Entrevista realizada por JOSÉ DANIEL ESPEJO [Extraída del nº21, verano de 2008] Buceando en los nuevos grooves La banda de nu-jazz Venueconnection se formó en 2002 a raíz del encuentro multidimensional entre los músicos Fara Álvarez y Javier del Águila en la ciudad de La Coruña. Echó a rodar en ese momento un proyecto de fusión que ahora, seis años más tarde, ha producido el disco del momento: Madrid Boogie (Phazzadelic, 2008). Por el largo camino han entregado un EP de cuatro temas, Orange Light in the Panton Room (Venue Studios, 2003), incorporado a la banda a la vocalista Ángeles Dorrio, publicado un primer LP, Strawberry Swan Lake (Venue Studios, 2005) e introducido al teclista Sergio Delgado. Parten del jazz, la electrónica, el soul, el lounge, el funk e incluso el trip-hop, siempre entregando nuevos ritmos. El impacto de su nuevo larga duración ha puesto en boca de muchos esta pregunta: ¿está el mercado hispano preparado para aceptar un salto al mainstream de una propuesta tan minoritaria? Nosotros creemos que sí, pero mejor discutir los detalles con el líder de la banda, Javier del Águila. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: Para empezar, me gustaría que nos resolviérais una duda. Se trata de la etiqueta de “artesanal”, que parece pende sobre Madrid Boogie. Dado que estáis en el catálogo del sello alemán Phazzadelic, tenéis a Mconnexion y Nuevos Medios en la distribución, a Nick Litwin en la masterización y, ya que estamos, hasta a Oito Percebes en el diseño de portada y libreto. ¿Nos podéis aclarar qué ha habido realmente de “artesanal” en el proceso de creación del disco? —VENUECONNECTION: Realmente no intentamos colgar esa etiqueta sobre el disco, aunque es cierto que hay bastante de artesanal en la elaboración de Madrid Boogie, porque a pesar de contar con los apoyos que mencionas, todo el proceso se ha llevado a cabo bajo el control del grupo, en algunos casos de forma directa (composición, grabación, mezcla, elección del listado de canciones del disco, etc) y en otros seleccionando a las personas que han llevado a cabo el proceso (masterización, distribución, diseño, promoción, etc). Es decir, no existe ninguna imposición por parte de nadie en todo el proceso de creación y comercialización del disco, así que se puede decir que es 100% Venueconnection, aunque lógicamente apoyado por profesionales de la industria. —ECP: Hablemos de influencias. ¿Es posible crear música entre personas cuyos grupos de cabecera son tan distintos como Incognito, Erykah Badu, Propellerheads y Steve Vai sin llegar a las manos? ¿Qué influencias están ahí y quién se tiene que comer las suyas con salsa antes de empezar a escribir? —VC: Aunque nuestros puntos de partida son bastante distintos, actualmente compartimos la mayoría de los grupos de referencia, y nunca hemos tenido problemas con el sonido del grupo, siempre ha sido algo que hemos tenido muy claro. Nuestras referencias están claramente en el jazz, funk y soul, y nuestro sonido evoluciona desde ahí, añadiendo matices de otras músicas, pero siempre sin perder esa referencia. —ECP: No hace falta escuchar el disco más de tres o cuatro veces para darse cuenta de hasta qué punto está cuidado el sonido. Dado el virtuosismo de la producción me pregunto cómo enfocáis el directo, y qué planes existen para presentar el disco en vivo a partir de ahora. —VC: El directo lo estamos presentando actualmente en formato sexteto (batería, bajo, teclados, trompeta, voces, sitar) y añadimos algunas partes como coros, cuerdas o guitarra mediante ordenador, además de contar con Karl Frierson en algunas actuaciones. Realmente es bastante molesto llevar una secuencia de ordenador, pero de esta forma conseguimos un sonido de directo con la máxima calidad, aunque en el futuro esperamos poder llevar a las doce personas que necesitaríamos para no tener que utilizar la secuencia. —ECP: Es evidente que la figura de Karl Frierson aporta enteros al álbum con su voz en unos cuantos temas. ¿Ha colaborado musicalmente en algo más? ¿Qué significa para vosotros su apoyo a vuestro proyecto? —VC: Karl ha compuesto voz y letra y ha interpretado cuatro de los temas del disco. Para nosotros ha sido un auténtico lujo contar con una de las mejores voces soul del momento y sin duda ha aportado lo que buscábamos al disco, y de hecho también nos apoyó en la presentación en directo en Madrid. Esperamos poder seguir colaborando con él en el futuro, también en sus próximos proyectos. —ECP: ¿Qué relación tenéis con Phazzadelic? ¿Hay un compromiso para discos futuros? —VC: Phazzadelic nos está aportando toda su infraestructura para poder comercializar el disco y la relación con ellos es muy buena, ya que no interfieren en ningún tipo de decisión artística. No tenemos compromisos para el futuro, pero probablemente sigamos colaborando con ellos. —ECP: Madrid Boogie es un disco con intenciones emocionales muy diversas, desde el aura ensimismada y perturbadora de ‘Cool Vanilla’ o ‘Stay At Home’ hasta el espíritu más celebratorio y optimista de ‘Madrid Boogie’ o ‘Walking Your Dream’, pasando por las texturas pop de ‘Lo siento’ y ‘Goodbye 13th Century’. ¿Están estas tonalidades desde el principio en el proceso de creación de los temas, o se van incorporando a ellos? ¿De dónde y cómo surgen los temas, ya que estamos? —VC: En general se trata de un álbum optimista y fue concebido así desde el principio, aunque en el proceso de creación se fueron añadiendo distintos matices según evolucionaban los temas. Las canciones parten normalmente de una línea de bajo y una batería, y posteriormente se añade el teclado, las voces, el sitar, la guitarra y el resto de instrumentos. En algunos casos también invertimos el proceso y partimos de la letra o de unos acordes de guitarra, aunque no es lo normal. —ECP: ¿Estáis interesados en otras manifestaciones artísticas? Y en caso afirmativo, ¿entran de alguna manera en vuestra música? —VC: Por supuesto que nos interesan otras manifestaciones artísticas, podemos hablar por ejemplo de cómo los poemas de un amigo nuestro están en el origen de muchos de los temas. También nos gustaría llevar nuestra música al cine, esperamos poder tener la ocasión en el futuro. —ECP: ¿Cómo veis la escena nu-jazz en España en cuanto a bandas y circuitos? —VC: España todavía está lejos de otros países europeos en cuanto a la escena nu-jazz, soul o funk, pero está habiendo una rápida evolución y cada vez vemos más salas en Madrid que programan esta música y grupos que crean discos de mucha calidad, así que creemos que es una cuestión de tiempo. —ECP: Para ir acabando, ¿dónde os veis dentro de cinco años? —VC: Esperamos estar celebrando en directo que en España se respira un movimiento soul tan importante como el de otras capitales del mundo.
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Entrevista realizada por FRANCISCO JOSÉ SÁNCHEZ MONTALBÁN —FRANCISCO JOSÉ SÁNCHEZ MONTALBÁN: Granada, 12 de febrero de 2017 Incendios en la memoria Querido Antonio Gómez Ribelles: Desde hace unos días me insiste mucho nuestro común amigo Juan de Dios García en que emprenda la aventura epistolar de entrevistarte o dialogar contigo acerca del trabajo que estás acabando, un libro de imágenes al que vas a titular Quiromante y en el que a través de la intervención en viejas fotos familiares con pintura y dibujo propones un tratado sobre la paradoja entre la palabra y la imagen. Me sorprendo viendo cómo te las arreglas en la historia familiar, adivinando o transformando aquellos momentos que hoy han dejado de ser algo, solo porque ya no son nadie. ¿Es quizá tu apasionada interpretación una forma de recontar la historia? ¿O quizá no hay pretensión histórica y si de una nueva cotidianidad sobre lo documental? Es decir, ¿has quemado los recuerdos y las anécdotas? ¿Expones en cada página, en cada lámina, un pasado que grita transformado, que recompone su propia realidad, o es la pintura y el dibujo quienes despojan de toda anécdota a las imágenes y las coloca en una memoria interior posible, particular y quizá fingida? —ANTONIO GÓMEZ RIBELLES: Querido Francisco José: Me preguntas que cómo me enfrento a la historia familiar, porque esa es la que citas, y creo que, artísticamente, me estoy saliendo ya de ella. Si los álbumes familiares cuentan la historia, las historias, cosa que llego a dudar después de estar trabajando tanto tiempo con ellos y las horas de conversación, en todo caso mis obras utilizan fragmentos, que, extraídos del entorno que permite una narración histórica ordenada, pierden un tanto ese poder, aunque sigan siendo un referente del pasado real, una explicación del porqué soy como soy. Así que mi actuación aquí es más una construcción de una autobiografía desplazada al tiempo anterior a haber nacido y al tiempo anterior a la palabra (al dominio del lenguaje para contar), donde lo visual y la palabra oída generaban más imágenes que alteraban las primeras pero que por sí mismas crean una narración posible. Es un desplazamiento de la historia hacia una memoria documental propia y apropiada, pero no fingida: “Inventar verdades, amar más la mentira que a los ausentes”. De ahí nació hace tiempo la idea del libro, de la narración paginada creada sobre la posibilidad del relato, donde todas las imágenes proyectan una visión de nosotros mismos. En todas está mi sombra. —FJSM: Madrid, 16 de marzo de 2017 La caja de las herramientas Antonio, en estos días he estado visitando a algunos amigos en Madrid que me han hablado de tu trabajo a punto de publicarse. Me han descrito algunas imágenes nuevas que has realizado y que completarán la colección y que el retrato y la audacia del dibujo superpuesto como una narrativa imprescindible que las sustenta y renombra. Te escribo estas líneas pensando en la profundidad de tus retratos, en cómo produces la descripción y cómo ésta se proyecta al lector —al lector de imágenes—. Pienso en la caja de herramientas donde guardas las fotos, las brochas, las palabras, los lápices. Me pregunto, entonces, cómo acuerdas y propones el predicado al protagonista ciego y olvidado que has rescatado; me pregunto cómo la base fotográfica del instante y lo casual es usado o anulado para reconvertir el retrato en una conmemoración sublime. ¿O es lo simbólico también otra herramienta para crear iconografías esenciales, de emociones fragmentadas, capaces de hablar de evocaciones colectivas y universales? —AGR: Dudo mucho de los símbolos, anulan la posibilidad de lo individual y pueden crear errores de lectura, así que me cuesta usarlos y cuando lo hago es de forma fragmentaria y equívoca. El espectador sí se ancla a ellos en ocasiones, e incluso los crea. Las fotografías llevan a un proceso que me gusta teórica y prácticamente que es la evocación, el disparo de la memoria personal. El estudio, rescate y conservación de la fotografía antigua se ha hecho habitual y se ha utilizado en el arte como materia y como discurso, y lleva al espectador a coincidir en ciertas lecturas que le enganchan porque lo llevan a lo personal. Digamos que utilizo el poder de evocación que las imágenes ya contienen por sí mismas, pero a la vez intento anularlo para que lo personal del retratado se reduzca al mínimo y sea otro yo poético el que aparezca. Y aparece en la intervención pictórica, que es a la vez narrativa. Son objetos estéticos individualmente potentes, pero que unidos y ordenados en el libro rompen definitivamente con lo que el espectador pudiera introducir de personal. Le obliga a leer las imágenes de una manera nueva fuera de su experiencia, se vuelven algo incómodo si quiere individualizarlo. —FJSM: Cartagena, 4 de abril de 2017 Narraciones sobre la huella Pensando en tus últimas palabras procuro comprender de mejor manera cuán importante es la dirección hacia el espectador y de qué manera es imprescindible el oficio de pintor, o la mano del dibujante, para completar el contrato temático. ¿Deberíamos entender que desde la pintura se justifica la presencia de la fotografía y que desde el trazo se reinventa el relato? Entonces, ¿es posible que no te interese tanto el acontecimiento que contienen las fotografías? ¿Dónde reside la historia —la narración— de las familias y los personajes, entonces? ¿En ellos mismos? ¿O quizá en las veladuras, los conjuntos de formas, las hojas, los árboles, las siluetas reinventadas, los recortes o los fragmentos? ¿Es este Quiromante un catálogo de nuevos rituales familiares, una reflexión sobre el acontecimiento interior donde las palabras luchan con sus sonidos o donde el tiempo lucha con su huella? —AGR: En mi carta anterior ya te hablaba de la importancia de hacer perder pie al espectador ante las imágenes, y de hacerle ver que en todas hay un relato que es posible ver y leer. De qué manera escribir ese relato se relaciona con la idea de la traición, de la mentira de la memoria, de la superposición de olvidos, desmemorias, añadidos. En los textos utilizo la referencia a la sombra muda y a la sombra que sí dice, a veces más de lo que se ve, pero semioculto por ser historia privada. Hay otros artistas que sí hacen uso de la historia “en” las fotografías, pero son acontecimientos que son historia colectiva, inevitable: Boltansky y Ettinger con el holocausto, Kiefer con el nazismo, Antoni Miró, etc. Así que la pintura y el dibujo adquieren un formato de estructura narrativa, fragmentos superpuestos a los fotográficos que te obligan a leer. La quiromancia recurre a unas líneas, las de la mano que en sí mismas no dicen nada más que la huella de los movimientos y del diseño útil. Si eso lo leemos como pasado reinventamos lo que existió, como la fotografía que solo muestra que alguien estuvo allí, y si leemos hacia el futuro añadimos todo lo que no existe todavía. Que yo conozca cierta anécdota en torno al personaje hace que mi escritura sobre ella se vuelva muy personal; hay relación, hay hilo y quiero que se note, no es una mera abstracción ni el uso de las fotografías como collage. Todo adquiere sentido y en los fragmentos utilizados hay punctum. Me hablabas en una carta anterior de esos “momentos que han dejado de ser algo”, pues bien, quiero que llegue que no han dejados de ser algo del todo. Me pregunto si existe el rito, si la acción artística adquiere el carácter ritual de un eterno retorno. Quiero pensar que no, que las intervenciones rompen esos ciclos. El ritual no sería en todo caso familiar sino personal: la apropiación de la memoria ajena o del documento ajeno como memoria propia por medio de la intervención. Pero no es rito sino discurso y proceso. — FJSM: Granada, 26 de abril de 2017 Poética de los silencios En las últimas imágenes que me has enviado he observado un sostenido pulso a la presencia, al ser. Hay muchos momentos que hablaban sobre la familia, de la identidad, de la memoria y que, sobre todo, y eso es lo que más evidente me parece, del tiempo; y lo hacen en silencio, con las bocas tapadas, calladas, anuladas, inexistentes. O a veces son los ojos, o las cabezas las que desaparecen. ¿Necesitan los cuerpos de las palabras para ser tiempo, necesitan del dibujo para ser memoria, necesitan del recorte para ser historia? Si es verdad que cada imagen cuenta algo y cada una de ellas realiza un hechizo hacia el pasado, ¿no lo es también que haya una restauración imposible de lo perdido o de lo no vivido? ¿No son sino, estas imágenes, una ficción sobre el tiempo a través de paradojas posibles pero silenciosas? —AGR: Es curioso que la imagen congelada nos hable del tiempo (de nuevo el quiromante leyendo lo que ya no cambiará). Y nos hablan del tiempo precisamente por la inmovilidad del ser, por su esencia de pasado. Qué paradoja. Durante años rechacé el uso de la figura humana en mis obras, me invadían en exceso con demasiada información, demasiado relato; hasta que asumí el control de ese relato y que yo era el mentiroso contador de cuentos. Eliminar los rostros hace universal el gesto, los velos y las ocultaciones los neutralizan y todo funciona como unidad. Estoy últimamente estudiando y trabajando una serie de la que ya viste algo en Granada y también aparece en Quiromante: se trata de unos retratos anónimos. Me impresiona todo lo que queda de una persona que posa para un retrato, que sabe que le perdurará en el tiempo, más incluso que su nombre. Como encontrar una momia en Al-fayun, con su retrato a la encaústica, lo único que queda de su historia. En un texto del libro digo: He cambiado tu nombre por una imagen. El tiempo la unirá a otras. Sólo molesta este silencio. —FJSM: Granada, 17 de mayo de 2017 ¡La sombra. Atrapa la sombra! Querido Antonio Gómez: Hace unos días compartimos, junto con buenos amigos y aristas, la presentación de Quiromante en Verbo-Estudio en Murcia. Por fin, después de estos intensos meses de trabajo y reflexión, se te ve satisfecho y contento. Lo has dicho tal y como soñaste, con imágenes recuperadas de la realidad contada. Como Butades de Sición pintando siluetas sobre las sombras de los que ya no están —por derecho para la propia pintura y para la memoria—, ¿es Quiromante una personal reconciliación con las múltiples formas del lenguaje del arte? ¿Un verbo múltiple, armónico, entre fotografía, pintura, dibujo y poesía o un monumento hibrido que quiere resistirse al olvido, a la inefable brevedad de todo, absolutamente todo? —AGR: Las fotografías son las huellas de un olvido. Las obras son cenizas solamente. Los libros resisten al olvido y las palabras seguirán hablando. Usar todas las formas posibles del lenguaje creará lenguaje. Es todo, tan breve, tan todo. Un abrazo. Todas las fotos que ilustran tan peculiar entrevista pertenecen a ANTONIO GÓMEZ RIBELLES.
Entrevista realizada por Juan de Dios García HOMOCONEJO El pasado noviembre el inventor de una fascinante droga ficticia llamada Beta presentó su novela Homoconejo en la librería La Montaña Mágica de Cartagena. Lo acompañamos Mª Luisa Castellón —que nos dio una lección de anatomía narrativa magistral—, un servidor, que dialogó brevemente con el autor, y unos cuantos quintos de Mahou que hicieron que se me quedaran bastantes preguntas por responder. Ahora se ha dado la ocasión de continuar aquella conversación sostenida en el tiempo, darle de nuevo al botón del “play” y sacudirnos esa sensación amniótica que provoca una micro Oktoberfest. ¿Despertar? Con Homoconejo nunca se sabe. Vamos a arriesgarnos. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: Repites editorial con este segundo libro. Te tratan bien en la editorial malagueña EDA, ¿no? —ALFONSO GARCÍA-VILLALBA: Sí, repito editorial con Homoconejo y muy feliz por ello. Me gusta lo que hacen Fernando Mateo y Paco Torres. Su trabajo desde una periferia total, al margen de las modas y las tendencias, creo que es digno de elogio y respeto. Sobre todo cuando te das cuenta, y no descubro nada a nadie, que incluso en el ámbito editorial, incluso en círculos más minoritarios y supuestamente íntegros, se dan esas modas, esas tendencias, esas prescripciones que alguien dicta de modo que todo un coro de individuos dice amén y consume o lee aquello que le han dicho que está bien, aquello que es cool. Y por eso me gusta EDA: porque no es cool. Hay que huir de las modas. Las modas son para escapar de ellas. Sólo para eso. Así que no puedo evitar preferir el trabajo tenaz y constante de alguien que cree en lo que hace como Paco Torres, una persona que, además de editor, es un gran lector. Un tipo que saca un libro de poesía dadaísta o publica en España a la poeta Herta Muller con sus poemas collage y que edita, por ejemplo, a Hugo Abatti, un psiquiatra argentino beckettiano que vive en Granada y que está cerca de la literatura de Mario Levrero o João Gilberto Noll. Pero, bueno, me estoy yendo quizás un poco del tema. Tampoco pensaba en la posibilidad de que el libro fuera publicado en otro sitio que no fuera EDA, de veras. Era algo que no me planteaba cuando di por terminada la novela. Menos aún cuando después de leerla Paco Torres me dijo que pensaba publicarla, que adelante. Pienso que hay que ser fiel con aquellas personas que confían en lo que escribes. Y pasar de las modas o las editoriales que marcan tendencia y que venden espejismos o que se quedan en el envoltorio. Algo que, no obstante, hay que cuidar a la hora de hacer un libro. Como me ocurre a mí con las portadas de los dos libros que Paco Torres ha publicado, unas portadas hechas por el ilustrador belga Gilles Vranckx. Alucinantes, sin duda. Si quieres ser cool, cómprate mi libro por la portada y no lo leas. ¿Para qué vas a leer? Quédate con la imagen. Es lo cool, lo que hay que hacer. Te sacas una foto con el libro y la subes a Instagram. Recool. —ECP: EDA es una editorial que podría calificarse como independiente. ¿Qué valor le encuentras hoy a esa etiqueta editorial? —AGV: Las etiquetas son de ayuda como herramientas para clasificar cosas. Independencia es hacer lo que te apetece cuando quieres, tal y como quieres y porque quieres. Si una editorial hace eso, perfecto. Si no lo hace, tendrá sus motivos. De todos modos, independiente es una palabra que puede llegar a no significar nada dentro del campo de la cultura. Es un término demasiado amplio y, con frecuencia, parece desvirtuarse como, por ejemplo, cuando hablamos de cine o música. Aunque para eso están las palabras: para cambiar de significado. —ECP: ¿Es Homoconejo una novela “independiente” en ese mismo sentido? —AGV: Homoconejo es la novela que escribí en un determinado momento de mi vida. Una novela que reescribí y que fui puliendo durante un cierto tiempo. Responde a lo que quería hacer entonces y plasma una serie de cosas que me interesaban y me siguen interesando y que dan vueltas en mi cabeza. Todo lo que escribo responde a una necesidad semejante. En ese sentido escribo lo que quiero, cuando quiero y porque quiero. Eloy Fernández Porta escribía ya hace unos años en su ensayo Afterpop cuestiones relacionadas con la literatura independiente. En su día me interesó bastante ese concepto y, de hecho, fue el que dio forma, en cierto modo, a un proyecto de gestión cultural que desarrollé durante unos años, la SELÍN (Semana de la Edición y la Literatura Independiente). En la actualidad no le doy tanta importancia a este concepto, si bien tengo claro que todo aquel creador que desea hacer una obra que trascienda o que vaya más allá de lo convencional se podría encajar dentro de ese concepto tan volátil semánticamente hablando. —ECP: ¿Es cierto que Homoconejo nació en un blog? —AGV: Homoconejo es el nombre que empleaba hace tiempo cuando pinchaba, cuando ponía música en bares o en fiestas. Siempre me han interesado los conejos y el nombre que me inventé en su día me resultó llamativo retomarlo, así que terminé usándolo como título para la novela porque tenía sentido hacerlo. Por otra parte, hubo un tiempo en que colgaba textos en internet donde aparecen las primeras ideas sobre hombres-conejito y cosas así. Pero no podría decir que aquellos textos fueran germen directo de lo que Homoconejo en realidad es. La figura del conejo es una figura que tenía que salir y que, curiosamente, cobra sentido completo dentro de esta novela en la que laberintos y mundos subterráneos tienen mucho que ver con las madrigueras de estos animales. Sin olvidar que el conejo en diferentes culturas es visto como un animal que tiene una gran presencia en los rituales de transformación, de paso al otro lado. Para algunos pueblos tiene un componente casi chamánico. Y esta novela tiene más de mítica y simbólica que de ballardiana o posmoderna, sin dejar de ser ballardiana tal y como algunos lectores y críticos han llegado a decir. —ECP: Tu primera obra fue el magnífico libro de relatos Esquizorrealismo. ¿Podríamos hablar de un estilo propio, un estilo esquizorrealista made in García-Villalba? Yo sí encuentro una atmósfera “esquizo” aquí, aunque tratada de manera diferente, más violenta, más poética, quizás. —AGV: Comparto lo que dices completamente. Creo que ambos libros tienen mucho en común, en tanto en cuanto los dos cuentan con esa atmósfera esquizo de la que hablas. O, si queremos ser más precisos, una atmósfera esquizorrealista, que es algo que, en cierto modo, tiñe todo lo que escribo. Las intenciones que animan tanto Esquizorrealismo como Homoconejo son semejantes. Ambientes en cierto modo insanos que intentan representar una realidad que escapa de lo convencional, que cuestiona los límites entre aquello que entendemos como real. Pero sin llegar a establecer diferencias entre sueño y realidad, sino sugiriendo que no todo es lo que parece, que no hay gran diferencia entre uno y otra, entre sueño y realidad, que ambos se contaminan y confunden y forman un todo más complejo. Por otra parte, en ambos libros hay una necesidad de escapar, de huir de situaciones en las que los personajes se sienten encerrados, como si estuvieran dentro de una caja de la que no pueden salir. En el caso de Homoconejo, la novela se convierte, a decir verdad, en una deriva a través de un laberinto, un laberinto que lo impregna todo, aunque aparentemente los personajes no estén dentro de uno. —ECP: ¿Es entonces Homoconejo una novela lírica o, al menos, con un componente importante de lirismo? ¿Lirismo, digamos, alucinatorio, excéntrico o subterráneo? —AGV: Creo que Homoconejo tiene mucho de poético. En general, siempre procuro que el ritmo anime mis textos de modo que la lectura sea una experiencia casi musical. Quizás esto no sea muy evidente para algunos lectores, pero creo que la música influye mucho en lo que hago y la música, con sus ritmos y repeticiones, tiene tanto que ver con la poesía… El ritmo que procuro imprimir a mis textos está muy emparentado con lo lírico, con la sugestión de ambientes o sensaciones. A veces creo que lo que hago está más relacionado con todo esto que con la narración pura y dura. La historia es un pretexto para hacer otras cosas. Curioso, ¿no? Así que cuando estoy escribiendo siempre pienso o construyo los textos con una especial atención al ritmo y la musicalidad. Y, evidentemente, esta dimensión lírica que puede encontrarse en la novela presenta una visión alucinada de la realidad tal y como sugieres. Cosa que no quiere decir que no sea una realidad, por decirlo, menos real que aquella que nos rodea… Y yo mismo podría preguntarme al respecto: ¿por qué sucede esto?, ¿por qué hago esto?, ¿por qué me interesa retratar o poner sobre la mesa esa confusión entre realidad y sueño a la que hacía alusión antes? A decir verdad, no sabría decirlo. O explicarlo, dar una respuesta. Cada vez me interesa menos explicar las cosas. Por ejemplo, en las últimas presentaciones de Homoconejo apenas sé qué decir con respecto al libro. Aunque termino diciendo algo, evidentemente. O quizás resulta más complejo hablar de la novela que, sencillamente, leerla. Sobre todo porque al hablar de ella siempre me parece que todo adquiere un tufo intelectual que no me interesa y con el que no me identifico. La cosa es que el libro está ahí. Es independiente, en ese sentido sí. Y él debe hablar por sí mismo. Sus páginas lo dicen todo y, con frecuencia, pienso que yo no tengo nada más que añadir al respecto. Y, claro, decir que cada vez me interesa menos explicar las cosas resulta completamente contradictorio, porque esta entrevista en realidad es, a su modo, una explicación, notas a pie de página de Homoconejo. Pero la contradicción está ahí, en todo. Casi que parece necesaria. Y para escribir, más aún. —ECP: Veo también que esta novela tiene una identidad visual, un celuloide narrativo de altísima calidad fotográfica. ¿Me equivoco? ¿Es una novela “cinematográfica” en ese sentido? —AGV: Cinematográfica y fotográfica. De hecho, el narrador es fotógrafo. Y sí, probablemente, en Homoconejo hay mucho de cine. Y, sencillamente, porque la narrativa visual que tiene el cine influye en la forma en que concibo la literatura. No puedo evitarlo. En el caso de esta novela hay algo así como cambios de escena, por decirlo de alguna forma, que son deudores o que están influenciados por el cine. O por autores que, dentro de la literatura, tienen un punto muy cinematográfico, tal y como podría ser el caso de Barry Gifford. Sin duda, la lectura de Gifford, que no es una influencia esencial en lo que escribo, tiene su reflejo en la forma de componer la novela, en la estructura que adopté para construirla, incluso para los diálogos. Si bien hay otras influencias mucho más relevantes como pueden ser los textos de Karl Kerényi sobre los laberintos o Paolo Santarcangelli y su El Libro de los Laberintos. Incluso textos como el Gilgamesh o películas como Orfeo de Jean Cocteau o el cine de David Lynch y Cronenberg o la novela Paprika de Yasutaku Tsutsui. —ECP: Esto lo decía sin tener en cuenta que eres un cinéfilo empedernido, pero, claro, te influye tu vastísima cultura cinematográfica a la hora de narrar. —AGV: Sí, claro. El cine me influye. Algunas de las referencias a las que he hecho alusión antes son un claro ejemplo de ello. Pero, como ya he comentado, hay otras influencias. Y la música es una de ellas también. No considero que mis referencias a la hora de escribir sean exclusivamente literarias. Si solamente fueran así, creo que me aburriría. —ECP: Sueles escuchar música cuando escribes. ¿Podrías decirme qué banda sonora compone Homoconejo? —AGV: Casi siempre escucho música cuando escribo. Pero siempre ha de ser un tipo de música que no se caracterice por lo extremadamente melodioso o los cambios bruscos o de ritmo. Tiendo a emplear la música a la hora de escribir como una forma de concentración, un ejercicio meditativo casi, como puede ocurrir con la obra de Eliane Radigue. Busco y hago uso de composiciones que tiendan hacia el bucle de modo que te puedas sumergir en una atmósfera que te acompaña y que, con frecuencia, condiciona lo que escribo. En el caso de Homoconejo aparecen algunas canciones dentro de la narración. Algún tema de Neil Young o incluso el Dúo Dinámico, cosas que nada tienen que ver con lo que escucho mientras escribo. Incluso Through the looking glass de Kraftwerk, que tiene mucho que ver con pasar al otro lado, a otro plano. Como la Alicia de Carrol o el narrador de Homoconejo. Pero durante la redacción de esta novela escuchaba más bien a gente como como Loscil, Cluster o Hans Joachim Roedelius y otros grupos y compositores que tienden hacia la repetición y la resonancia. Todo, en realidad, muy bucle y tendente a lo narcótico y lisérgico. Algo que, a veces, procuro infundir a los textos en los que trabajo. —ECP: Explícame, en la medida de lo posible, las nomenclaturas de los protagonistas de Homoconejo. ¿Por qué Cumas Baba, Pitia Calipso, M/W, V o Kerényi? —AGV: Empecemos por Kerényi, que es el conejo antropomorfo que guía al narrador dentro del laberinto. Karl Kerényi es el nombre de un ensayista que ha escrito libros sobre mitología, estudios sobre Hermes y el símbolo del laberinto a lo largo de la historia. Para mí surgió de forma natural que el conejo se llamara así, puesto que hace las veces de guía o extraño cicerone del protagonista dentro del laberinto. En cuanto a Cumas Baba, su nombre es una mezcla de Kumbawa, monstruo al que se enfrenta Gilgamesh en el poema épico sumerio, y Cumas, que hace referencia a la sibila de Cumas. Igual que Pitia también tiene que ver con el mundo de las sibilas y el acceso al ultramundo. M es tan solo una inicial y W es el reflejo de M dentro del espejo, del revés. —ECP: Encontramos exhibición lisérgica y anfetanímica tanto en la acción como en los personajes de Homoconejo. ¿La droga es un lugar, es un paisaje? —AGV: La droga es un elemento narrativo. Un componente esencial para el desarrollo de la trama que hay dentro de la novela, puesto que los personajes que pululan por su páginas consumen una sustancia que se llama Beta y que permite a quien la toma ser consciente dentro de sus sueños. El uso abusivo de Beta provoca interferencias entre los diferentes planos de la realidad. Y Beta ayuda a que nos cuestionemos ésta, a la vez que hace que nada vuelva a ser igual al momento previo de tomarla. Beta es puro psicotrópico, iluminación, delirio consciente y visionario que te adentra en una realidad nueva. ¿Qué es más real? ¿Todo aquello que había antes de Beta o lo que se vislumbra a partir de ella? Lo normal es pensar que el que consume Beta está enajenado, toma drogas y su percepción de la realidad varía o está viciada. ¿Es un desequilibrado entonces o consigue quien consume Beta ver más allá de lo que los demás ven? En realidad, en la novela no hay respuestas a estas preguntas. Hallar respuestas en una novela es algo muy convencional y caduco. Me resulta más interesante sembrar dudas, no dejar las cosas claras. Aunque haya críticos y autores que consideren que eso, en cierto modo, es engañar al lector, jugar con él. ¿Y es malo jugar con el lector si el lector se deja hacer y consiente el juego? No lo creo. Lo verdaderamente malo es dar respuestas, proponer verdades, dejar las cosas claras. Todo lo que nos rodea es un tanto confuso y no sabemos a ciencia cierta hacia dónde nos dirigimos, por qué hacemos lo que hacemos. Eso es lo que hay que trasladar a las páginas de un libro, la incertidumbre, el cuestionamiento de todo. —ECP: ¿Hay un orden narrativo que impera en el caos de Homoconejo?
—AGV: El orden en Homoconejo es el bucle, la reiteración. Establecer una estructura narrativa que pueda recordar ciertas formas de composición musical. Retomar detalles, escenarios, fragmentos que parecen remitir unos a otros entre sí, tal y como hace la música dub, utilizar elementos que resuenan en diferentes páginas de la novela y que vuelven cíclicamente, que nos recuerdan algo que ya ha tenido lugar. Igual que un laberinto tiene una perfecta estructura que puede sumir en el caos y la desorientación a quien se aventura dentro del mismo. Si hay un orden, es ese. Si no lo hay, tampoco importa. —ECP: ¿Qué lector desearías encontrarte al otro lado de Homoconejo? —AGV: Un lector sin prejuicios que se deja llevar y disfruta de una forma visceral de la lectura. Un lector que tomaría Beta porque sabe que lo que le rodea no es tal y como le han dicho que es. Un lector que, después de leer el libro, me dice: “Yo quiero tomar Beta”. Hay quien me lo ha dicho. Entrevista realizada por JOSÉ ÓSCAR LÓPEZ [Extraída del nº 9, Primavera de 2005] La banda de rock Lagartija Nick debutó con tres primeros discos, Hipnosis (1991), Inercia (1993) y Su (1995), donde se citaban el punk, el post-punk, el ciber-punk y la literatura beat entre otros ingredientes, en un sincretismo personal y arrollador. La onda expansiva de su música creció al colaborar con Enrique Morente en el estremecedor Omega (1996), homenaje a Lorca y obra fundamental para los que descreen de las fronteras entre géneros. El sonido se torna metálico y aderezado por la electrónica en sus tres discos siguientes: Val del Omar (1998), en el que rescatan la figura del poeta, cineasta, inventor, visionario y precursor, Lagartijanick (1999), viaje por el espacio exterior e interior con ritmos egipcios y declaraciones arrancadas a Pedro Duque en la noche granadina sobre la vida en el espacio, y Ulterior (2001), agresivo, amargo, acaso el más trash de los suyos. Para su último disco, Lo imprevisto (2004), se despojan del metal y entregan uno de sus mejores trabajos: el mismo hermetismo —«hermético es lo mismo que inspirado», dice Carlos Edmundo de Ory— pero más luminosos que nunca. Su presente está repleto de proyectos. Los últimos: colaboraciones con Rafael Amargo y La Fura del Baus. Al habla el líder del grupo, Antonio Arias. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: He consultado el I Ching antes de empezar esta entrevista y me ha salido «la tierra arriba y el cielo abajo: paz y bendición». ¿Os dice algo ese hexagrama, en este momento de vuestra carrera? —LAGARTIJA NICK: O el mundo al revés. Es momento de repasar. Estamos inmersos en proyectos discográficos, como el homenaje a Los Ángeles o un recopilatorio de demos, rarezas y temas inéditos que saldrán en los próximos meses, aparte de que Lorena y yo esperamos nuestro primer hijo. Como tú mismo indicas, un período de paz y bendición. Los últimos tiempos han sido regidos por el reencuentro. También es verdad que en un grupo que lleva tantos años ha habido períodos más controvertidos. Supongo que nos ha beneficiado el no llegar a ser muy conocidos, el mantenernos en lo oculto para poder evolucionar con cierta libertad. Hace tiempo que no consulto el I Ching, te vicia muchas de tus decisiones y tiendes a equivocarte si lo malinterpretas, pero suelo estar bastante de acuerdo con el oráculo. —ECP: Si Elvis hubiese nacido cerca de la Alhambra, ¿podría haber sido el rock una forma de mística? —LN: Algo de místico tiene el rock, ya que la repetición de tres acordes lleva cuarenta años con vida. Además, Granada ha influenciado a varias generaciones de músicos de todos los países del mundo, evidentemente es uno de los caminos al centro de la Tierra. Si Elvis hubiese nacido por aquí, no se hubiese convertido en Elvis, seria L’Elvis, estaría olvidado, pero vivo, tendría un bar en el Sacromonte y sería referencia silenciosa del rock mundial, flotando en un espacio sin tiempo. De todas formas, algo de gitano sí que tiene Elvis. —ECP: ¿Pueden tener algo que ver el punk y la cábala? —LN: El punk creo que lo que hace es enfocar de nuevo el rock en la mística de los tres acordes. No podemos olvidar que es un invento comercial. Dejar que lo que se transmita sea pura energía de manera un poco caótica. Esa es su terrible atracción. Acerca y apasiona. Luego, todos los términos degeneran y los colectivos redirigen su interpretación. No podemos olvidar que es un invento comercial. El rock se había complicado muchísimo y el punk fijó unos nuevos valores por enfrentamiento a conceptos anteriores. Creo que incluso The Clash se formó a partir de una idea de su manager, él los eligió y los juntó, el resto sí tiene algo de hermético. —ECP: Los griegos decían que vivir no importa, que lo que importa es viajar, y Burroughs que el destino natural del hombre es el espacio. ¿Qué opináis vosotros? —LN: Lorca decía que Granada es un puerto natural de estrellas, ya que la única salida posible desde aquí es sólo hacia el espacio. El motivo esencial del arte es el viaje: salir, experimentar y volver para explicar lo sucedido. No todos los viajes salen bien o mal, pero sí todos los viajes forman, son expresión fundamental de la libertad del ser humano. Las experiencias místicas se forman a partir del viaje sin movimiento, la era digital se fundamenta en esto y se ha creado una generación que viaja por el mundo sin salir de su casa a través de una trama eléctrica que cubre el mundo, esto ya lo predijo Val del Omar. Quizá el último paso del hombre sea su integración total a la energía, el abandono de la carne, una especie de vida Tron o algo así. —ECP: En los 70, Bowie imitaba los procedimientos ‘cut up’ del mentado Burroughs y Lou Reed decía que quería hacer en el rock el equivalente a Los hermanos Karamazov. ¿Ha perdido el rock, en general, esas ambiciones literarias? —LN: Los fondos de catálogo de las compañías nos demuestran que esos artistas de los que hablas nutren los nuevos proyectos comerciales, son más importantes que los últimos lanzamientos. Creo que lo que ocurre ahora es que los artistas, si aprenden algo, se lo callan por si acaso algún fan nota que ha aprendido algo nuevo, no vaya a ser que destroce su mito de eterna adolescencia. Este concepto es el que está más extendido hoy día, el de la eterna juventud asociada a la eterna estupidez. Todos se creen muy listos siendo artificialmente estúpidos, así la maquinaria no deja de funcionar y el sistema cae en paracaídas, lento pero arrastrado por una gravedad que inexorablemente los estrelle contra el suelo, cuanto más tarde mejor. —ECP: Un amigo poeta dice que en España ser heterodoxo es una obligación. ¿Qué opináis? —LN: La poesía es música pero la música no es poesía. Este amigo tuyo debería darse un paseo por el fundamentalista mundo del rock. Aquí el que se mueve no sale en la foto. Hay una legión de ortodoxos esperando oír la más mínima referencia externa, ajena, para proclamar la instauración de nuevas listas negras. La heterodoxia está prohibida, los libros se queman en las plazas, las imágenes por fin sustituyen a las palabras y los números son poemas: el lenguaje es el virus. —ECP: ¿Qué tienen que ver, aparte de ser gente extraña, Aldous Huxley, Jack Kerouac, Antonin Artaud, Val del Omar, Arthur Rimbaud, Fulcanelli, Edgar Allan Poe o Teilhard de Chardin? —LN: Me doy cuenta ahora que debería haber incluido algún nombre femenino en esa lista, no hubiera estado nada mal. Tienen en común que si alguno de ellos te impregna probablemente seas abducido por los demás, unos llevan a otros. Dejan un fondo imborrable en tu alma y a veces desearías pasar de ellos. Te embrujan y ya no puedes vivir sin recurrir a sus lecturas, como inspiración o como referencia, como camino. En nuestras letras esos nombres están en casi todos los discos, por ejemplo, Aldous Huxley sale en el segundo single, en Inercia, en Val del Omar y en Lo Imprevisto. A veces sientes que dependes demasiado de ellos, que debes liberarte para seguir adelante, de eso habla el tema ‘Gente Extraña’. —ECP: Si Dios existiese, ¿le gustaría el rock? —LN: Por el aspecto con que se nos ha presentado durante siglos parece un poco heavy, tanto él como Cristo. No son muy modernos y no saben estar callados. Dicen que lo peor de Dios es su indiferencia, o que nunca responde. Supongo que aún está cansado después de crear el universo y tras acabar La Biblia. Creo más en Cristo, en la materia; si dejase de creer en todo, aún creería en el Mundo. En el fondo pienso que Dios tiene mejor gusto y siempre se ha rodeado de compositores de altura para su deleite: Bach, por ejemplo. Siempre ha sabido elegir. El rock se lo pidió el Diablo. —ECP: Si Dios existiese, ¿sería anarquista? —LN: No creo que Dios sea muy partidario se su propia aniquilación, pero cualquiera sabe. Otra cosa es que la Anarquía tenga rasgos divinos, es Dios en sí misma, ya que parte y reparte y no admite muchas desavenencias y no creo que admita competencia. El Caos es una fuente de sabiduría. Los movimientos inconscientes en el arte siempre han sido un método que ha tenido muy buenos resultados. El Collage da frutos. Frases sin conexión generan un mensaje y reflejan una realidad. Ese método lo utilizamos bastante en las letras de Inercia y después de este tiempo me siguen gustando. —ECP: ¿A qué personaje histórico o de ficción os llevaríais una noche al Sacromonte? —LN: A Don Quijote de La Mancha. Creo que debería haber pasado por aquí. Debería haber cambiado su ruta, haber bajado. Cuenta un escritor granadino, Antonio Enrique, que en Granada la fuerza de gravedad es menor y hace que la gente viva en una ensoñación permanente, un mundo perfecto para Don Quijote en su cuarto centenario. —ECP: Lagartija Nick es un grupo de formación y vocación mutante. Vuestro último paso ha sido una vuelta al sonido analógico. ¿Hacia dónde irá ese sonido en el siguiente disco? —LN: La vuelta a lo analógico ha sido un reencuentro feliz, nos sentimos cómodos en ese formato. Nos formamos en grabaciones analógicas y creo que se nos nota. Hemos experimentado mucho en digital así que sabemos también hacer coexistir los diferentes formatos. Eso nos ha llevado a realizar el disco homenaje a Los Ángeles; en el fondo es como si ellos tuviesen que grabar esos temas hoy día. El paso final de todas las grabaciones es el paso digital, pero cuanto más retrasemos ese paso más rica es la grabación. Cuando grabamos en digital nos cansamos pronto de escuchar el tema grabado, sin embargo en analógico no ocurre así. No me preguntes la explicación física porque no sé si la tiene, pero es así. Nuestro siguiente disco será una recopilación de demos, rarezas y temas inéditos, donde hay grabaciones en diferentes formatos y diferentes épocas. Ahí se refleja cómo hemos expresado nuestra forma de hacer música en todos estos años. —ECP: Habéis creado a vuestro alrededor un atractivo club de ‘amistades peligrosas’. ¿Tendrán papel en vuestro largamente anunciado proyecto de adaptación de La Guerra de los Mundos? —LN: Si hay un proyecto que se nos resiste es La Guerra de los Mundos. Tenemos muy avanzada la grabación, los visuales y todo eso. Lo único que nos falta es el permiso explícito del autor; en ello estamos. Este año con la peli de Spielberg no sé si podrá ser. Hemos pensado en varios artistas para invitar, entre ellos Miguel Ríos para el papel de cura de la segunda parte, creo que le interesó. Gracias a nuestra extraña forma de hacer discos hemos llamado la atención de nuestros artistas favoritos, hemos podido contactar con ellos y se ha creado un feedback que ha realimentado nuestra música.
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ENTREVISTAS
El Coloquio de los Perros. CABEZAS, ISMAEL
CAMARASA, RAFAEL CARBAJOSA, NATALIA CARIDE, ALBERTO CARRILLO, VIRIDIANA CÉLINE CEREZUELA, ANA CERVERA, RAFA CHEJFEC, SERGIO CHEJFEC, SERGIO [5] CHESSA, ALBERTO CHESSA, ALBERTO [Anatomía de una sombra] CHICO, ÁLEX CISNERO, ALBERTO COMAN, DAN CONTRERAS, NADIA CORTINA, ÁLVARO CRUZ, GINÉS DELGADO, DESIRÉE DÍAZ, ANA CLAUDIA DÍEZ, JOSÉ MANUEL DOMINIQUE A ELENA PARDO, CRISTINA ELKOURI, RIMA ESPEJO, JOSÉ DANIEL ESPEJO, JOSÉ DANIEL [Perro fantasma] FONT, VIOLETA GALÁN, JULIO CÉSAR GALÁN MOREU, SALVADOR GALÁN MOREU, SALVADOR [No fall] GALINDO, BRUNO GALLARDO, JOSÉ MANUEL GALLUD, EVA GALVÁN, ANI GAMBOA, JEYMER GARCÍA, CONCHA GARCÍA, DIEGO L. GARCÍA JIMÉNEZ, SALVADOR GARCÍA LÓPEZ, ERNESTO GARCÍA MELLADO, ISABEL GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARRIDO PANIAGUA, RODRIGO GASS, CARLOS GINÉS, ANTONIO LUIS GINÉS, ANTONIO LUIS [Antonov] GÓMEZ, MACARENA GÓMEZ BLESA, MERCEDES GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO [QUIROMANTE] GONZÁLEZ LAGO, DAVID GRACIA, ÁNGEL GROZO, DANIEL GUERRA NARANJO, ALBERTO HENDERSON, DAIANA HERNÁNDEZ, GALA HERNÁNDEZ, JULIO HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [EL DOLOR DE LOS DEMÁS] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [ANOXIA] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [TIEMPO POR VENIR] HERNÁNDEZ BUSTO, ERNESTO IRIBARREN, KARMELO C. JORGE PADRÓN, JUSTO KASZTELAN, NURIT LADDAGA, REINALDO LAYNA RANZ, FRANCISCO LEZCANO, YULEISY CRUZ LINAZASORO, KARLOS LLOR, DOMINGO LOBATO, FLORA LÓPEZ, PABLO LÓPEZ AGÜERA, FULGENCIO ANTONIO LÓPEZ KOSAK, ANDREA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA [Qué mundo tan maravilloso] LÓPEZ POMARES, ALEJANDRO LÓPEZ SANDOVAL, DAVID LÓPEZ SORIA, MARISA LOUZAO, ALICIA MACHUCA, LUIS MAESTRO, JESÚS G. MALAVER, ARY MANUELA, ADRIANA MARGARIT, LUCAS MARÍN, MARÍA MARÍN, MARIO MARÍN ALBALATE, ANTONIO MARQUARDT, ANJA MART, BLANCA MARTÍ VALLEJO, MAITE MARTÍN, RUBÉN MARTÍN GIJÓN, SUSANA MARTÍN IGLESIAS, VÍCTOR MARTÍNEZ CASTILLO, ANA MENDOZA, NURIA MESA, SARA MICÓ, JOSÉ MARÍA MIGUEL, LUNA MIRALLES, INMA MOGA, EDUARDO MOLINO, SERGIO (DEL) MONTEVERDE, JULIO MONTEVERDE SÁNCHEZ, CONCEPCIÓN MOR, DOLAN MORALES, JAVIER MORANO, CRISTINA MORENO, ANTONIO MORENO, ELOY MORENO, JAVIER MORENO, SEBASTIÁN MORENTE, ESTRELLA MOYA, MANUEL MUÑOZ, MIGUEL ÁNGEL NAVARRO, ÓSCAR NETO DOS SANTOS, MANUEL NIETO, LOLA NORDBRANDT, HENRIK NUÑO, SIHARA OLMOS, ALBERTO OREJUDO, ANTONIO ORTIZ, DEMIAN ORTIZ ALBERO, MIGUEL ÁNGEL PALOMEQUE, AZAHARA PAPELES DEL NÁUFRAGO [Antonio Lafarque y Aníbal García] PARDO VIDAL, JUAN PARRA SANZ, ANTONIO PEÑA DACOSTA, VÍCTOR PEÑALVER, PATRICIO PEÑAS, ESTHER PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Querida hija imperfecta] PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Las sumas y los restos] PÉREZ LEAL, AGUSTÍN PÉREZ MONTALBÁN, ISABEL PERONA, JESÚS PICÓN, EMILIO PRADA, JUAN MANUEL DE PRUDENCIO, JESÚS PUJANTE, BASILIO PUJANTE, MANUEL QUIJANO SÁNCHEZ, EDUARDO RÍOS, BRENDA RIVAS GONZÁLEZ, MANUEL ROBLES, SALVA RODRÍGUEZ, ALFREDO RODRÍGUEZ, ALFREDO [Urre Aroa] RODRÍGUEZ, ALFREDO [Días del indomable] RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, ANTONIO RODRÍGUEZ PAPPE, SOLANGE ROMERO MORA, J.D. ROMERO MORA, J.D. [En el desvarío] ROSADO, JUAN JOSÉ ROSSELL, MARINA RUDEL, JAUFRÉ RUIZ GUERRERO, Mª CARMEN SALSE BATÁN, ALEJANDRO SÁNCHEZ, GINÉS SÁNCHEZ, GINÉS [2096] SÁNCHEZ, GINÉS [MUJERES EN LA OSCURIDAD] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [El nudo] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [FACTBOOK] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LA CADENA DEL FRÍO] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LOS QUE ESCUCHAN] SÁNCHEZ GÓMEZ, MARISOL SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS [Pastillas debajo de la lengua] SÁNCHEZ MENÉNDEZ, JAVIER SÁNCHEZ ROBLES, MIGUEL SÁNCHIZ, ANTONI SANTOS, ABEL SCHWEBLIN, SUSANA SEÑOR, RUBÉN SERRANO, PABLO SORIANO, ADA SUANE, SAÚL TRIGUEROS, SARA J. ÚBEDA, ANABEL URÍA, JUAN MANUEL VAL, FERNANDO DEL VALDÉS, ANDREA VALERO, MANUEL VALLÈS, TINA VARAS, VALENTINA VEGA, MIGUEL VERA FIGUEROA, ALBA VICENTE, TERESA VICENTE CONESA, FRANCISCO VILA-MATAS, ENRIQUE Hemeroteca
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