualquier caso, siento que están cristalizando otras vías y otras maneras de expresar. Otra identidad poética con la que me siento más cómodo. Intento ser el poeta que me gustaría ser. Y en este proceso la literatura sudamericana me ha influido mucho: Idea Vilariño, Blanca Varela, Gonzalo Rojas, Nicanor Parra, y otros españoles brillantes como Aníbal Núñez, Pere Gimferrer, Javier Marín Ceballos, Pablo García Casado, Vázquez Montalbán, en fin. Puede que siga siendo un pelín mitómano aún. —ECP: Por último, también introduces citas de Los Simpsons o Star Wars, así como rasgos propios de la psicología (“Modelo clásico de test”). ¿Qué encuentras ahora en la cultura de masas? ¿Crees que existe o debe haber cierta horizontalidad entre la alta y la baja cultura? —FVC: Rechazo la dicotomía entre la alta y la baja cultura. Yo valoro el ingenio, la inteligencia y el talento. Y, sobre todo, me parece justo y necesario que la gente que ha crecido en un marco cinematográfico, televisivo, musical, académico, histórico y cultural en general reivindique ese arraigo de influencia. Creo que la frontera entre lo bajo y lo alto genera un elitismo que consigue que muchas veces la literatura, y en concreto la poesía, huela a viejo, húmedo y cerrado. Creo que (dentro de la poesía canónica) mucha gente está proponiendo nuevos caminos y nuevas formas de entender la estética. Como he dicho, tengo mucha fe en mis pares. |
ENTREVISTAS
El Coloquio de los Perros. CABEZAS, ISMAEL
CAMARASA, RAFAEL CARBAJOSA, NATALIA CARIDE, ALBERTO CARRILLO, VIRIDIANA CÉLINE CEREZUELA, ANA CERVERA, RAFA CHEJFEC, SERGIO CHEJFEC, SERGIO [5] CHESSA, ALBERTO CHESSA, ALBERTO [Anatomía de una sombra] CHICO, ÁLEX CISNERO, ALBERTO COMAN, DAN CONTRERAS, NADIA CORTINA, ÁLVARO CRUZ, GINÉS DELGADO, DESIRÉE DÍAZ, ANA CLAUDIA DÍEZ, JOSÉ MANUEL DOMINIQUE A ELENA PARDO, CRISTINA ELKOURI, RIMA ESPEJO, JOSÉ DANIEL ESPEJO, JOSÉ DANIEL [Perro fantasma] FONT, VIOLETA GALÁN, JULIO CÉSAR GALÁN MOREU, SALVADOR GALÁN MOREU, SALVADOR [No fall] GALINDO, BRUNO GALLARDO, JOSÉ MANUEL GALLUD, EVA GALVÁN, ANI GAMBOA, JEYMER GARCÍA, CONCHA GARCÍA, DIEGO L. GARCÍA JIMÉNEZ, SALVADOR GARCÍA LÓPEZ, ERNESTO GARCÍA MELLADO, ISABEL GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARRIDO PANIAGUA, RODRIGO GASS, CARLOS GINÉS, ANTONIO LUIS GINÉS, ANTONIO LUIS [Antonov] GÓMEZ, MACARENA GÓMEZ BLESA, MERCEDES GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO [QUIROMANTE] GONZÁLEZ LAGO, DAVID GRACIA, ÁNGEL GROZO, DANIEL GUERRA NARANJO, ALBERTO HENDERSON, DAIANA HERNÁNDEZ, GALA HERNÁNDEZ, JULIO HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [EL DOLOR DE LOS DEMÁS] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [ANOXIA] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [TIEMPO POR VENIR] HERNÁNDEZ BUSTO, ERNESTO IRIBARREN, KARMELO C. JORGE PADRÓN, JUSTO KASZTELAN, NURIT LADDAGA, REINALDO LAYNA RANZ, FRANCISCO LEZCANO, YULEISY CRUZ LINAZASORO, KARLOS LLOR, DOMINGO LOBATO, FLORA LÓPEZ, PABLO LÓPEZ AGÜERA, FULGENCIO ANTONIO LÓPEZ KOSAK, ANDREA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA [Qué mundo tan maravilloso] LÓPEZ POMARES, ALEJANDRO LÓPEZ SANDOVAL, DAVID LÓPEZ SORIA, MARISA LOUZAO, ALICIA MACHUCA, LUIS MAESTRO, JESÚS G. MALAVER, ARY MANUELA, ADRIANA MARGARIT, LUCAS MARÍN, MARÍA MARÍN, MARIO MARÍN ALBALATE, ANTONIO MARQUARDT, ANJA MART, BLANCA MARTÍ VALLEJO, MAITE MARTÍN, RUBÉN MARTÍN GIJÓN, SUSANA MARTÍN IGLESIAS, VÍCTOR MARTÍNEZ CASTILLO, ANA MENDOZA, NURIA MESA, SARA MICÓ, JOSÉ MARÍA MIGUEL, LUNA MIRALLES, INMA MOGA, EDUARDO MOLINO, SERGIO (DEL) MONTEVERDE, JULIO MONTEVERDE SÁNCHEZ, CONCEPCIÓN MOR, DOLAN MORALES, JAVIER MORANO, CRISTINA MORENO, ANTONIO MORENO, ELOY MORENO, JAVIER MORENO, SEBASTIÁN MORENTE, ESTRELLA MOYA, MANUEL MUÑOZ, MIGUEL ÁNGEL NAVARRO, ÓSCAR NETO DOS SANTOS, MANUEL NIETO, LOLA NORDBRANDT, HENRIK NUÑO, SIHARA OLMOS, ALBERTO OREJUDO, ANTONIO ORTIZ, DEMIAN ORTIZ ALBERO, MIGUEL ÁNGEL PALOMEQUE, AZAHARA PAPELES DEL NÁUFRAGO [Antonio Lafarque y Aníbal García] PARDO VIDAL, JUAN PARRA SANZ, ANTONIO PEÑA DACOSTA, VÍCTOR PEÑALVER, PATRICIO PEÑAS, ESTHER PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Querida hija imperfecta] PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Las sumas y los restos] PÉREZ LEAL, AGUSTÍN PÉREZ MONTALBÁN, ISABEL PERONA, JESÚS PICÓN, EMILIO PRADA, JUAN MANUEL DE PRUDENCIO, JESÚS PUJANTE, BASILIO PUJANTE, MANUEL QUIJANO SÁNCHEZ, EDUARDO RÍOS, BRENDA RIVAS GONZÁLEZ, MANUEL ROBLES, SALVA RODRÍGUEZ, ALFREDO RODRÍGUEZ, ALFREDO [Urre Aroa] RODRÍGUEZ, ALFREDO [Días del indomable] RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, ANTONIO RODRÍGUEZ PAPPE, SOLANGE ROMERO MORA, J.D. ROMERO MORA, J.D. [En el desvarío] ROSADO, JUAN JOSÉ ROSSELL, MARINA RUDEL, JAUFRÉ RUIZ GUERRERO, Mª CARMEN SALSE BATÁN, ALEJANDRO SÁNCHEZ, GINÉS SÁNCHEZ, GINÉS [2096] SÁNCHEZ, GINÉS [MUJERES EN LA OSCURIDAD] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [El nudo] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [FACTBOOK] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LA CADENA DEL FRÍO] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LOS QUE ESCUCHAN] SÁNCHEZ GÓMEZ, MARISOL SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS [Pastillas debajo de la lengua] SÁNCHEZ MENÉNDEZ, JAVIER SÁNCHEZ ROBLES, MIGUEL SÁNCHIZ, ANTONI SANTOS, ABEL SCHWEBLIN, SUSANA SEÑOR, RUBÉN SERRANO, PABLO SORIANO, ADA SUANE, SAÚL TRIGUEROS, SARA J. ÚBEDA, ANABEL URÍA, JUAN MANUEL VAL, FERNANDO DEL VALDÉS, ANDREA VALERO, MANUEL VALLÈS, TINA VARAS, VALENTINA VEGA, MIGUEL VERA FIGUEROA, ALBA VICENTE, TERESA VICENTE CONESA, FRANCISCO VILA-MATAS, ENRIQUE Hemeroteca
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