Entrevista realizada por Ángel Manuel Gómez Espada [Extraído del nº 18, Otoño de 2007] Hace años que seguimos la estela de la enorme poeta Concha García (La Rambla, Córdoba, 1956). Fue en la Prehistoria, cuando los perros de este coloquio iban a los mismos actos de pedantería sublime, sin saber los unos de los otros. Ya entonces, en aquellos primeros noventa, Concha se nos aparecía como una mujer sabia en palabras. A su lado estaban Juan Carlos Mestre, y José Ángel Cilleruelo, si no tiramos mal de la memoria. Uno, afortunadamente, no puede tomarse la poesía de la misma manera, tal y como se nos repartía en cucharaditas universitarias. Desde ese encuentro, Concha García ha hecho infinidad de cosas. A nuestra manera, hemos ido siguiendo las semillitas que nos ha ido dejando por el camino. De entre ellas, viajar por la Patagonia y darnos poemarios tan hermosos como Ayer y calles (Visor, 1995), Cuántas llaves (Icaria, 1998), Árboles que ya florecerán (Igitur, 2000), Lo de ella (Icaria, 2003). Además, ha conocido una segunda edición —una verdadera hazaña en los tiempos que corren— de su Pormenor y una antología, Si yo fuera otra (Puerta del Mar, 2005). Y la aplaudimos por ello. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: ¿Qué le pide Concha García al poema? —CONCHA GARCÍA: Que me transmita una emoción, sea de la índole que sea. —ECP: De los suyos, ha dicho que «son la reflexión de una escéptica». Con el paso del tiempo, ¿uno va haciéndose más escéptico dentro de su cosmos poético o más reflexivo? —CG: Dentro del cosmos poético una va exigiendo más porque no puedes repetirte y de alguna manera se acota el campo de posibilidades, debes ser más precisa, lo que exige también cierto grado de reflexión, sin que ello quiera decir que tiempo atrás no fueras reflexiva. Con la edad se pierde espontaneidad y eso es una manera de reprimir. Pero se gana en horizonte, por eso es mejor callarse a veces. —ECP: En una sociedad donde se desdeña tanto a la poesía (más aún a los poetas), ¿por qué los del gremio somos tan exigentes con ella? —CG: El lenguaje constituye el arte más humano y se mantiene próximo al pensamiento que lo inspira y en consecuencia la poesía no se cosifica como objeto utilitario. La sociedad de consumo pienso que tira hacia otro lado; en esta situación también es cierto que, como siempre, hay muchos que escriben poesía, pero muy pocos poetas. —ECP: Si el tríptico que conforma Otra ley, Ya nada es rito y Desdén es de carácter autobiográfico, vemos cómo éste va desapareciendo en los siguientes. ¿Podría decirse que en la evolución de sus poemarios parece darse una concienciación del otro? —CG: La trilogía que mencionas refleja más bien la construcción que una serie de críticos que ido configurado mi obra, como puedes suponer una no se plantea escribir una trilogía biográfica, creo que no soy tan pedante. Y por supuesto que en los poemas existe un lastre autobiográfico sin ser necesariamente autobiográficos. —ECP: Incluso Vázquez Montalbán decía en el prólogo de su Cuántas llaves que había una mujer protagonista en esos versos consciente de ser un personaje. —CG: Estoy de acuerdo. El personaje que habla en algunos poemas míos no soy yo, pero necesita de mi biografía, de la complicidad de mi mirada. —ECP: ¿Cuándo saben los árboles que ya han florecido? Este título, Árboles que ya florecerán, parece querer remarcar esa madurez de la que antes hemos hablado. Y conecta con esa idea suya de que un libro de poemas no se hace en un día. —CG: Me planteé escribir un poema largo y el verso de Clarice Lispector que abre el libro me dio la idea del título, me pareció muy hermoso hacer un paralelismo entre la imagen de una naturaleza en plena efervescencia y un planteamiento poético diferente, donde el sujeto dejase de lado ese derrotismo existencial, quería darle aire a la existencia, dotar de esperanza a la escritura para que no se limitase a enseñar sólo lo feo de la vida. —ECP: ¿Cuántas llaves se necesitan para encontrar la que abre el verdadero poema? ¿Cuántas cerraduras hay que dejar atrás? —CG: Muchas. Fíjate, este mes de agosto estuve en Montevideo y de pronto vi en la acera que alguien había incrustado con cemento una serie de llaves en una loseta de cemento, inmediatamente pensé que esas llaves ahí pegadas simbolizaban la posibilidad de abrir otras puertas, realmente me pareció curioso el hallazgo. Muchas veces andamos confundidos sin saber qué hacer, hacia dónde ir, y el hecho de ser más libres que otros puede ser también una restricción. —ECP: Se ha dicho que sus poemas son ventanas interiores. ¿Hasta dónde está de acuerdo con esta afirmación? —CG: Me hago servir de imágenes abundantes de interiores, de apartamentos o de bares, es cierto, el hecho de estar dentro y no fuera proyecta la mirada que quiero reflejar cuando escribo. —ECP: También se ha dicho que la suya es una poesía de la cotidianeidad, rasgo éste que se le echaba mucho en cara a los poetas de los noventa y de la experiencia. Parece que los críticos han perdido un poco el norte, o no se han parado a reflexionar que para Leopardi también era cotidiano todo lo que daba de sí la Recanati del siglo XVIII. Si comparáramos estos dos tipos de cotidianidades, también podríamos afirmar que Concha García es un clásico, ¿no le parece? —CG: La cotidianidad contra lo sagrado. No sé muy bien por qué la crítica tiene que parcelar, diseccionar, agrupar. Todo es cotidiano: el peso del mundo, cuando sientes tanta tristeza e impotencia al ser gobernados mayoritariamente por incompetentes, el reflejo tras la ventana de una tarde que se apaga, estar en la cola de un cine, el milagro del amor, la sagrada existencia, la miseria cotidiana, etc. —ECP: En los últimos años parece que hay una tendencia a dejar de lado la formación de grupos y la proliferación de antologías ha descendido bastante. ¿La poesía española de los últimos treinta años cada vez va siendo más heterogénea? —CG: No conozco muy bien todo lo que escriben los más jóvenes. Ha habido un exceso de antologías y de grupos poéticos y eso ha producido un cansancio. Tengo la sospecha de que la poesía española cada vez es más parecida porque hay una gran dosis de conformismo y una ausencia absoluta de rencor. —ECP: Una poeta como usted tiene que lidiar con una Barcelona postolímpica. ¿La transformación de una ciudad podría convertirse en un elemento poético, en un momento dado? —CG: La transformación de Barcelona me está haciendo pensar en cambiar de ciudad, tanto es la preocupación de los políticos para que se proyecte al exterior para los negocios y para el turismo que nos han robado nuestros espacios. No sé si esta indignación es poetizable. Por otro lado, en Barcelona escribir en castellano te invisibiliza. Esperemos que algo tan absurdo pase pronto. —ECP: Por último, díganos dos o tres poetas que le gustaría que le acompañaran en una hipotética antología de poesía actual y recomiéndenos ese libro de poesía que ha leído últimamente y ha hecho que vuelva a creer en ella. —CG: He leído a la poeta brasileña Ana Cristina César (1952-1983) y vuelvo a creer en la poesía. También al argentino Juan L. Ortiz (1897-1978) y a la uruguaya Ida Vitale (1923). Por ejemplo, con ellos quisiera estar y desde luego con algunos más pero que, por no herir sensibilidades, no nombro.
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Entrevista realizada por Ángel Manuel Gómez Espada Después de más de veinte años, he vuelto a encontrarme con Concha García. Fue en Moguer, en la casa de Zenobia y Juan Ramón. Volví a escucharla con los mismos oídos de mis veinte años. Esos oídos que descubrieron entonces, gracias a la complicidad de algunos amigos, que otra poesía - distinta a la que salía de las academias y las universidades - era posible. Y muy necesaria. Fue, como ella misma dice, todo un acontecimiento. Entre estos dos encuentros han sucedido muchas cosas. Toda una Odisea pasa en veinte años. Sucedió, por ejemplo, esta revista: un punto de inflexión y conexión que nos ha valido para estar conectados durante tanto tiempo a ella, una de las poetas más singulares y particulares que tenemos. Siempre que le hemos pedido algo nos ha recibido con una caricia y una sonrisa. No es de extrañar, por lo tanto, que en Moguer aprovecháramos la dicha del reencuentro para volver a charlar con ella. Y, como regalo, nos deja también dos poemas del libro que está en la prensa de Calambur: Las proximidades. Lo dicho: un lujo de poeta. EL COLOQUIO DE LOS PERROS: En Moguer decías que el próximo libro cerraba la trilogía que iniciaste con Acontecimiento y continuaste con El día anterior al momento de quererle. También insinuaste que al principio no eres consciente de ello, pero que al final tu obra poética se va agrupando en trilogías. ¿Cómo crees que cierra Las proximidades esta trilogía? CONCHA GARCÍA: La vida, es decir, el transcurso de mi tiempo, no está fuera de la poesía. No es que la poesía sea algo que yo tomo para formar un libro y después lo dejo porque el libro ya está escrito. La poesía es percibida, de lo contrario corremos el riesgo de escribir bajo estereotipos; la poesía se percibe con los sentidos. En mi poesía la mirada ocupa un espacio significativo.Todo esto para decirte que nunca sé cuándo voy a escribir, ya que la mente no deja de percibir el mundo; llega un día en que te das cuenta de que necesitas escribirlo, y en esa necesidad también hay una toma de conciencia de que nunca eres la misma. Acontecimiento se quiebra en lo cotidiano, aunque esté inmerso en los gestos que nos atraviesan cada día, el yo se diluye en el errabundeo y el asombro. La existencia surge en lo que acontece, que es lo inesperado. Sucesiones constantes de aquello que se vive y se imagina, lejos de los grandes ideales. No encontrar el sitio y el viaje hacia un no-lugar son las metáforas de Acontecimiento, también el desarraigo. No hay nada más etnocéntrico que creerse a salvo si te hacen sentir que estás en un grupo bien sea familiar o territorial, eso es falso y hace que la gente se sienta segura en una ficción, por eso la poesía despierta la conciencia. El día anterior almomento de quererle, aunque no se hace explícito a qué lugar, es como un viaje, y ya en el segundo de los poemas aparece una maleta y enseguida un aeropuerto y el taxi hacia el hotel y más adelante se reitera la mención del mapa. Pero, como enseña la tradición, el tema del viaje es simbólico, el viaje es la vida, es la adquisición de la experiencia y también, al menos en ocasiones, es un viaje al interior de uno mismo hacia el propio conocimiento… Con todo, no faltan en estas páginas abundantes menciones de las cosas más sencillas de la vida diaria, como el armario ropero, o las notas paisajísticas, pero han de entenderse como anclajes mínimos para que el discurso fluya sin caer en abstracciones. Por lo tanto, se abre al campo y el yo se convierte en un nosotros porque a todos nos afecta la prepotencia de quienes están destruyendo este planeta poco a poco y desde hace años. No es un poemario ecológico, eso es como decir que un poemario es de amor. No me gustan esas etiquetas. La trilogía se cierra con Las proximidades, aquello que está próximo pero no le prestamos atención, es decir, mirar lo próximo, y mostrar que hay espacios más abiertos que el propio yo reconcentrado en el dolor y en la pérdida que ya pasaron por mi poesía. Vivir es recorrer diversas perplejidades. ECDP: Y, por tanto, ¿en qué se parecen y diferencian los dos libros últimos con el que está a punto de aparecer? CG: Tal como te he dicho, el parecido en estos tres libros es siempre el rescate del instante. Se trata del yo que percibe asombrado, viéndose como ser separado, pero también formando parte de la masa de gente, también percibiendo pensamientos que se hacen reales en el acto mismo de ser pensados, poemas –como ha dicho Candelas Gala- que son claroscuros y hacen perder el equilibrio llenándonos de incertidumbre sobre nuestro sentido del lugar y del tiempo. Podemos confiar en la naturaleza porque ella se regenera sin necesidad de que nadie venga a darle coordenadas, confiar y cuidar de ella. ECDP: Tu peculiar forma de utilizar los pronombres para dibujar tu personaje poético es lo que siempre ha llamado la atención de tus lectores y de alguna parte de la crítica. Imaginamos que también estará presente en Las proximidades esa búsqueda e investigación de voces poéticas apropiadas a cada momento del verso. CG: ¿Somos siempre los mismos? Repetimos algunos síntomas que condicionan nuestros actos y a veces, y por lo tanto, la misma historia se repite porque el inconsciente es un baúl que guarda todo lo que nos ha ocurrido y saca casi siempre los mismos trapos. El yo, en mis poemas, es cambiante, se va de aquí para allá y mira de cerca y de lejos. Me cuesta mucho analizar mi poesía. La crítica ha dicho en algún momento que en mis obras hay un pensamiento poético fragmentado. Pero no estoy del todo de acuerdo, porque un fragmento es parte de una unidad. Y en mi poesía el sujeto es la visibilidad que se esconde en una totalidad, pero no es fragmento, porque no está roto. ECDP: ¿Qué va encontrar de novedoso el lector en Las proximidades? ¿O en la poesía no existen las novedades? CG: La idea que recorre el poemario transita entre la sensación de tiempo como una velocidad que en un momento te detiene, también hay una idea de que la naturaleza es más sabia que nosotros y, a la vez, se siente cierta inquietud ante algo que todavía no ha sucedido. Las proximidades son aquellas distancias que nos separan de lo inmediato, como por ejemplo cuando crece un barrio y engulle el campo, cuando se aproxima una amenaza porque estamos dentro de la naturaleza y se está abusando de ella. Formamos parte, y no somos sus dueños. Son instantes de revelación que contienen contradicciones y se asientan en la certeza de que los sentidos desbloquean conceptos porque formamos parte de todo lo que existe y la angustia no nos deja saberlo porque vivimos distanciados de la sensación y de la lentitud. En poesía existen novedades pero estas llegan cuando cambian los condicionantes históricos, o bien porque alguien genial se adelanta a su tiempo. No se puede leer a Pedro Salinas o a Rafael Alberti como se leía en los años treinta. El tiempo ha pasado sobre cierta poesía. Sin embargo, tenemos también lo contrario y es que con el paso del tiempo la poesía muestra que no estaba equivocada. ECDP: La melancolía surge cuando el objeto extraviado es una misma. El poeta se sumerge dentro del poema para intentar encontrarse, entendemos. ¿Estos versos podrían servirnos de poética para Acontecimiento? CG: No, no confío en las poéticas. Se trata de una detención diferente. Fíjate, cuando salimos de los marcos donde vivimos y nos enfrentamos a situaciones nuevas lo que cuesta aceptar es que algo de nosotros queda en el camino, se extravió para siempre, por eso la melancolía es un afecto triste. Yo soy algo melancólica, por qué no. ECDP: ¿Y cómo ha conseguido encontrarse a sí misma Concha García a través de Acontecimiento? CG: Acontecimiento recoge ráfagas de escenas que suceden en aviones, habitaciones de hotel, apartamentos, o en automóviles recorriendo la estepa argentina; también en autobuses. Es decir, lugares donde la mirada sigue el recorrido y lo que se mueve no es quien mira sino lo que es mirado. Ese hallarse es un peligroso encontrarse, como decía Clarice Lispector, porque acabas comprendiendo que los lugares forman parte del movimiento de nuestras vidas y que mucha gente se tuvo y tiene que ir de sus casas contra su voluntad. El nomadismo es eso. Mi familia fue nómada porque se fue de Córdoba a Barcelona. Acontecer es tener conciencia de todo lo que ocurre desde afuera hacia adentro, salir del automatismo cotidiano, algo que te zarandea, sin cronología ni lugar. Como decía Derrida, un tiempo que desafía el tiempo hasta el punto de hacerlo posible. ECDP: En “Ordenando los libros” hablas del orden del mundo desde el símil de una estantería repleta de libros. Para ti, por tanto, hay una correspondencia entre esos dos órdenes. CG: Quizás sea lo contrario, el mundo es caótico, mantener un orden solo puede hacerse desde lo que nosotros ordenamos como la invención del reloj o la de los calendarios. Ordenar la estantería es una metáfora de intentar no sucumbir al caos. Tenebrosa alcancía es el orden dado, el poema se desarrolla en un plano distinto al título del mismo para que el contraste sea más evidente. Es algo que he trabajado en mis diarios, como Los antiguos domicilios, complementarios de Acontecimiento. ECDP: Los poemas contienen varios acertijos / que resultan ser llaves. Son versos deEl día anterior al momento de quererle. ¿Pero qué le abren esas llaves al lector de Concha García? ¿Son las mismas llaves de la Concha García de Cuántas llaves? CG: La poesía no es discursiva, tampoco nos explica conceptos, precisamente lo que la hace tan diferente y arrebatadora es que es pura verbalidad. ¿Qué quiero decir con eso? Generalmente rebasa la conciencia. Los grandes acontecimientos de la vida pasan casi sin que nos demos cuenta. Precisamente porque el inmenso campo de la realidad experimentada pero no conocida opera en la poesía. Por eso la poesía es un gran caer en la cuenta. Las palabras serían una metáfora que demuestra la dependencia de la escritura. Pero las palabras en algunos poemas son acontecimientos. El texto recoge el pensamiento; no todo, porque el pensar no se detiene. Vivir es un acontecimiento, lo que se abre iluminando aquí y ahora, lo que me afecta, lo que sólo es en mí, no poniéndome delante, cosificándome, sino lo real en mí, no siendo yo, sino en comunión con lo real. Los títulos de mis poemarios están incluidos en anteriores poemas, la palabra poética salta de un lugar para irse a otro, hay un continuum en la poesía que no acaba de saltar a otro lugar porque la poesía no es un discurso y se acerca más a lo que lo irracional. ECDP: En este poemario dices que la metáfora es el propio viaje. Y es verdad que el motivo del viaje es un importante actor secundario dentro de él. Estos viajes de los que hablas, además de variar el poema, ¿también te han cambiado la forma de entender la Poesía o, siendo menos pretenciosos, tu poesía? CG: Sí, el viaje interior y exterior. Viajar ha hecho entender la poesía. Por ejemplo en la Patagonia argentina la mayoría de los poetas tienen un yo más versátil, pueden colocarse en distintas posiciones, además, son mucho menos rígidos que nosotros. Eso solo es posible si eres de allí, yo no podría ser de otro lugar pero viajar me permite verme mucho mejor. ECDP: El mapa se extiende dentro. ¿Qué mapa conforman tus poemas? CG: Te refieres a unos versos de El día anterior al momento de quererle, libro que me gusta mucho. El poemario es justamente un mapa de experiencias, se divide en siete partes muy significativas: un día, otro día, una mujer, otra, un encanto, un desencanto, y el triunfo de lo caduco. El mapa señala lo cotidiano y en lo cotidiano se desarrolla la experiencia poética ensanchando los límites hasta formar una cartografía porque escribir forma parte del deseo, sin deseo no hay escritura posible. ECDP: Acontecimiento también habla del viaje. Has dicho que es un posible viaje hacia un no-lugar, más un traslado emocional o espiritual. El viaje como necesidad interior. ¿Es esta, por lo tanto, la chispa que desemboca en el poema? CG: Hablamos mucho de Acontecimiento, y sin embargo, en El día anterior al momento de quererle se producen también esos traslados emocionales yo diría que con mayor intensidad. El viaje recupera la lentitud, aunque parezca paradójico, en el viaje tesitúa en otra realidad y puedes vivir experiencias diferentes por eso el viaje nos transforma. Claro está que no me refiero a los viajes organizados y al todo incluido tan de moda ahora. ECDP: Han pasado casi 20 años de aquella antología, Ellas tienen la palabra, que tantas maldades provocó. Además de revalorizarse, literalmente (ha pasado de las primeras tres mil pesetas a los veinticinco euros), ¿qué ha quedado de ella, aparte de evidenciar la fuerza de un tipo de poesía a la que no estaban muy acostumbrados los academicistas de la época? CG: La publicación de Ellas tienen la palabra, teniendo en cuenta que hablamos de 1998, fue necesaria. La coyuntura era ideal ya que no se respetaba nada la poesía de las mujeres. Noni Benegas y Jesús Munárriz hicieron posible que los medios se ocuparan de ello y aquella antología, así como un número de Ínsula que se dedicó por completo a la poesía escrita por mujeres y la coordinamos Noni Benegas, Carlos Álvarez-Ude y yo misma, dieron la visibilidad necesaria gracias a la excelente reputación de la que gozaba tanto la editorial que la publicó como los antólogos, y, por supuesto, algunas de las poetas antologadas. La poesía ha salido de los encierros académicos y canónicos, se abre y extiende; por ejemplo encuentros como los de Moguer forman parte de estos movimientos que desterritorializan lo académico. Además, esto ocurre simultáneamente a la proliferación cada vez más abundante de programas para ordenadores o móviles que son concebidos para que la gente no piense. Todo ocurre al mismo tiempo. ECDP: También has confesado que te sientes marginada si te incluyen en una antología femenina. ¿Te sigue pareciendo bien haber sido incluida, entonces, en ella? ¿Has rechazado ser incluida en alguna específica? CG: Como he dicho antes, en 1998 fue necesario. Creo que muchas antologías de poesía escrita por mujeres en la actualidad no son más que catálogos, en muchos casos repetitivos, del mismo sonsonete. Lo ideal es que dejen de ser necesarias y punto. La poesía escrita por mujeres, por cierto, me parece que se ha arriesgado mucho más y lo sigue haciendo. Las transformaciones son muy lentas. ECDP: Otro de los rasgos que suelen resaltarse en su poesía es la cotidianeidad. Un concepto machacado y sobredimensionado hoy en día, pero de una importancia capital en los ochenta, en los años previos que derivaron en la poesía de la experiencia y en sus falsos epígonos e icónicos maestros. Sobre esto, has comentado que te vetaron una publicación por utilizar palabras tan renovadoras como “bragas”. ¿Erais conscientes de que estabais rompiendo demasiados moldes y que eso os llevaría a un segundo plano? CG: No, no era por eso que estábamos en un segundo plano, y menos quienes carecíamos de un marido o amante varón que nos mostrara agarradas del brazo del insigne protector. He visto muchas cosas en ese terreno y las reservo para mis diarios. Cuando vetaron la publicación de mi poemario Diálogos de la hetaira, en los años setenta, en la colección de poesía de la Diputación de Córdoba en efecto, se escandalizaron porque les pareció poco poética la palabra, como si no fuese algo tan común como unos calcetines o unas gafas de sol. En los ochenta dominaba la crítica el trío de los García, y a muchas no nos podían ni ver. Yo era consciente de que rompía moldes, hasta me llegaron a decir que dejara de escribir así y que me cambiara el nombre por un seudónimo ya que Concha García era poco poético. Ah, cuántas cosas nos pasaron. Éramos tan temerosas en el fondo, tan miedosas. Nos tuvimos que unir para abrirnos paso y nacieron los encuentros de Mujeres Poetas, el primero se celebró en Vigo en 1998. ECDP: ¿No aburre que cada equis tiempo las poetas tengan que salir a defender que saben escribir poesía muy bien? CG: En general, me aburren los poetas que salen a defender que escriben poesía muy bien. Pareciera que la necesidad de explicarlo sea una pseudoayuda para las mujeres, que no tienen confianza en su propia escritura. ECDP: ¿Qué libros tienes ahora en la mesilla? CG: Topofilia, de Yi.FuTuan; los Diarios últimos (1951-1956) de Zenobia Camprubí; el último poemario de Selva Casal: Abro la puerta de un jardín de plata, y los libros que conseguí en Moguer: el tuyo, que es muy bueno, Los hijos de Ulises; el de Antonio Orihuela o el de Juan Gabriel Jiménez… Ah, y Las formas del Olvido, de Marc Augé. Me gusta leer varios libros a la vez, los elijo dependiendo del momento y la circunstancia. Muchas gracias por todo, Concha. DOS POEMAS DE LAS PROXIMIDADES (Ed. Calambur, en prensa)
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ENTREVISTAS
El Coloquio de los Perros. CABEZAS, ISMAEL
CAMARASA, RAFAEL CARBAJOSA, NATALIA CARIDE, ALBERTO CARRILLO, VIRIDIANA CÉLINE CEREZUELA, ANA CERVERA, RAFA CHEJFEC, SERGIO CHEJFEC, SERGIO [5] CHESSA, ALBERTO CHESSA, ALBERTO [Anatomía de una sombra] CHICO, ÁLEX CISNERO, ALBERTO COMAN, DAN CONTRERAS, NADIA CORTINA, ÁLVARO CRUZ, GINÉS DELGADO, DESIRÉE DÍAZ, ANA CLAUDIA DÍEZ, JOSÉ MANUEL DOMINIQUE A ELENA PARDO, CRISTINA ELKOURI, RIMA ESPEJO, JOSÉ DANIEL ESPEJO, JOSÉ DANIEL [Perro fantasma] FONT, VIOLETA GALÁN, JULIO CÉSAR GALÁN MOREU, SALVADOR GALÁN MOREU, SALVADOR [No fall] GALINDO, BRUNO GALLARDO, JOSÉ MANUEL GALLUD, EVA GALVÁN, ANI GAMBOA, JEYMER GARCÍA, CONCHA GARCÍA, DIEGO L. GARCÍA JIMÉNEZ, SALVADOR GARCÍA LÓPEZ, ERNESTO GARCÍA MELLADO, ISABEL GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARRIDO PANIAGUA, RODRIGO GASS, CARLOS GINÉS, ANTONIO LUIS GINÉS, ANTONIO LUIS [Antonov] GÓMEZ, MACARENA GÓMEZ BLESA, MERCEDES GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO [QUIROMANTE] GONZÁLEZ LAGO, DAVID GRACIA, ÁNGEL GROZO, DANIEL GUERRA NARANJO, ALBERTO HENDERSON, DAIANA HERNÁNDEZ, GALA HERNÁNDEZ, JULIO HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [EL DOLOR DE LOS DEMÁS] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [ANOXIA] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [TIEMPO POR VENIR] HERNÁNDEZ BUSTO, ERNESTO IRIBARREN, KARMELO C. JORGE PADRÓN, JUSTO KASZTELAN, NURIT LADDAGA, REINALDO LAYNA RANZ, FRANCISCO LEZCANO, YULEISY CRUZ LINAZASORO, KARLOS LLOR, DOMINGO LOBATO, FLORA LÓPEZ, PABLO LÓPEZ AGÜERA, FULGENCIO ANTONIO LÓPEZ KOSAK, ANDREA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA [Qué mundo tan maravilloso] LÓPEZ POMARES, ALEJANDRO LÓPEZ SANDOVAL, DAVID LÓPEZ SORIA, MARISA LOUZAO, ALICIA MACHUCA, LUIS MAESTRO, JESÚS G. MALAVER, ARY MANUELA, ADRIANA MARGARIT, LUCAS MARÍN, MARÍA MARÍN, MARIO MARÍN ALBALATE, ANTONIO MARQUARDT, ANJA MART, BLANCA MARTÍ VALLEJO, MAITE MARTÍN, RUBÉN MARTÍN GIJÓN, SUSANA MARTÍN IGLESIAS, VÍCTOR MARTÍNEZ CASTILLO, ANA MENDOZA, NURIA MESA, SARA MICÓ, JOSÉ MARÍA MIGUEL, LUNA MIRALLES, INMA MOGA, EDUARDO MOLINO, SERGIO (DEL) MONTEVERDE, JULIO MONTEVERDE SÁNCHEZ, CONCEPCIÓN MOR, DOLAN MORALES, JAVIER MORANO, CRISTINA MORENO, ANTONIO MORENO, ELOY MORENO, JAVIER MORENO, SEBASTIÁN MORENTE, ESTRELLA MOYA, MANUEL MUÑOZ, MIGUEL ÁNGEL NAVARRO, ÓSCAR NETO DOS SANTOS, MANUEL NIETO, LOLA NORDBRANDT, HENRIK NUÑO, SIHARA OLMOS, ALBERTO OREJUDO, ANTONIO ORTIZ, DEMIAN ORTIZ ALBERO, MIGUEL ÁNGEL PALOMEQUE, AZAHARA PAPELES DEL NÁUFRAGO [Antonio Lafarque y Aníbal García] PARDO VIDAL, JUAN PARRA SANZ, ANTONIO PEÑA DACOSTA, VÍCTOR PEÑALVER, PATRICIO PEÑAS, ESTHER PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Querida hija imperfecta] PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Las sumas y los restos] PÉREZ LEAL, AGUSTÍN PÉREZ MONTALBÁN, ISABEL PERONA, JESÚS PICÓN, EMILIO PRADA, JUAN MANUEL DE PRUDENCIO, JESÚS PUJANTE, BASILIO PUJANTE, MANUEL QUIJANO SÁNCHEZ, EDUARDO RÍOS, BRENDA RIVAS GONZÁLEZ, MANUEL ROBLES, SALVA RODRÍGUEZ, ALFREDO RODRÍGUEZ, ALFREDO [Urre Aroa] RODRÍGUEZ, ALFREDO [Días del indomable] RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, ANTONIO RODRÍGUEZ PAPPE, SOLANGE ROMERO MORA, J.D. ROMERO MORA, J.D. [En el desvarío] ROSADO, JUAN JOSÉ ROSSELL, MARINA RUDEL, JAUFRÉ RUIZ GUERRERO, Mª CARMEN SALSE BATÁN, ALEJANDRO SÁNCHEZ, GINÉS SÁNCHEZ, GINÉS [2096] SÁNCHEZ, GINÉS [MUJERES EN LA OSCURIDAD] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [El nudo] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [FACTBOOK] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LA CADENA DEL FRÍO] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LOS QUE ESCUCHAN] SÁNCHEZ GÓMEZ, MARISOL SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS [Pastillas debajo de la lengua] SÁNCHEZ MENÉNDEZ, JAVIER SÁNCHEZ ROBLES, MIGUEL SÁNCHIZ, ANTONI SANTOS, ABEL SCHWEBLIN, SUSANA SEÑOR, RUBÉN SERRANO, PABLO SORIANO, ADA SUANE, SAÚL TRIGUEROS, SARA J. ÚBEDA, ANABEL URÍA, JUAN MANUEL VAL, FERNANDO DEL VALDÉS, ANDREA VALERO, MANUEL VALLÈS, TINA VARAS, VALENTINA VEGA, MIGUEL VERA FIGUEROA, ALBA VICENTE, TERESA VICENTE CONESA, FRANCISCO VILA-MATAS, ENRIQUE Hemeroteca
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