Entrevista realizada por HÉCTOR TARANCÓN ROYO « Debe ser mutuo el dar y recibir entre aquellos que intercambian algo más que poesía: vida» Con tan solo un par de años en activo, Anabel Úbeda (Cartagena, 1994) ha recitado en numerosos ciclos (Festival Internacional Raíces, Ver Sacrum, Poetas en Cercanías) y ha aparecido en Siete menos veinticinco (Raspabook, 2017) y El vuelo del flamenco (2017), labor creativa y vertiginosa que, según la editorial Boria, se resume en: «Durante todo este tiempo su visión poética se ha movido entre la forma de ver el mundo y sentir el propio espíritu y la vida”. Aprovechando la publicación de su primer poemario, Visiones del refugio azul (Boria, 2019), conversamos con ella sobre el sistema educativo, la poética del dolor, el feminismo o la necesidad de mayores iniciativas para los jóvenes poetas. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: Tu trayectoria poética comenzó en Siete menos veinticinco (Asociación Diván/Raspabook) junto a otros poetas como Elena Trinidad o Jesús Sanmartín. ¿Experimentaste algún cambio después de publicar en una editorial? ¿Cómo fue esa experiencia compartida? —ANABEL ÚBEDA: El cambio fue significativo en tanto que conocí a otras personas dedicadas a difundir y promocionar la labor poética y cultural. Todo aquello enriqueció mi perspectiva, mi círculo, y me ayudó a no ser solo flor de un día tras haber recitado en el festival internacional de poesía Raíces, en la Algameca Chica, donde empecé junto a algunos de mis compañeros de la antología. La experiencia junto a esos compañeros ha continuado después y, aunque en principio había algo de tensión y desconfianza, con el tiempo el compartirla con ellos y ver los puntos débiles y fuertes nos ha ayudado a sentirnos más como un grupo, ya que también algunos de nosotros hemos colaborado en el primer número de El vuelo del flamenco. Sin embargo, como ya dije en su momento, la promoción de la antología fue mínima y su edición fue lo bastante posterior como para hacernos sentir muy distantes de los poetas que están reflejados en esas páginas, aunque algunos descubrimos en esa primera presentación más afinidad entre nosotros, como yo con Jesús Sanmartín, que es un compañero de letras excepcional con el que suelo poner en común mis escritos. Lo que sí es cierto es que El vuelo del flamenco ha sido un gran aliciente y el motor que ha movido mi trayectoria. Como revista ha jugado un papel importante en conectar a toda la Región, no solo a nivel de los dos grandes núcleos como son Cartagena y Murcia, sino más allá de esos límites y fronteras. Les debo mucho y forman parte de la raíz del colectivo juvenil y cultural Bálamo del Arte, en el que hago principalmente de coordinadora. —ECP: ¿Qué iniciativas destacarías entonces y cuáles estarían por hacerse? En algunas ocasiones has hecho también de gestora cultural al organizar encuentros en sitios como Coyote (Cartagena). —AU: Deslinde, en los dos años consecutivos que llevo participando como oyente, me ha dado la oportunidad de conocer a otros poetas y ver otros prismas junto a la riqueza y crudeza de la poesía de Ana Blandiana, que desgarra y hace llorar, o el interesante coloquio teórico-literario que vivimos con Luis Antonio de Villena. Está claro que es un espacio heterogéneo, que en cada edición se regirá por una estructura y objetivos y seguirá creciendo, esperemos, sin olvidar a los jóvenes que, como yo, recitamos en el micro libre que se organizó en su primera edición. [...] Aunque mi labor como gestora cultural de Coyote se vio truncada en su mejor momento, debido a las obras del puerto, me enriqueció mucho como poeta y como persona. No sólo conseguí llenar en dos de los varios eventos aquella sala, sino que conseguí conectar a los jóvenes con el espíritu cultural de Coyote, así como crear un espacio heterogéneo de música y poesía de todos los estilos. La verdad es que me siento muy agradecida por la confianza que depositó en mí JC, que es un hombre que sabe mucho de poetas malditos y de la espiritualidad. —ECP: Precisamente, puede que la etiqueta “autor joven/joven promesa” esté un poco desgastada. Hay cierta presión para exhibirse cuanto antes en recitales, revistas, redes sociales, etc. —AU: No creo que la haya, creo que es un sentimiento de cada uno y es la propia persona quien necesita marcar sus tiempos. Conozco muchos amigos que escriben obras de calidad y no sienten esa necesidad porque no han salido a círculos literarios. Creo, sin duda, que la presión la ejercemos contra nosotros mismos, porque una vez que empezamos a recitar en público o a publicar en pequeñas iniciativas siempre esperamos un poco más, quizá un milagro o ganar algún concurso circunstancial que nos motive y nos ayude a entrar en esos círculos literarios. Y, sí, creo que esto último depende de varios factores. El primero sería saber mantener la distancia adecuada con otros autores e intercambiar opiniones respetuosamente para seguir mejorando y enriqueciéndonos. El segundo factor es la necesidad que yo he tenido en los últimos tiempos de conseguir desterrar el comportamiento competitivo o las envidias poéticas, que es algo que he sentido muy de cerca, incluso por parte de amigos, y, por ello, siempre intento colaborar con los demás en aquello que les haga falta. Ya que, si cuentan contigo, lo mejor es ir, aunque sea para escuchar y acercarte poco a poco a otros puntos de vista. —ECP: Aunque eres la “mayor” de Siete menos veinticinco, empezaste a publicar hace relativamente poco. ¿Desde cuándo llevas escribiendo y en qué espacios o medios te sientes más cómoda? —AU: Empecé a escribir en blogs propios como medio de escape de mi situación de acoso escolar y de la ansiedad que me acompañaba durante los años de Educación Secundaria. En esos años, escribía especialmente textos narrativos y mi profesor de Literatura, JM, me insistió en que nunca dejase de escribir porque tenía talento y me instó a probar con la poesía, de tal modo que hasta hoy ha seguido apoyándome desde la distancia. [...] Pues sí, estuve muchos años dentro de la familia musical de Cartagena, entre autores de diversos estilos e influencias que me ayudaron a adquirir cierta musicalidad y a dominar el oído, y a su vez a tener presente lo importante que es colaborar con otras artes, cuando ni siquiera pensaba que iba leer algo mío en público. Entonces, siempre estaba yendo a conciertos y escribiendo reseñas para ayudarles con la promoción, e incluso haciéndoles entrevistas y fotos. Era un buen momento y se sentía el hermanamiento de las bandas. —ECP: Precisamente, Luis Antonio de Villena, uno de los invitados principales de la 3ª edición del festival Deslinde, ha hablado de la pervivencia de esa España antigua y del silencio ante casos de abuso escolar. —AU: Sí, me acuerdo de ese momento. Creo que la perspectiva siempre es la misma y que es necesario establecer más programas de concienciación sobre el acoso escolar o que desde los mismos profesores y familias se creen talleres que a través de la literatura, de visionados de películas o de la escucha de casos reales, se consigan ver las raíces del abuso escolar y se acabe el silencio, porque siempre hay dos perspectivas. No hay que tener miedo al “fuerte” porque, en muchas ocasiones, esta postura solo oculta inseguridad y desconocimiento de los que se salen de la sociedad. —ECP. También pasas mucho tiempo activa en las redes sociales. ¿Crees que hay un riesgo de sobreexposición? —AU: El riesgo de sobreexposición parte de uno mismo, ya que nosotros decidimos qué publicar, cómo, dónde y hasta quién lo ve, al menos en Facebook. Yo, que he pasado por situaciones complicadas en las redes sociales, soy consciente de a quién agregar y quién no, y a pesar de publicar mucho, sé que estoy en zona segura. Supongo que para mí son un medio de promoción y comunicación con viejos conocidos a los que no veo. Además, me sirven para enterarme de eventos o de cosas que me interesan, como conciertos musicales o presentaciones de libros. Eso sí, de las noticias que aparecen, no me fío mucho, que ya se sabe... —ECP. Mientras tanto, te estás preparando las oposiciones a profesora de secundaria como salida profesional tras estudiar Filología Hispánica. ¿Cómo fueron aquellos años universitarios? ¿Desgastan las oposiciones y la legislación actual del sistema educativo español? —AU: Esos años fueron bonitos, se echan de menos. No diría que influyeron positiva ni negativamente. Simplemente abrieron mis ojos a ser más exigente con lo que escribía, a no quedarme en la superficie y ahondar en unas ocasiones, más que en otras, en mis imágenes. Empecé a recitar en público justo al acabar el Grado y nunca pensé que lo haría, si fue casualidad o algo predestinado. Mi plan inmediato es opositar, pero si no consigo nada, empezaré a plantearme preparar la maleta. Mejorar del sistema educativo, como futura profesora, repararía muchas cosas, entre ellas el lugar que se le da a las letras y la cultura como el mejor medio para llegar al conocimiento de la diversidad y de nosotros mismos como ciudadanos democráticos, al servicio siempre de conocimientos instrumentales que nos ayuden en la vida diaria. Sin embargo, todo esto tan ideal sería posible si acceder a la profesión no fuera tan complicado para gente joven y no tan joven que pasa mucho tiempo preparándose y pierde, muchas veces, la ilusión, lo cual se transmite al alumnado. El sistema de oposiciones es bastante obsoleto, en tanto que se pide otras cosas a los profesores hoy en día y también por el temario, que se aleja mucho de la realidad. El año pasado fue realmente duro para mí, con ciertos niveles de ansiedad, y fue un gran desengaño, aunque ya sabía que las leyes de educación de este país han sido y son un desastre. Esto afecta en general a todo el proceso, porque las probabilidades de aprobar y acceder a una interinidad cada vez son más difíciles, sobre todo en Murcia, porque hay una gran falta de financiación en la educación pública y creo que esto no se puede discutir. Son cosas que vas conociendo conforme pasan los meses, lees noticias, ves plazos y conoces cómo está el nivel de los alumnos a través de ellos mismos cuando les das clases particulares. —ECP: Ahora que acabas de publicar Visiones del refugio azul en Boria, ¿cuál es su origen y qué escritores u obras te han acompañado desde entonces? —AU: Destacaría, sin duda, a Rosalía de Castro o Sylvia Plath, porque la densidad de sus imágenes y figuras literarias ha sido trasladada a muchos versos de mis creaciones. Por otra parte, he sentido siempre una gran atracción por la literatura hispanoamericana y autoras como Alejandra Pizarnik o Alfonsina Storni, que persisten en ese fondo existencial y desgarrado de mis poemas, puesto que mis visiones sobre la depresión o el dolorido sentir se identifican con las de ellas, en una especie de sororidad. Entre los autores de la generación del 98 y el 27, destacan Antonio Machado y su concepto de patria como «la tierra y sus gentes», presente, por ejemplo, en mi poema ‘Las maestras de la República’ o ‘La revolución está en las letras’, de mi etapa de inicio; y Miguel Hernández, con su representación del vientre de la mujer como dador de vida. Actualmente estoy leyendo más. Realmente he leído desde clásicos como la Antolojía poética de Juan Ramón Jiménez a coetáneos míos como María Marín y su Desafortunado intento; obras de teatro como Yerma de Lorca o El tragaluz de Buero Vallejo y narrativa de diferente tipo, que me han servido para enriquecerme culturalmente y abrir nuevas perspectivas en lo que escribo, aunque cada vez deje más tiempo entre poema y poema y estas germinan y se desarrollan de otra forma. —ECP: Esa sororidad, término que alude a la solidaridad entre mujeres en situaciones de desigualdad, también se observa en las citas iniciales del poemario de Rosa Montero y Susana Fortes. ¿Hay un componente feminista y/o reivindicativo en la obra? —AU: Creo que el carácter reivindicativo o no de la obra debe ser visto por el lector. Pero sí puedo decirte que el término sororidad sobrevuela mi obra y se posa en ella en distintas partes del libro, sobre todo si se tiene en cuenta que el yo poético del mismo vive tratando de descubrirse. Hay poemas, como ‘La luna azul’, donde la alusión a Lilith y a la otra mejilla reivindican eso, la ruptura de la mujer con los estereotipos y con lo impuesto, mientras que en otros como ‘Madre Tierra’ la sororidad se muestra en una gran fantasía como son las princesas, que se convierten juntas en heroínas para salvar el mundo, los pueblos y la tierra de la inminente fatalidad que ha causado la mano del hombre. Y en parte de los poemas se expone literalmente esa unión, marcando el camino del conocimiento a otras mujeres u hombres que deseen ver la vida desde una perspectiva diferente. —ECP: ¿Y una apuesta por lo defectuoso? Los primeros versos del ‘Preludio’ cuentan: «Transfigurada como una Venus / descarto chinescas sombras, / ideas, demasiado perfectas». —AU: Todos somos defectuosos, en cierta manera. Siempre que nos encontramos ante un espejo hay algo que nos puede desagradar. Hay días que nos vemos mejor, otros que nos vemos peor y que no sabemos si lo estamos haciendo bien o mal, si todo puede torcerse. ‘Preludio’ va un poco de lo defectuoso, por eso, lo de los «resbalones en las medias», que no son otra cosa que los errores que una comete, se quedan marcados y sirven para volver a levantarse. —ECP: También hay alusiones al pasado como un lastre tormentoso. Si a eso le unimos la poética del dolor, la interpretación tradicional es encuadrar la obra desde una perspectiva de catarsis o superación. ¿Pero realmente la ha habido? ¿Tenías esa o alguna otra intención determinada mientras terminabas de estructurarlo? —AU: El lastre tormentoso al que te refieres no es el pasado en sí, ni esos episodios, sino los errores que el mismo yo poético iba cometiendo al no ser capaz de abrir los ojos. Esos momentos son los que le sirven para aprehender(se). Decididamente, el proceso que trata de mostrar el progreso que hace la obra en sus distintos apartados es mostrar un camino desde el momento en que abre los ojos y sale a la luz, hasta que deambula por la ciudad, por el bosque y por el mundo hasta encontrar el sitio. Esa era mi intención en el momento de estructurarlo porque simplemente sobre el papel surgió así para mi primer recital en solitario y me gustó bastante la idea, ya que encajaba bastante bien para dar a los demás una perspectiva general de mi obra, pero con sentido. —ECP: El amor es otro de los ejes y, en ocasiones, una prisión: «Aprendí / a no esperar ver / cumplida tu promesa, / la de: / amor, estoy aquí». —AU: Sí, en ocasiones, el amor que se muestra en los poemas se convierte en una prisión. En este caso, es la propia prisión creada para satisfacer una necesidad personal: la de no sentir tan honda la soledad, la de querer creer que hay alguien de verdad, que no es una mentira. Cuando se sale de esta primera prisión, viene otra. —ECP: ‘Músicos de Bremen’, por otra parte, hace referencia a la precariedad de las esferas culturales.
—AU: ‘Músicos de Bremen’ nació en un momento convulso en Cartagena, cuando aún era legal eso de hacer conciertos en formato eléctrico. Yo que lo he vivido de cerca toda mi adolescencia y juventud, he visto el esfuerzo de muy buenos músicos de cerca que nunca recibían una remuneración acertada o directamente no la recibían por su trabajo. Los dueños de los “garitos” y locales, no eran capaces —y si se arregla, no sé si lo serán— de ver el esfuerzo que supone comprar un equipo, pagar una sala de ensayo, pasar horas componiendo y grabar un disco, para que luego le paguen a un grupo de tributo o versiones que ni siquiera es oficial más que a un grupo de canciones propias. —ECP: Y tampoco faltan las alusiones a la necesidad de solidaridad (‘Beggars can’t be choose’) o a las personas que te han impulsado. —AU: La solidaridad es un eje fundamental en mi poesía desde el momento en que la misma nace porque ver situaciones injustas que te hacen replantearte muchas cosas, aunque, en ocasiones, sea muy difícil ayudar. Aparece como un sentimiento global hacia aquellos que no conoces, incluso a los personajes ficticios que pueblan algunos de mis poemas, así como por parte de los reflejos de las personas reales que me han impulsado y siempre han estado conmigo de una manera u otra desde estos comienzos o desde mucho atrás. Debe ser mutuo el dar y recibir entre aquellos que intercambian algo más que poesía: vida. —ECP: Hemos hablado de festivales, publicaciones y otros agentes de la Región, pero nos hemos dejado las editoriales. ¿Cuál es tu impresión general? ¿Dónde ubicarías la labor editorial de Boria? —AU: Bueno, en su momento, cuando lo mandé a la editorial y recibí respuesta a los dos meses, fue porque el propio Luis me empujó a enviarlo a través de Facebook sin conocerme apenas. Era un momento en el que no conocía el mundo editorial, aunque sí las opciones de edición. Creo que no todas las editoriales se arriesgan a editar una “novata” como yo, con una poesía como la mía. En este caso, mi editor es un gran jefe —como le decimos cariñosamente sus editados— y ha creado una gran familia que traspasa Murcia. Poco después de firmar, empecé a conocer los métodos de supuestas “editoriales” y también de las dedicadas a la autoedición, donde corren los contratos blindados, las permanencias, los mínimos e incluso propuestas de financiación que, a mi parecer, deberían correr a cargo del propio escritor y no de una imprenta con pretensiones de editorial. Yo soy de las que piensan que es mejor ver al editor cara a cara y tomarse un café con él, sabiendo antes si encajas en su propia propuesta, ya que es un mundo difícil y es mejor estar bien acompañado y con una buena seguridad que con una caja con doscientos libros por falta de distribuidor.
1 Comentario
por ÁNGEL MANUEL GÓMEZ ESPADA La argentina Valentina Varas ha estado de paso por nuestro país, presentando De todas las cosas que nunca entendí siempre vas a ser mi favorita, su primer libro de poemas publicado en España, por la infatigable editorial Liliputienses. Incluye sus dos libros hasta la fecha, La velocidad de la fiesta (2016) y Volcán (2018), éste último publicado en Argentina por la prestigiosa Caleta Olivia. No podíamos dejar pasar la ocasión y nos acercamos a hablar con ella, después del buen sabor de boca que nos había dejado el descubrimiento de su obra. EL COLOQUIO DE LOS PERROS: Tengo curiosidad: de todos los títulos de poemas que había para elegir para intitular su poemario, ¿por qué eligió precisamente este? VALENTINA VARAS: Bueno, en realidad lo sugirió José María Cumbreño, el fundador de la editorial Liliputienses. Yo había propuesto otras opciones (Fenómeno, Danza petróleo, Flash), pero esta me pareció genial porque incluso hoy –tres años después de haber titulado así un poema de mi primer libro– sigue siendo una representación muy precisa del amor, o más bien del enamoramiento, para mí. Al final el libro trata sobre eso: el principio y el final del romance, lo rápida que puede ser esa transición (La velocidad de una fiesta) y cómo se siente uno al atravesar ese cambio (Volcán). Es un misterio que nos duele y nos gusta, por eso quedó De todas las cosas que nunca entendí siempre vas a ser mi favorita. También me gustó el juego entre nunca y siempre, porque en ese estado tan pasional uno tiende a sentir y pensar en los términos más extremistas. ECDP: Lo primero que nos llama la atención de tu libro es esa madurez que refleja Volcán frente a La velocidad de una fiesta. ¡Ojo, con ello no estamos desmereciendo tu ópera prima, todo lo contrario! Pero sorprende que solo haya dos años de diferencia entre ambas publicaciones. ¿Cómo ves este cambio? ¿Es una paranoia de quien pregunta o lo has percibido tú también, afianzándolo? VV: Es algo que me han dicho bastante. Al principio no lo noté, básicamente porque me cuesta mucho reencontrarme con mi obra, revisarla, releerla. Pero ahora, luego de varias lecturas en público en las que trato de variar en la selección de poemas que elijo para leer, sí coincido en que hubo un cambio y que puede que se trate de una evolución (y no una involución, por suerte): creo que los poemas de Volcán son un poco más minimalistas o económicos. Con menos recursos logré transmitir sensaciones de igual potencia y eso hace que la lectura se vuelva más llevadera sin perder impacto. Intuyo que quizás por eso la impresión que da es de una mayor madurez, porque no se ve una expresividad tan desmedida; no hay un desborde sin control, a pesar de lo que su nombre puede sugerir. Los volcanes hacen erupción, pero no es algo que suceda de manera constante: hay largos períodos de silencio o represión. ECDP: La poesía es una fosa común donde va a parar… (concluye la frase, por favor) VV: Todo lo que no pudimos decir. ECDP: La segunda parte de Volcán, “Dragón”, comienza con un “Spoiler”, que dice: “Este libro cuenta cómo / nos empezamos a despedir / el día que nos conocimos”. ¿Hablas del amor o de la vida en general? VV: Ufff, no lo había pensado así. La verdad es que originalmente hablaba del amor, y ni siquiera: de un amor en particular. Pero es cierto que eventualmente nos vamos a despedir de todas las personas a las que conocemos, desde la primera (nuestra madre) hasta la última (quién sabe quién será). Quizás los desamores sean una práctica o un ensayo que nos prepara para las muertes más difíciles a las que vamos a enfrentarnos en la vida. Cada desamor o cada final del amor es una pequeña muerte, eso sí lo supe desde la primera vez. ECDP: En estos momentos estás de visita, becada - si no nos falla la información -, por nuestro país. Y aprovechando para pasear su libro recién estrenado. ¿Cómo lo está acogiendo el público español? VV: Me están tratando de maravilla. La recepción que están teniendo mis poemas no deja de sorprenderme. Esperaba que hubiera una barrera o al menos distancia idiomática porque sé que el vocabulario que uso es bastante argentino y contemporáneo. Hay muchos localismos o neologismos que podrían plantear una dificultad para lectores de otros países, pero sucedió todo lo contrario. Estoy muy contenta y, de a ratos, apenas abrumada por tanto cariño recibido. España es el país de mis abuelos paternos, así que esta modesta gira tiene un valor emocional enorme para mí. ECDP: ¿Y qué tal está siendo la experiencia? ¿Dará para libro? VV: Es difícil saberlo o adivinarlo en el momento, tan sumergida en la vorágine y rodeada constantemente de estímulos nuevos –desde paisajes hasta personas que conocí en estas semanas–, pero sí estoy escribiendo y, sobre todo, ordenando poemas que escribí en los últimos meses. Este recorrido por España representa la última parte de una estadía más larga en Europa: estoy viajando desde septiembre, viví tres meses en Estocolmo y recorrí bastante. Todo este período fue de mucho autodescubrimiento, de hacerme muchas preguntas y encontrar algunas respuestas que ni siquiera sabía que estaba buscando. Seguramente cuando vuelva a Buenos Aires y decante toda esta experiencia increíble, tenga mucho para escribir. Por ahora sólo oscilo entre sentir mucho y emocionarme vs. atravesar lo que vivo como un trámite, algo que tengo que hacer, en inglés sería “going through the motions”. En mi caso, sé que para escribir tengo que estar en un estado intermedio que, por ahora, aquí, es imposible de alcanzar. También tengo ganas de escribir sobre otros temas, que también estoy descubriendo por primera vez: la naturaleza, las distintas culturas y sus ritmos, las distintas formas que toma la calma, el magnetismo de la familia (biológica o elegida, actual o futura), el feminismo. Son tópicos que comenzaron a aparecer, de manera muy incipiente, en la última sección de Volcán, Es imposible mirar directamente el sol pero está bueno, y en los poemas inéditos que integran la publicación española. ECDP: Al final de De todas las cosas que nunca entendí siempre vas a ser mi favorita hay ocho poemas inéditos. ¿Son una pequeña muestra de por dónde van a ir los tiros de un libro futuro? VV: Marcan una dirección y un estilo, quizás hasta un tono, pero eso no necesariamente signifique que esos ocho poemas vayan a integrar mi próximo libro ni que, de hacerlo, aparezcan exactamente iguales. Son una primera versión de algo, sí, pero quizás ni siquiera de sí mismos. ECDP: Se habla de su poesía como amorosa y romántica, pero la vemos más bien que habla del desengaño que provoca el saberse adulto y la indefensión que todo ello provoca. ¿Estás de acuerdo conmigo? VV: En parte, sí. Me parece que muchas veces el amor o las historias románticas son una excusa, un canal para conocernos a nosotros mismos. El otro siempre es un espejo, y no hablo solo de una pareja. También sucede con los amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc. Lo que pasa es que en los vínculos sexoafectivos hay mucho más en juego y eso deja ver las partes de nosotros que más nos cuestan y que menos exponemos en otros ámbitos. ECDP: La poesía argentina goza de una salud excelente, es cierto. Gracias, sobre todo, a la poesía hecha por mujeres. Solo revisar la nómina del catálogo liliputiense ya es elocuente de lo que hablamos. Estoy pensando en nuestra querida amiga Susana Szwarc, la recien pérdida de Irene Gruss, Paula Giglio, Laura Wittner, Daiana Henderson, Raquel Cané, Nurit Kastzelan, Marina Yuszczuk (y seguro que me dejo a alguien por el camino)… ¿Cómo lo vives tú, desde tu punto de vista y formando parte de esa vitalidad y, me atrevo a decir, genialidad? VV: En Argentina se está produciendo poesía –y literatura en general– genial y celebro que mucha sea hecha por mujeres. Hay un destape, una liberación muy hermosa, conmovedora y, sin dudas, para mí, inspiradora. Empecé a escribir porque leer a poetas argentinas jóvenes –y no tanto, resulta una obviedad necesaria decir que Alejandra Pizarnik abrió muchos caminos– me hizo creer que era posible y valioso escribir poesía. Si tuviera que encontrar un denominador común serían la frescura, la irreverencia y la intensidad, en el mejor sentido de la palabra (que está bastante bastardeada o maltratada últimamente). El arte suele dar cuenta del contexto y la poesía femenina argentina no es la excepción: el silencio ya no nos pertenece en las hojas, y ojalá pronto esta tendencia se traduzca en otras esferas, como la política (faltan dirigentes mujeres), la legal (faltan leyes que nos tengan en cuenta), la social (las tradiciones patriarcales, el machismo y micromachismo) y la cultural (faltan espacios para mujeres en eventos musicales, en cine, radio, TV). ECDP: ¿Cómo fue su primer encuentro con su editor español, José Mª Cumbreño? ¿Habías oído hablar previamente de su proyecto o te pilló por sorpresa? VV: Nuestro encuentro fue por correo electrónico y me tomó por sorpresa. Estaba en cama con fiebre y en ese estado de confusión y sudores recibí un mail de José, a quien no conocía ni había escuchado nombrar, diciendo que había leído mis poemas y que quería publicar mi obra en España. A partir de ahí todo sucedió muy rápido y con una facilidad sin precedentes. Me abrió una primera puerta que luego abrió varias más aquí en España, algo que jamás imaginé ese día postrada en la cama en Buenos Aires. Es una lástima que Liliputienses haga tanto para exhibir la poesía latinoamericana en España y que en Latinoamérica esté tan poco difundido el proyecto de Liliputienses. Espero poder revertir eso, al menos en Argentina. ECDP: ¿Qué le aportan las redes sociales a su manera de entender la poesía o de escribir? VV: En mí experiencia, las redes sociales son un arma de doble filo para la poesía: son muy buenas para difundir, pero pueden resultar contraproducentes para la escritura. A veces desperdiciamos una(s) línea(s) que podrían servir como disparador o parte de un poema en un tuit o epígrafe de Instagram y muere ahí. ECDP: En su web vemos que la fotografía también le interesa bastante, una afición que compartimos. ¿Son mundos que se interrelacionan en su concepto de artista? Es decir, ¿cómo afecta su punto de vista de poeta a la hora de fotografiar y cómo su manera de fotografiar a la hora de componer versos?
VV: Me cuesta considerarme artista. Dicho eso, sí veo ciertas similitudes en mis poemas y en las fotos que saco. Así como en mis poemas escribo sobre escenas muy pequeñas y cotidianas, fracciones poco extraordinarias de la vida, en mis fotos también pongo el énfasis en objetos o fragmentos que no suelen llamar la atención, detalles olvidados: bolsas de basura, carteles viejos, un cepillo de dientes tirado en la acera, una pareja mayor caminando de la mano y con atuendos sutilmente engamados, algún animal distraído. En ambos medios busco crear una pausa, congelar la realidad, apreciar algo chiquito y conservarlo para siempre. ECDP: Aconséjanos unos cuantos autores fetiches tuyos que sean desconocidos para el público español. VV: Silvina Giaganti, Mariano Blatt, Jimena Arnolfi, Marina Mariasch, Romina Paula, Cecilia Pavón, Fabián Casas, Patricia González López, Luis Chaves, Walter Lezcano. ECDP: Por último, ¿cómo entiende Valentina Varas el poema? VV: Como un registro necesario de la relación entre lo interno y lo externo. |
ENTREVISTAS
El Coloquio de los Perros. CABEZAS, ISMAEL
CAMARASA, RAFAEL CARBAJOSA, NATALIA CARIDE, ALBERTO CARRILLO, VIRIDIANA CÉLINE CEREZUELA, ANA CERVERA, RAFA CHEJFEC, SERGIO CHEJFEC, SERGIO [5] CHESSA, ALBERTO CHESSA, ALBERTO [Anatomía de una sombra] CHICO, ÁLEX CISNERO, ALBERTO COMAN, DAN CONTRERAS, NADIA CORTINA, ÁLVARO CRUZ, GINÉS DELGADO, DESIRÉE DÍAZ, ANA CLAUDIA DÍEZ, JOSÉ MANUEL DOMINIQUE A ELENA PARDO, CRISTINA ELKOURI, RIMA ESPEJO, JOSÉ DANIEL ESPEJO, JOSÉ DANIEL [Perro fantasma] FONT, VIOLETA GALÁN, JULIO CÉSAR GALÁN MOREU, SALVADOR GALÁN MOREU, SALVADOR [No fall] GALINDO, BRUNO GALLARDO, JOSÉ MANUEL GALLUD, EVA GALVÁN, ANI GAMBOA, JEYMER GARCÍA, CONCHA GARCÍA, DIEGO L. GARCÍA JIMÉNEZ, SALVADOR GARCÍA LÓPEZ, ERNESTO GARCÍA MELLADO, ISABEL GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARRIDO PANIAGUA, RODRIGO GASS, CARLOS GINÉS, ANTONIO LUIS GINÉS, ANTONIO LUIS [Antonov] GÓMEZ, MACARENA GÓMEZ BLESA, MERCEDES GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO [QUIROMANTE] GONZÁLEZ LAGO, DAVID GRACIA, ÁNGEL GROZO, DANIEL GUERRA NARANJO, ALBERTO HENDERSON, DAIANA HERNÁNDEZ, GALA HERNÁNDEZ, JULIO HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [EL DOLOR DE LOS DEMÁS] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [ANOXIA] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [TIEMPO POR VENIR] HERNÁNDEZ BUSTO, ERNESTO IRIBARREN, KARMELO C. JORGE PADRÓN, JUSTO KASZTELAN, NURIT LADDAGA, REINALDO LAYNA RANZ, FRANCISCO LEZCANO, YULEISY CRUZ LINAZASORO, KARLOS LLOR, DOMINGO LOBATO, FLORA LÓPEZ, PABLO LÓPEZ AGÜERA, FULGENCIO ANTONIO LÓPEZ KOSAK, ANDREA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA [Qué mundo tan maravilloso] LÓPEZ POMARES, ALEJANDRO LÓPEZ SANDOVAL, DAVID LÓPEZ SORIA, MARISA LOUZAO, ALICIA MACHUCA, LUIS MAESTRO, JESÚS G. MALAVER, ARY MANUELA, ADRIANA MARGARIT, LUCAS MARÍN, MARÍA MARÍN, MARIO MARÍN ALBALATE, ANTONIO MARQUARDT, ANJA MART, BLANCA MARTÍ VALLEJO, MAITE MARTÍN, RUBÉN MARTÍN GIJÓN, SUSANA MARTÍN IGLESIAS, VÍCTOR MARTÍNEZ CASTILLO, ANA MENDOZA, NURIA MESA, SARA MICÓ, JOSÉ MARÍA MIGUEL, LUNA MIRALLES, INMA MOGA, EDUARDO MOLINO, SERGIO (DEL) MONTEVERDE, JULIO MONTEVERDE SÁNCHEZ, CONCEPCIÓN MOR, DOLAN MORALES, JAVIER MORANO, CRISTINA MORENO, ANTONIO MORENO, ELOY MORENO, JAVIER MORENO, SEBASTIÁN MORENTE, ESTRELLA MOYA, MANUEL MUÑOZ, MIGUEL ÁNGEL NAVARRO, ÓSCAR NETO DOS SANTOS, MANUEL NIETO, LOLA NORDBRANDT, HENRIK NUÑO, SIHARA OLMOS, ALBERTO OREJUDO, ANTONIO ORTIZ, DEMIAN ORTIZ ALBERO, MIGUEL ÁNGEL PALOMEQUE, AZAHARA PAPELES DEL NÁUFRAGO [Antonio Lafarque y Aníbal García] PARDO VIDAL, JUAN PARRA SANZ, ANTONIO PEÑA DACOSTA, VÍCTOR PEÑALVER, PATRICIO PEÑAS, ESTHER PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Querida hija imperfecta] PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Las sumas y los restos] PÉREZ LEAL, AGUSTÍN PÉREZ MONTALBÁN, ISABEL PERONA, JESÚS PICÓN, EMILIO PRADA, JUAN MANUEL DE PRUDENCIO, JESÚS PUJANTE, BASILIO PUJANTE, MANUEL QUIJANO SÁNCHEZ, EDUARDO RÍOS, BRENDA RIVAS GONZÁLEZ, MANUEL ROBLES, SALVA RODRÍGUEZ, ALFREDO RODRÍGUEZ, ALFREDO [Urre Aroa] RODRÍGUEZ, ALFREDO [Días del indomable] RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, ANTONIO RODRÍGUEZ PAPPE, SOLANGE ROMERO MORA, J.D. ROMERO MORA, J.D. [En el desvarío] ROSADO, JUAN JOSÉ ROSSELL, MARINA RUDEL, JAUFRÉ RUIZ GUERRERO, Mª CARMEN SALSE BATÁN, ALEJANDRO SÁNCHEZ, GINÉS SÁNCHEZ, GINÉS [2096] SÁNCHEZ, GINÉS [MUJERES EN LA OSCURIDAD] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [El nudo] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [FACTBOOK] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LA CADENA DEL FRÍO] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LOS QUE ESCUCHAN] SÁNCHEZ GÓMEZ, MARISOL SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS [Pastillas debajo de la lengua] SÁNCHEZ MENÉNDEZ, JAVIER SÁNCHEZ ROBLES, MIGUEL SÁNCHIZ, ANTONI SANTOS, ABEL SCHWEBLIN, SUSANA SEÑOR, RUBÉN SERRANO, PABLO SORIANO, ADA SUANE, SAÚL TRIGUEROS, SARA J. ÚBEDA, ANABEL URÍA, JUAN MANUEL VAL, FERNANDO DEL VALDÉS, ANDREA VALERO, MANUEL VALLÈS, TINA VARAS, VALENTINA VEGA, MIGUEL VERA FIGUEROA, ALBA VICENTE, TERESA VICENTE CONESA, FRANCISCO VILA-MATAS, ENRIQUE Hemeroteca
Archivos
Septiembre 2024
Categorías
Todo
|