La cadena del frío Entrevista realizada por JOSÉ ÓSCAR LÓPEZ A través de la poesía de Diego Sánchez Aguilar, el lector accede a una manera de ver el mundo que difícilmente podrá olvidar después. Su exactitud e inteligencia parecen cumplir ese régimen sobre el mundo emocional que para la poesía buscaron tantos, desde Unamuno o Juan Ramón a T. S. Eliot. Tras Diario de las bestias blancas (Premio Internacional de Poesía Dionisia García, 2008) y Las célebres órdenes de la noche (La Palma, 2016), el autor nos propone ahora, con La cadena del frío (La estética del fracaso, 2020), una especie de film “musical” basado en el disco Kid A de Radiohead, o una adaptación de este a una poesía que mezcla géneros y medios libremente, de manera explosiva, para precipitar una voz visionaria y sobrecogedora que nos llevará a un Eternamente Presente y Eternamente Diferido Año 2000: el Año de la Pirámide, el Año del frío y las cadenas. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS. Este libro parece muy emparentado con tu anterior libro, la novela Factbook. El libro de los hechos (Candaya, 2019). Ambas proyectan una mirada apocalíptica y distópica y es como si hubiera salido de las mismas sesiones visionarias en torno a nuestro mundo, de la misma urgencia con respecto a nuestro tiempo. —DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR: Sí, hay muchas cosas en común entre ambos libros. Como bien dices, los dos surgen de una mirada angustiada sobre un presente humano, social y político que ofrece unas imágenes de futuro ciertamente oscuras. En la novela, por las propias características del género, me atuve más a la realidad histórica de un país concreto, España, a pesar de los elementos fantásticos que introduje. En el poemario decidí crear ese tiempo-espacio puramente ficticio del Año 2000 o Año de la Pirámide, porque el género poético suele ser más propicio para prescindir de contextos históricos precisos. Pero ha habido trasvase de ideas entre ambos libros en cosas muy concretas, como por ejemplo la idea de la criogenización, la idea del frío, o la indiferencia y la parálisis como formas de respuesta del individuo frente a un poder abstracto, global y sin rostro que aniquila toda idea de futuro y lo sustituye por un eterno presente congelado. —ECP: Hablamos de “apocalipsis”, que además de significar “desastre final” es también el libro final del Antiguo Testamento, y lo cierto es que en tu obra hay un tono bíblico y religioso, acaso por el lado de lo visionario y lo profético. «La literatura es el conjunto de fragmentos dispersos de una religión cuyos dioses murieron de aburrimiento, entre el cielo y los espejos», escribes al principio de La cadena del frío. ¿Es tu poesía una poesía religiosa sin religión? —DSA: La idea de religión es demasiado amplia y difusa como para aceptar la definición de “poesía religiosa” sin perderse en explicaciones y aclaraciones infinitas. La literatura que me gusta, y la que intento, pone al hombre frente a un abismo. Lo coge de las solapas, le quita la ropa, le sitúa en medio de un agujero negro y, sobre todo, coge su nombre, y el nombre de las cosas que cree conocer y se las escupe en la cara. Hay algo en la literatura de violento, de reacción contra la idea del hombre como dominador del universo y de su destino que es hoy día el sentido común del coach, del periodista y del empresario. Hay algo en la literatura que te dice: “mírate”, “mira el mundo sin ti”, “mira lo que has hecho”, “mira quién eres”. Y, sí, puede que todo esto suene muy religioso. —ECP: Sorprende la forma en que la música que amamos se transforma en el fantasmal escenario poético de La cadena del frío. «La música despliega su batalla de planetas sin órbita», escribes. Otro de tus poemas más memorables, uno que tiene un efecto sobrecogedor en el público, cuando te he visto recitarlo en varias ocasiones, es el que menciona la canción ‘Idioteque’ de Radiohead en el título; un poema que habla, entre otras cosas, de una camiseta de Los Ramones. —DSA: La camiseta de los Ramones es el único elemento biográfico de un libro que es pura poesía-ciencia-ficción. Y ese poema es el primero que escribí, y el que dio origen a todo el libro, a la idea de la distopía, de la glaciación y todo lo demás. En ese poema hay una doble mirada biográfica e histórica. El adulto mira al joven que fue y se da cuenta del engaño que subyacía en aquellos valores icónicos de rebeldía y ardor rockero: su transformación en adulto coincide históricamente con la transición del siglo XX al siglo XXI, con el abandono de los ideales comunitarios del siglo XX, sustituidos por el individualismo extremo (‘Idioteque’) del XXI, la Cuarta Glaciación. La fagocitación de todos los iconos del rock y el punk por el Mercado Infinito actúan como elemento de unión de esa anagnórisis lánguida y fría del personaje. —ECP: «El rock and roll ha muerto», dices en ese poema mencionado, que es una celebración de los Ramones, y de una camiseta de los Ramones: una celebración del poder de la música, que forma parte de la vida de uno y acaba también siendo parte del relato del mundo. El poema celebra el mundo, al tiempo que lo pone en “crisis”. Es como un canto a la belleza del mundo, mientras el mundo se evapora delante de nosotros o se convierte en hielo. —DSA: Sí, también hay mucho de nostalgia en ese poema, y creo que es único del libro en el que la hay. Porque, pese a todo el engaño juvenil que pudiera haber tras ese discurso rockero de la destrucción, la revolución y el rechazo de una ideología que lo fagocitó sin problema, también hay una belleza inmensa en su gesto inútil contra un dios invisible pero todopoderoso. Es la belleza de un fuego lejano que se está apagando, cuando se mira desde la distancia del hielo. —ECP: El libro tiene una fuerte componente filosófica, pero es algo que no dificulta la lectura: se introduce de forma muy natural. Da la sensación de que la voz poemática va mostrando el mundo mientras lo comprende —y a la vez que el mundo olvida su nombre: es uno de los leitmotive o ritornellos de este libro y de otros tuyos—: todas las cosas olvidan el nombre del protagonista, de forma que es el protagonista de tu libro quien tiene que buscar el nombre de las cosas. —DSA: El protagonista del libro tiene que buscar el nombre de las cosas porque habita un espacio poético, y el mandato romántico de “habitar poéticamente el mundo” es también un mandato ético que creo que ya solo tiene lugar en el acto literario (o, desde luego, no en Netflix): redefinir las cosas, buscar su nombre, más allá de su valor o de su utilidad, es el verdadero acto revolucionario: es un acto de conocimiento (filosófico) y de torsión del lenguaje (poético). En la literatura hay algo de actividad radical, pues pone en cuestión la idea de mundo tal y como este queda definido en el “sentido común”. Ese partir de cero que supone siempre la página en blanco es una impugnación de la cotidianeidad, del lenguaje común, de la historia y de todo aquello que damos por sentado y firmemente establecido. Y ahí hay que empezar a buscar el nombre de las cosas, para entenderlas un poco mejor, o para perderse definitivamente, como le sucede al protagonista del libro. —ECP: Tu poesía también tiene una importante veta narrativa, creo, sobre todo a través de la voz del poema. Resulta épica, porque está protagonizada por personajes y también por lo que esa voz tiene de relato del mundo, sin dejar de ser al mismo tiempo una constante aprehensión lírica de todo lo que rodea a quien habla. ¿Dónde empieza el personaje y dónde el autor, en tu poesía? —DSA: Necesito al personaje por lo que he dicho antes. Si pienso en una poesía confesional, en la que está mi biografía, con ella entra también un mundo ya cerrado y definido. Crear un personaje me fuerza a crear un mundo, un espacio, un tiempo, un ambiente en el que viva ese personaje, y en ese proceso de creación, de preguntar(me) quién es ese personaje, qué hace, qué quiere, dónde vive, es donde encuentro ese abismo de los nombres que me ofrece una comprensión de la realidad que solo encuentro en la escritura. Crear un personaje me permite también una distancia desde la que mirarme a mí mismo: miro al personaje y me doy cuenta de que estoy viéndome a mí mismo desde fuera; no realmente como en un espejo (especulación, identidad, filosofía) sino de una forma distinta, como horror y extrañeza (poesía): en el personaje veo al extraño que soy, monstruo, dibujo animado, perplejo, buscando. —ECP: Da la sensación de que La cadena del frío es como una voz en off en una película de vanguardia y, a la vez, la puesta en imágenes de lo que se ve en la película, dado que tu poesía es muy visual. Quiero decir que mezclas géneros y medios —cine o música, además de la poesía y la narrativa— y a la vez hay una ambición que a mí me recuerda al tono de los grandes poemas de Álvaro de Campos, Rilke o T. S. Eliot, por ejemplo; o las mismas vanguardias clásicas hispánicas de principios de siglo XX en poesía: Altazor de Vicente Huidobro o Sobre los ángeles de Rafael Alberti. Una poesía —y reflexión, y narración— dominada por imágenes. —DSA: Has nombrado a casi todos los referentes más directos a los que acudo con frecuencia. Me gusta mucho la poesía de la imagen y del pensamiento y el tono épico. Las viejas vanguardias son algo a lo que vuelvo siempre. Sé que hay un componente de nostalgia en esa querencia por la literatura más ambiciosa del siglo XX, que en parte tiene que ver con mi educación literaria y sentimental, con la edad de los grandes descubrimientos; pero también creo que hay en aquella ambición radical algo que me interpela de forma muy directa y que yo considero una brasa todavía viva, capaz de alimentar fuegos a pesar de habitar estos tiempos fríos. Por cierto, tu referencia a la voz en off de una película de vanguardia como definición del tono del poemario me encanta. No lo había pensado nunca de forma tan explícita, pero en cierto modo, si imagino este libro como una película, sin duda sería algo similar a La Jetée, con la voz en off sobre imágenes fijas de paisajes helados distópicos. —ECP: En Factbook lo hacías en mayor medida, pero aquí también creo que hay una apelación a la resistencia, incluso a la acción política, al menos en forma de concienciación: buena parte del mundo es un señalar, un hacer que se revele al lector el mundo en que vivimos. La cadena del frío es como un 1984 —o una novela de Philip K. Dick, también a través del disco de Radiohead— actualizado y real, ahí fuera.
—DSA: No creo que haya, ni aquí ni en Factbook, una llamada directa a la acción política. Sí puede haber, como dices, un proceso de concienciación, de mirada sobre la realidad que expone ciertos mecanismos o desvela lo que hay debajo de determinadas palabras y conceptos que damos por neutros o por incuestionables. Descubrir su esencia perversa, la intencionalidad de las definiciones y transformaciones, así como la fragilidad que hay tras su aparente fuerza, es una tarea de la literatura, sin duda, y es en el lector en quien se puede dar esa llamada a la acción, más que en el libro.
2 Comentarios
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20/9/2022 06:29:59 am
Buenos días señor / señora,
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Alberto Damian
24/10/2022 12:35:49 am
Buen día,
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ENTREVISTAS
El Coloquio de los Perros. CABEZAS, ISMAEL
CAMARASA, RAFAEL CARBAJOSA, NATALIA CARIDE, ALBERTO CARRILLO, VIRIDIANA CÉLINE CEREZUELA, ANA CERVERA, RAFA CHEJFEC, SERGIO CHEJFEC, SERGIO [5] CHESSA, ALBERTO CHESSA, ALBERTO [Anatomía de una sombra] CHICO, ÁLEX CISNERO, ALBERTO COMAN, DAN CONTRERAS, NADIA CORTINA, ÁLVARO CRUZ, GINÉS DELGADO, DESIRÉE DÍAZ, ANA CLAUDIA DÍEZ, JOSÉ MANUEL DOMINIQUE A ELENA PARDO, CRISTINA ELKOURI, RIMA ESPEJO, JOSÉ DANIEL ESPEJO, JOSÉ DANIEL [Perro fantasma] FONT, VIOLETA GALÁN, JULIO CÉSAR GALÁN MOREU, SALVADOR GALÁN MOREU, SALVADOR [No fall] GALINDO, BRUNO GALLARDO, JOSÉ MANUEL GALLUD, EVA GALVÁN, ANI GAMBOA, JEYMER GARCÍA, CONCHA GARCÍA, DIEGO L. GARCÍA JIMÉNEZ, SALVADOR GARCÍA LÓPEZ, ERNESTO GARCÍA MELLADO, ISABEL GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARRIDO PANIAGUA, RODRIGO GASS, CARLOS GINÉS, ANTONIO LUIS GINÉS, ANTONIO LUIS [Antonov] GÓMEZ, MACARENA GÓMEZ BLESA, MERCEDES GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO [QUIROMANTE] GONZÁLEZ LAGO, DAVID GRACIA, ÁNGEL GROZO, DANIEL GUERRA NARANJO, ALBERTO HENDERSON, DAIANA HERNÁNDEZ, GALA HERNÁNDEZ, JULIO HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [EL DOLOR DE LOS DEMÁS] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [ANOXIA] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [TIEMPO POR VENIR] HERNÁNDEZ BUSTO, ERNESTO IRIBARREN, KARMELO C. JORGE PADRÓN, JUSTO KASZTELAN, NURIT LADDAGA, REINALDO LAYNA RANZ, FRANCISCO LEZCANO, YULEISY CRUZ LINAZASORO, KARLOS LLOR, DOMINGO LOBATO, FLORA LÓPEZ, PABLO LÓPEZ AGÜERA, FULGENCIO ANTONIO LÓPEZ KOSAK, ANDREA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA [Qué mundo tan maravilloso] LÓPEZ POMARES, ALEJANDRO LÓPEZ SANDOVAL, DAVID LÓPEZ SORIA, MARISA LOUZAO, ALICIA MACHUCA, LUIS MAESTRO, JESÚS G. MALAVER, ARY MANUELA, ADRIANA MARGARIT, LUCAS MARÍN, MARÍA MARÍN, MARIO MARÍN ALBALATE, ANTONIO MARQUARDT, ANJA MART, BLANCA MARTÍ VALLEJO, MAITE MARTÍN, RUBÉN MARTÍN GIJÓN, SUSANA MARTÍN IGLESIAS, VÍCTOR MARTÍNEZ CASTILLO, ANA MENDOZA, NURIA MESA, SARA MICÓ, JOSÉ MARÍA MIGUEL, LUNA MIRALLES, INMA MOGA, EDUARDO MOLINO, SERGIO (DEL) MONTEVERDE, JULIO MONTEVERDE SÁNCHEZ, CONCEPCIÓN MOR, DOLAN MORALES, JAVIER MORANO, CRISTINA MORENO, ANTONIO MORENO, ELOY MORENO, JAVIER MORENO, SEBASTIÁN MORENTE, ESTRELLA MOYA, MANUEL MUÑOZ, MIGUEL ÁNGEL NAVARRO, ÓSCAR NETO DOS SANTOS, MANUEL NIETO, LOLA NORDBRANDT, HENRIK NUÑO, SIHARA OLMOS, ALBERTO OREJUDO, ANTONIO ORTIZ, DEMIAN ORTIZ ALBERO, MIGUEL ÁNGEL PALOMEQUE, AZAHARA PAPELES DEL NÁUFRAGO [Antonio Lafarque y Aníbal García] PARDO VIDAL, JUAN PARRA SANZ, ANTONIO PEÑA DACOSTA, VÍCTOR PEÑALVER, PATRICIO PEÑAS, ESTHER PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Querida hija imperfecta] PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Las sumas y los restos] PÉREZ LEAL, AGUSTÍN PÉREZ MONTALBÁN, ISABEL PERONA, JESÚS PICÓN, EMILIO PRADA, JUAN MANUEL DE PRUDENCIO, JESÚS PUJANTE, BASILIO PUJANTE, MANUEL QUIJANO SÁNCHEZ, EDUARDO RÍOS, BRENDA RIVAS GONZÁLEZ, MANUEL ROBLES, SALVA RODRÍGUEZ, ALFREDO RODRÍGUEZ, ALFREDO [Urre Aroa] RODRÍGUEZ, ALFREDO [Días del indomable] RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, ANTONIO RODRÍGUEZ PAPPE, SOLANGE ROMERO MORA, J.D. ROMERO MORA, J.D. [En el desvarío] ROSADO, JUAN JOSÉ ROSSELL, MARINA RUDEL, JAUFRÉ RUIZ GUERRERO, Mª CARMEN SALSE BATÁN, ALEJANDRO SÁNCHEZ, GINÉS SÁNCHEZ, GINÉS [2096] SÁNCHEZ, GINÉS [MUJERES EN LA OSCURIDAD] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [El nudo] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [FACTBOOK] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LA CADENA DEL FRÍO] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LOS QUE ESCUCHAN] SÁNCHEZ GÓMEZ, MARISOL SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS [Pastillas debajo de la lengua] SÁNCHEZ MENÉNDEZ, JAVIER SÁNCHEZ ROBLES, MIGUEL SÁNCHIZ, ANTONI SANTOS, ABEL SCHWEBLIN, SUSANA SEÑOR, RUBÉN SERRANO, PABLO SORIANO, ADA SUANE, SAÚL TRIGUEROS, SARA J. ÚBEDA, ANABEL URÍA, JUAN MANUEL VAL, FERNANDO DEL VALDÉS, ANDREA VALERO, MANUEL VALLÈS, TINA VARAS, VALENTINA VEGA, MIGUEL VERA FIGUEROA, ALBA VICENTE, TERESA VICENTE CONESA, FRANCISCO VILA-MATAS, ENRIQUE Hemeroteca
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