Entrevista realizada por ISABEL BAENA RODRÍGUEZ Dentro Antología de hogares y otras casas Concepción Monteverde Sánchez es una joven autora nacida en Cartagena en 2001. En 2019 se mudó a Barcelona para cursar el grado en Filosofía, Política y Economía y a partir de ahí ha vivido en ciudades como Toulouse o Madrid. En 2023 recibió el VII Premio de Literatura ‘La Montaña Mágica’, lo que significa que esta legendaria librería/espacio cultural/marca editorial ha puesto el ojo en Monteverde. Veamos qué nos cuenta ella por Dentro. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: En el prólogo abordas el miedo a olvidar los detalles de las casas en las que has ido viviendo y afirmas que todo lo que has dejado lo has tenido que buscar en sitios nuevos. Este miedo está muy presente a lo largo de todo el volumen, por lo que quiero preguntarte: ¿sientes que al escribir los recuerdos los atrapas en el papel de tal forma que nunca llegarán a extraviarse de tu memoria? ¿Consideras que Dentro es una especie de reivindicación de todos esos lugares, personas y casas que te han acompañado hasta hoy? —CONCEPCIÓN MONTEVERDE: Estoy encantada de empezar con una pregunta así. Sí, definitivamente para mí escribir se ha convertido en una forma de encapsular momentos, situaciones, personas y, sobre todo, sitios, y de mantenerlos inmutables a lo largo del tiempo. Creo que no era mi intención al principio (desde luego no al principio de los textos que aparecen en Dentro), pero conforme pasa el tiempo y no vuelvo a los sitios de los que escribo, el único resquicio material de ellos queda en lo que he escrito. También me he encontrado jugando con esa deformación de los recuerdos en cosas que he hecho después de Dentro. Ahora sé que si escribo que una pared era blanca, aunque no lo fuera, el lector no tiene más que creérselo y yo acabaré recordándola blanca también. Dentro, al venir antes de toda esta reflexión sobre los recuerdos, se aloja más bien en la obsesión por conservar detalles, de la que hablo en el prólogo, y que creo que viene de forma natural cuando cambias de etapa en tu vida. —ECP: En Dentro tratas infinidad de temas, desde los nuevos comienzos, dejar atrás el pasado, el paso del tiempo... ¿Cómo te surgió la idea de escribirlo? —CM: Creo que siempre había tenido, un poco de manera subconsciente, esta idea de hacer un libro en el que cada capítulo fuera un lugar en el que he vivido, aunque creo que en un principio me lo imaginaba más narrativo, o quizá intercalando narración y poesía, pero la verdad es que todos los textos que aparecen en Dentro los fui escribiendo a lo largo de cuatro años, en medios y formatos diferentes, y nunca pensé que fueran a formar parte de una misma obra. Fue incluso sorprendente para mí cuando puse en común todo lo que había escrito y vi que se estiraban por todos los textos los mismos hilos conductores, las mismas temáticas e incluso las mismas metáforas. Al final, los temas que trato son los que sentí la necesidad de escribir en cada momento, y a menudo son los mismos. —ECP: Parece una pregunta casi sin respuesta o demasiado obvia, pero... ¿Por qué escribes poesía? ¿Qué pretendes transmitir con ello? —CM: Escribo poesía porque lo necesito, porque durante muchos años he sentido que escribir (en cualquier formato o estilo) era la forma más rápida de calmar mi ansiedad. Conforme he ido escribiendo más, he ido encontrando otras razones para hacerlo, que no sé si son fuentes de motivación o más bien al contrario: escribir para no olvidar, para expresar cosas que no sé poner en palabras de otra forma, para experimentar sentimientos que suelo reprimir... Pero al final todo culmina en escribir cuando y porque lo necesito. Respecto a lo que pretendo transmitir, siempre es aquello que esté sintiendo yo en el momento que escribo. Cuando escribí los textos que conforman Dentro, no pretendía transmitir nada porque no tenía presente que alguien los fuera a leer, y de alguna forma creo que esos textos tienen una esencia especialmente pura, que para los lectores seguramente no sea algo perceptible. Me ha costado un poco hacerme a la idea de que alguien puede leer y recibir cosas que en ocasiones son incluso diferentes a las que yo estoy sintiendo, pero al final del día yo solo puedo expresar los sentimientos o sensaciones que están en mí, y al lector le llegarán deformados por la situación y experiencia de quien los está leyendo. —ECP: ¿Cómo sabes que un poema está terminado? ¿Cómo vives el proceso de corrección? —CM: Cuando escribo poesía suelo dejarme llevar por la situación y por lo que estoy sintiendo. Como te decía antes, escribo porque me parece necesario y cuando lo hago no pienso en que otra persona pueda leerme. Una vez he terminado, cuando siento que no tengo más que decir, suelo esperar un par de horas o incluso un día para volverlo a leer, y entonces hago correcciones. Con Dentro el proceso fue un poco diferente, pasé por varios editores que me hicieron revisiones ortográficas y sugerencias de estilo, pero opté por editar lo menos posible. Siendo mi primer trabajo publicado, y siendo que nunca pretendí que se leyera, intenté conservar todo el contenido original que podía. Cuando empecé a escribir Dentro tenía 17 años, y cuando acabé tenía 21. A veces me daba un poco de vergüenza ciertas expresiones del principio del libro, pero aun así opté por mantenerlas porque quería ser justa con mi yo de 17, 18 años, que pensó que esas eran las mejores formas de expresar lo que sentía. En general, creo que la poesía es un ejercicio de justicia emocional y casi epistémica, y las correcciones a posteriori pueden ser muy injustas en deformar emociones solo para adaptarse a un estilo o a un público. En definitiva, edito lo menos. —ECP: ¿Qué consejo le darías a alguien que está iniciando sus andanzas en el mundo de la poesía?
—CM: En la línea de lo que comentaba antes, creo que es muy importante no tener vergüenza de nuestros propios sentimientos, sobre todo cuando leemos a posteriori. Es muy probable que si empiezas a escribir poesía en la adolescencia, después leas lo que has escrito y no puedas identificarte de la misma forma con los sentimientos que te motivaron a ese escrito; pero creo que hay cierta magia en conservarlo de esa forma y también mucha aceptación de uno mismo al decir «esto que he escrito era lo que sentía en ese momento no tiene por qué determinarme, pero sí puede seguir siendo un texto que merezca la pena leer para otra gente». Sobre todo diría que no hay que tener vergüenza y que hay que leer mucho. —ECP: ¿Podrías sintetizar en una palabra qué es, para ti, la poesía? —CM: ¡Verborrea! Es broma, quizá tránsito. —ECP: ¿Cómo organizaste la estructura planteada en Dentro? ¿Es una recopilación de todos los lugares en los que has estado ordenados cronológicamente o vas dando saltos en el tiempo? —CM: Sí, los textos aparecen ordenados cronológicamente. Creo que se nota tanto en contenido como en estilo que los primeros textos los escribí siendo más joven y habiéndome mudado por primera vez. Sí que intercalo con momentos de volver a mi casa, a Cartagena o a Los Urrutias. Y también, en una misma ciudad, hablo de diferentes sitios: diferentes casas en las que he vivido en Barcelona, lugares en Francia a los que he ido sólo a pasar un fin de semana, o la casa de mi amiga Claudia en Coma Arruga, que han sido también muy importantes para mí. —ECP: ¿Qué autores te influyeron más en tus inicios poéticos? —CM: ¡Me gustaría pensar que sigo en mis inicios poéticos! Como poetas formales creo que sobre todo García Lorca y Safo, pero mis mayores referencias son de la poesía como forma de razonamiento, como se encuentra en Anne Carson, en Bob Dylan y Hozier, y sobre todo en María Zambrano. —ECP: En el poema ‘Cosas buenas’ incluyes una estrofa de la canción ‘The dog days are over’ de Florence and The Machine. «Happiness it hit her like a bullet in the back». ¿Por qué decidiste añadirla? —CM: Se me hace muy difícil explicar un porqué más allá de “sentí que tocaba”. Para mí la poesía es impulsiva y muy poco metódica, y está cebada por impulsos subconscientes de todos los estímulos que recibo día a día. El día que escribí ese poema ni siquiera había escuchado la canción desde hacía semanas o incluso meses, pero en la expresión de la felicidad inesperada después de momentos horribles (que es de lo que van tanto la poesía como la canción) sentí que Florence se había expresado ya mejor que yo. Creo que sobre eso va la gracia de escribir y leer poesía como método de expresión, sobre poder reconocer cuando alguien ya ha expresado lo que tú querías decir. —ECP: Si tuvieses que “venderle” a algún lector este libro, ¿con qué lema comercial lo harías? —CM: ¡Qué difícil! Creo que en el subtítulo “Antología de hogares y otras casas” va un poco la esencia del libro.
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Entrevista realizada por ISABEL BAENA RODRÍGUEZ Un pájaro bajo la cama Esta autora onubense estudió Medicina en Sevilla, lugar en el que ejercería como pediatra. En 2011 se trasladó a Nueva York, donde reside, para realizar un taller de escritura creativa y trabajar como intérprete médico para inmigrantes hispanos. Aquellas vivencias son el germen de este original volumen, plagado de historias de superación, dolor, pero sobre todo de pura esperanza. Mediante la prosa y el relato breve, con un cariño y humanidad especiales, la autora te lleva de la mano por aquellas salas de hospital «donde las palabras escogidas pueden salvar vidas». Un pájaro bajo la cama (Jekyll & Jill, 2023) es su primer libro; sin embargo, diferentes textos suyos han sido publicados en revistas literarias, además de algunos de sus cuentos en la antología de microrrelatos Mar de pirañas. Actualmente, Nuria enseña español médico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York y continúa su labor como intérprete. A su vez, es fotógrafa callejera y ha participado en distintas exposiciones a lo largo de todo el globo: México, Hong Kong, Finlandia... —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: El título del libro se corresponde con el título de una de sus partes, “Un pájaro bajo la cama”, donde cuentas la anécdota del papagayo o el retrete. ¿Por qué elegiste ese título sobre otros? —NURIA MENDOZA: Me pareció que tenía cierto misterio, que era poético, al menos hasta que averiguas que se refiere a un orinal, ¡ja! Pero luego me resultó difícil encontrar una imagen que combinara con el título. Cuando vi a esa señora comiendo sola, enmarcada por la ventana, con la pared de ladrillo, me pareció un momento muy “hopperiano”. Y en la escena también había un aire de misterio. Hice la foto y ahora no puedo imaginar otro título ni otra cubierta. —ECP: ¿Cómo decidiste la estructura planteada del contenido? ¿Qué causa el orden y los títulos de cada parte? —NM: Las cuatro partes —“Traduciéndome”, “Un pájaro bajo la cama”, “Voces” y “Término”— anuncian los temas fundamentales del libro y evitan que relatos similares aparezcan seguidos en argumento, tono o variedad lingüística. Me apetecía dar un respiro después de una historia dura, intercalar textos más intensos con otros más ligeros, provocar emociones —y reflexiones— diferentes. También hay juegos con el lector. Por ejemplo, ‘Memoria’ aparece después de un relato donde el protagonista tiene demencia. Y ‘Recuerdo’ es como un guiño al final, como si preguntara: ¿te acuerdas tú de aquellas cuatro palabras? —ECP: En el relato ‘Ser o no ser’ planteas un dilema moral, bastante presente a lo largo de todo el libro: hasta dónde llega tu labor como intérprete, los límites que separan el terreno laboral del personal. Ante vivencias tan difíciles y dolorosas, aunque también las hay positivas y esperanzadoras, me pregunto si es posible tratar a los pacientes desde fuera, evitando involucrarse demasiado. Porque, aunque sea tu trabajo, claramente van a afectarte, por pura humanidad y empatía. —NM: Me sorprende cuánto ha calado ese relato. Pensé que pasaría desapercibido y, sin embargo, me lo comentan a menudo. Se recomienda que los intérpretes no hablen con los pacientes por su cuenta (de haber seguido esto al pie de la letra, Un pájaro bajo la cama no existiría) y no se suele asignar el mismo intérprete a un paciente de forma repetida. En general, se trata de evitar que establezcan una relación personal. Eso cuadra con el modelo de intérprete como «un conducto por donde viajan las palabras», un ser invisible. Admito que no seguir las normas puede ser problemático, en ocasiones. Pero también creo que aportar calidez y confianza favorece la comunicación, y conocer al paciente, saber algunos datos de su historia, ayuda a conseguir una interpretación más precisa. Dicho de otra manera: a veces, saltarse las reglas, involucrarse, es más razonable, incluso más ético. Una lectora me contó que su abuelo, un marinero gallego, enfermó cuando navegaba por la costa de Estados Unidos. Ella era muy pequeña entonces, pero su madre y su abuela viajaron hasta allí. Muchos años más tarde, aún hablan con gratitud de la intérprete cubana que las ayudó en el hospital. Recuerdan que incluso las acompañó al supermercado, para que pudieran comprar comida. Esa no es la labor del intérprete, pero ese gesto nos humaniza. —ECP: ¿Crees que el poner en negro sobre blanco estas experiencias es una forma de “soltarlas” psicológicamente? —NM: En muchos casos, sí. Las historias en las que están basadas ‘Human Rights Program’, ‘Lo que de verdad importa’, ‘Asilo’ y ‘Primera persona’ son buenos ejemplos. —ECP: ¿Qué fue lo que más te costó a la hora de escribir el libro, el proceso de creación o el de corrección, que cada vez tiene más importancia? —NM: La corrección, sin duda. La primera etapa de escritura fue más libre. Luego vino una fase muy larga, anterior a la revisión, de “transformación”. Y es que la mayoría de los pacientes del hospital no eran españoles. Hablaban español, pero a menudo utilizaban palabras y expresiones diferentes a las mías. Trabajé mucho la oralidad de los relatos: vi películas latinoamericanas, leí autores de esos países, aguzaba el oído en el metro para cazar palabras que pudieran enriquecerlos. Y luego, cuando ya estaban muy alejados del boceto inicial, de mi “español de España”, consulté algunos términos con amigos argentinos, colombianos, peruanos, mexicanos. Para mí era importante que los personajes tuvieran voz propia. Y también dar voz a los que no suelen ser escuchados. —ECP: «Elegir las palabras precisas, puede salvarle la vida» es la última línea del relato ‘Human Rights Program’, el cual me impactó sobremanera, una punzada en el pecho y un nudo en la garganta. Querría saber cómo haces la selección de las palabras adecuadas en la diana del relato, pues me resulta algo muy complicado y admirable. ¿Esa capacidad de discernir, entre qué decir o qué no, se va ganando con la experiencia?
—NM: Elegir bien las palabras es fundamental para una intérprete, en efecto. También para una médica y para una escritora. Soy partidaria de no alargar los textos innecesariamente. Pero tienen que funcionar, y ese equilibrio es complicado. El relato que mencionas es de mis favoritos, me alegra que te conmueva. Los hay aún más breves: una o dos líneas que son solo un apunte, una observación. Los imagino como la punta de un iceberg: aunque hay mucho que no se dice, creo que contienen, o evocan, una historia (por eso las llamo “historias mínimas”). Confío en la inteligencia del lector cuando hablo de los ambientadores en el despacho de la trabajadora social, en su complicidad cuando le tarareo el título de una canción en la sala de rehabilitación o cuando reparo en los asientos del ascensor en un centro oncológico. —ECP: José Saramago dijo: «Yo no decido sobre lo que voy a escribir. No, yo espero a que algo ocurra». Imagino que habrás vivido muchas más historias de las que cuentas en Un pájaro bajo la cama. ¿Las que has seleccionado son acaso las que más te impactaron? ¿Qué criterio de selección seguiste? —NM: Las que más me impactaron están ahí (con algunos cambios, para que no se pueda identificar a nadie). Recuerdo otras historias, algunas muy emocionantes, que hubiera podido incluir. Pero no me apetecía insistir en el drama, no quería un libro sombrío, porque el trabajo de intérprete no lo es. Y tampoco quería repetirme, ni aburrir a los lectores. Prefiero que se queden con ganas de más a que piensen que al pájaro le sobran páginas (o plumas). —ECP: A lo largo del libro, pretende mostrar sus diferentes roles: pediatra, paciente, intérprete... ¿Qué fin persigue con ello? ¿Empatizar con todos aquellos protagonistas, doctores, enfermos...? ¿O tal vez enseñar su lado más humano? —NM: Mi situación es poco habitual. Los intérpretes médicos no suelen tener estudios relacionados con la Medicina (con los que puedes conseguir empleos más lucrativos). Mis conocimientos no solo me ayudan con la terminología, también sé —o intuyo— por dónde va a ir la conversación. Pero, en ocasiones, la comunicación médico-paciente deja mucho que desear: de esa incomodidad surgen algunos relatos. En el libro trato de presentar distintos puntos de vista y dejo que el lector elija identificarse con uno u otro, sin marcarle el camino. —ECP: «Para escribir en prosa es absolutamente indispensable tener algo que decir. Para escribir en verso, no es preciso», dijo la poeta francesa Louise Ackerman. En el transcurso del libro, el lector se impregna de emociones, ríe, llora, se frustra, suspira… Una, leyéndote, deambula por las salas de espera o por los distintos escenarios, me volvía partícipe de la acción, gracias a tus palabras y tu imaginación. ¿Eres consciente de lo conmovedor que resulta tu libro, aparte de lo que cuentas? ¿Cuánto de poético hay en Un pájaro bajo la cama? —NM: Me interesa que el lector habite en esa “primera persona” del intérprete. Por eso lo zambullo en los relatos sin presentar a los protagonistas, sin contar cómo acaban (porque yo tampoco lo sé). Quiero que la lectura emule mi experiencia: que sea como si alguien se sentara a su lado y le contara algo de su vida en una sala de espera. Tu emoción leyendo el libro es la mía: a mí también me conmovieron esas historias, con momentos tiernos que se mezclan con otros cómicos o dolorosos. Igual que ocurre en un hospital. Y en la vida. —ECP: En cuanto al epílogo, ¿por qué escogiste la historia del perro como forma de concluir el libro? —NM: Ese relato habla de mí (o de un personaje parecido a mí), pero esta vez soy yo la paciente: me muestro vulnerable, comparto fragilidad con los otros personajes del libro. También me divertía acabar con un argumento bastante disparatado. Y me daba la oportunidad de incluir una crítica al sistema de salud estadounidense, desde un punto de vista más personal. —ECP: Si tuvieses que resumir en una sola frase lo que te sugiere Un pájaro bajo la cama, ¿cuál sería? —NM: Es mi primer libro. Acabo de viajar a España para presentarlo y volver a Nueva York ha sido como abandonar a un perrillo, dejar atrás algo que tenía que cuidar. Así que podría resumirlo en una palabra, que es más bien un deseo: vuela. |
ENTREVISTAS
El Coloquio de los Perros. CABEZAS, ISMAEL
CAMARASA, RAFAEL CARBAJOSA, NATALIA CARIDE, ALBERTO CARRILLO, VIRIDIANA CÉLINE CEREZUELA, ANA CERVERA, RAFA CHEJFEC, SERGIO CHEJFEC, SERGIO [5] CHESSA, ALBERTO CHESSA, ALBERTO [Anatomía de una sombra] CHICO, ÁLEX CISNERO, ALBERTO COMAN, DAN CONTRERAS, NADIA CORTINA, ÁLVARO CRUZ, GINÉS DELGADO, DESIRÉE DÍAZ, ANA CLAUDIA DÍEZ, JOSÉ MANUEL DOMINIQUE A ELENA PARDO, CRISTINA ESPEJO, JOSÉ DANIEL ESPEJO, JOSÉ DANIEL [Perro fantasma] FONT, VIOLETA GALÁN, JULIO CÉSAR GALÁN MOREU, SALVADOR GALÁN MOREU, SALVADOR [No fall] GALINDO, BRUNO GALLARDO, JOSÉ MANUEL GALLUD, EVA GALVÁN, ANI GAMBOA, JEYMER GARCÍA, CONCHA GARCÍA, DIEGO L. GARCÍA JIMÉNEZ, SALVADOR GARCÍA LÓPEZ, ERNESTO GARCÍA MELLADO, ISABEL GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARRIDO PANIAGUA, RODRIGO GASS, CARLOS GINÉS, ANTONIO LUIS GINÉS, ANTONIO LUIS [Antonov] GÓMEZ, MACARENA GÓMEZ BLESA, MERCEDES GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO [QUIROMANTE] GONZÁLEZ LAGO, DAVID GRACIA, ÁNGEL GROZO, DANIEL GUERRA NARANJO, ALBERTO HENDERSON, DAIANA HERNÁNDEZ, GALA HERNÁNDEZ, JULIO HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [EL DOLOR DE LOS DEMÁS] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [ANOXIA] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [TIEMPO POR VENIR] HERNÁNDEZ BUSTO, ERNESTO IRIBARREN, KARMELO C. JORGE PADRÓN, JUSTO KASZTELAN, NURIT LADDAGA, REINALDO LAYNA RANZ, FRANCISCO LEZCANO, YULEISY CRUZ LINAZASORO, KARLOS LLOR, DOMINGO LOBATO, FLORA LÓPEZ, PABLO LÓPEZ AGÜERA, FULGENCIO ANTONIO LÓPEZ KOSAK, ANDREA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA [Qué mundo tan maravilloso] LÓPEZ POMARES, ALEJANDRO LÓPEZ SANDOVAL, DAVID LÓPEZ SORIA, MARISA LOUZAO, ALICIA MACHUCA, LUIS MAESTRO, JESÚS G. MALAVER, ARY MANUELA, ADRIANA MARGARIT, LUCAS MARÍN, MARÍA MARÍN, MARIO MARÍN ALBALATE, ANTONIO MARQUARDT, ANJA MART, BLANCA MARTÍ VALLEJO, MAITE MARTÍN, RUBÉN MARTÍN GIJÓN, SUSANA MARTÍN IGLESIAS, VÍCTOR MARTÍNEZ CASTILLO, ANA MENDOZA, NURIA MESA, SARA MICÓ, JOSÉ MARÍA MIGUEL, LUNA MIRALLES, INMA MOGA, EDUARDO MOLINO, SERGIO (DEL) MONTEVERDE, JULIO MONTEVERDE SÁNCHEZ, CONCEPCIÓN MOR, DOLAN MORALES, JAVIER MORANO, CRISTINA MORENO, ANTONIO MORENO, ELOY MORENO, JAVIER MORENO, SEBASTIÁN MORENTE, ESTRELLA MOYA, MANUEL MUÑOZ, MIGUEL ÁNGEL NAVARRO, ÓSCAR NETO DOS SANTOS, MANUEL NIETO, LOLA NORDBRANDT, HENRIK NUÑO, SIHARA OLMOS, ALBERTO OREJUDO, ANTONIO ORTIZ, DEMIAN ORTIZ ALBERO, MIGUEL ÁNGEL PALOMEQUE, AZAHARA PAPELES DEL NÁUFRAGO [Antonio Lafarque y Aníbal García] PARDO VIDAL, JUAN PARRA SANZ, ANTONIO PEÑA DACOSTA, VÍCTOR PEÑALVER, PATRICIO PEÑAS, ESTHER PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Querida hija imperfecta] PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Las sumas y los restos] PÉREZ LEAL, AGUSTÍN PÉREZ MONTALBÁN, ISABEL PERONA, JESÚS PICÓN, EMILIO PRADA, JUAN MANUEL DE PRUDENCIO, JESÚS PUJANTE, BASILIO PUJANTE, MANUEL QUIJANO SÁNCHEZ, EDUARDO RÍOS, BRENDA RIVAS GONZÁLEZ, MANUEL ROBLES, SALVA RODRÍGUEZ, ALFREDO RODRÍGUEZ, ALFREDO [Urre Aroa] RODRÍGUEZ, ALFREDO [Días del indomable] RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, ANTONIO RODRÍGUEZ PAPPE, SOLANGE ROMERO MORA, J.D. ROMERO MORA, J.D. [En el desvarío] ROSADO, JUAN JOSÉ ROSSELL, MARINA RUDEL, JAUFRÉ RUIZ GUERRERO, Mª CARMEN SALSE BATÁN, ALEJANDRO SÁNCHEZ, GINÉS SÁNCHEZ, GINÉS [2096] SÁNCHEZ, GINÉS [MUJERES EN LA OSCURIDAD] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [El nudo] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [FACTBOOK] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LA CADENA DEL FRÍO] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LOS QUE ESCUCHAN] SÁNCHEZ GÓMEZ, MARISOL SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS [Pastillas debajo de la lengua] SÁNCHEZ MENÉNDEZ, JAVIER SÁNCHEZ ROBLES, MIGUEL SÁNCHIZ, ANTONI SANTOS, ABEL SCHWEBLIN, SUSANA SEÑOR, RUBÉN SERRANO, PABLO SORIANO, ADA SUANE, SAÚL TRIGUEROS, SARA J. ÚBEDA, ANABEL URÍA, JUAN MANUEL VAL, FERNANDO DEL VALDÉS, ANDREA VALERO, MANUEL VALLÈS, TINA VARAS, VALENTINA VEGA, MIGUEL VERA FIGUEROA, ALBA VICENTE, TERESA VICENTE CONESA, FRANCISCO VILA-MATAS, ENRIQUE Hemeroteca
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