Entrevista: ÁNGEL MANUEL GÓMEZ ESPADA Me lo habían recomendado demasiadas personas como para no haber dado el salto. Empecé, quiso el azar ponerlo así en mis manos, con “La ciudad”, una de sus antologías. No por nada en especial, solo porque tengo mucho aprecio por esa colección, Antologías, que tantos buenos ratos me ha provocado. Descubrí a uno de esos poetas intensos, que aman la vida por encima de sí mismos y su propio ego, pacto fundamental que está muy bien en los difíciles tiempos que corren. Lo que dice deja poso. Es de esos libros que se leen en voz alta, a la gente que nos importa. Poesía que se quiere gritar a los cuatro vientos y que cala, como la belleza de la lluvia cala. Quizás sea por ello que es tan respetado y su secreto se hereda de amigos. Los que te quieren de verdad, te lo recomiendan. Su generosidad hizo el resto y aquí estamos hoy hablando. La única pena que tengo es la de no haber puesto unas cañas por el medio. EL COLOQUIO DE LOS PERROS: Está a punto de sacar un nuevo poemario, ¿qué cree que ha dicho en él que no había dicho antes? KARMELO C. IRIBARREN: No busco decir nada nuevo, me conformo con que en el libro vayan unos cuantos poemas dignos de tal nombre. La novedad, como tantas otras cosas, la dejo para los jóvenes. ECDP: Sin embargo, o por eso mismo, advierte al lector futuro en una de sus redes sociales: no hay trampas, son los mismos temas de siempre en los mismos entornos de siempre. ¿Es, por lo tanto, un pulso vital continuo entre el poeta y el hombre lo que nos dice en estos versos nuevos? KCI: Los poemas llegan como y cuando quieren. De momento les hago sitio en mi vida. Voy sumando, sin más. ECDP: ¿Cuáles son esos planes de los que habla su próximo poemario, Haciendo planes? KCI: Es un título irónico, que en realidad viene de un verso. Mis planes se reducen al café de esta tarde. ECDP: ¿Y cuáles quedan después de estos planes? KCI: Todos. Mientras sigan existiendo los bares, los libros y las… ECDP: Dice Abelardo Linares que usted descree de la poética con mayúsculas, prefiriendo la poesía con minúsculas. ¿Cuál sería su “poética” en la actualidad? ¿Dista mucho de la de aquel autor de “La condición urbana”? KCI: Contar mi vida, o la de alguien muy parecido a mí, de manera que el lector pueda creer que le estoy contando la suya. Y si hay suerte, emocionar un poco. Y entretener. Siempre ha sido así. Aunque yo no sea el mismo. ECDP: Hace poco leí que sus poemas pueden contemplarse con la misma intensidad y parsimonia que un bodegón. Nosotros estamos de acuerdo con esa opinión, puesto que el bodegón es un gran trampantojo para el espectador: nos cuenta lo poco o lo mucho que nosotros queramos leer en ellos. Y usted, ¿está de acuerdo con la idea de ver sus poemas como bodegones? KCI: Hay algo de verdad en ello. La cercanía de los elementos representados y la disposición, nunca casual, de los mismos, se dan en ambos casos. También puede verse mi poesía como una gran bodega a la que van a parar todos los momentos de una vida, como cacharros viejos, una vez que han sido vividos, “utilizados”. Esta última comparación quiero verla con ironía. ECDP: Algunos críticos se aventuran a hablar de su poesía como “realismo limpio”. Usted presenta sus poemas como latigazos despojados de todo ornato. No distrae con artificios, huye de ellos. Pero, como lector, ¿también huye de ellos? KCI: No premeditadamente. Pero es cierto que los poemas que sigo leyendo, que me siguen acompañando, son deudores de esa forma de hacer. Quizás yo soy en eso, en el despojamiento, un caso extremo. A veces me pregunto si de tanto podar no me llevaré por delante más de una vez la poca poesía que quizás había conseguido atrapar en alguna versión anterior al poema publicado. Quién sabe. Me gustan los poemas, más que los poetas en bloque. Salvo algunos casos, de los que me gusta todo. Pero son los menos. ECDP: Hay una ironía amarga y melancólica en sus poemas que habla de la derrota, de lo mucho que nos cuesta aceptarla, de cómo entendemos la vida y de cómo nos aferramos a sus complicaciones, cuando a veces es tan sencilla y hermosa como el vuelo de una bolsa de plástico o las agujas de un reloj. ¿Dentro de sus poemas se siente al resguardo de toda la mierda que se nos cruza diariamente? KCI: Son mi lectura del mundo, de la vida, me sirven para explicármelo unas veces, resguardarme de él otras… Y, sobre todo, me sirven para seguir adelante, me hacen compañía, en esta singladura sin esperanza ni estrategia… ECDP: Un tema recurrente en su obra es la fragilidad de los sueños, y de cómo cuando estos se resquebrajan, volvemos de lleno a una realidad no deseada. ¿Se han cumplido sus sueños, los que tenía cuando comenzó a escribir? KCI: El problema de los sueños suele estar en el tamaño. Los pequeños incluso ayudan a vivir. Pero hoy a la gente le han engañado diciéndole que todo es posible. En fin, los sueños son la película, la vida lo que pasa cuando sales a la calle. Yo esto lo aprendí muy pronto, y eso que no me podía permitir ir mucho al cine. Eso y que al día siguiente de cumplirse empiezan a parecernos más pequeños. Los sueños son siempre una trampa en la que hay que caer, sin hacerse mucho daño, a ser posible. De otra manera la vida sería insoportable, supongo. ECDP: ¿Cómo ve la función del poeta en un siglo tan complejo como el que hemos comenzado recientemente? KCI: La función principal de un poeta es tratar de escribir buenos poemas. No creo que el siglo importe en este asunto. Mientras haya crepúsculos y enamorados y preguntas sin respuesta, habrá poesía. ECDP: Leyendo “Versos que el viento arrastra” uno piensa en greguerías. Yo lo pensé mientras lo leía, luego vi que los críticos coincidieron (lo que no me hace muy original). Hay un tono lúdico y festivo que contrasta con el poso melancólico y elegíaco su producción anterior. ¿En qué otros aspectos cree que este libro es diferente al resto de su producción? Pues, si no me equivoco, usted también estaba de acuerdo en ver que estos poemas no encajaban en su obra habitual. KCI: Ese libro va en una colección de literatura infantil. Para escribirlo me dije: ¿Si yo fuese ahora niño, qué me gustaría leer? Y me salió lo que me salió, un libro diferente, extraño, en el que como dices conviven la greguería con el apunte al carboncillo de lo que me cuenta la vida. Son poemas breves, leves, que el viento se lleva de aquí para allá, como a esa bolsa de plástico en la acera. Se ha agotado la segunda edición, aunque no sabría decir si por los niños o por las madres. ECDP: Con la enésima revolución en las redes sociales protagonizadas por los escritores nos han tocado las pensiones y los derechos de autor. Hemos leído, incluso, que hay grandes premios nacionales que están pensando en dejar de escribir ante tal injusticia ministerial, social y gubernamental. ¿Lo ve cómo un postureo social? ¿Cree que un poeta no puede dejar de escribir por mucho que le toquen los garbanzos? ¿O es que a los poetas les va la marcha y lo que mejor saben hacer es quejarse públicamente? KCI: No sé de qué va ese asunto. Me faltan datos. Vivo bastante desconectado de la política. Siempre me he llevado mal con la demagogia. Y a estas edades hay que cuidarse y no perder el tiempo. ECDP: Tanto “La ciudad”, una antología capital para entender su obra, como “Seguro que esta historia te suena” ya van por la tercera edición y en cada una de ellas se va engrosando con nuevos poemas. ¿Dónde cree que radica el éxito de ventas de sus libros?
KCI: La palabra éxito a mí me viene grande, eso es cosa de otros. Tengo lectores, eso sí, que me siguen con una extraña fidelidad. Creo que se debe a que mi poesía se entiende y habla de cosas que les afectan, que tienen que ver con sus vidas. A mí me lee mucha gente que no lee habitualmente poesía, y otros se han enganchado al género gracias a la lectura de mis poemas. Eso sí me enorgullece, valga la expresión. Ahora bien, los que canonizan siguen diciendo lo mismo: con esa música a otra parte. Lo que no deja de ser una obviedad, porque yo siempre he estado en otra parte, las calles, los bares, las plazas, viendo llover… ECDP: ¿Podríamos aventurar que “Seguro que esta historia te suena” es su particular “Museo de Cera”? Así podrá decir continuamente que después de ese libro siente que no tiene nada más que contar, como dijo cuando vio la luz por primera vez, hace más de una década. KCI: Ese museo es demasiado grande para mí. A veces me digo que cuando llegue a los mil poemas, lo dejo. Voy por los setecientos. Hablamos entonces, aunque seguro que me pasa lo mismo que hace diez años, que me tengo que desdecir. Gracias.
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Entrevista: ÁNGEL MANUEL GÓMEZ ESPADA Conocí a Daiana Henderson recientemente. En París. 48 horas antes de los atentados del 13 de Noviembre. En la librería “Cien fuegos”, que un aventurero ha consagrado a libros en castellano. En el mismo “barrio” trágico, el 11, donde se desataría todo el horror. Vino a hacer una lectura y de allí me traje unos ejemplares de su proyecto editorial, Neutrinos, junto a Christian Monti, donde encontré auténticas delicias y pequeñas joyas. Fui a su encuentro subyugado por la fuerza de su poesía, de su Humedal, que el responsable de Ediciones Liliputienses, José María Cumbreño, tuvo la feliz idea de publicar en nuestro país. Aprovechamos el después para hablar y beber vino, en una velada hermosa y tranquila que en absoluto presagiaba lo que después iba a pasar. Tanto Silvia Terrón como Sara Herrera Peralta y un servidor les apuntamos algunos imprescindibles de París. Luego la ciudad colapsó y se rompió de alguna manera. Ignoro si les dio tiempo a hacer algo de lo que les propusimos, pero espero que se hayan arropado con los recuerdos de esos momentos dionisiacos en la librería a su vuelta cuando evoquen París, y no todo lo demás. Una autora que no se pueden perder, si es que de verdad les gusta el rollo este de la poesía. O, mejor dicho, de la Poesía. EL COLOQUIO DE LOS PERROS: ¿Qué es lo primero que se le pasa por la cabeza a alguien cuando la llaman de otro país para decirle que quieren publicarle toda su producción completa? DAIANA HENDERSON: Por supuesto una alegría muy grande, más aún siendo que yo ya era una lectora del catálogo de Liliputienses, una editorial a la que admiro mucho. Y por otro lado algo de vértigo de saber que los poemas que escribí son tan independientes de mí que hasta viajan a lugares del mundo que yo no conozco. ECDP: ¿Y qué tal las críticas que está recibiendo Humedal, tanto en nuestro país como en el suyo? ¿Cómo las percibe su autora? DH: Los libros que componen Humedal, que son tres (El gran dorado, 2012; A través del liso, 2013 y Un foquito en medio del campo, 2013), han tenido muy buena recepción. En Argentina, especialmente, El gran dorado y Un foquito fueron foco de reseñas muy positivas e interesantes al momento de publicarse. Pero en especial muchas personas me escriben ocasionalmente haciéndome comentarios sobre el libro que acaban de leer, sobre el contexto en que lo leyeron o la lectura que hacen sobre un poema en particular… por lo que me considero bastante afortunada de poder dialogar directamente con ese lector invisible, desconocido, para el que escribo. ECDP: Visto como un conjunto, ¿qué le ha aportado Humedal al entenderlo como un todo, recopilador completo de su producción? ¿Qué ha aprendido de él? DH: Tanto las lecturas que se hicieron de los libros como el hecho de poder ver los tres libros en conjunto me dieron ciertas pistas para ver más claramente algunas líneas que se mantienen en los distintos momentos de mi escritura. Hablo de procedimientos, de tonos, de registros emocionales, de motivos, etc. etc. que reaparecen. Aunque tengo ideas y desarrollo proyectos de escritura, eso que llaman “la voz”, “mi voz” sigue siendo para mí en gran medida inconsciente y desconocida. ECDP: Usted toma buena nota de los aconteceres diarios y sociales. Hace de ellos luego poemas. O en el mismo instante. Pero el paso del tiempo, a la hora de llevarlo al papel, ¿pixela también el poema, como dice que le ocurre al amor perdido en su poema “Píxeles”? DH: Es imposible saber de antemano qué elementos de la vida cotidiana pueden ser material para un poema. Porque no existe, para mí, lo poético como condición apriorística. No hay, para mí, un paisaje poético, una línea de diálogo poética, una escena poética. Creo que la poesía tiene que ver con una intención artística, voluntaria. Lo que yo hago, entonces, no es un registro de las cosas que veo o que me pasan, sino que encuentro —en este momento de mi vida— estimulantes ciertos comportamientos, ciertos sucesos cotidianos, biográficos, o lo que fuere que me sirven de motivación para disparar un poema en el que opera también siempre una construcción de la realidad, por más que uno quiera ser fiel a los hechos. Yo uso el paso del tiempo como herramienta, es un buen consejero. Muchas veces pienso un poema y dejo pasar mucho tiempo hasta que lo escribo, pierdo muchas cosas. No creo que pixele el poema en el sentido negativo de perder calidad, pero sí en el sentido positivo de poder desmembrarlo a un nivel más minucioso para observar las partículas que lo componen. ECDP: Según le he leído por alguna web, usted dice que antes de trasvasar el poema al papel o a la computadora, los escribe mentalmente. ¿No le da vértigo ese primer sistema operativo tan delicado? ¿Cuántos poemas se le han perdido por el camino? DH: Sí, claro, el vértigo es una fuerza motriz. Me interesa probar cosas, buscar formas nuevas de expresión, y muchas veces siento que el papel ejerce demasiada presión sobre las ideas, incluso sobre los esbozos: ya se espera algo de eso. En la cabeza todo es más liviano, fluido, irresponsable. Yo encontré una forma, un método de escritura que me funciona, cada uno encuentra el suyo. Algunas veces en que escribí directamente en papel me di cuenta, más tarde, que luego le exigía demasiado a lo que había escrito, quería hacerlo funcionar a toda costa:algo que se acerca más a un capricho y que es completamente inútil. El capricho es peligroso, tiene mucha fuerza. De la pelea contra el capricho, que viene del ego, surge una búsqueda más sincera e interesante. Creo que ese modo de escribir me sirvió porque me da la libertad de desechar sin culpa. ECDP: Ha dicho: “Prefiero aprender del error que del acierto. Yo creo que aprender del acierto te va poniendo en una posición cómoda, y la comodidad es una de las peores cosas que le puede pasar a alguien que escribe.” Entonces, la poesía ¿es incómoda o incomoda? ¿O ambas cosas? ¿O ninguna? DH: Usé la palabra comodidad como sinónimo de confort. El confort es el enemigo, elimina toda búsqueda y elude toda necesidad de moverse hacia lugares desconocidos. El confort es tibio, aburrido, y hace que uno tienda a repetirse a sí mismo. El proceso de producción artística es incómodo, la incomodidad es productiva, es estar inquieto, es decir, en movimiento. ECDP: No obstante, estamos muy de acuerdo con su afirmación primera. Y la poesía, para los jóvenes de su generación qué representa exactamente: ¿un foquito en mitad del campo? DH: Si hay una generación, no estoy segura a cuál pertenezco. Pero justamente en una época en la que el ser humano suplica constantemente por una definición de todas las cosas, incluso de sí mismo (vemos replicados en internet esos tests de personalidad en el que un bot te describe cómo eres), la poesía —creo yo— logra escapar de las tendencias y las modas porque su vitalidad radica en que, o bien no puede ser definida, o bien es definida en cada actualización, es decir, en cada poema que se escribe. ECDP: ¿Su generación tiene miedo de que las próximas que han de venir, con tanta vorágine tecnológica y con tanto reducirlo todo a manejar el mundo con un dedo, olviden la necesidad de recordar? Ese momento será la muerte definitiva de la poesía y del lenguaje, ¿no cree? Y después de eso, ¿qué quedará de tiempo para que nosotros también nos convirtamos en olvido? DH: No puedo asumir la voz de una generación de cuya existencia real tampoco estoy segura. No le veo el sentido a tenerle miedo a lo que vendrá, al contrario, me da curiosidad. Tampoco creo que la poesía vaya a desaparecer, por lo menos en lo que queda de este siglo. No sólo cambian las prácticas del ser humano, cambia su modo de conocer, de relacionarse, de sentir, de expresarse y habrá que ver qué lugar pasa a ocupar la literatura en un mundo en el que cada individuo está generando discurso textual casi de manera permanente e ininterrumpida. Me parece un desafío interesante. ECDP: Me ha gustado eso que le he leído sobre que la aparición de las redes sociales democratizó la literatura. Eso lo dijo en 2012. ¿Hoy sigue pensando lo mismo? ¿Qué corsés cree que se quitó la literatura hispanoamericana con esta nueva tendencia? DH: Creo que permite, por el lado del texto, una circulación más amplia, diversa, a gran escala, barata. Por el lado del lector, permite una búsqueda más independiente y libre. Considero que una publicación en Facebook, si tiene intencionalidad artística, es un modo de publicación tan legítimo como un libro de tapa dura. ECDP: Por el contrario, vemos en muchos perfiles y grupos de poesía cientos de escritores que nos atiborran de sus píldoras cada ocho horas, que no se paran ni a corregir el poema, que lo exponen antes del rigor mortis de la tinta en el papel. ¿No es eso también un ejercicio devastador, al menos para la poesía? DH: Sería interesante hablar de casos específicos, no creo que sea bueno hablar en abstracto porque lleva a generalizaciones que ignoran toda particularidad y empobrece cualquier intento de lectura. ECDP: ¿Cree que ese vínculo mágico que había en el siglo anterior entre lo iberoamericano se ha ido rompiendo un poco en el ámbito literario? A veces da la sensación de que todo lo copan Cortázar, Borges, Bolaño y pocos más y que desde ellos no hay más donde rascar. DH: Por el contrario, creo que internet posibilita una fluidez de la comunicación inusitada. Han surgido grupos o colectivos artísticos que trascienden las fronteras geográficas y muchas veces incluso los lineamientos estilísticos. Surgen grupos de escritores adolescentes que funcionan más como un colectivo de contención o un grupo amistoso con el que se comparte un interés. Parece poco pero a veces eso es todo. Por ejemplo: antes, una persona que vivía en un pueblito alejado de las grandes urbes se encontraba aislado de los acontecimientos culturales centrales por un condicionamiento meramente geográfico y al no tener un contexto social que motive sus discusiones alrededor de la literatura, y al no tener acceso a la producción de sus pares, tenía pocas posibilidades de mantenerse en ese camino. Creo que esto se ve revertido por la web. ECDP: No sé si conoce la polémica que se ha creado en España por las declaraciones de uno de los principales editores de colecciones de poesía sobre que no existen poetas relevantes en el siglo XX con respecto a las narradoras, por ejemplo. Añadiendo después que de cada una que se le ocurre puede nombrar a cinco excelentes poetas. Si pasara lo mismo en Argentina, ¿se hubiera dado el mismo revuelo en las redes sociales? ¿Ayudan estas polémicas a difundir la poesía? DH: Sí, leí algo sobre ese revuelo. La verdad es que es una polémica que no me interesa. Ante todo, pienso que la sociedad occidental sigue siendo en gran medida machista y que la literatura no se verá excluida de eso. Pero dejar de ser machista no es una elección personal, y aunque lo fuera siguen operando mecanismos estructurales que sólo podrán modificarse con una educación social muy a largo plazo. Lo que este editor expresó es un punto de vista, y como todo punto de vista, es válido. En lo personal no comparto el criterio ni el gusto de Visor. De hecho, la antología El canon abierto. Última poesía en español, (excepto poquísimos casos como Frank Báez, Luis Felipe Fabre o Julián Herbert) según mi parecer ignora a los más interesantes poetas de la actualidad y la selección me resulta estéticamente algo retrógrada. No vería nada de malo en que a alguien le gusten más poetas hombres que mujeres, lo que me resulta altamente llamativo es que sienta necesidad de poner atención en el género sexual como si fuera un condicionante. De los poetas que más le gustan, ¿cuántos serán de piel blanca?, ¿cuántos tendrán el cabello rizado?, ¿cuántos tendrán los ojos verdes o las cejas juntas? ¿Y por qué todas esas preguntas son igualmente irrelevantes? Someter a la producción poética a una división sexual no es relevante, ni interesante, ni productivo. Me parece simplemente una manifestación de un modo sexista de pensar. ECDP: Concluya la frase: “Youtube es para la poesía como…” DH: “…una nueva góndola en el supermercado.” ECDP: ¿Cuáles son sus proyectos más próximos? ¿La veremos pronto por España? Tenemos pendiente una firma de mi ejemplar de Humedal…
DH: En estos momentos estoy más abocada al rol de editora en el proyecto editorial Neutrinos, disfrutando mucho de leer a poetas jóvenes latinoamericanos que me parecen muy potentes. En este momento estamos por publicar la primera edición argentina de Poemas para fomentar el turismo de Mara Pastor (Puerto Rico), y los libros hasta ahora inéditos Norcorea de Kevin Castro (Perú), 300 versos de Horacio Lozano Warpola (México) y Un proyecto de futuro de Jeymer Gamboa (Costa Rica). |
ENTREVISTAS
El Coloquio de los Perros. CABEZAS, ISMAEL
CAMARASA, RAFAEL CANO, LEONARDO CARBAJOSA, NATALIA CARBAJOSA, NATALIA [traducir... poesía] CARIDE, ALBERTO CARRILLO, MARÍA ENCARNACIÓN CARRILLO, VIRIDIANA CASTRO, JUANA CÉLINE CEREZUELA, ANA CERVERA, RAFA CHEJFEC, SERGIO CHEJFEC, SERGIO [5] CHESSA, ALBERTO CHESSA, ALBERTO [Anatomía de una sombra] CHICO, ÁLEX CISNERO, ALBERTO COMAN, DAN CONTRERAS, NADIA CORTINA, ÁLVARO CRUZ, GINÉS DELGADO, DESIRÉE DÍAZ, ANA CLAUDIA DÍEZ, JOSÉ MANUEL DOMINIQUE A ELENA PARDO, CRISTINA ELKOURI, RIMA ESPEJO, JOSÉ DANIEL ESPEJO, JOSÉ DANIEL [Perro fantasma] FONT, VIOLETA GALÁN, JULIO CÉSAR GALÁN MOREU, SALVADOR GALÁN MOREU, SALVADOR [No fall] GALINDO, BRUNO GALLARDO, JOSÉ MANUEL GALLUD, EVA GALVÁN, ANI GAMBOA, JEYMER GARCÍA, CONCHA GARCÍA, DIEGO L. GARCÍA JIMÉNEZ, SALVADOR GARCÍA LÓPEZ, ERNESTO GARCÍA MELLADO, ISABEL GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARRIDO PANIAGUA, RODRIGO GASS, CARLOS GERANIOS, ANA GINÉS, ANTONIO LUIS GINÉS, ANTONIO LUIS [Antonov] GÓMEZ, MACARENA GÓMEZ BLESA, MERCEDES GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO [QUIROMANTE] GONZÁLEZ LAGO, DAVID GRACIA, ÁNGEL GROZO, DANIEL GUERRA NARANJO, ALBERTO HENDERSON, DAIANA HERNÁNDEZ, GALA HERNÁNDEZ, JULIO HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [EL DOLOR DE LOS DEMÁS] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [ANOXIA] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [TIEMPO POR VENIR] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [YO ESTOY EN LA IMAGEN] HERNÁNDEZ BUSTO, ERNESTO IRIBARREN, KARMELO C. JORGE PADRÓN, JUSTO JUAN, MIGUEL (de) KASZTELAN, NURIT LADDAGA, REINALDO LAYNA RANZ, FRANCISCO LEZCANO, YULEISY CRUZ LINAZASORO, KARLOS LLOR, DOMINGO LOBATO, FLORA LÓPEZ, PABLO LÓPEZ AGÜERA, FULGENCIO ANTONIO LÓPEZ BRETONES, JOSÉ LUIS LÓPEZ KOSAK, ANDREA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA [Qué mundo tan maravilloso] LÓPEZ POMARES, ALEJANDRO LÓPEZ SANDOVAL, DAVID LÓPEZ SORIA, MARISA LOUZAO, ALICIA MACHUCA, LUIS MAESTRO, JESÚS G. MALAVER, ARY MANUELA, ADRIANA MARGARIT, LUCAS MARÍN, MARÍA MARÍN, MARÍA [Lo que se hunde] MARÍN, MARIO MARÍN ALBALATE, ANTONIO MARQUARDT, ANJA MART, BLANCA MARTÍ VALLEJO, MAITE MARTÍN, RUBÉN MARTÍN GIJÓN, SUSANA MARTÍN IGLESIAS, VÍCTOR MARTÍNEZ CASTILLO, ANA MENDOZA, NURIA MESA, SARA MICÓ, JOSÉ MARÍA MIGUEL, LUNA MIRALLES, INMA MOGA, EDUARDO MOLINO, SERGIO (DEL) MONTEVERDE, JULIO MONTEVERDE SÁNCHEZ, CONCEPCIÓN MOR, DOLAN MORALES, JAVIER MORANO, CRISTINA MORENO, ANTONIO MORENO, ELOY MORENO, JAVIER MORENO, SEBASTIÁN MORENTE, ESTRELLA MOYA, MANUEL MUÑOZ, MIGUEL ÁNGEL NAVARRO, ÓSCAR NETO DOS SANTOS, MANUEL NIETO, LOLA NORDBRANDT, HENRIK NUÑO, SIHARA OLMOS, ALBERTO OREJUDO, ANTONIO ORTIZ, DEMIAN ORTIZ ALBERO, MIGUEL ÁNGEL PALOMEQUE, AZAHARA PAPELES DEL NÁUFRAGO [Antonio Lafarque y Aníbal García] PARDO VIDAL, JUAN PARRA SANZ, ANTONIO PEÑA DACOSTA, VÍCTOR PEÑALVER, PATRICIO PEÑAS, ESTHER PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Querida hija imperfecta] PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Las sumas y los restos] PÉREZ LEAL, AGUSTÍN PÉREZ MONTALBÁN, ISABEL PERONA, JESÚS PICÓN, EMILIO PRADA, JUAN MANUEL DE PRUDENCIO, JESÚS PUJANTE, BASILIO PUJANTE, MANUEL QUIJANO SÁNCHEZ, EDUARDO RÍOS, BRENDA RIVAS GONZÁLEZ, MANUEL ROBLES, SALVA RODRÍGUEZ, ALFREDO RODRÍGUEZ, ALFREDO [Urre Aroa] RODRÍGUEZ, ALFREDO [Días del indomable] RODRÍGUEZ, HILARIO J. RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, ANTONIO RODRÍGUEZ PAPPE, SOLANGE ROMERO MORA, J.D. ROMERO MORA, J.D. [En el desvarío] ROSADO, JUAN JOSÉ ROSSELL, MARINA RUDEL, JAUFRÉ RUIZ, MIGUEL ÁNGEL RUIZ GUERRERO, Mª CARMEN SALSE BATÁN, ALEJANDRO SÁNCHEZ, GINÉS SÁNCHEZ, GINÉS [2096] SÁNCHEZ, GINÉS [MUJERES EN LA OSCURIDAD] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [El nudo] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [FACTBOOK] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LA CADENA DEL FRÍO] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LOS QUE ESCUCHAN] SÁNCHEZ GÓMEZ, MARISOL SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS [Pastillas debajo de la lengua] SÁNCHEZ MENÉNDEZ, JAVIER SÁNCHEZ ROBLES, MIGUEL SÁNCHIZ, ANTONI SANTOS, ABEL SCHWEBLIN, SUSANA SEÑOR, RUBÉN SERRANO, PABLO SORIANO, ADA SUANE, SAÚL TRIGUEROS, SARA J. ÚBEDA, ANABEL URÍA, JUAN MANUEL VAL, FERNANDO DEL VALDÉS, ANDREA VALERO, MANUEL VALLÈS, TINA VARAS, VALENTINA VEGA, MIGUEL VERA FIGUEROA, ALBA VICENTE, TERESA VICENTE CONESA, FRANCISCO VILA-MATAS, ENRIQUE Hemeroteca
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