Entrevista realizada por Juan de Dios García HOMOCONEJO El pasado noviembre el inventor de una fascinante droga ficticia llamada Beta presentó su novela Homoconejo en la librería La Montaña Mágica de Cartagena. Lo acompañamos Mª Luisa Castellón —que nos dio una lección de anatomía narrativa magistral—, un servidor, que dialogó brevemente con el autor, y unos cuantos quintos de Mahou que hicieron que se me quedaran bastantes preguntas por responder. Ahora se ha dado la ocasión de continuar aquella conversación sostenida en el tiempo, darle de nuevo al botón del “play” y sacudirnos esa sensación amniótica que provoca una micro Oktoberfest. ¿Despertar? Con Homoconejo nunca se sabe. Vamos a arriesgarnos. —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: Repites editorial con este segundo libro. Te tratan bien en la editorial malagueña EDA, ¿no? —ALFONSO GARCÍA-VILLALBA: Sí, repito editorial con Homoconejo y muy feliz por ello. Me gusta lo que hacen Fernando Mateo y Paco Torres. Su trabajo desde una periferia total, al margen de las modas y las tendencias, creo que es digno de elogio y respeto. Sobre todo cuando te das cuenta, y no descubro nada a nadie, que incluso en el ámbito editorial, incluso en círculos más minoritarios y supuestamente íntegros, se dan esas modas, esas tendencias, esas prescripciones que alguien dicta de modo que todo un coro de individuos dice amén y consume o lee aquello que le han dicho que está bien, aquello que es cool. Y por eso me gusta EDA: porque no es cool. Hay que huir de las modas. Las modas son para escapar de ellas. Sólo para eso. Así que no puedo evitar preferir el trabajo tenaz y constante de alguien que cree en lo que hace como Paco Torres, una persona que, además de editor, es un gran lector. Un tipo que saca un libro de poesía dadaísta o publica en España a la poeta Herta Muller con sus poemas collage y que edita, por ejemplo, a Hugo Abatti, un psiquiatra argentino beckettiano que vive en Granada y que está cerca de la literatura de Mario Levrero o João Gilberto Noll. Pero, bueno, me estoy yendo quizás un poco del tema. Tampoco pensaba en la posibilidad de que el libro fuera publicado en otro sitio que no fuera EDA, de veras. Era algo que no me planteaba cuando di por terminada la novela. Menos aún cuando después de leerla Paco Torres me dijo que pensaba publicarla, que adelante. Pienso que hay que ser fiel con aquellas personas que confían en lo que escribes. Y pasar de las modas o las editoriales que marcan tendencia y que venden espejismos o que se quedan en el envoltorio. Algo que, no obstante, hay que cuidar a la hora de hacer un libro. Como me ocurre a mí con las portadas de los dos libros que Paco Torres ha publicado, unas portadas hechas por el ilustrador belga Gilles Vranckx. Alucinantes, sin duda. Si quieres ser cool, cómprate mi libro por la portada y no lo leas. ¿Para qué vas a leer? Quédate con la imagen. Es lo cool, lo que hay que hacer. Te sacas una foto con el libro y la subes a Instagram. Recool. —ECP: EDA es una editorial que podría calificarse como independiente. ¿Qué valor le encuentras hoy a esa etiqueta editorial? —AGV: Las etiquetas son de ayuda como herramientas para clasificar cosas. Independencia es hacer lo que te apetece cuando quieres, tal y como quieres y porque quieres. Si una editorial hace eso, perfecto. Si no lo hace, tendrá sus motivos. De todos modos, independiente es una palabra que puede llegar a no significar nada dentro del campo de la cultura. Es un término demasiado amplio y, con frecuencia, parece desvirtuarse como, por ejemplo, cuando hablamos de cine o música. Aunque para eso están las palabras: para cambiar de significado. —ECP: ¿Es Homoconejo una novela “independiente” en ese mismo sentido? —AGV: Homoconejo es la novela que escribí en un determinado momento de mi vida. Una novela que reescribí y que fui puliendo durante un cierto tiempo. Responde a lo que quería hacer entonces y plasma una serie de cosas que me interesaban y me siguen interesando y que dan vueltas en mi cabeza. Todo lo que escribo responde a una necesidad semejante. En ese sentido escribo lo que quiero, cuando quiero y porque quiero. Eloy Fernández Porta escribía ya hace unos años en su ensayo Afterpop cuestiones relacionadas con la literatura independiente. En su día me interesó bastante ese concepto y, de hecho, fue el que dio forma, en cierto modo, a un proyecto de gestión cultural que desarrollé durante unos años, la SELÍN (Semana de la Edición y la Literatura Independiente). En la actualidad no le doy tanta importancia a este concepto, si bien tengo claro que todo aquel creador que desea hacer una obra que trascienda o que vaya más allá de lo convencional se podría encajar dentro de ese concepto tan volátil semánticamente hablando. —ECP: ¿Es cierto que Homoconejo nació en un blog? —AGV: Homoconejo es el nombre que empleaba hace tiempo cuando pinchaba, cuando ponía música en bares o en fiestas. Siempre me han interesado los conejos y el nombre que me inventé en su día me resultó llamativo retomarlo, así que terminé usándolo como título para la novela porque tenía sentido hacerlo. Por otra parte, hubo un tiempo en que colgaba textos en internet donde aparecen las primeras ideas sobre hombres-conejito y cosas así. Pero no podría decir que aquellos textos fueran germen directo de lo que Homoconejo en realidad es. La figura del conejo es una figura que tenía que salir y que, curiosamente, cobra sentido completo dentro de esta novela en la que laberintos y mundos subterráneos tienen mucho que ver con las madrigueras de estos animales. Sin olvidar que el conejo en diferentes culturas es visto como un animal que tiene una gran presencia en los rituales de transformación, de paso al otro lado. Para algunos pueblos tiene un componente casi chamánico. Y esta novela tiene más de mítica y simbólica que de ballardiana o posmoderna, sin dejar de ser ballardiana tal y como algunos lectores y críticos han llegado a decir. —ECP: Tu primera obra fue el magnífico libro de relatos Esquizorrealismo. ¿Podríamos hablar de un estilo propio, un estilo esquizorrealista made in García-Villalba? Yo sí encuentro una atmósfera “esquizo” aquí, aunque tratada de manera diferente, más violenta, más poética, quizás. —AGV: Comparto lo que dices completamente. Creo que ambos libros tienen mucho en común, en tanto en cuanto los dos cuentan con esa atmósfera esquizo de la que hablas. O, si queremos ser más precisos, una atmósfera esquizorrealista, que es algo que, en cierto modo, tiñe todo lo que escribo. Las intenciones que animan tanto Esquizorrealismo como Homoconejo son semejantes. Ambientes en cierto modo insanos que intentan representar una realidad que escapa de lo convencional, que cuestiona los límites entre aquello que entendemos como real. Pero sin llegar a establecer diferencias entre sueño y realidad, sino sugiriendo que no todo es lo que parece, que no hay gran diferencia entre uno y otra, entre sueño y realidad, que ambos se contaminan y confunden y forman un todo más complejo. Por otra parte, en ambos libros hay una necesidad de escapar, de huir de situaciones en las que los personajes se sienten encerrados, como si estuvieran dentro de una caja de la que no pueden salir. En el caso de Homoconejo, la novela se convierte, a decir verdad, en una deriva a través de un laberinto, un laberinto que lo impregna todo, aunque aparentemente los personajes no estén dentro de uno. —ECP: ¿Es entonces Homoconejo una novela lírica o, al menos, con un componente importante de lirismo? ¿Lirismo, digamos, alucinatorio, excéntrico o subterráneo? —AGV: Creo que Homoconejo tiene mucho de poético. En general, siempre procuro que el ritmo anime mis textos de modo que la lectura sea una experiencia casi musical. Quizás esto no sea muy evidente para algunos lectores, pero creo que la música influye mucho en lo que hago y la música, con sus ritmos y repeticiones, tiene tanto que ver con la poesía… El ritmo que procuro imprimir a mis textos está muy emparentado con lo lírico, con la sugestión de ambientes o sensaciones. A veces creo que lo que hago está más relacionado con todo esto que con la narración pura y dura. La historia es un pretexto para hacer otras cosas. Curioso, ¿no? Así que cuando estoy escribiendo siempre pienso o construyo los textos con una especial atención al ritmo y la musicalidad. Y, evidentemente, esta dimensión lírica que puede encontrarse en la novela presenta una visión alucinada de la realidad tal y como sugieres. Cosa que no quiere decir que no sea una realidad, por decirlo, menos real que aquella que nos rodea… Y yo mismo podría preguntarme al respecto: ¿por qué sucede esto?, ¿por qué hago esto?, ¿por qué me interesa retratar o poner sobre la mesa esa confusión entre realidad y sueño a la que hacía alusión antes? A decir verdad, no sabría decirlo. O explicarlo, dar una respuesta. Cada vez me interesa menos explicar las cosas. Por ejemplo, en las últimas presentaciones de Homoconejo apenas sé qué decir con respecto al libro. Aunque termino diciendo algo, evidentemente. O quizás resulta más complejo hablar de la novela que, sencillamente, leerla. Sobre todo porque al hablar de ella siempre me parece que todo adquiere un tufo intelectual que no me interesa y con el que no me identifico. La cosa es que el libro está ahí. Es independiente, en ese sentido sí. Y él debe hablar por sí mismo. Sus páginas lo dicen todo y, con frecuencia, pienso que yo no tengo nada más que añadir al respecto. Y, claro, decir que cada vez me interesa menos explicar las cosas resulta completamente contradictorio, porque esta entrevista en realidad es, a su modo, una explicación, notas a pie de página de Homoconejo. Pero la contradicción está ahí, en todo. Casi que parece necesaria. Y para escribir, más aún. —ECP: Veo también que esta novela tiene una identidad visual, un celuloide narrativo de altísima calidad fotográfica. ¿Me equivoco? ¿Es una novela “cinematográfica” en ese sentido? —AGV: Cinematográfica y fotográfica. De hecho, el narrador es fotógrafo. Y sí, probablemente, en Homoconejo hay mucho de cine. Y, sencillamente, porque la narrativa visual que tiene el cine influye en la forma en que concibo la literatura. No puedo evitarlo. En el caso de esta novela hay algo así como cambios de escena, por decirlo de alguna forma, que son deudores o que están influenciados por el cine. O por autores que, dentro de la literatura, tienen un punto muy cinematográfico, tal y como podría ser el caso de Barry Gifford. Sin duda, la lectura de Gifford, que no es una influencia esencial en lo que escribo, tiene su reflejo en la forma de componer la novela, en la estructura que adopté para construirla, incluso para los diálogos. Si bien hay otras influencias mucho más relevantes como pueden ser los textos de Karl Kerényi sobre los laberintos o Paolo Santarcangelli y su El Libro de los Laberintos. Incluso textos como el Gilgamesh o películas como Orfeo de Jean Cocteau o el cine de David Lynch y Cronenberg o la novela Paprika de Yasutaku Tsutsui. —ECP: Esto lo decía sin tener en cuenta que eres un cinéfilo empedernido, pero, claro, te influye tu vastísima cultura cinematográfica a la hora de narrar. —AGV: Sí, claro. El cine me influye. Algunas de las referencias a las que he hecho alusión antes son un claro ejemplo de ello. Pero, como ya he comentado, hay otras influencias. Y la música es una de ellas también. No considero que mis referencias a la hora de escribir sean exclusivamente literarias. Si solamente fueran así, creo que me aburriría. —ECP: Sueles escuchar música cuando escribes. ¿Podrías decirme qué banda sonora compone Homoconejo? —AGV: Casi siempre escucho música cuando escribo. Pero siempre ha de ser un tipo de música que no se caracterice por lo extremadamente melodioso o los cambios bruscos o de ritmo. Tiendo a emplear la música a la hora de escribir como una forma de concentración, un ejercicio meditativo casi, como puede ocurrir con la obra de Eliane Radigue. Busco y hago uso de composiciones que tiendan hacia el bucle de modo que te puedas sumergir en una atmósfera que te acompaña y que, con frecuencia, condiciona lo que escribo. En el caso de Homoconejo aparecen algunas canciones dentro de la narración. Algún tema de Neil Young o incluso el Dúo Dinámico, cosas que nada tienen que ver con lo que escucho mientras escribo. Incluso Through the looking glass de Kraftwerk, que tiene mucho que ver con pasar al otro lado, a otro plano. Como la Alicia de Carrol o el narrador de Homoconejo. Pero durante la redacción de esta novela escuchaba más bien a gente como como Loscil, Cluster o Hans Joachim Roedelius y otros grupos y compositores que tienden hacia la repetición y la resonancia. Todo, en realidad, muy bucle y tendente a lo narcótico y lisérgico. Algo que, a veces, procuro infundir a los textos en los que trabajo. —ECP: Explícame, en la medida de lo posible, las nomenclaturas de los protagonistas de Homoconejo. ¿Por qué Cumas Baba, Pitia Calipso, M/W, V o Kerényi? —AGV: Empecemos por Kerényi, que es el conejo antropomorfo que guía al narrador dentro del laberinto. Karl Kerényi es el nombre de un ensayista que ha escrito libros sobre mitología, estudios sobre Hermes y el símbolo del laberinto a lo largo de la historia. Para mí surgió de forma natural que el conejo se llamara así, puesto que hace las veces de guía o extraño cicerone del protagonista dentro del laberinto. En cuanto a Cumas Baba, su nombre es una mezcla de Kumbawa, monstruo al que se enfrenta Gilgamesh en el poema épico sumerio, y Cumas, que hace referencia a la sibila de Cumas. Igual que Pitia también tiene que ver con el mundo de las sibilas y el acceso al ultramundo. M es tan solo una inicial y W es el reflejo de M dentro del espejo, del revés. —ECP: Encontramos exhibición lisérgica y anfetanímica tanto en la acción como en los personajes de Homoconejo. ¿La droga es un lugar, es un paisaje? —AGV: La droga es un elemento narrativo. Un componente esencial para el desarrollo de la trama que hay dentro de la novela, puesto que los personajes que pululan por su páginas consumen una sustancia que se llama Beta y que permite a quien la toma ser consciente dentro de sus sueños. El uso abusivo de Beta provoca interferencias entre los diferentes planos de la realidad. Y Beta ayuda a que nos cuestionemos ésta, a la vez que hace que nada vuelva a ser igual al momento previo de tomarla. Beta es puro psicotrópico, iluminación, delirio consciente y visionario que te adentra en una realidad nueva. ¿Qué es más real? ¿Todo aquello que había antes de Beta o lo que se vislumbra a partir de ella? Lo normal es pensar que el que consume Beta está enajenado, toma drogas y su percepción de la realidad varía o está viciada. ¿Es un desequilibrado entonces o consigue quien consume Beta ver más allá de lo que los demás ven? En realidad, en la novela no hay respuestas a estas preguntas. Hallar respuestas en una novela es algo muy convencional y caduco. Me resulta más interesante sembrar dudas, no dejar las cosas claras. Aunque haya críticos y autores que consideren que eso, en cierto modo, es engañar al lector, jugar con él. ¿Y es malo jugar con el lector si el lector se deja hacer y consiente el juego? No lo creo. Lo verdaderamente malo es dar respuestas, proponer verdades, dejar las cosas claras. Todo lo que nos rodea es un tanto confuso y no sabemos a ciencia cierta hacia dónde nos dirigimos, por qué hacemos lo que hacemos. Eso es lo que hay que trasladar a las páginas de un libro, la incertidumbre, el cuestionamiento de todo. —ECP: ¿Hay un orden narrativo que impera en el caos de Homoconejo?
—AGV: El orden en Homoconejo es el bucle, la reiteración. Establecer una estructura narrativa que pueda recordar ciertas formas de composición musical. Retomar detalles, escenarios, fragmentos que parecen remitir unos a otros entre sí, tal y como hace la música dub, utilizar elementos que resuenan en diferentes páginas de la novela y que vuelven cíclicamente, que nos recuerdan algo que ya ha tenido lugar. Igual que un laberinto tiene una perfecta estructura que puede sumir en el caos y la desorientación a quien se aventura dentro del mismo. Si hay un orden, es ese. Si no lo hay, tampoco importa. —ECP: ¿Qué lector desearías encontrarte al otro lado de Homoconejo? —AGV: Un lector sin prejuicios que se deja llevar y disfruta de una forma visceral de la lectura. Un lector que tomaría Beta porque sabe que lo que le rodea no es tal y como le han dicho que es. Un lector que, después de leer el libro, me dice: “Yo quiero tomar Beta”. Hay quien me lo ha dicho.
1 Comentario
Oferta de Prestamo Urgente
20/9/2022 08:59:36 am
Buenos días señor / señora,
Responder
Deja una respuesta. |
ENTREVISTAS
El Coloquio de los Perros. CABEZAS, ISMAEL
CAMARASA, RAFAEL CARBAJOSA, NATALIA CARIDE, ALBERTO CARRILLO, VIRIDIANA CÉLINE CEREZUELA, ANA CERVERA, RAFA CHEJFEC, SERGIO CHEJFEC, SERGIO [5] CHESSA, ALBERTO CHESSA, ALBERTO [Anatomía de una sombra] CHICO, ÁLEX CISNERO, ALBERTO COMAN, DAN CONTRERAS, NADIA CORTINA, ÁLVARO CRUZ, GINÉS DELGADO, DESIRÉE DÍAZ, ANA CLAUDIA DÍEZ, JOSÉ MANUEL DOMINIQUE A ELENA PARDO, CRISTINA ELKOURI, RIMA ESPEJO, JOSÉ DANIEL ESPEJO, JOSÉ DANIEL [Perro fantasma] FONT, VIOLETA GALÁN, JULIO CÉSAR GALÁN MOREU, SALVADOR GALÁN MOREU, SALVADOR [No fall] GALINDO, BRUNO GALLARDO, JOSÉ MANUEL GALLUD, EVA GALVÁN, ANI GAMBOA, JEYMER GARCÍA, CONCHA GARCÍA, DIEGO L. GARCÍA JIMÉNEZ, SALVADOR GARCÍA LÓPEZ, ERNESTO GARCÍA MELLADO, ISABEL GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARRIDO PANIAGUA, RODRIGO GASS, CARLOS GINÉS, ANTONIO LUIS GINÉS, ANTONIO LUIS [Antonov] GÓMEZ, MACARENA GÓMEZ BLESA, MERCEDES GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO [QUIROMANTE] GONZÁLEZ LAGO, DAVID GRACIA, ÁNGEL GROZO, DANIEL GUERRA NARANJO, ALBERTO HENDERSON, DAIANA HERNÁNDEZ, GALA HERNÁNDEZ, JULIO HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [EL DOLOR DE LOS DEMÁS] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [ANOXIA] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [TIEMPO POR VENIR] HERNÁNDEZ BUSTO, ERNESTO IRIBARREN, KARMELO C. JORGE PADRÓN, JUSTO KASZTELAN, NURIT LADDAGA, REINALDO LAYNA RANZ, FRANCISCO LEZCANO, YULEISY CRUZ LINAZASORO, KARLOS LLOR, DOMINGO LOBATO, FLORA LÓPEZ, PABLO LÓPEZ AGÜERA, FULGENCIO ANTONIO LÓPEZ KOSAK, ANDREA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA [Qué mundo tan maravilloso] LÓPEZ POMARES, ALEJANDRO LÓPEZ SANDOVAL, DAVID LÓPEZ SORIA, MARISA LOUZAO, ALICIA MACHUCA, LUIS MAESTRO, JESÚS G. MALAVER, ARY MANUELA, ADRIANA MARGARIT, LUCAS MARÍN, MARÍA MARÍN, MARIO MARÍN ALBALATE, ANTONIO MARQUARDT, ANJA MART, BLANCA MARTÍ VALLEJO, MAITE MARTÍN, RUBÉN MARTÍN GIJÓN, SUSANA MARTÍN IGLESIAS, VÍCTOR MARTÍNEZ CASTILLO, ANA MENDOZA, NURIA MESA, SARA MICÓ, JOSÉ MARÍA MIGUEL, LUNA MIRALLES, INMA MOGA, EDUARDO MOLINO, SERGIO (DEL) MONTEVERDE, JULIO MONTEVERDE SÁNCHEZ, CONCEPCIÓN MOR, DOLAN MORALES, JAVIER MORANO, CRISTINA MORENO, ANTONIO MORENO, ELOY MORENO, JAVIER MORENO, SEBASTIÁN MORENTE, ESTRELLA MOYA, MANUEL MUÑOZ, MIGUEL ÁNGEL NAVARRO, ÓSCAR NETO DOS SANTOS, MANUEL NIETO, LOLA NORDBRANDT, HENRIK NUÑO, SIHARA OLMOS, ALBERTO OREJUDO, ANTONIO ORTIZ, DEMIAN ORTIZ ALBERO, MIGUEL ÁNGEL PALOMEQUE, AZAHARA PAPELES DEL NÁUFRAGO [Antonio Lafarque y Aníbal García] PARDO VIDAL, JUAN PARRA SANZ, ANTONIO PEÑA DACOSTA, VÍCTOR PEÑALVER, PATRICIO PEÑAS, ESTHER PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Querida hija imperfecta] PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Las sumas y los restos] PÉREZ LEAL, AGUSTÍN PÉREZ MONTALBÁN, ISABEL PERONA, JESÚS PICÓN, EMILIO PRADA, JUAN MANUEL DE PRUDENCIO, JESÚS PUJANTE, BASILIO PUJANTE, MANUEL QUIJANO SÁNCHEZ, EDUARDO RÍOS, BRENDA RIVAS GONZÁLEZ, MANUEL ROBLES, SALVA RODRÍGUEZ, ALFREDO RODRÍGUEZ, ALFREDO [Urre Aroa] RODRÍGUEZ, ALFREDO [Días del indomable] RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, ANTONIO RODRÍGUEZ PAPPE, SOLANGE ROMERO MORA, J.D. ROMERO MORA, J.D. [En el desvarío] ROSADO, JUAN JOSÉ ROSSELL, MARINA RUDEL, JAUFRÉ RUIZ GUERRERO, Mª CARMEN SALSE BATÁN, ALEJANDRO SÁNCHEZ, GINÉS SÁNCHEZ, GINÉS [2096] SÁNCHEZ, GINÉS [MUJERES EN LA OSCURIDAD] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [El nudo] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [FACTBOOK] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LA CADENA DEL FRÍO] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LOS QUE ESCUCHAN] SÁNCHEZ GÓMEZ, MARISOL SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS [Pastillas debajo de la lengua] SÁNCHEZ MENÉNDEZ, JAVIER SÁNCHEZ ROBLES, MIGUEL SÁNCHIZ, ANTONI SANTOS, ABEL SCHWEBLIN, SUSANA SEÑOR, RUBÉN SERRANO, PABLO SORIANO, ADA SUANE, SAÚL TRIGUEROS, SARA J. ÚBEDA, ANABEL URÍA, JUAN MANUEL VAL, FERNANDO DEL VALDÉS, ANDREA VALERO, MANUEL VALLÈS, TINA VARAS, VALENTINA VEGA, MIGUEL VERA FIGUEROA, ALBA VICENTE, TERESA VICENTE CONESA, FRANCISCO VILA-MATAS, ENRIQUE Hemeroteca
Archivos
Septiembre 2024
Categorías
Todo
|