Entrevista realizada por HÉCTOR TARANCÓN ROYO (Traductora: ELENA BORRÁS) El insectario Coman (La Bella Varsovia, 2019, trad. de Elena Borrás) está atravesado por la insatisfacción ante el paso del tiempo. A través de los versos, la madurez, los sueños y la realidad crean una serie de tensiones en la que chocan, pelean y demuestran su poder con toda su dureza. Se podría decir que ese desequilibrio, además, se desarrolla en un plano físico, debido a la gran cantidad de referencias corporales; y mental, al ver las expectativas brillar por su ausencia, pero sería más correcto, quizá, decir que tenemos ante nosotros un poemario en el que lo físico está filtrado por una lógica que, a su vez, es esperanza y herrumbre. Así, con motivo de su visita a España, entrevistamos por primera vez a Dan Coman en español, y comentamos su proceso de escritura, los trasvases culturales entre países, la actualidad literaria de Rumanía, y la contradictoria relación entre cuerpo y alma. Para ello, también contamos con Elena Borrás, quien nos devela aspectos de su dominio y preferencia hacia el rumano, y el proceso de traducción. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: El insectario Coman deja una carga en el futuro destacable, también ligada a conceptos como la libertad o la renovación de los valores. —DAN COMAN: Cualquier libro que hable del pasado tiene que tener también en cuenta su futuro, como ocurre con este insectario. En lo que se refiere a los términos que has mencionado, están ahí, pero no me han interesado como valores sociales y políticos, es decir, como conceptos ligados a un estilo, como la poesía social o política, sino, estrictamente, de manera personal. —ECP: También hay un análisis poco indulgente contigo mismo. —DC: La poesía siempre es intransigente y, evidentemente, siendo una forma de literatura tiene poco que ver con la vida real. Cualquier tipo de análisis parte de sí mismo, pero solo tiene sentido desde el momento en que la gente se identifica en él. Entonces, es normal que exista esta dureza, o intransigencia de la que hablabas porque cualquier forma de análisis lleva a ello. —ECP: Para ello, ¿partes de una raíz filosófica o tiene un carácter más vital? —DC: No, a mí lo que me interesa de verdad es la literatura, no la filosofía. Creo que todo lo que deben hacer los escritores es traer más de la primera, y menos de la segunda. Me explico: es fundamental que un escritor sepa filosofía, pero debe olvidarla en el momento en que escribe. El discurso filosófico es más conceptual y abstracto, mientras que el literario es más concreto y está más relacionado con la vida inmediata, esto es, con la realidad. —ECP: ¿Cómo pueden, entonces, traer los escritores esa vida de la que hablas? —DC: Aquí creo que cada escritor tiene su propio ritual, y los hay tan diversos como formas de escribir. En mi caso, me gustan muchísimo las mañanas porque las asocio al café, a escribir y a leer. Digamos que puedo, y me he acostumbrado, a componer cuando es bastante pronto, especialmente durante los dos primeros cafés. —ECP: De hecho, en una entrevista alojada en Youtube, comentabas que para ti la escritura tiene mucho que ver con el sexo y el placer mental. —DC: Esta dicotomía entre el sexo y la mente viene directamente de la filosofía. El sexo está relacionado con deseos violentos y, posteriormente, con una tristeza violenta, con la fragilidad vital de la rutina. Si queda alguna huella de todo esto es gracias a lo que la mente puede precisar. Lo que realmente guardamos después es el recuerdo, también como proyección del futuro. Este es, de hecho, el vínculo que existe entre la mente, fría y analítica, y el cuerpo, más impulsivo. El verdadero placer llega de la relación entre estas dos partes, y de lo bien que pueda la mente relacionarse con lo que pasa en la otra parte. —ECP: También la mano es la unión del corazón, los sentimientos, con la mente. —DC: Escribo a mano. Como todo el mundo, me compré un ordenador e intenté hacerlo así, pero me salían frases idiotas que parecían sacadas de cuadernos de caligrafía. Escribir en el teléfono móvil también me lleva mucho tiempo cuando tengo que mandar algún mensaje, puedo tardar hasta diez minutos. No tengo nada en contra, hay mucha gente de mi generación que usa directamente el teléfono, pero es algo que no va conmigo, que no consigo materializar. —ECP: A su vez, el rumano, como lenguaje, tiene ritmos y términos diferentes del español. ¿Crees que se pierde algo? —DC: Entiendo cuál es el vínculo filológico, pero para mí es imposible comprender lo que habla un español. No obstante, en el caso de la traducción poética existen dos posibilidades: una, que se pierda mucho, o dos, que se gane mucho. Por eso creo que son fabulosos los talleres de traducción que se organizan en todas partes en el mundo. Concretamente, sobre El insectario Coman, creo que es una buena traducción porque, aparte de que confío en Elena, hemos trabajado mucho juntos revisando los textos y recuperando la atmósfera, el ritmo, etc. Es una gran suerte poder hacer esto. Este año, por ejemplo, saldrá en polaco y, aunque he hablado con la traductora, no hemos estado tanto tiempo hablando sobre los textos, por un lado, y tampoco nos conocemos tan bien como Elena y yo. Es decir, hemos hablado mucho de la parte sobre la técnica, pero no de la atmósfera, que es muy importante en la poesía. —ECP: Por otra parte, Elena, ¿de dónde viene tu interés por el rumano? ¿Cómo lo has podido ir aprendiendo y perfeccionando? ¿Cómo has enfrentado este proceso de traducción? —ELENA BORRÁS: Mi interés por el rumano surgió, como casi todo lo verdaderamente importante, de casualidad. Cuando yo estudié la Licenciatura en Traducción e Interpretación, en Salamanca el plan de estudios tenía muchísimo créditos de libre elección, de manera que podíamos configurar nuestros perfiles en función de nuestros intereses. Además, nos dejaban unas semanas en las que podíamos ir a probar las asignaturas. Entre muchas otras, yo acudí a la clase de rumano por curiosidad, pero me fascinó el idioma, me gustó mucho la metodología del profesor, Fernando Sánchez Miret... Y me quedé. Después de acabar la carrera, seguí en contacto con Fernando, que en un momento dado me avisó de que había unas becas de dos meses para traductores de literatura en formación en Bucarest. Aunque estaba casi convencida de que no me la iban a dar, la pedí, y un mes y medio más tarde llegaba a Bucarest. [...] Lo que iban a ser dos meses al final se convirtieron en siete años. Durante el primero, rechacé todo contacto con personas que me hablaran castellano. Al relacionarme y socializar exclusivamente en rumano, mi nivel mejoró muchísimo en muy poco tiempo. Además, la gran mayoría de mis amigos en ese momento eran escritores y me ayudaron enormemente a comprender las estructuras que yo ya había interiorizado de manera intuitiva. En el caso de la traducción de poesía rumana contemporánea, tengo la inmensa suerte de que, generalmente, conozco personalmente a quienes la escriben. En algunos casos, como el de El insectario Coman, se trata de traducir a amigos queridísimos. Siempre realizo al menos una corrección con los autores, con lo cual el trabajo adquiere otra dimensión. Lo primero que les digo siempre es que cuando yo les pregunto algo (por muy banal que les parezca mi pregunta) deben contestar sin tapujos y confiar en mí. Es, salvando las distancias, casi como ir al psicólogo: yo pregunto, escucho, analizo. Y les guardo los secretos, claro. En ese sentido, soy una lectora privilegiada, porque conozco los entresijos de los libros a un nivel muy íntimo y profundo. —ECP: En ese sentido, El insectario Coman es tu primera traducción, pero llevas bastante tiempo escribiendo. ¿Hace falta más comunicación entre España y Rumanía? —DC: Sí, es muy importante que exista esta unión. En el caso de la poesía, que es lo que más me interesa a mí, están empezando a cambiar las cosas. Por mi parte, coordino un festival de poesía, Poezia e la Bistrita (‘La poesía está en Bistrita’). Este año será la decimosegunda edición, y cuenta con cierto prestigio en Rumanía y la zona cercana. Inicialmente incluía la música de cámara, no necesariamente clásica, sino también contemporánea. Ahora es de poesía y música solamente, ya que hay grupos de rock, de jazz o de música más alternativa que hemos empezado a invitar. [...] A propósito del vínculo que mencionabas, espero que haya otras editoriales, aparte de La Bella Varsovia, que se animen a publicar poetas rumanos, ya que muchos de ellos son excelentes. En Rumanía, por ejemplo, hay dos o tres editoriales de poesía que, desde hace un tiempo, se han animado a publicar a poetas españoles: Charmides, Casa de Editura Max Blecher y, más recientemente, Tracus Arte. De hecho, desde hace algunas convocatorias hemos incorporado a poetas españoles, como Pablo García Casado, Berta García Faet, Elena Medel, Jesús Jiménez Domínguez, Sebas Puente o Pilar Adón. Lo cierto es que sería muy difícil hacerlo sin los consejos de Elena, sean o no aceptados por los gestores después. También es muy importante que pase con los otros países con los que colaboramos, donde hay personas en las que confiamos y ofrecen sugerencias creando una especie de red. —ECP: A la hora proponer esa selección, Elena, ¿sigues algún criterio? ¿Qué encuentras, personalmente, en la poesía? ¿Destacarías algún estilo o autor en concreto? —EB: Normalmente intentamos que la selección se complemente con la lista de participantes rumanos y la complete, sea por los temas que exploren, la voz, el estilo o incluso la manera de recitar sus poesías. Otro criterio que procuro respetar es que hayan publicado algún volumen recientemente, más o menos en los dos o tres años anteriores. He de decir que hasta el momento todos los poetas españoles que han leído en Bistrita han tenido una acogida sensacional, algunos de ellos han sido traducidos después de haber participado en el festival, lo cual es una gran alegría a nivel personal. [...] Para mí, la poesía es muchas veces un ancla que me ata al mundo real y, a la vez, a otros seres humanos con los que comparto experiencias o sentimientos. Como traductora, supone un reto a muchísimos niveles, y una gran satisfacción cuando estás segura de que el poema es lo que tiene que ser, que no le falta ni le sobra nada. Porque, es curioso, a veces es mucho más difícil lograr que no sobre. —ECP: Ahondando en esa relación cultural, lo que ha llegado aquí, sobre todo, ha sido la poesía trascendental y beligerante de Ana Blandiana. —DC: Ha sido extremadamente importante que hayan existido estos autores, como Ana Blandiana o Mircea Cărtărescu, publicado en Impedimenta, que disfrutan de bastante éxito. Esto hace que funcionen a modo de exploradores abriendo camino para los demás, realmente, con su visibilidad nos ayudan a todos. Admiro muchísimo a Ana Blandiana por lo que ha hecho por la literatura rumana, por su presencia en el extranjero, y por su actitud firme frente al comunismo con una verticalidad moral absolutamente impecable. No obstante, para algunos de mi generación, y sobre todo para las más jóvenes, ya no es un punto de referencia poético. En comparación, la poesía de Mircea Cărtărescu es mucho más importante, y está teniendo una recepción mucho más amplia. —ECP: Aparte de estos dos autores, ¿qué otros destacarías del panorama contemporáneo? —DC: Hay otro autor que también ha traducido Elena, Marin Malaicu-Hondrari, con una novela muy buena, Cercanías, que también se ha adaptado al cine como Parking, y es una coproducción con España en la que actúan Luis Bermejo y Belén. Verdaderamente considero que es un libro extraordinario, y creo que si alguna editorial se mostrara interesada en sacar una reedición en el momento en que salga la película tendría un éxito enorme. [...] En el caso de la poesía, hay algunos autores más o menos jóvenes que tendrían mucho éxito aquí porque son atípicos. Uno de los que a mí me encanta es Teodor Dună, así como Claudiu Komartin y Ana Dragu. Son los que promovería sin dudar lo más mínimo. —ECP: ¿Y de los que te han influido? —DC: Aparte de la literatura francesa o latinoamericana, si hablamos de Rumanía, hay un autor vanguardista que ahora está empezando a ser traducido a otros idiomas, que es Max Blecher. De hecho, en las nuevas traducciones publicadas en Estados Unidos, Francia y Polonia ha tenido un éxito enorme, y para mi generación representa un punto de referencia ineludible. En el terreno personal, está el poeta surrealista Gellu Naum. —ECP: Volviendo al poemario, se desprende un análisis de la masculinidad poco canónico: es sensible, nostálgico, etc. —DC: Tú lo sabes bien, la fragilidad existe en todas las personas, se enseñe o no, sea hombre o mujer. Nace de la ruptura, de la que hablábamos antes, entre sexo y mente, que es a su vez una de las partes fundamentales de este libro. Casi todos los hombres intentan disciplinar estos impulsos, pero es casi tan difícil como domesticar un pulpo, por lo que se parecen mucho a ellos en un sentido estructural. —ECP: En parte, también porque en el poemario hay bastante contraste entre lo que uno siente y las apariencias, que podemos ver en estos versos: ahora estoy enamorada de ti, dijiste, pero en una ciudad muerte / el amor ha de ser tratado con respeto y manifestado / con la mayor de las discreciones.
—DC: Siempre ha existido esta dicotomía entre la apariencia, lo que mostramos, y la esencia, lo que somos. De hecho, la dificultad real es intentar expresar esta segunda, aunque muchas veces nos quedemos en la primera. La idea es que, entre ambas, existe un constante desequilibrio relacionado con el hecho de que, por ejemplo, la supervivencia social esté más relacionada con la apariencia. Si analizas la esencia de este libro, por otra parte, puede llevarte a un análisis muy duro, como decías, pero que no lo es realmente. Más bien, se trata de una radiografía en frío de esa esencia. —ECP: Esta percepción severa se ve ayudada por el tipo de metáforas que exploras, relacionadas con el tabaco, el cuerpo, etc., que la hace más sucia y realista. —DC: Lo que me interesa es el análisis de la realidad del cuerpo, no del alma. Por ejemplo, relacionado con lo que hablábamos antes de la figura de Ana Blandiana, su poesía no ha llegado a ser un punto de referencia porque las nuevas generaciones necesitan elementos más concretos e inmediatos. Es muy difícil crear un discurso poético nuevo, y no es lo que yo he querido, sino que a mí, lo que me ha interesado, ha sido utilizar estas metáforas y elementos de la realidad inmediata. —ECP: Los modos de escritura, las distintas generaciones, y la renovación de los valores se concentran en la educación. Como profesor, ¿qué importancia le das a la educación? —DC: Durante muchos años nos han dicho que los jóvenes de hoy en día no leen, o que solo están en internet, es decir, que no hacen ni les interesa nada, lo que es una absoluta tontería, además de falso. Trabajo diariamente con personas muy jóvenes y, aparte de ser admirables, absorben la información como una esponja. La diferencia, claro, está en el tipo de información porque hoy el sistema de educación rumano tiene errores: depende mucho de los clichés, es decir, de la elaboración de unos contenidos comunes para todo el alumnado. Como es evidente, tienen que hacer esto porque han de pasar unos exámenes. No obstante, al mismo tiempo, he observado que si les propones soluciones alternativas, o maneras diferentes de ver las cosas, funcionan muy bien y, al final, están absolutamente encantados. [...] La feria del libro más importante de Rumanía, la Bookfest, terminó hace unos meses, y las estadísticas han mostrado que ha habido más visitantes que en ediciones anteriores, que la edad ha bajado, y que las ventas han aumentado, lo que significa que las cosas están comenzando a cambiar. Para que esto se produzca es muy importante la presencia de los escritores. En Rumanía ahora hay diferentes proyectos que llevan a los escritores a las aulas, pero no para hablar de su obra, sino para enseñar lo que quieran en una hora. Por ejemplo, puede ir un escritor a hablar de un clásico canónico, y entonces los alumnos tienen la oportunidad de hablar de esto con un autor contemporáneo, por lo que salen cosas fabulosas.
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Entrevista realizada por MARTA CASTAÑO Alicia Louzao nace en Ferrol en 1987, es doctora en Filología Hispánica y licenciada en Filología Inglesa. La autora presenta estos días El circo volador (Versátiles, 2020), su segundo libro de poesía que, al igual que el primero, se aleja de las normas del “poemario” entendido como tal. ‘Pausa para una tostada’ es el relato que salió publicado en La Gran Belleza, y uno de sus versos fue seleccionado por la iniciativa de Versos al Paso (Madrid). Colabora escribiendo en diversas revistas de literatura como Ocultalit o Quimera. Las palabras laten y respiran dentro de este libro que aboga por la libertad de movimiento de la escritura. Con un estilo mucho más cercano a la prosa poética, la autora nos relata una serie de historias a través de un recorrido por los diversos espacios de un circo imaginario en los que nos encontramos con curiosos personajes. Visitaremos los carrousels, la tienda de las pitonisas, la casa de los horrores, la habitación de los espejos y finalmente saldremos del poemario por la tienda de recuerdos. El circo volador es, de alguna manera, la continuidad de su Manual para la comprensión del insomnio (El Transbordador, 2019), ya que perpetua ese mundo onírico en el que viven los que no pueden dormir. La voz poética bien podría ser la de una niña que se ha convertido en adulta o la de una mujer adulta que vuelve a ser niña. Esa voz nos muestra un mundo surrealista que se fusiona de forma natural con la cotidianidad, con los recuerdos de sucesos reales de un pasado que ya no volverá. Alicia es capaz de convocar al futuro a través de la bella nostalgia de lo que se recuerda «con los ojos cerrados y un vaso de leche en la mano». Sus poemas nos hacen reflexionar acerca de la soledad, la muerte, la identidad o el lugar que ocupamos o deberíamos ocupar en el mundo. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: Alicia, este es tu segundo libro publicado en menos de un año. Eres una escritora bastante prolífica. ¿Siempre has escrito tanto? ¿Cuál es la fórmula que sigues para conseguir este volumen de escritura y ser capaz de publicar dos libros en tan poco tiempo? —ALICIA LOUZAO: La verdad es que siempre he escrito. Desde bien pequeña. Lo que hacía de niña era variar los finales de los cuentos o cambiar los personajes. Ese sería mi primer ejercicio literario, por así decirlo. El primer certamen literario de relevancia creo que lo gané en 3º de ESO, un concurso a nivel nacional en Galicia. Me decanté por las Humanidades desde que tuve la opción de elegir, y la carrera de Filología Hispánica la recuerdo como un constante día a día plagado de estímulos literarios. Así que sí, en resumen, escribí y fui evolucionando sola. Mandé a editoriales constantemente hasta que por fin El Transbordador se fijó en mí y publicaron el Manual para la comprensión del insomnio. No nos conocíamos, así que todavía me ilusionó más que aceptaran leyendo el manuscrito y creyendo en mi idea. Es una editorial que hace libros maravillosos y que apostó por mi Manual, igual que Versátiles ha apostado por El circo volador. —ECP: Algunos de los temas fundamentales de tus poemas son la muerte, el duelo, el paso del tiempo y la necesidad de crear mundos ficticios e historias que nos ayuden a sobrellevar una realidad dolorosa. Con estas premisas creas mundos que se configuran gracias a conceptos como la “muerte”, “dormir”, el “insomnio” y los “sueños”. ¿Crees que la literatura es esa suerte de sueño en la vigilia que nos ayuda a soportar la realidad? —AP: Me encanta esa imagen que acabas de proyectar. Sí, estoy totalmente de acuerdo contigo. Cuando leemos, no solo cuando escribimos, nos evadimos totalmente de la realidad circundante y exploramos otros mundos. Es una suerte de sueño. Estoy aquí, en este sofá, con un libro en la mano, alrededor hablan, suena la lavadora, incluso pueden llamarme, pero mi cabeza está muy lejos: explorando una casa abandonada o resucitando a los muertos. —ECP: En El circo volador sigues la línea de tu Manual para la comprensión del insomnio, entre otras cosas, cuando hablas de la infancia. Por momentos el poemario parece el diario de un niño con toda su fantasía bullendo sin parar, narrando esos periodos de la niñez «cuando pensamos que siempre somos más mayores pero todavía existe la merienda». ¿Crees que la infancia es el momento en el que verdaderamente vivimos y la madurez se configura con los recuerdos de esa vida? —AP: Decía Leopoldo Mª Panero que en la infancia vivimos, en la madurez sobrevivimos. A mí me cuesta creer que no siga siendo esa niña que fui, a mis 33 años. Hay muchísimas cosas que veo en el mundo con los mismos ojos con los que los miraba de niña. Lo digo de verdad. En la madurez, la infancia es un flotador de supervivencia. Yo fui esto, existieron estas personas que me dieron lo que soy. Y que ahora no están. Pero volver a ellas, a su recuerdo, nos mantiene vivos. Una vez soñé tan fuertemente con mi abuela Alicia que recuerdo despertarme sintiendo su abrazo. Y no somos familia de darse abrazos, pero en el sueño ella estaba viva y me lo dio, yo me iba escurriendo y desperté llena de calor. —ECP: La voz poética también contempla el gran tema de la soledad en general y la soledad del poeta en concreto. ¿Sientes o has sentido a menudo esa soledad en los momentos de creación poética? ¿Ayuda la soledad realmente a crear? ¿Cómo sales de ella una vez que se termina el proceso creativo? —AP: La soledad es imprescindible cuando creas. Puedo pasarme horas y horas en casa con todo en silencio y escribiendo, simplemente. No me doy cuenta de que llaman o de que ya son las 20:00 o de que está a hervir algo en la cocina. Y cuesta mucho salir de ella, sí. Es un choque brutal el arrancarte de tus mundos y volver a hablar con alguien. No es mala la soledad, muchos no soportan estar con ellos mismos. Y cuando lo están, necesitan sacarse fotos y compartirlo con los demás que están al otro lado: eso no es estar solo. Parece que tengan miedo de estarlo, de perder el vínculo con el mundo real. Me considero una persona sociable, pero necesito pasear sola, ir a correr sola, hay cierta paz en estar con uno mismo. —ECP: La mayoría de tus personajes pertenecen a mundos fantásticos y sobrenaturales, son criaturas nocturnas, mujeres con coronas de pájaro, señoras que se pulverizan o se convierten en agua, fuerzas sobrenaturales y entidades con varias caras y voces. También encontramos en este circo a uno de tus personajes más recurrentes: el doctor Emetteus de la Universidad de la Atlántida, experto científico que «tiene ojos para lo que no existe». Háblanos de algunos de tus personajes y de la presencia continua de lo etéreo y prodigioso en el poemario. ¿Es la construcción de estos espacios y personajes una forma más de expresar la libertad casi absoluta que, desde tu punto de vista, debe tener la escritura? —AP: Creo que estos personajes están ligados a esos mundos de la infancia de los que, en mi caso, no quisiera salir. Me ayudan mucho a crearlos los cuadros. Desde niña siento una fuerte atracción por la pintura, y me llama la atención el prerrafaelismo. Esas mujeres insertas en bosques, que parece que vayas a encontrártelas paseando un día por un camino o flotando en un río, como Ofelia. Hay una belleza terrible en los cuadros prerrafaelitas. O, por otro lado, la virgen de las rocas de Da Vinci. Ferrol tiene muchas playas, y siempre vinculé esas cuevas oscuras que hay en mi ciudad natal con esa aparición tenebrosa que vive dentro, oculta a los bañistas. Y mecánicamente imaginaba de niña: “piensa que quizá esté ese figura ahí, escondida”. No sabemos lo que se oculta en esos lugares que nuestros ojos no alcanzan a ver. Me encanta pensar que ahora, en las fragas del Eume, hay personajes raros que se mueven por los árboles. —ECP: En un poema dices «Estamos hablando de Galicia, y los lugares tienen su lluvia como los pies tienen sus zapatos». Así acercas al lector a tu tierra natal, además de con reminiscencias de la niñez y los ancestros, con la memoria del agua, de los ríos, de la lluvia tan presente en esa zona geográfica. El agua limpia, arrastra, ahoga… ¿Qué papeles dirías que cumple el agua en este poemario y por qué la elegiste como imagen recurrente? —AP: El agua es algo que echo mucho de menos en Madrid, ciudad donde vivo desde hace ya ocho años. Todos en Madrid parecen huir de la lluvia. La vida se detiene cuando llueve, pero ese olor que queda en la tierra semeja una especie de mano que alisa la superficie con una bendición. Creo que, como vuelvo a la infancia en muchas ocasiones al escribir, la lluvia tenía que estar presente. Aunque confieso que fue algo totalmente inconsciente. Recuerdo esas tardes haciendo deberes y sólo oyendo llover, solamente lluvia en la ventana. Lluvia constante. —ECP: Otra de las imágenes que más se repiten en el poemario es la de los cristales. Aquí los espejos tienen el poder de reflejar la propia imagen, de recordarnos el pasado y, por supuesto, de mostrarnos el presente y dilucidar el futuro. Los reflejos aparecen en forma de bola, de laberinto o habitación de espejos y también en el agua, de la que ya hemos hablado. ¿Cuál era tu idea a la hora de crear esta mezcla de tiempos y espejos? —AP: El espejo es un elemento que nos ha visto crecer. Ha visto nuestro cambio, cómo ha operado en nosotros, es testigo mudo de nuestra evolución. Desde 1995, por ejemplo, hasta la actualidad; primero esa imagen de niña con diadema y dientes de conejo, y así hasta ahora. Más gorda, más delgada, más despeinada, después de vivir una muerte y lavándote los ojos o maquillándotelos. Pienso que es un instrumento que también nos verá caer, nos verá envejecer y el último prácticamente que nos verá morir. Y sin embargo, no le vemos nunca a él, sino a nosotros mismos. —ECP: Este es, pues, un poemario con el que haces pensar al lector, le haces recapacitar acerca de su lugar en el mundo, de su propia conciencia e identidad. Nos llevas de la mano a transitar el mundo onírico de nuestra mente, del que en ocasiones no podemos huir, como sucede en el poema ‘Norman Bates no puede salir’. ¿Concebiste el libro pensando en la posibilidad de una reflexión universal acerca de estos temas?
—AP: Todo el libro es un viaje onírico, como afirmas, y me alegra mucho que lo hayas percibido. Mi escritura se basa muchísimo en los sueños. Por ejemplo, un poema sobre la capilla de los pecados fue tal cual un sueño que tuve, que no podía sacarme de la cabeza. Un grupo de chicos que íbamos corriendo por una calle y llegábamos a un cementerio oculto en un nicho pequeñísimo. Parecía de juguete. Y el agua nos iba llegando a los cuellos. La capacidad que tenemos de evadirnos cuando dormimos y crear mundos totalmente perfectos, sólidos, me desconcierta. ¿Cómo es posible que visite lugares que ya no existen, hable con gente que ha fallecido, de manera tan real cuando estoy dormida? Imagina un día quedarnos atrapados en ese sueño. —ECP: Un circo no es un circo sin su música y a lo largo del paseo por los diversos espacios de tu circo encontramos varias referencias musicales. Desvélanos cuáles son algunas de esas referencias y por qué escogiste esas melodías para complementar la función. —AP: Muchas son oscuras, como por ejemplo Tom Waits y su diablo. También Jefferson Airplane, cuya canción ‘White rabbit’ es hipnótica y parece escrita bajo los efectos de estupefacientes. Un circo me parece que puede ser bastante perturbador, tenebroso. Los payasos, ese delirio de la gente que corre por las atracciones, maquillaje que se funde con el paso de las horas, jaleo y alboroto... Siempre los he concebido siniestros. Por ejemplo, tomemos Balada triste de trompeta de Álex de la Iglesia, o la oscura película de Dumbo de Disney. Beirut es un grupo que me entusiasma, y creo que recoge exactamente los elementos de los que se compone un circo: esa especie de inocencia triste, esa algarabía de borrachera delirante. —ECP: Por último, cuéntanos cuáles son tus próximos proyectos literarios. ¿Tienes pensado publicar algo más este año? —AP: Finalicé en diciembre una novela un poco diferente. Hay un hilo conductor porque se basa en una ciudad que tiene mucho que ver con Ferrol y con Vilatuxe, el pueblo de mi infancia. La he mandado a algunas editoriales y estoy a la espera. Está escrita en una prosa que se acerca más a la poética. Y estoy dándole vueltas a un tercer poemario que está terminado y que, igualmente, he mandado a alguna editorial. Igual que con la novela que te comento, estoy a la espera. Me haría mucha ilusión una respuesta positiva, como sucedió con estos dos poemarios. Creo mucho en las editoriales independientes, hacen trabajos maravillosos. Y empecé una siguiente novela ahora mismo. Creo que es normal que, si te gusta escribir, escribas. En mi caso no puedo parar, realmente lo necesito. HACIENDO EL ANIMAL Entrevista realizada por ANTONIO MARÍN ALBALATE [Extraída del nº 12, Primavera de 2006] Aute (Manila, 1943) viene a mi memoria a través de Escala en Hi-Fi, un programa de televisión de los sesenta que no me perdía ningún domingo, por ver cómo su ‘Don Ramón’ iba escalando peldaños. Hijo de padre catalán y de madre filipina, Luis creció un tanto políglota y pictórico. A los diez años (según cuenta en Los últimos de Filipinas) tras ver a M. M. en Niágara, busca una foto de la actriz donde aparece en bañador y con un tubo de Colgate, y lo hace desaparecer para pintar allí lo que su imaginación le sugiere. 1960 es el año en que realiza su primera exposición. Siete años después graba su primer sencillo. Desde entonces no ha parado de producir. Este poeta urbano y metafísico tiene la suerte de expresar su creatividad mediante diversos lenguajes. Aute es, sin duda, alguien sin cuya existencia difícilmente podría entenderse el mundo de la creación. Quienes amamos la voz de su mirada no podemos dejar de acudir a las imágenes que brotan de su música y a la inversa. El pasado 23 de febrero Luis Eduardo, que pasaba por aquí, subió a la cartagenera librería Escarabajal para leernos algo de su reciente AnimaLhada y de paso firmar ejemplares. Venía del Aula de Poesía de la Universidad de Murcia, donde la noche antes había hecho una lectura de sus “poemigas”. Gracias a la generosidad de Isabelle García Molina y del propio Luis Eduardo, fue posible su presencia dentro del ciclo “arima2” que organiza el Patronato Carmen Conde-Antonio Oliver y la librería Escarabajal. Tuve el honor de presentarle. Un lujo que no olvidaré jamás. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: El gran Carlos Edmundo de Ory prologa tu AminaLhada (Siruela, 2005). Para personas despistadas, hay que decir que es una prolongación de Animal (1994) y Animal dos (1999). ¿Qué representa en tu vida la figura de alguien como Ory? —LUIS EDUARDO AUTE: Uno de los más grandes poetas vivos en lengua castellana es Carlos Edmundo. No sé si fue antes el poeta o el ser humano. Siempre digo que yo, de joven, quiero ser Ory. Mis poemigas no hubieran existido sin sus aerolitos. —ECP: ¿De qué poetas te alimentas ahora? ¿Has encontrado, en la actualidad, alguna voz nueva que te sorprenda? —LEA: Hay un buen ramillete de jóvenes poetas que me interesan: Antonio García de Villarán, sevillano; Pura Salceda, catalana; Pilar Blanco, alicantina. Y algunos cuantos otros. Y, por supuesto, Una “grande” como es Lupe Grande. —ECP: ¿Podrían entenderse Arte y Vida sin erotismo? —LEA: Sin erotismo nada queda, sólo el vacío de la muerte. —ECP: Según te he oído decir en la presentación, no es lo mismo animal que bestia. ¿Qué diferencias hallas entre ambos? —LEA: Animal viene del latín “anima”, alma, de modo que es una falacia decir que los animales no tienen alma. La “bestia” es todo lo contrario. —ECP: ¿Por qué la definición de “poemigas”? —LEA: Poemigas es una forma de sugerir que esos textos breves que escribo pudieran tener alguna “miga poética”. —ECP: Luis Eduardo, ¿si no existiera el coño, habría que inventarlo? —LEA: Sí, porque sin coño (cogno) no existiría el conocimiento (cogno-cimiento). Está muy claro, coño. —ECP: «El hogar, a veces, / es una hoguera / a fuego lento» dices en ‘Tarde o temprano, arde’. ‘«Hotel, dulce hotel» canta un tal señor Sabina. Dependiendo del fuego a que te refieras y según lo entiendo yo, ¿si arde al fin el hogar, acaso el hotel sea una manera de salvarse de la quema? —LEA: El hotel, el apartamento de la otra o de algún amigo, el coche, el ascensor, un parking, algún callejón, un parque, la era, un avión transoceánico... Y algún asilo que otro. —ECP: ¿Encuentras en los raperos a los nuevos cantautores? —LEA: Por supuesto. Los raperos son los nuevos cantautores. Y además, de protesta protestísima. No hay más que escuchar sus letras de goma 2. Son autores e intérpretes, pura cantautoría. —ECP: ¿Para cuándo nuevo disco? —LEA: Estoy componiendo, en este momento, canciones nuevas, a trancas y barrancas (éste podría ser el título) porque no hay manera de evitar compromisos diversos y obligaciones de todo tipo. Me tendré que ir del país. —ECP: ¿Cómo logras resolver el peso del “auteplagio” para sonar diferente en cada disco? ¿«Nueva piel para la vieja ceremonia», que diría Leonard Cohen? —LEA: Amigo mío, con gran, gran esfuerzo y siendo un dictador conmigo mismo no permitiéndome ninguna concesión, por eso es una tortura. —ECP: Nacho Sáenz de Tejada, Olga Román, Pablo Guerrero, Luis Mendo, “Billy” Villegas… ¿Podrías comentarnos brevemente lo que te sugiere cada nombre? —LEA: Difícil individualizar porque todos son compañeros muy queridos de toda la vida. Son familia y a la familia se la quiere, sin más. —ECP: Si al cabo «todo en la vida es cine / y los sueños / cine son», como cantas en Cuerpo a cuerpo, ¿cuánto de realidad o ficción tienen las bolsas de palomitas como civilizada excusa para meterle mano a la novia en el cine? —LEA: Complicada cosa esa de meterle mano a la novia con las dos manos ocupadas... —ECP: ¿Hacia dónde crees que camina este perro mundo tan ciego y cansado, sin ningún mayo del 68 a la vista? —LEA: No te olvides de que mayo del 68 fue un fracaso y lo que ahora hay es consecuencia de aquel fracaso. Yo creo que la Gran Revolución todavía está por llegar y no tardará mucho si las cosas siguen esta dinámica demencial y suicida. —ECP: Te regalo un poema mío. —LEA: Gracias. BREVEDAD VERSUS EXTENSIÓN 1830
A Luis Eduardo Aute Lo breve —si brida-- dos veces vibra. Sí ¡bravo! Bromo-- formo —no broma— su antónimo. Brío brumo —por tanto-- abriendo paso —vibre Dios— a la —es grande— tu esa AnimaLhada. Au te doy fe —Luis Eduardo— de mi brete, que emular no puede mi voz la tuya, sino humil-demente —¡oíd loqueros!-- declarar mi este ya declarado —brazo hacia el mar-- Aute-ísmo. Salud y alas, a la pólvora —¡olor a ingenio!-- de tu palabra. Cartagena, 23 de febrero de 2006 Antonio Marín Albalate |
ENTREVISTAS
El Coloquio de los Perros. CABEZAS, ISMAEL
CAMARASA, RAFAEL CARBAJOSA, NATALIA CARIDE, ALBERTO CARRILLO, VIRIDIANA CÉLINE CEREZUELA, ANA CERVERA, RAFA CHEJFEC, SERGIO CHEJFEC, SERGIO [5] CHESSA, ALBERTO CHESSA, ALBERTO [Anatomía de una sombra] CHICO, ÁLEX CISNERO, ALBERTO COMAN, DAN CONTRERAS, NADIA CORTINA, ÁLVARO CRUZ, GINÉS DELGADO, DESIRÉE DÍAZ, ANA CLAUDIA DÍEZ, JOSÉ MANUEL DOMINIQUE A ELENA PARDO, CRISTINA ELKOURI, RIMA ESPEJO, JOSÉ DANIEL ESPEJO, JOSÉ DANIEL [Perro fantasma] FONT, VIOLETA GALÁN, JULIO CÉSAR GALÁN MOREU, SALVADOR GALÁN MOREU, SALVADOR [No fall] GALINDO, BRUNO GALLARDO, JOSÉ MANUEL GALLUD, EVA GALVÁN, ANI GAMBOA, JEYMER GARCÍA, CONCHA GARCÍA, DIEGO L. GARCÍA JIMÉNEZ, SALVADOR GARCÍA LÓPEZ, ERNESTO GARCÍA MELLADO, ISABEL GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARRIDO PANIAGUA, RODRIGO GASS, CARLOS GINÉS, ANTONIO LUIS GINÉS, ANTONIO LUIS [Antonov] GÓMEZ, MACARENA GÓMEZ BLESA, MERCEDES GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO [QUIROMANTE] GONZÁLEZ LAGO, DAVID GRACIA, ÁNGEL GROZO, DANIEL GUERRA NARANJO, ALBERTO HENDERSON, DAIANA HERNÁNDEZ, GALA HERNÁNDEZ, JULIO HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [EL DOLOR DE LOS DEMÁS] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [ANOXIA] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [TIEMPO POR VENIR] HERNÁNDEZ BUSTO, ERNESTO IRIBARREN, KARMELO C. JORGE PADRÓN, JUSTO KASZTELAN, NURIT LADDAGA, REINALDO LAYNA RANZ, FRANCISCO LEZCANO, YULEISY CRUZ LINAZASORO, KARLOS LLOR, DOMINGO LOBATO, FLORA LÓPEZ, PABLO LÓPEZ AGÜERA, FULGENCIO ANTONIO LÓPEZ KOSAK, ANDREA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA [Qué mundo tan maravilloso] LÓPEZ POMARES, ALEJANDRO LÓPEZ SANDOVAL, DAVID LÓPEZ SORIA, MARISA LOUZAO, ALICIA MACHUCA, LUIS MAESTRO, JESÚS G. MALAVER, ARY MANUELA, ADRIANA MARGARIT, LUCAS MARÍN, MARÍA MARÍN, MARIO MARÍN ALBALATE, ANTONIO MARQUARDT, ANJA MART, BLANCA MARTÍ VALLEJO, MAITE MARTÍN, RUBÉN MARTÍN GIJÓN, SUSANA MARTÍN IGLESIAS, VÍCTOR MARTÍNEZ CASTILLO, ANA MENDOZA, NURIA MESA, SARA MICÓ, JOSÉ MARÍA MIGUEL, LUNA MIRALLES, INMA MOGA, EDUARDO MOLINO, SERGIO (DEL) MONTEVERDE, JULIO MONTEVERDE SÁNCHEZ, CONCEPCIÓN MOR, DOLAN MORALES, JAVIER MORANO, CRISTINA MORENO, ANTONIO MORENO, ELOY MORENO, JAVIER MORENO, SEBASTIÁN MORENTE, ESTRELLA MOYA, MANUEL MUÑOZ, MIGUEL ÁNGEL NAVARRO, ÓSCAR NETO DOS SANTOS, MANUEL NIETO, LOLA NORDBRANDT, HENRIK NUÑO, SIHARA OLMOS, ALBERTO OREJUDO, ANTONIO ORTIZ, DEMIAN ORTIZ ALBERO, MIGUEL ÁNGEL PALOMEQUE, AZAHARA PAPELES DEL NÁUFRAGO [Antonio Lafarque y Aníbal García] PARDO VIDAL, JUAN PARRA SANZ, ANTONIO PEÑA DACOSTA, VÍCTOR PEÑALVER, PATRICIO PEÑAS, ESTHER PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Querida hija imperfecta] PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Las sumas y los restos] PÉREZ LEAL, AGUSTÍN PÉREZ MONTALBÁN, ISABEL PERONA, JESÚS PICÓN, EMILIO PRADA, JUAN MANUEL DE PRUDENCIO, JESÚS PUJANTE, BASILIO PUJANTE, MANUEL QUIJANO SÁNCHEZ, EDUARDO RÍOS, BRENDA RIVAS GONZÁLEZ, MANUEL ROBLES, SALVA RODRÍGUEZ, ALFREDO RODRÍGUEZ, ALFREDO [Urre Aroa] RODRÍGUEZ, ALFREDO [Días del indomable] RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, ANTONIO RODRÍGUEZ PAPPE, SOLANGE ROMERO MORA, J.D. ROMERO MORA, J.D. [En el desvarío] ROSADO, JUAN JOSÉ ROSSELL, MARINA RUDEL, JAUFRÉ RUIZ GUERRERO, Mª CARMEN SALSE BATÁN, ALEJANDRO SÁNCHEZ, GINÉS SÁNCHEZ, GINÉS [2096] SÁNCHEZ, GINÉS [MUJERES EN LA OSCURIDAD] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [El nudo] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [FACTBOOK] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LA CADENA DEL FRÍO] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LOS QUE ESCUCHAN] SÁNCHEZ GÓMEZ, MARISOL SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS [Pastillas debajo de la lengua] SÁNCHEZ MENÉNDEZ, JAVIER SÁNCHEZ ROBLES, MIGUEL SÁNCHIZ, ANTONI SANTOS, ABEL SCHWEBLIN, SUSANA SEÑOR, RUBÉN SERRANO, PABLO SORIANO, ADA SUANE, SAÚL TRIGUEROS, SARA J. ÚBEDA, ANABEL URÍA, JUAN MANUEL VAL, FERNANDO DEL VALDÉS, ANDREA VALERO, MANUEL VALLÈS, TINA VARAS, VALENTINA VEGA, MIGUEL VERA FIGUEROA, ALBA VICENTE, TERESA VICENTE CONESA, FRANCISCO VILA-MATAS, ENRIQUE Hemeroteca
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