Entrevistado por El Coloquio de los Perros «El poema siempre está en construcción» Luego de un libro publicado en España en 2020 por la editorial Liliputienses, (Fotografías), y dos en los Estados Unidos por la editorial Casa Vacía, el poemario Siluetas hablando porque sí (2022) y el ensayo El lento hacer (2023), ambos por Casa Vacía, el escritor argentino Diego L. García (Buenos Aires, 1983) ha sacado otra obra determinante en su trayectoria: se trata de Unos días afuera, una antología que recorre todo su trabajo poético. La misma ha sido editada por Pixel en Argentina, a fines de 2023. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: Gracias, Diego, por esta conversación. ¿De qué se trata tu nueva publicación Unos días afuera? —DIEGO L. GARCÍA: Gracias a ustedes, es un placer. Unos días afuera es un libro importante para mí, ya que recoge textos desde 2013 a 2023, haciendo de alguna manera un libro nuevo a partir de esa reelaboración que permiten las antologías. Realmente fue una gran noticia que la editorial me propusiera este libro y su composición también ha sido gratificante, pues me permitió volver sobre textos escritos hace bastante tiempo, los primeros se remontan a 2002, aunque aparecieran más tarde en libro. Poder corregir, o mejor dicho reescribir algunos versos y a su vez construir una nueva propuesta desde ese ensamble me ha gustado mucho. El poema siempre está en construcción, siempre puede volver a su estado textual desde donde ensayar otras alternativas. Así que, a su manera, este es un libro nuevo desde lo orgánico. Contiene un remix cronológico, en gran parte los últimos dos poemarios, con el agregado de una serie que estaba inédita hasta ahora. Y en cuanto a su edición, la verdad que Pixel ha hecho un trabajo de lujo, es un objeto muy bello, uno siempre desea que su escritura sea así cuidada. Estoy agradecido por ello. —ECP: ¿Podremos tenerla aquí en España? —DLG: Por el momento se está distribuyendo sólo en Argentina. En España pueden conseguir (Fotografías), en una edición muy linda que hizo Liliputienses, y los dos editados por Casa Vacía a través de las tiendas virtuales. —ECP: A propósito, publicaste un libro de ensayos. Cuéntanos un poco sobre él.
—DLG: Sí, se titula El lento hacer. Ensayos sobre imagen y escritura, y lo editó Casa Vacía el año pasado en los Estados Unidos, pero puede conseguirse en otros países. Es un libro que me costó muchos años terminar, sobre todo encontrar el tono adecuado para salir de la formalidad académica, pero también del molde de la reseña que por entonces escribía muchas en distintas revistas. Mi intención en este caso era poder dar con otro tono, tal vez algo más poético o, podría decir, más abierto. Son ensayos muy breves que abordan siempre una imagen, ya sea una fotografía, un film o una imagen literaria. Me interesaba explorar aquello que no está en el primer plano, en la obviedad, que a veces con lo visual es difícil de captar. Vivimos en un tiempo de imágenes simplistas, de un erotismo básico, de mensajes chatos y directos. Y como contracara, me interesó adentrarme en los espacios periféricos de cada obra que iba tomando, impulsarme en ellas para pensar algo más. Algo fuera de cuadro. Así también salir antes de que las cosas se pongan demasiado explicativas. Me gusta el ensayo que no termina de resolver el asunto, sino que invita al lector a continuarlo. —ECP: Desde ese aspecto, ¿qué relación estableces entre el ensayo y la poesía? —DLG: Creo que ese es el punto de fuga de los géneros que elijo a la hora de escribir. Entiendo al poema como un territorio donde se puede pensar en proceso, en tiempo real, donde a la vez que el mundo es convocado, también lo es la puesta en cuestión de sus mecanismos. No me interesa el poema cerrado, que apela a un remate, que organiza información de manera lineal. Ahí es donde lo ensayístico como campo de pruebas abre espacio a una escritura que desborda de la idea tradicional del “poema”. Aparece el desecho, la interferencia, el maldecir, la rudeza, en medio de un tapiz que va desenvolviéndose sin saber del todo hacia qué destino. Y en el ensayo en prosa, es el ritmo, la construcción lingüística, la ambigüedad, lo que irrumpe en el esquema narrativo para dar otros colores al pensamiento. Considero que atenerse a los preceptos clásicos de un género es limitar la potencialidad de la experiencia. Esa experiencia de dos caras, escritura y lectura. —ECP: Volviendo a Unos días afuera, ¿dónde se produce esa fuga de la que hablas? —DLG: La cuestión de la imagen posiblemente sea una de mis obsesiones, así que desde las referencias al cine, sobre todo el noir norteamericano, a fotografías, a escenas callejeras, la trama poética se recorta en algo a medias entre lo espontáneo y lo técnico. Quiero decir, trabajo con texturas reconocibles a veces y otras que ya no guardan referencias claras, puesto que ha quedado el vacío de una sintaxis rota o una superposición como esas pegatinas callejeras en las que se intuye un fondo anterior. Desde esos procedimientos que parecen bastante plásticos, el poema se corre de la necesidad de un pacto inteligente en el sentido capitalista. Suele considerarse al lector como alguien que debe resolver el asunto, que debe sentirse recompensado con un entendimiento mediano, una lucidez aplaudida para que lo empuje a seguir comprando ese bien cultural tal como lo haría con un electrodoméstico. Ahí es donde mi poesía no pacta, sino que sale del carril o intenta hacerlo (no sé si siempre lo logro). Entendido así, el poema puede liberarnos de lo pensable de la época, del aturdimiento de la razón económica, del exitismo idiota del que no está exenta la literatura cuando quiere vender verdades. Unos días afuera es eso, unos días afuera de esa lógica para mirar las cosas de otra manera.
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Entrevista realizada por ALBERTO CISNERO La trama del desborde Acerca de Siluetas hablando porque sí En Siluetas hablando porque sí (Casa Vacía, 2022) de Diego L. García el lector y la figura del autor dialogan confusamente («sujetos diversos que entran y salen / con historias terribles / aterradoramente felices / que ya no existen en otra parte»); se pretende reestablecer la distancia mediante acotaciones que supondrían un punto preciso de distancia, pero el efecto concreto de esas intervenciones sobre los textos, su prueba material, logra también la sensación de que ambos estuviesen hablando por última vez, repitiendo confusamente las mismas palabras, que podrían ser las siguientes: no te puedo ayudar, muchacho, vos querés la destrucción. Hay demasiadas letras mayúsculas escritas en cada recodo de la ciudad («hay espacio en la muerte / para que todos digan lo suyo»), demasiados libros geniales escritos por autores geniales todo el tiempo (acaso porque no puedan escribir otros libros), y el acertado carácter minimal y neutro de la lengua que elige el poeta supone una forma de estar atento a cada palabra, para que se parezcan más a un sueño (o una pesadilla), adonde quiera que sean dirigidas (ya fuese tras las ortodoxia de la lengua castellana, en los doblajes del cine, de los mercaderes, banqueros o representantes del pueblo); elige y ocupa una lengua, una dirección en sí misma («ni la belleza ni el poema / necesitan que las cosas se completen»). —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: ¿Cómo fue el proceso de producción de este libro? ¿Cómo fue su escritura? ¿Cómo se da, en tu caso, el proceso de la escritura? ¿Cómo trabajás? ¿Hacés planes, esquemas, apuntes? ¿Tratás de escribir de manera regular? —DIEGO L. GARCÍA: Siluetas hablando porque sí es un libro de una sola serie que, como en mis últimos trabajos, expresa un proceso ensayístico. Con esto quiero decir que parte de un concepto y lo explora de manera no lineal, sin un camino prefigurado, más bien llevándolo a sus tensiones. En este caso fue el cine noir y la poética que emana de sus procedimientos, con el agregado de lecturas que se cruzaban en ese momento como algunas novelas de Philip Roth y Richard Yates. Hubo un proceso de desarme de los materiales, de anotaciones y de cruces con otras artes como es el caso de la música ambiental. De todo eso después fue quedando un recorrido y la escritura que se vuelve un poco la trama, por fuera de un control absoluto, que une esos recortes. Escribo de manera regular cuando estoy con un proyecto en marcha, cuando ya aparece una serie que conecta un impulso con otro. Cuando eso ocurre, escribo diariamente hasta que el material pide avanzar a las fases de corrección. —ECP: Esa trama del desborde que al expresarla la significa ya se preanunciaba en tu anterior libro, Las calles nevadas: ¿Qué buscaste poner en riesgo en ambos libros? —DLG: Ambos libros tienen muchos puntos en común. De alguna manera cuando el campo de pruebas de Las calles nevadas se agota, empieza el recorrido de Siluetas. La atmósfera de un occidente perdido en ruinas y en las ruinas de su lenguaje buscaba un punto de tensión extremo en Las calles nevadas, mientras que Siluetas, de un modo más amable, menos combativo, arriesga a trabajar con y desde la propia trama de la decadencia. Los sujetos quedan expuestos sin espacio para crítica. Y entonces los riesgos son los propios de aquello que se sale del marco totalitario, de aquello que se asume como desplazamiento. La continuidad de un libro a otro se da en la necesidad de problematizar el detalle de ciertas construcciones de pensamiento, y por lo tanto de la lengua, que nos definen y nos conducen, aunque nos guste más creer que tenemos el control. Si nos salimos un poco, nos damos cuenta de que muchas veces no somos más que malos actores repitiendo diálogos tontos, temerosos de perder un encanto que no existe. —ECP: ¿Qué tipo de poesía influyó o resultó decisiva en tu producción? ¿Con qué autores te parece que entra en diálogo tu propuesta? —DLG: Creo que toda lectura va sumando a las influencias, no solo las de poesía y no solo las que nos gustan. Por suerte he aprendido a leer más allá del gusto, a encontrar cosas interesantes en diversas propuestas de escritura y valorarlas. Hay autores que te hacen sentir que te gustaría haber sido vos quien escribiera eso, como una forma de deslumbramiento. De estos puedo nombrarte en nuestra lengua a Daniel Freidemberg, a Mario Arteca, a Maurizio Medo, a Anahí Mallol, a Tamara Kamenszain. Seguramente haya otros más, pero esos van al estante de los fundamentales. —ECP: ¿Qué cualidades que apreciás en un poeta tratás de cultivar?
—DLG: Tomando de la pregunta lo que corresponde a la obra, te diría que siempre aprecio el riesgo. Cuando abro un libro de poesía quiero encontrarme con el riesgo desde la primera página, con algo que parezca no cerrar del todo, con algo que me obligue a volver a leer. —ECP: ¿En qué cosas creías cuando empezaste a escribir poesía? ¿En qué seguís creyendo? —DLG: Interesante para pensarlo. Creía en la producción independiente, en la circulación de mano en mano, underground diría si trajera ese concepto desde la música. He tratado de que esa desprolijidad necesaria se mantuviera. Aunque no fuera en las ediciones, porque tuve la suerte de editar con sellos que producen objetos muy bellos, que el texto conservara algo de aquel espíritu. —ECP: T. S. Eliot dice en alguna parte que ningún poeta honesto puede sentirse verdaderamente seguro de lo que ha escrito. ¿Estás de acuerdo con esta aseveración? —DLG: Totalmente. No me gusta escribir para encontrar seguridad, no apelo a producir una obra de exhibición que gane aplausos. Una obra segura de sí misma sería aquella que pacta con el lenguaje de moda, con lo que el mercado hace entrar fácilmente en el consumo. La inseguridad, así entiendo la idea de Eliot, tiene que ver con esa parte de la escritura que excede al dominio del autor y que posiblemente sea lo esencial. —ECP: ¿De qué es capaz la poesía? —DLG: De existir sin tener que dar explicaciones. Y eso no es poco. |
ENTREVISTAS
El Coloquio de los Perros. CABEZAS, ISMAEL
CAMARASA, RAFAEL CANO, LEONARDO CARBAJOSA, NATALIA CARBAJOSA, NATALIA [traducir... poesía] CARIDE, ALBERTO CARRILLO, MARÍA ENCARNACIÓN CARRILLO, VIRIDIANA CASTRO, JUANA CÉLINE CEREZUELA, ANA CERVERA, RAFA CHEJFEC, SERGIO CHEJFEC, SERGIO [5] CHESSA, ALBERTO CHESSA, ALBERTO [Anatomía de una sombra] CHICO, ÁLEX CISNERO, ALBERTO COMAN, DAN CONTRERAS, NADIA CORTINA, ÁLVARO CRUZ, GINÉS DELGADO, DESIRÉE DÍAZ, ANA CLAUDIA DÍEZ, JOSÉ MANUEL DOMINIQUE A ELENA PARDO, CRISTINA ELKOURI, RIMA ESPEJO, JOSÉ DANIEL ESPEJO, JOSÉ DANIEL [Perro fantasma] FONT, VIOLETA GALÁN, JULIO CÉSAR GALÁN MOREU, SALVADOR GALÁN MOREU, SALVADOR [No fall] GALINDO, BRUNO GALLARDO, JOSÉ MANUEL GALLUD, EVA GALVÁN, ANI GAMBOA, JEYMER GARCÍA, CONCHA GARCÍA, DIEGO L. GARCÍA JIMÉNEZ, SALVADOR GARCÍA LÓPEZ, ERNESTO GARCÍA MELLADO, ISABEL GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARRIDO PANIAGUA, RODRIGO GASS, CARLOS GERANIOS, ANA GINÉS, ANTONIO LUIS GINÉS, ANTONIO LUIS [Antonov] GÓMEZ, MACARENA GÓMEZ BLESA, MERCEDES GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO [QUIROMANTE] GONZÁLEZ LAGO, DAVID GRACIA, ÁNGEL GROZO, DANIEL GUERRA NARANJO, ALBERTO HENDERSON, DAIANA HERNÁNDEZ, GALA HERNÁNDEZ, JULIO HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [EL DOLOR DE LOS DEMÁS] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [ANOXIA] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [TIEMPO POR VENIR] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [YO ESTOY EN LA IMAGEN] HERNÁNDEZ BUSTO, ERNESTO IRIBARREN, KARMELO C. JORGE PADRÓN, JUSTO JUAN, MIGUEL (de) KASZTELAN, NURIT LADDAGA, REINALDO LAYNA RANZ, FRANCISCO LEZCANO, YULEISY CRUZ LINAZASORO, KARLOS LLOR, DOMINGO LOBATO, FLORA LÓPEZ, PABLO LÓPEZ AGÜERA, FULGENCIO ANTONIO LÓPEZ BRETONES, JOSÉ LUIS LÓPEZ KOSAK, ANDREA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA [Qué mundo tan maravilloso] LÓPEZ POMARES, ALEJANDRO LÓPEZ SANDOVAL, DAVID LÓPEZ SORIA, MARISA LOUZAO, ALICIA MACHUCA, LUIS MAESTRO, JESÚS G. MALAVER, ARY MANUELA, ADRIANA MARGARIT, LUCAS MARÍN, MARÍA MARÍN, MARÍA [Lo que se hunde] MARÍN, MARIO MARÍN ALBALATE, ANTONIO MARQUARDT, ANJA MART, BLANCA MARTÍ VALLEJO, MAITE MARTÍN, RUBÉN MARTÍN GIJÓN, SUSANA MARTÍN IGLESIAS, VÍCTOR MARTÍNEZ CASTILLO, ANA MENDOZA, NURIA MESA, SARA MICÓ, JOSÉ MARÍA MIGUEL, LUNA MIRALLES, INMA MOGA, EDUARDO MOLINO, SERGIO (DEL) MONTEVERDE, JULIO MONTEVERDE SÁNCHEZ, CONCEPCIÓN MOR, DOLAN MORALES, JAVIER MORANO, CRISTINA MORENO, ANTONIO MORENO, ELOY MORENO, JAVIER MORENO, SEBASTIÁN MORENTE, ESTRELLA MOYA, MANUEL MUÑOZ, MIGUEL ÁNGEL NAVARRO, ÓSCAR NETO DOS SANTOS, MANUEL NIETO, LOLA NORDBRANDT, HENRIK NUÑO, SIHARA OLMOS, ALBERTO OREJUDO, ANTONIO ORTIZ, DEMIAN ORTIZ ALBERO, MIGUEL ÁNGEL PALOMEQUE, AZAHARA PAPELES DEL NÁUFRAGO [Antonio Lafarque y Aníbal García] PARDO VIDAL, JUAN PARRA SANZ, ANTONIO PEÑA DACOSTA, VÍCTOR PEÑALVER, PATRICIO PEÑAS, ESTHER PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Querida hija imperfecta] PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Las sumas y los restos] PÉREZ LEAL, AGUSTÍN PÉREZ MONTALBÁN, ISABEL PERONA, JESÚS PICÓN, EMILIO PRADA, JUAN MANUEL DE PRUDENCIO, JESÚS PUJANTE, BASILIO PUJANTE, MANUEL QUIJANO SÁNCHEZ, EDUARDO RÍOS, BRENDA RIVAS GONZÁLEZ, MANUEL ROBLES, SALVA RODRÍGUEZ, ALFREDO RODRÍGUEZ, ALFREDO [Urre Aroa] RODRÍGUEZ, ALFREDO [Días del indomable] RODRÍGUEZ, HILARIO J. RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, ANTONIO RODRÍGUEZ PAPPE, SOLANGE ROMERO MORA, J.D. ROMERO MORA, J.D. [En el desvarío] ROSADO, JUAN JOSÉ ROSSELL, MARINA RUDEL, JAUFRÉ RUIZ, MIGUEL ÁNGEL RUIZ GUERRERO, Mª CARMEN SALSE BATÁN, ALEJANDRO SÁNCHEZ, GINÉS SÁNCHEZ, GINÉS [2096] SÁNCHEZ, GINÉS [MUJERES EN LA OSCURIDAD] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [El nudo] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [FACTBOOK] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LA CADENA DEL FRÍO] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LOS QUE ESCUCHAN] SÁNCHEZ GÓMEZ, MARISOL SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS [Pastillas debajo de la lengua] SÁNCHEZ MENÉNDEZ, JAVIER SÁNCHEZ ROBLES, MIGUEL SÁNCHIZ, ANTONI SANTOS, ABEL SCHWEBLIN, SUSANA SEÑOR, RUBÉN SERRANO, PABLO SORIANO, ADA SUANE, SAÚL TRIGUEROS, SARA J. ÚBEDA, ANABEL URÍA, JUAN MANUEL VAL, FERNANDO DEL VALDÉS, ANDREA VALERO, MANUEL VALLÈS, TINA VARAS, VALENTINA VEGA, MIGUEL VERA FIGUEROA, ALBA VICENTE, TERESA VICENTE CONESA, FRANCISCO VILA-MATAS, ENRIQUE Hemeroteca
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