Entrevista realizada por MANUEL ACOSTA Entre amigos El pasado febrero se publicó Entre amigos, la sexta entrega de los casos protagonizados por la detective Sonia Ruiz. En esta ocasión ha sido el escritor Antonio Parra Sanz el encargado de dar continuidad al personaje que crearon Lorenzo Silva y Noemí Trujillo y a los que en posteriores entregas siguieron Andreu Martín, Claudio Cerdán, Esteban Navarro y Jazz Bocanegra. Antonio Parra recoge el testigo marcado por la impronta que cada autor imprime en la protagonista y la lleva al que será, por el momento, su caso más personal sin dejar de lado la acción y el misterio en una trama ágil y rápida en la que no hay lugar para el aburrimiento. Entrevistamos al escritor para que nos desvele algunas de las claves para meternos de lleno en Entre amigos. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: La primera pregunta es obvia y necesaria. ¿Cómo llega Antonio Parra Sanz hasta la detective Sonia Ruíz? ¿Conocía al personaje? ¿Le seguía la pista de cerca? —ANTONIO PARRA SANZ: La verdad es que tuve la fortuna de encontrarme con ella ya en la primera entrega de la serie Seis Doble, cuando Lorenzo Silva y Noemí Trujillo la crearon, y he de confesar que al conocer el proyecto sentí una envidia enorme, y unas ganas brutales de poder participar de alguna manera en el mismo, quizá porque tanto la historia como la propia Sonia eran tremendamente atractivas. Luego leí las siguientes entregas, y cuando José Ángel Zapatero me llamó fue como si hubiera salido el genio de la lámpara dispuesto a que se cumpliera mi deseo. Bueno, en este caso un par de genios, porque sé que el bueno de Paco Marín algo había ido enredando por ahí. —ECP: Entre amigos sigue en la línea marcada por los anteriores casos, pero hay en esta historia un fondo más personal con respecto a la protagonista. ¿Cree que era el momento de darle a Sonia un caso que no fuera ajeno a ella y la tocara desde dentro? —APS: Al leer la última entrega, la quinta de la serie, me quedé con un sabor un poco agridulce al pensar en Sonia, porque lo ocurrido en ella la dejó un tanto descolocada (animo desde aquí al lector curioso a acercarse a Bala perdida de Jazz Bocanegra, y de paso a todos los títulos de la serie), y como de los momentos de extravío a veces surgen las decisiones más drásticas, o los volantazos más violentos, me dije que igual era un buen momento para sacudir un poco su universo, como usted dice, desde dentro, desde uno de sus rincones más personales, y ver hasta dónde sería capaz de llegar, cuánto le durarían las fuerzas. —ECP: Usted acostumbra a situar la acción de sus novelas en el Sureste, aunque alguna ya había desarrollado en Madrid, su ciudad natal. ¿Cómo ha sido volver a patear las calles de Madrid? —APS: Pues parecerá algo tópico, pero he agradecido también la posibilidad que Sonia me brindaba. Tras mi primera novela, que transcurría allí, no había terminado de volver narrativamente. Llevo muchos años fuera de Madrid y eso supone desconocer nuevos rincones o zonas que ya no son las mismas que uno conocía, pero por fortuna el barrio en el que suele moverse Sonia sí lo conozco, era el mío, así que no lo dudé a la hora de situar la acción. Lo demás ya fue fácil, no había más que seguir sus pasos y dejarse llevar un poco por la memoria y la inercia. —ECP: Su anterior novela, de la que se halla aún en plena promoción, es una historia que atípicamente ha unido a dos detectives de ficción, el suyo, Sergio Gomes y el de Alfonso Gutiérrez, Samuel Alonso. Con Entre amigos da continuidad a un personaje al que en cada entrega ha dado vida un escritor diferente. ¿Le gustan estos retos tan alejados de la novela convencional? ¿Cree que los lectores demandan cada vez más estos cambios en las normas tradicionales de la narrativa? —APS: A mí sí me gustan estas sinergias literarias, creo que cualquier autor se enriquece si trabaja en contacto con otro, y por consiguiente el producto final también ha de mejorar. Es cierto que tienen sus riesgos, como lo de escribir a cuatro manos, pero si no nos atrevemos a romper algunas tradiciones literarias de vez en cuando, ¿qué vamos a aportar? Creo que no se puede estar toda la vida transitando el mismo camino cuando hay tantos senderos bifurcándose alrededor. Dos mentes, o tres o cuatro, trabajando juntas, pueden ser más productivas, y brindar más puntos originales para el lector, logrando así atraerle con nuevas propuestas. Aunque, eso sí, hay que tener mucho ojo con la compañía de viaje que uno elija. —ECP: Volviendo a Sonia Ruiz, ¿cuál cree que es su mayor aportación a un personaje que ha ido creciendo a través de los ojos de seis escritores? —APS: Esta pregunta es difícil, pero que muy difícil. Podría salir por la tangente sugiriéndole que se la haga a la propia Sonia, pero seré considerado. No creo que yo haya aportado mucho a un personaje que nació ya fuerte, decidida, inteligente, atractiva, dura... Y podríamos seguir, porque así la hemos ido viendo los lectores a medida que llegaban sus historias. El carácter de esta detective se ha forjado gracias a cada narrador que ha caminado junto a ella, en mi caso, quizá he tenido la suerte de toparme con una mujer que ha tenido que mirar en su interior, camino ya de los cuarenta, y que no acaba de estar satisfecha con lo que ha visto, intuye que algo no encaja, no termina de saber bien qué es, pero sí tiene claro que ha de seguir luchando hasta averiguarlo, y a ello se pondrá, cuando logre finiquitar el caso que le ha saltado a la cara. —ECP: ¿En algún momento ha sentido la tentación de cambiar algo de manera radical y que trastocara todo el camino recorrido o se ha sentido cómodo en el camino abierto anteriormente? —APS: No he tenido en ningún momento la necesidad de dar un cambio brutal e irreparable a la vida de Sonia, creo que cada una de las entregas anteriores ya le ha ido dejando alguna muesca que otra. Por otro lado, ¿ha visto usted los nombres de quienes me han precedido?, ¿cómo no iba a sentirme cómodo con un camino abierto por Lorenzo y Noemí, por Andreu Martín, Esteban Navarro, Claudio Cerdán o Jazz Bocanegra? He procurado en todo momento ser muy respetuoso con el trabajo hecho anteriormente, y sobre todo tratar de acompañar a Sonia en lo que demandase, estar de su lado, que era lo más importante. —ECP: En esta entrega de Sonia Ruiz vuelve a haber una gran carga sexual que, además, sirve como catalizadora de las emociones a las que se ve sometida la protagonista. ¿Podría entenderse la historia y sobre todo el personaje sin ese aspecto tan marcadamente sexual? —APS: Fíjese que es algo que destaca mucha gente, la alta sexualidad de Sonia, y yo no creo que eso sea tan notorio. Me explico, es una mujer con un atractivo elevado, y con unas pulsiones sexuales que, si bien son intensas, tampoco creo que se salgan de lo normal. Quiero decir que en ningún momento vi a Sonia como una animal exclusivamente sexual, sino como una mujer decidida y valiente en todas sus acciones, con una personalidad muy marcada, y eso incumbe también a su percepción del sexo. Sí es cierto que ha tenido un pasado, sentimental y sexual, que no podemos ignorar, y que cada autor ha tratado de manejar a su manera, con mejor o peor suerte para Sonia. Ahora le devuelvo yo una pregunta: si hablásemos de un personaje masculino en una novela negra, ¿haríamos tanto hincapié en su sexualidad?, ¿le daríamos tanta importancia a los polvos que echara o dejara de echar? —ECP: Como en toda novela negra o policíaca también aquí hay un foco puesto en algunos temas de actualidad, en su caso las nuevas drogas de diseño y las mafias que las distribuyen o las nuevas redes sociales para adultos. ¿Por qué eligió estos temas? —APS: No fue algo premeditado, al hilo de la trama en la que quería enredar tanto a Sonia como a Pau, fueron surgiendo posibilidades, y como bien dice, la actualidad está ahí, a veces como fuente de información, y otras como recordatorio de cosas que no acaban de funcionar demasiado bien en nuestra sociedad, como las mafias y la trata de personas, tan difícil de perseguir y desmantelar, o esas nuevas drogas con las que parece que alguien quiera buscarle las vueltas a los más jóvenes, al igual que esas redes sociales que son casi siempre pornografía encubierta. Era una manera de centrar un conflicto con una serie de condicionantes que, por desgracia, son rematadamente reales, y le remito a un caso que se vio no hace mucho, de una sobredosis de esta droga, que llevó a un joven a arrancarse la piel del brazo a mordiscos, algo mucho más salvaje que lo que yo haya podido contar en la novela. Volvemos a ver algo ya muy habitual: el hecho de que la realidad siempre nos va a superar. —ECP: ¿Esta historia nace para esta novela o ya tenía una trama en la que colocar, en este caso, a la detective Sonia Ruiz? —APS: Pues si le soy sincero, lo único que andaba flotando por mi mente, o por la cazuela donde los escritores vamos guardando las ideas, como dice Antonio Orejudo, era el asunto de la droga, la pirovalerona, porque andaba buscando una trama en la que estuviera presente. Pero nada más. Cuando José Ángel Zapatero me propuso escribir la sexta trama de Sonia, todo encajó, fue surgiendo la historia y de manera facilísima en ella entró la droga, pero todo lo demás se creó exclusivamente para el universo ya conocido de estos personajes, aunque, eso sí, con el propósito de volverlo todo un poco del revés. —ECP: Junto a Sonia Ruiz aparecen unos personajes femeninos de marcado carácter que crean situaciones tensas pero que aguantan el pulso de la protagonista. ¿Le gusta crear personajes que se vienen arriba en situaciones límite? —APS: Es que pienso que la mejor forma de que un personaje dé su verdadera medida es colocarlo en una situación límite, así que en ese sentido decidí que no habría concesiones para Sonia, si acaso pequeños respiros, pero tenía que llevarla hasta un extremo en el que, o no hubiera estado nunca, o hiciera mucho tiempo que no había transitado. En cuanto a las otras mujeres, sí fueron buscadas, quería una especie de némesis de Sonia y por otro lado alguien del gremio policial, y la verdad es que, aunque suene inmodesto, estoy muy orgulloso de ambas, creo que tanto Alba Mendoza como la subinspectora Lidia Goya me han dado justo lo que esperaba de ellas. Ah, y no me olvido de Esther, la fidelísima amiga de Sonia, que también tiene su papel en esta trama. —ECP: Desde el principio de la novela está presente el tema de la amistad, no en vano todo gira entre Sonia y Pau, y a pesar de un distanciamiento anterior, eso no hará que Sonia dude de que su sitio está en volcarse con su compañero y amigo. Incluso el título, aunque con otra connotación, habla de ello. ¿Cree que la amistad es uno de los valores que más se deforman según la manera en que lo gestionamos? —APS: La amistad es una de las cosas más hermosas del mundo. Junto al amor, es lo que nos hace vivir, pero al mismo tiempo es una amiga caprichosa, que a veces se deja tambalear por un viento ingrato y nos da una bofetada de amargura. No sé si se puede deformar según la gestionemos, pero sí sé que cuando hay que empezar a “gestionar” una amistad es que está dejando de ser real. A un amigo no se le gestiona, ni se le discute nada, se le dicen verdades, aunque duelan, y se le ofrece lo que necesite, obviamente a veces hay decepciones, pero si la amistad es verdadera, no se duda. Como no duda Sonia a la hora de hacer lo que tiene que hacer, porque así lo siente, porque Pau es Pau y porque no hay otro camino. —ECP: Algunos personajes de los que transitan en Entre amigos son ya conocidos de los lectores. Otros, sin embargo, son de nueva factura. ¿Cree que alguno de ellos tendrá continuidad en próximas entregas? ¿Le gustaría que su sucesor mantuviera alguno de ellos? —APS: He procurado dar cabida a algunos que los fieles lectores de la serie reconocerán, tales como Esther, Arcadio Palacín, o el mismo Méndez, que aparece en el recuerdo, y por supuesto, Pau, creo que un personaje imprescindible para esta serie. Todos ellos forman parte del universo de Sonia y debían aparecer. En cuanto a los nuevos, ya no dependerá de mí sino del siguiente autor, pero los he creado con el cariño suficiente como para que puedan perdurar, y espero que lo consigan. La subinspectora Goya, por ejemplo, creo que puede tener mucho recorrido, y quién sabe, igual cierto inspector de la UDYCO, un tal Acosta, pueda hacer de nuevo alguna aparición. Es otra de las virtudes de esta serie, el respeto con el que los autores vamos acogiendo a los personajes que otros han introducido antes en el mundo de Sonia Ruiz.
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Entrevista realizada por ANTONIO PARRA SANZ Con motivo de la aparición de Progenie (Alfaguara, 2020), la nueva novela de Susana Martín Gijón, hemos charlado con su autora, sumida en pleno proceso de promoción, acerca de los entresijos de esta magnífica novela y de su manera de concebir la literatura. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: Ya eres toda una especialista a la hora de escribir novela negra. ¿Cómo urdes las tramas?, ¿hay algún sistema o “fórmula mágica” para crear una buena historia criminal? —SUSANA MARTÍN GIJÓN: No creo en las fórmulas mágicas, pero sí en el trabajo y la constancia. Llevo diez años escribiendo novelas del género y creo que aprendo cada día. Hay que ser perfeccionista, escuchar las críticas, revisar los textos una y otra vez... Y sobre todo, leer mucho, que es una satisfacción y también una forma de crecer. [...] Creo que la labor de los escritores no se valora lo suficiente, parece que nos sacamos las historias de la chistera, pero no, hay meses, incluso años de trabajo detrás de cada trama. —ECP: Anika Kaunda y ahora Camino Vargas, dos mujeres policías al frente de tus novelas, ¿tienen algo en común entre ellas, tienen mucho de Susana Martín Gijón, nacieron antes o después de las historias que protagonizan? —SMG: No tienen muchas cosas en común. Annika es una mujer más joven, idealista, y está comenzando su carrera. En Más que cuerpos se enfrenta por primera vez a un caso de asesinato. Sin embargo, Camino ya lleva chupadas muchas autopsias de este tipo en su carrera. Annika es de origen namibio y tuvo que huir de su país durante la guerra de independencia de Sudáfrica con siete años. Construyó su vida en Extremadura, y acabó entrando como policía nacional en la comisaría de Mérida, pero tiene un pasado traumático que la ha definido tal y como ahora es. Camino es una mujer de cuarenta y cuatro años con las cosas muy claras en la vida, espontánea, divertida, con poco tacto a veces, y con unas mascotas de lo más peculiares. —ECP: Hay quienes crucifican a los policías protagonistas de una novela negra, bien porque no tengan vida personal, bien porque ésta sea desoladora y amenace con devorar al personaje. ¿Cómo te afecta eso a la hora de crear a tus protagonistas? —SMG: La profesión en la que se basan es muy absorbente y requiere de mucha implicación. A veces se exagera en los personajes, pero hay un fondo de verdad en ello. En el caso de Camino, es exigente con ella y con su equipo, pero también sabe desconectar e irse a pegar unos buenos bailes. —ECP: Además de Camino Vargas, hay una serie de personajes en esta novela que ayudan a que su universo llegue mejor al lector. ¿Has querido construir una familia policial? —SMG: Algo así. Nos adentramos en la vida y forma de ser y pensar de todos los miembros del Grupo de Homicidios. Conocemos a Teresa, la superabuela a punto de jubilarse que está más pendiente de sus nietos que de los casos; Fito, el subinspector guaperas que no se entiende con Camino; Lupe, siempre tratando de demostrar su valía; y por supuesto, Pascual, con su divorcio, su hija, su dieta y su gato. Cada uno aporta un ingrediente fundamental a la historia. —ECP: Enlazando con lo anterior, hay referencias y flecos del pasado de algunos de esos personajes. ¿Estamos ante una serie de novelas? —SMG: Sí, me gustaría poner en algún otro buen aprieto a Camino y al resto del equipo. —ECP: ¿Qué tal el salto de Extremadura a Sevilla, y por qué la capital andaluza? —SMG: Conozco la ciudad (nací allí y pasé los veranos de mi infancia) y me parece un escenario fantástico para este género de novela, con todas sus caras, tanto las turísticas como las más invisibles. —ECP: Las víctimas son mujeres embarazadas. ¿No te dio miedo tocar un tema que puede ser tan sensible para el lector? —SMG: Un poco. Sabía que me adentraba en un terreno delicado, pero confié en hacerlo con la destreza suficiente para no herir sensibilidades y sí mostrar en cambio lo que quería. Me interesaba el tema y aposté por él. —ECP: ¿Qué ha supuesto para Susana Martín Gijón saltar a una editorial de primera línea como Alfaguara? —SMG: Mucho. Para empezar, la posibilidad de que mis novelas estén en los escaparates de las librerías en toda España. Tengo muchísimo que agradecerles. —ECP: Con todo el tiempo que llevas escribiendo novelas negras, ¿te atreves a valorar cómo está el género en España y la razón de tanto éxito editorial? —SMG: El género goza de muy buena salud. Se me escapan las claves del éxito editorial, pero como lectora puedo decir que es una narrativa amena, adictiva en muchos casos, y que permite mostrar la realidad social hasta puntos que a veces ni el periodismo se puede permitir. —ECP: ¿Sacamos pecho entonces frente a otras oleadas extranjeras o aún nos faltan más méritos para que se reconozca fuera al noir español? —SMG: Aquí se hace muy buena novela negra, no creo que tenga nada que envidiarle a la nórdica o la norteamericana, por hablar de las más prestigiadas. —ECP: Hay una pregunta que deseo fervientemente dejar de hacer, pero nunca sé si ha llegado el momento. ¿Por fin la mujer está ya considerada en igualdad de condiciones con respecto al hombre en el género negro? —SMG: No lo creo, pero sí veo que estamos avanzando. Antes, en la mayoría de festivales del género la foto era casi unánimemente masculina, y lo mismo pasaba con las novelas reseñadas en periódicos, los premios, etc. Ahora se nos da más visibilidad. —ECP: ¿Qué les pides a los lectores de novela negra? —SMG: Que entren en el juego y lo disfruten. —ECP: ¿Qué fuentes literarias son las que más tienes presentes a la hora de escribir? —SMG: Ninguna de forma consciente. Tengo mis favoritos en el género, por supuesto, pero no trato de ser como ellos. —ECP: Recientemente has sido la presidenta del jurado de un importante premio literario. ¿Qué tal la experiencia?
—SMG: Muy buena. Es un premio famoso por su transparencia, y he tenido la oportunidad de confirmarlo. Además, tuve la suerte de compartir jurado con personas que se tomaron muy en serio su responsabilidad y con un gran criterio. —ECP: ¿Realmente estamos tan cerca de la manipulación genética como parece traslucirse en tu novela? —SMG: Solo hay que ver lo que ha hecho el científico chino He Jiankui para darse cuenta de hasta qué punto tenemos ya encima ese debate y que toca legislarlo y reflexionar sobre sus límites. —ECP: ¿Por qué elegiste una estructura con capítulos tan breves? Es algo que me ha llamado mucho la atención. —SMG: Me lo pedía el cuerpo. Salían así, pero después me di cuenta de que, además, la historia ganaba en agilidad. —ECP: Imagino que ahora estás en plena fiebre de presentaciones, giras y demás actos promocionales. ¿Qué te llega por parte de los lectores o críticos sobre Progenie? —SMG: La mayoría es gente comentando cómo le ha enganchado la novela, lo adictiva que es, y que quiere seguir conociendo a Camino. Es muy gratificante. Por supuesto, también hay a quien no le gusta, sobre todo porque lanzo una mirada del mundo que no todos tienen por qué compartir. —ECP: Hay quien dice que tras publicar una magnífica novela, y Progenie lo es, con una gran editorial, llega el vértigo de cara a la siguiente. ¿Has notado algo? —SMG: Tengo vértigo desde que firmé con Alfaguara. Ahora en serio, estoy trabajando en la siguiente, y creo que esa sensación al enviarla para que otros la valoren, nunca desaparece. —ECP: ¿Qué planes tenemos en mente? —SMG: De momento, ver cómo evoluciona Progenie y seguir con la promoción. Paralelamente, echar a andar esa próxima novela. —ECP: Ejerce ahora de publicista. ¿Qué les decimos a los lectores para que se acerquen a Progenie? —SMG: Que si les apetece una novela del género que se sale de los cánones, le den una oportunidad. Hay un trasfondo social de plena actualidad pero que no se había abordado a través de una ficción criminal, hay personajes entrañables, hay humor, y hay, cómo no, crímenes. Muchos crímenes. Entrevista realizada por SUSANA MONTOYA DEL ÁLAMO CUENTOS SUSPENSIVOS Cuentos suspensivos, el último libro de Antonio Parra Sanz, es una selección de cuentos, relatos breves e incluso microrrelatos que tiene como denominador común a unos personajes que no se resignan fácilmente, que no se dejan vencer por la adversidad y se enfrentan a su destino llegando incluso a salir airosos de tamaña empresa. El destino de este puñado de luchadores y de algún que otro perdedor no va a ser fácil, pero todos intentarán dar lo mejor de sí mismos para poder seguir con sus vidas lo más dignamente posible. Dignidad es precisamente lo que caracteriza a casi todos los personajes de estos cuentos, es algo que les rezuma por los poros. Y por este motivo es muy fácil encariñarse con Arturo, el boxeador en horas bajas de ‘El sueño de Tántalo’; con Antonio Yanto, el castellano que recibe un pazo en herencia en ‘La tormenta’; con Cortés, el sicario encargado de matar al Chancho; o incluso con Pilar, la mujer del alcalde corrupto de ‘Ite missa est’. Pero dejemos que sea el propio Antonio el que nos explique qué es exactamente Cuentos suspensivos. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: ¿Qué es este libro, Antonio? —ANTONIO PARRA SANZ: Cuentos suspensivos es una colección de historias que, andando el tiempo, han podido reunirse en este volumen. Algunos de ellos ya habían aparecido anteriormente en volúmenes colectivos, o en formatos diferentes y minoritarios, y la editorial La Fea Burguesía me ha dado la oportunidad de agruparlos en este libro para que vean la luz de forma conjunta. Además, hay también un puñado de microrrelatos, que es un género nuevo para mí. —ECP: Como ya hemos dicho, el libro consta de cuentos, relatos breves y microrrelatos, pero con anterioridad ya habías publicado varios libros de novela negra. ¿Qué género prefieres? —APS: Son diferentes. Esto es como preguntar si a uno le gusta más un amanecer o una puesta de sol, son cosas distintas, y cada una de ellas aportará algo especial. Como soy narrador, me gustan todos los formatos en los que se cuente una historia. Es evidente que tienen métodos particulares de creación y de trabajo, pero ambos proporcionan siempre la satisfacción de narrar, que para mí es lo más importante. —ECP: El nombre de Cartagena no se menciona específicamente, pero cualquier cartagenero puede reconocer las localizaciones en las que nos colocas a los personajes. ¿Qué te inspira tu ciudad de adopción para retratarla explícita o implícitamente y hacerla escenario de buena parte de tu obra? —APS: El hecho de ser la ciudad que mejor conozco actualmente, además de la que me acogió hace ya un cuarto de siglo. Aquí está mi mujer, aquí está mi trabajo, aquí nació mi hijo, aquí disfruto de la amistad de un buen número de personas, y por supuesto, aquí está el mar. Creo que un escritor, si escribe sobre un paisaje que conoce y ve a diario, tiene mucho ganado a la hora de conseguir una ambientación creíble, y además me gusta mi ciudad. Ya sé que Madrid es mi origen, y siempre lo será, y aunque de vez en cuando vuelvo a situar allí alguna de mis historias, vivo de su recuerdo, porque el Madrid de ahora no es el que yo recuerdo, ahora lo conozco menos, y conozco más Cartagena, como es lógico. —ECP: ¿Crees que Cartagena tiene suficiente personalidad como para poder convertirse en un personaje más en tus relatos? —APS: Por supuesto que sí. Entre la ciudad que encontré al llegar aquí y la que es ahora hay una gran diferencia, ha crecido en todos los sentidos, tanto arquitectónica como urbanística y turísticamente. Creo que hoy es una ciudad mucho más acogedora de lo que era entonces. En aquel momento la que era acogedora era su gente, pero a la ciudad le faltaba un punto de hospitalidad que ahora ha conseguido con creces. Y como la ciudad ha crecido, sus posibilidades como escenario también lo han hecho. —ECP: Tus relatos no son nunca lo que parecen y creo que el ejemplo más claro es el de ‘Inevitables golosas’. Uno empieza a leerlo creyendo que va a ser un homenaje a Machado y resulta ser una historia de lo más kafkiana. ¿Tienes alguna fobia a las moscas y has querido resarcirte con este cuento? —APS: Absolutamente. No soy una persona de muchos odios, pero cuando tengo uno, lo tengo con toda su intensidad, y las moscas me parecen seres aborrecibles, porque hay que ser muy aborrecible para perpetuarse y criar en el interior de un cadáver. La idea al escribir este relato era sacarme de encima ese odio, pero lo más curioso es que, conforme lo iba escribiendo, veía que eso no iba a ser posible, así que me limité a reflejar una historia en la que cupiera toda la repulsión que esos animales me producen. —ECP: Otra característica de casi todos tus cuentos es la ironía, y creo que donde mejor se refleja es en los microrrelatos. La realidad de esta España de charanga y pandereta en la que vivimos supera a la ficción con creces. ¿Te inspiraste en los sucesos diarios para estos microrrelatos? —APS: En alguna ocasión, en los casos en los que hay una crítica social hacia el egoísmo, o en la crítica hacia los malos tratos. Pero no ha sido esa realidad diaria el motor de los microrrelatos. Creo que han nacido porque me apetecía jugar, jugar escribiendo y jugar con el lector, por eso hay tanta variedad, hay homenajes literarios, textos negros, infantiles, distópicos… Es que es un género que permite muchísima variedad a poco que uno decida abrir un poco la mente y dar rienda suelta a la imaginación, pero siempre contando con la cooperación del lector, algo sin lo que el microrrelato no existiría. —ECP: Sabemos que eres un gran cinéfilo. En el relato de ‘La tormenta’, y sobre todo con el personaje de Xerimo, yo no podía evitar pensar en el pocero de El bosque animado, e incluso Antonio El Castellano acaba pareciéndose al alma en pena que interpretaba Miguel Rellán. ¿Tienes en cuenta la Galicia de José Luis Cuerda? —APS: Me inspiré más en la Galicia de Cela y de Álvaro Cunqueiro, en la magia de sus historias, pero sobre todo en la naturalidad con la que eran transmitidas. Siempre se ha hablado mucho del realismo mágico sudamericano, la exuberancia del Caribe, García Márquez y compañía, y parece que nos hemos olvidado de un territorio español en el que hay más realismo mágico que en el resto del mundo, como es Galicia. Yo recomendaría a los lectores que se interesen por esa realidad paralela de la que puede hablarles cualquier gallego, porque aquella tierra está llena de tradiciones, costumbres y leyendas que son un filón para cualquier escritor. —ECP: El destino, tal y como lo entendían los griegos, esa fuerza superior a los hombres, incluso a los dioses y contra la que no se puede luchar, está muy presente en estos relatos. Sin embargo, tus personajes no se resignan fácilmente y se enfrentan a éste con mucha entereza. Por ejemplo, la asesina a sueldo de ‘La esquela’. Una vez más pienso en cine y veo a la Kathleen Turner de El honor de los Prizzi, o ¿soy yo que he visto muchas películas? —APS: Te refieres a Lali Boamorte. La verdad es que más que la Turner, debe su existencia a Mia, el personaje que Uma Thurman interpretaba en Pulp fiction, al menos en lo que a su físico se refiere, la personalidad ya es otra historia, empezando por su nombre, que me pareció más que acertado tratándose de una asesina a sueldo. Ha sido un personaje de factura agradable porque, además, me ha enseñado muy pronto sus posibilidades, que son muchas, lo que me ha llevado a recuperarla en la novela en la que estoy trabajando ahora mismo. En cuanto al destino, no se le puede vencer, en todo caso convencer para que nos dé una tregua. Ninguno de mis personajes es capaz de vencerlo, aunque tampoco me importa mucho si lo consiguen o no, lo que me parece atractivo es el proceso en el que luchan contra él, porque eso es lo que los mantiene vivos. —ECP: Aunque sin duda el personaje que no puede hacer nada, a pesar de intentarlo todo, para vencer a su nefasto destino es Abilio Mosquera, el protagonista de las ‘Inevitables golosas’. —APS: Sí, yo creo que es el ejemplo palpable de lo que antes comentaba. Él podrá luchar y luchar, intentarlo todo, pero está condenado a la derrota. ¿Entonces por qué convertirle en protagonista de un relato? Precisamente porque nunca se rinde, y de esa tenacidad sale su fuerza como personaje, aunque uno sepa desde el principio que será vencido, él lo sigue intentando porque no le queda otro remedio. Dar un paso atrás supone encontrarse con un callejón sin salida que además le mataría como personaje. —ECP: ¿Por qué has tratado tan mal a este pobre personaje? ¿Te inspiraste en alguien en concreto? —APS: No creo que le haya tratado mal, al contrario, con todo lo que le ocurre lo que demuestra es que está dotado de una fuerza y una determinación extraordinarias, al menos eso es lo que yo creo. No todos seríamos capaces de hacer lo que él hace, y sin rendirse nunca. No está inspirado en nadie en concreto. Quería una persona en apariencia del montón para exaltar precisamente lo que es capaz de hacer, pero es un hombre sencillo, definido como un ferretero borgiano, pero no por sus inquietudes filosóficas, sino porque tiene una biblioteca junto a la ferretería en la que se gana la vida. Con eso está dicho todo. —ECP: Hay algunos personajes que aparecen en más de un relato, por ejemplo, Arturo el boxeador o doña Aurori, la madame de ‘El sueño de Tántalo’, que aparecían también en La mano de Midas. —APS: Hay personajes que de pronto parece que toman vida propia, que van creciendo y pidiendo más protagonismo, de ahí que no haya más remedio que darles cabida en otras tramas, en otras obras, porque en su primera aparición se nos han quedado cosas de ellos en el tintero. Además, el hecho de que reclamen más presencia responde también a la intención del autor de crear una especie de universo con voces que poco a poco vayan resultándole conocidas al lector. A mí me gusta rebuscar de vez en cuando en esa lista de criaturas y comprobar que puedo volver a contar con ellos una vez más, me resulta muy reconfortante porque entonces pienso que los he creado con tintes de realidad suficientes como para permitirles seguir viviendo. —ECP: ¿Te gusta ir desarrollándolos poco a poco? ¿Vamos a volver a encontrarnos con algunos de ellos en próximos relatos? —APS: Es que si vuelven a aparecer van aumentando su desarrollo como seres literarios, y eso no es nada despreciable. Forman parte de una galería de creaciones a la que uno puede ir volviendo de vez en cuando, así que sí aparecerán en próximas tramas, ya sean de relatos o de novela, como de hecho está ocurriendo ahora mismo con algunos de ellos. Eso sí, también se da el caso contrario, algún personaje que otro que ha aparecido varias veces, como un arquetipo o un símbolo, y que de repente un día debe morir en otra trama, porque ya ha agotado su recorrido. Si lo miras bien, es un poco una alegoría de la vida y del camino que recorremos en ella, hay personas que nos acompañan y reaparecen, formando parte de nuestro particular universo, y otras que desaparecen sin más. —ECP: El mito de Tántalo y la imposibilidad de satisfacer las tentaciones ¿es lo que mueve a los personajes de ‘El sueño de Tántalo’? —APS: Por supuesto. Al menos al protagonista, Arturo Barrios. Pero más que una tentación, lo que él quiere satisfacer es un deseo, algo que tiene al alcance de su mano todos los días y de lo que sin embargo no puede disfrutar. Y de la búsqueda de esa satisfacción nace el motor que le impulsa a retomar su antigua existencia, a hacer algo que llevaba muchos años sin hacer y que en el fondo le va a devolver las ganas de vivir. Otra cosa es lo que ocurra al final, pero como ya hemos dicho antes, lo importante no son los resultados, sino el camino que se recorre en su búsqueda. —ECP: ¿Por qué colocas La Bámbola, el prostíbulo de ese relato, al lado del tanatorio? —APS: Ah, eso fue una cuestión muy práctica, a la hora de situar la trama de ‘El sueño de Tántalo’ necesitaba un prostíbulo, y se me ocurrió que ningún sitio mejor que tras el tanatorio más conocido de Cartagena, porque cuando alguien se desvía con su coche bajo el puente de la autovía, todo el mundo piensa que va al tanatorio, y si en lugar de quedarse allí avanza un kilómetro más, en cambio, va a recalar en un lugar prohibido, pero libre de las miradas curiosas. Ahora que lo pienso, podría ponerme profundo y decir que era un mensaje simbólico, y que mis intenciones eran situar en el mismo plano a Eros y Tánatos, pero mentiría. Ya digo que fue por una cuestión puramente práctica. Lo del simbolismo será cosa del subconsciente. —ECP: ¿Cómo surgió el relato de la misa, ‘Ite missa est’? —APS: Recibí el encargo de escribir un relato para un volumen colectivo, y tenía que versar sobre la corrupción. Ha sido la única vez que he escrito un cuento por encargo, y la verdad es que la obligatoriedad llega a limitar un poco la creación. Pero la génesis fue bastante curiosa. Yo no soy una persona muy creyente, más bien soy muy dudoso, pero a veces asisto a alguna celebración eclesiástica familiar, y en una de ellas, en una misa, fue cuando se me ocurrió el relato, incluso tomé alguna nota durante la celebración. De esa forma curiosa fue como nació la idea de escuchar los testimonios de cuatro personas acerca de la crisis, un cura, una mujer desahuciada, un político corrupto y un agente judicial, y que el lector conociera sus pensamientos en una circunstancia tan concreta. —ECP: ¿Por qué ese título?
—APS: Soy muy reacio a usar el título de un relato para denominar al libro entero, aunque alguna vez ha ocurrido. Esta vez no quise que fuera así y decidí hacerle un guiño doble al lector. Como ya he dicho, a veces es bueno jugar con la literatura, y eso he pretendido con este volumen, incluso en el título. Por un lado, jugar con la palabra suspense, porque no son relatos de género negro, y por otro hacerlo con la expresión “puntos suspensivos”, porque este volumen parece inaugurar una especie de pausa en mi vertiente de escritor de cuentos, a la par que quizá cierra también una etapa en mi relación con el género. —ECP: En tu opinión, ¿cuáles son las claves para escribir el cuento perfecto? —APS: Uf, no creo ser el más indicado para dar una respuesta, cuando ha habido grandes maestros en el género que han dado pautas de altísima calidad. De hecho, me remitiría a algunos de ellos, como por ejemplo Julio Cortázar, que fue quien me hizo amar los relatos y rebuscar en mi interior a la hora de crearlos. Probablemente no exista el cuento perfecto, eso dependerá de la percepción de cada lector y sus preferencias, pero vuelvo a Cortázar y suscribo algunas de sus instrucciones, como el hecho de contar con un arranque potente que agarre al lector por el pescuezo y que lo suelte únicamente cuando le hayamos regalado también una sorpresa final. Además, creo que otro valor al alza del buen cuento debe consistir en apresar un fragmento de la realidad y darle varias vueltas de tuerca. Pero como ya sabemos, no hay fórmulas mágicas. —ECP: Una inevitable pregunta. ¿Para cuándo una nueva entrega de las aventuras y desventuras de Sergio Gomes? —APS: Gomes y yo nos hemos hecho ya inseparables, pero nos respetamos mucho, y nos concedemos pausas que a veces duran incluso más de lo necesario. Ahora andamos en tramas diferentes, yo trato de terminar una novela satírica sobre el mundo de cierto tipo de periodismo y él en cambio está documentando el que será nuestro próximo caso, que transcurrirá en las calles de Cartagena y que, por lo que me ha contado, no dejará indiferente a nadie. El cuándo aún es un misterio, pero confío en que dentro de unos meses podamos ya ponernos a trabajar en serio. |
ENTREVISTAS
El Coloquio de los Perros. CABEZAS, ISMAEL
CAMARASA, RAFAEL CARBAJOSA, NATALIA CARIDE, ALBERTO CARRILLO, VIRIDIANA CÉLINE CEREZUELA, ANA CERVERA, RAFA CHEJFEC, SERGIO CHEJFEC, SERGIO [5] CHESSA, ALBERTO CHESSA, ALBERTO [Anatomía de una sombra] CHICO, ÁLEX CISNERO, ALBERTO COMAN, DAN CONTRERAS, NADIA CORTINA, ÁLVARO CRUZ, GINÉS DELGADO, DESIRÉE DÍAZ, ANA CLAUDIA DÍEZ, JOSÉ MANUEL DOMINIQUE A ELENA PARDO, CRISTINA ELKOURI, RIMA ESPEJO, JOSÉ DANIEL ESPEJO, JOSÉ DANIEL [Perro fantasma] FONT, VIOLETA GALÁN, JULIO CÉSAR GALÁN MOREU, SALVADOR GALÁN MOREU, SALVADOR [No fall] GALINDO, BRUNO GALLARDO, JOSÉ MANUEL GALLUD, EVA GALVÁN, ANI GAMBOA, JEYMER GARCÍA, CONCHA GARCÍA, DIEGO L. GARCÍA JIMÉNEZ, SALVADOR GARCÍA LÓPEZ, ERNESTO GARCÍA MELLADO, ISABEL GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARRIDO PANIAGUA, RODRIGO GASS, CARLOS GINÉS, ANTONIO LUIS GINÉS, ANTONIO LUIS [Antonov] GÓMEZ, MACARENA GÓMEZ BLESA, MERCEDES GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO [QUIROMANTE] GONZÁLEZ LAGO, DAVID GRACIA, ÁNGEL GROZO, DANIEL GUERRA NARANJO, ALBERTO HENDERSON, DAIANA HERNÁNDEZ, GALA HERNÁNDEZ, JULIO HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [EL DOLOR DE LOS DEMÁS] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [ANOXIA] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [TIEMPO POR VENIR] HERNÁNDEZ BUSTO, ERNESTO IRIBARREN, KARMELO C. JORGE PADRÓN, JUSTO KASZTELAN, NURIT LADDAGA, REINALDO LAYNA RANZ, FRANCISCO LEZCANO, YULEISY CRUZ LINAZASORO, KARLOS LLOR, DOMINGO LOBATO, FLORA LÓPEZ, PABLO LÓPEZ AGÜERA, FULGENCIO ANTONIO LÓPEZ KOSAK, ANDREA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA [Qué mundo tan maravilloso] LÓPEZ POMARES, ALEJANDRO LÓPEZ SANDOVAL, DAVID LÓPEZ SORIA, MARISA LOUZAO, ALICIA MACHUCA, LUIS MAESTRO, JESÚS G. MALAVER, ARY MANUELA, ADRIANA MARGARIT, LUCAS MARÍN, MARÍA MARÍN, MARIO MARÍN ALBALATE, ANTONIO MARQUARDT, ANJA MART, BLANCA MARTÍ VALLEJO, MAITE MARTÍN, RUBÉN MARTÍN GIJÓN, SUSANA MARTÍN IGLESIAS, VÍCTOR MARTÍNEZ CASTILLO, ANA MENDOZA, NURIA MESA, SARA MICÓ, JOSÉ MARÍA MIGUEL, LUNA MIRALLES, INMA MOGA, EDUARDO MOLINO, SERGIO (DEL) MONTEVERDE, JULIO MONTEVERDE SÁNCHEZ, CONCEPCIÓN MOR, DOLAN MORALES, JAVIER MORANO, CRISTINA MORENO, ANTONIO MORENO, ELOY MORENO, JAVIER MORENO, SEBASTIÁN MORENTE, ESTRELLA MOYA, MANUEL MUÑOZ, MIGUEL ÁNGEL NAVARRO, ÓSCAR NETO DOS SANTOS, MANUEL NIETO, LOLA NORDBRANDT, HENRIK NUÑO, SIHARA OLMOS, ALBERTO OREJUDO, ANTONIO ORTIZ, DEMIAN ORTIZ ALBERO, MIGUEL ÁNGEL PALOMEQUE, AZAHARA PAPELES DEL NÁUFRAGO [Antonio Lafarque y Aníbal García] PARDO VIDAL, JUAN PARRA SANZ, ANTONIO PEÑA DACOSTA, VÍCTOR PEÑALVER, PATRICIO PEÑAS, ESTHER PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Querida hija imperfecta] PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Las sumas y los restos] PÉREZ LEAL, AGUSTÍN PÉREZ MONTALBÁN, ISABEL PERONA, JESÚS PICÓN, EMILIO PRADA, JUAN MANUEL DE PRUDENCIO, JESÚS PUJANTE, BASILIO PUJANTE, MANUEL QUIJANO SÁNCHEZ, EDUARDO RÍOS, BRENDA RIVAS GONZÁLEZ, MANUEL ROBLES, SALVA RODRÍGUEZ, ALFREDO RODRÍGUEZ, ALFREDO [Urre Aroa] RODRÍGUEZ, ALFREDO [Días del indomable] RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, ANTONIO RODRÍGUEZ PAPPE, SOLANGE ROMERO MORA, J.D. ROMERO MORA, J.D. [En el desvarío] ROSADO, JUAN JOSÉ ROSSELL, MARINA RUDEL, JAUFRÉ RUIZ GUERRERO, Mª CARMEN SALSE BATÁN, ALEJANDRO SÁNCHEZ, GINÉS SÁNCHEZ, GINÉS [2096] SÁNCHEZ, GINÉS [MUJERES EN LA OSCURIDAD] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [El nudo] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [FACTBOOK] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LA CADENA DEL FRÍO] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LOS QUE ESCUCHAN] SÁNCHEZ GÓMEZ, MARISOL SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS [Pastillas debajo de la lengua] SÁNCHEZ MENÉNDEZ, JAVIER SÁNCHEZ ROBLES, MIGUEL SÁNCHIZ, ANTONI SANTOS, ABEL SCHWEBLIN, SUSANA SEÑOR, RUBÉN SERRANO, PABLO SORIANO, ADA SUANE, SAÚL TRIGUEROS, SARA J. ÚBEDA, ANABEL URÍA, JUAN MANUEL VAL, FERNANDO DEL VALDÉS, ANDREA VALERO, MANUEL VALLÈS, TINA VARAS, VALENTINA VEGA, MIGUEL VERA FIGUEROA, ALBA VICENTE, TERESA VICENTE CONESA, FRANCISCO VILA-MATAS, ENRIQUE Hemeroteca
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