EL COLOQUIO DE LOS PERROS
  • PRINCIPAL
  • CONTACTO
  • POESÍA
  • FICCIONES
  • ENTREVISTAS
  • TRADUCCIONES
  • ARTÍCULOS
  • LA BIBLIOTECA DE ALONSO QUIJANO
  • INVITADO DE LA SEMANA
    • ANTIGUOS HUÉSPEDES
  • HEMEROTECA
    • FUERA DE PLANO
    • MUSEO DE BARATARIA
  • ÍNDICE DE AUTORES
  • JOAN MARGARIT: UNO DE LOS NUESTROS
  • PRINCIPAL
  • CONTACTO
  • POESÍA
  • FICCIONES
  • ENTREVISTAS
  • TRADUCCIONES
  • ARTÍCULOS
  • LA BIBLIOTECA DE ALONSO QUIJANO
  • INVITADO DE LA SEMANA
    • ANTIGUOS HUÉSPEDES
  • HEMEROTECA
    • FUERA DE PLANO
    • MUSEO DE BARATARIA
  • ÍNDICE DE AUTORES
  • JOAN MARGARIT: UNO DE LOS NUESTROS
EL COLOQUIO DE LOS PERROS

ARTÍCULOS

TOCAMOS TODOS LOS PALOS, INCLUIDOS LOS DEL FLAMENCO

LOS AÑOS DE FORMACIÓN DE JACK KEROUAC

26/7/2015

2 Comentarios

 
por JUANDE MERCADO
       Estos últimos meses soy presa fácil de una dulce y, a veces, hiriente enfermedad llamada “nostalgia por los años perdidos”. Estoy en una fase de mi vida en la que, sin ser viejo, acumulo ya suficientes horas de vuelo para poder mirar atrás sin ira, como cantaba Noel Gallagher, pero sí con algo de desazón porque, como de tanto en tanto le pasa a cualquier homínido pensante, pienso que pude haber sacado más rédito a aquellos de formación vital y de espíritu para ser mejor de lo que soy ahora (en todos los sentidos), con mis numerosos defectos y con alguna pequeña virtud que tímidamente asoma la cabeza desde el fondo.

        Mis últimas lecturas dan fe del proceso interior de melancólica remembranza del pasado por el que transito en estos momentos. Mi penúltimo libro ha sido el tercer volumen de K. O. Knausgard publicado en castellano con el significativo título de La isla de la infancia y mi último libro, el que me ha empujado, con cajas destempladas, a escribir estas líneas, ha sido La vanidad de los Duluoz de Jack Kerouac. Este libro, como bien dice Kerouac, es un libro que «trata de fútbol americano y guerra, pero cuando digo fútbol americano y guerra tengo que dar un paso más adelante y añadir: Muerte» (pág. 237). Tengo que confesar que los libros de Kerouac me producen una sensación parecida a la de esa canción de The Jesus and Mary Chain titulada ‘Everything’s allright when you’re down’. En otras palabras menos poéticas, cuando hay algo en mi vida que me parece manifiestamente mejorable, Kerouac me acompaña como un buen amigo y en sus libros encuentro sabios consejos para no morir de pena, hastiado por los deseos no cumplidos, como le pasó a él que murió a los cuarenta y siete años, totalmente alcoholizado y sintiéndose una nulidad en un mundo del que se había apartado voluntariamente un decenio atrás, unos años después de convertirse en una de las grandes sensaciones de las letras americanas tras la publicación de En el camino en 1957. Quién mejor que él mismo para expresarlo: «Un ESCRITOR (las mayúsculas son suyas) cuyo éxito, lejos de ser un triunfo como ocurría antiguamente, fue el preludio de su propia condenación» (pág. 11).
Foto de la cubierta de Kerouac y la generación beat de Jean-François Duval “Crónicas Anagrama” (2013). Aparece Kerouac en primer término con J. Johnson, al fondo, en un segundo plano.
Kerouac acaricia su gato, en plena decadencia, cuando es una sombra de lo que fue y se convierte en un “redneck” que vegeta junto a su madre
Foto de la pág. 30 del mismo libro. Aparecen unos jóvenes que no son otros que Burroughs, Ginsberg y Kerouac antes de convertirse en escritores famosos.
        No obstante, ¿qué es lo que convierte a La vanidad de los Duluoz en un libro de memorias de formación de un escritor que merece, a mi modesto entender, una relectura frecuente? Espero explicar el porqué en las próximas páginas. En primer lugar, quisiera aclarar que el libro es una larga carta explicativa de Kerouac a su tercera esposa, Stella Sampas, en la que le cuenta, como mejor sabe, es decir, mediante una estilo narrativo sencillo y ameno pero impregnado de un lirismo penetrante y de una nostalgia sabiamente esparcida (no estamos ante las típicas memorias de escritor “lameheridas”), quién fue durante el periodo que abarca desde 1935 hasta 1946 ese fantasma espectral que vegeta, a su lado, en su Lowell natal deseando una pronta muerte. Kerouac, según afirma un tío suyo sobre Leo, su padre, cuando este último fallece, es «demasiado ambicioso y orgulloso y loco. Supongo que tú eres igual» (pág. 329), y desciende de una estirpe de francocanadienses de ancestros marineros que se afincaron en Lowell, Massachusetts. Su padre, Leo, fue un impresor que deseaba que su único hijo varón vivo triunfara en la vida para demostrarle al mundo «la marca distintiva Kerouac»; mientras que su madre, Gabrielle, fue una mujer que trabajó en fábricas de zapatos y cuya principal obsesión fue mantenerlo entre algodones tras la triste muerte del hermano de Jack, Gerard, cuando el chico solo contaba nueve años de edad. Después de releer también ese fantástico libro titulado Kerouac y la generación beat de Jean-François Duval en el que este experto francés de la generation beat entrevista, entre muchos otros, a dos de las mujeres, Carolyn Cassady y Joyce Johnson, con las que Keroauc convivió, se llega a la conclusión inequívoca de que este solo quiso de verdad a su querida Mémère Gabrielle. Fue demasiado inconstante y bala perdida para querer a una mujer durante más de dos años seguidos y, leyendo extractos de su numerosa correspondencia con otros escritores beat, se deduce claramente que siempre privilegió su obra por encima de cualquier otra consideración material o sentimental.

        Como anteriormente he señalado, Keroauc se cría en una cerrada comunidad francocanadiense proletaria de Lowell hasta el punto de hablar solamente en joual, una especie de dialecto del francés originario de Quebec, hasta los cinco años. Kerouac nunca dejó de reivindicar sus orígenes de clase trabajadora y siempre huyó de cualquier cosa que pudiera parecerle un lujo superfluo, incluso después de triunfar a partir de 1957 con la publicación de varios títulos que durante años habían acumulado polvo en los cajones de diversas editoriales neoyorquinas. J. Johnson, una de sus novias, explica en Personajes secundarios que su primer encuentro con Keroauc fue una cita a ciegas organizada por Ginsberg en la que el escritor emblema de la generation beat, que por entonces tenía treinta y cuatro años, no tenía un céntimo y ella le tuvo que invitar a salchichas, patatas caseras y alubias con ketchup. Hasta la publicación de En el camino, su novela más célebre, todas las posesiones materiales de Kerouac cabían en una mochila y era costumbre en él utilizar máquinas de escribir ajenas para redactar sus propias obras. Pero esto es avanzarse a los acontecimientos.
        Gracias a su gran talento para el fútbol americano, Kerouac recibe a los diecisiete años una beca para estudiar en Columbia mientras por la tarde se entrena duramente practicando este deporte. Una vez más, quién mejor que el chico de Lowell para describir ese momento de su adolescencia: «…para poder llegar a ser una estrella de fútbol americano, primero en el instituto y después en la universidad, donde servía cafés y fregaba platos y me entrenaba hasta la noche y leí La Ilíada de Homero en tres días, todo al mismo tiempo» (pág. 11). Durante esa fugaz época, Kerouac se muestra como un ambicioso deportista dueño de una insobornable independencia de espíritu al rechazar de plano el espíritu gregario propio de los componentes de los deportes de equipo y vagar de forma solitaria por el campus de Columbia invirtiendo gran parte de su tiempo en la autoformación literaria que le brinda la espectacular biblioteca de Columbia o, en su defecto, malgastar su tiempo en dobles sesiones matinales de cine de arte y ensayo donde se empapa de cine americano y francés. Aunque es justo reconocer que no fue un hombre con un apego especial por el trabajo físico, el bello francocanadiense sí fue bastante disciplinado, trabajador y organizado en lo que se refiere a su obra escrita: no es casualidad que en la década de los cincuenta escribiera un montón de obras que vieron la luz a finales de esa década y principios de la siguiente. Su prosa, es verdad, tenía bastante de espontánea (acuñó el lema “First thought, best thought”) lo cual no quiere decir que sus obras adolezcan de reescritura. La hubo en muchas de sus obras.

         A pesar de su aparente brillante futuro como estrella de fútbol americano, su carrera se trunca por un doble motivo: por un lado, su entrenador le condena al banquillo pese a ser el delantero más rápido del equipo (o eso dice Kerouac que a lo largo del libro alardea de su sempiterna vanidad) y, por otro lado, sufre una grave lesión de rotura de tibia que le impide jugar durante muchos meses. Como no hay mal que bien no venga, el bardo de la generation beat no dejará de formarse como futuro escritor y lee sin parar todo lo que le cae en las manos, desde Dostoievski hasta H. G. Wells, sin olvidar una influencia fundamental: la literatura que ensalza la belleza paisajística americana de Thomas Wolfe y que, junto a la irrupción de Neal Cassady en su vida, fue un motor fundamental para lanzarle a la carretera y recorrerse de costa a costa todos los Estados Unidos de América. No hay que olvidar que él y Cassady, aunque no fueron los pioneros en descubrir un vasto país como Estado Unidos (sucesivas olas de colonos descendientes de europeos habían avanzado hacia al oeste en busca de tierras de labranza durante los dos siglos anteriores), sí, en cambio, fueron precursores en el arte de viajar para profundizar en el autoconocimiento espiritual que les llevase a la “nueva visión”, mística expresión que Kerouac/Ginsberg solían utilizar con bastante frecuencia para referirse a la búsqueda interior mediante la aprehensión del arte.

          Aunque Leo Kerouac manifiesta su absoluta contrariedad ante la decisión de que su Jack deje el fútbol americano, su hijo rompe con Columbia y, en consecuencia, pierde la beca que le permitía estudiar en dicha universidad, y se lanza, a tumba abierta, a saciar sus apetitos de libertad y aventuras. Para ello, se alista en la Marina, en plena II Guerra Mundial (1942), trabajando como marmitón en el Dorchester, un barco que tiene encomendado construir una pista de aterrizaje en Groenlandia. En este y en otros viajes transoceánicos posteriores como el que efectuó en un barco que almacenaba explosivos en sus bodegas con destino Liverpool, Kerouac homenajea a sus antepasados marinos y escribe su primera obra de cierta enjundia con el (permítanme) bobalicón título de The sea is my brother. Pero el chico, espíritu independiente donde los haya, se cansa de la disciplina que supone la obediencia debida a los mandos militares y, primero, en un encontronazo con el dentista y, después, en una notable insubordinación mientras hace instrucción, es castigado y enviado a un hospital psiquiátrico militar. Al final, tras convivir con algunos locos de atar, consigue licenciarse de la Marina y emprende el camino de vuelta a casa. En Nueva York le espera una doble morada: en una, su padre y su madre, en Ozone Park (Queens) y, en la otra, la que sería después su primera mujer, Edie, le acoge en su apartamento, cerca del campus de Columbia y centro de reunión donde no mucho tiempo después Ginsberg, Burroughs y Keroauc mantendrán veladas intelectuales de alto voltaje en la que unos analizarán los escritos del resto y viceversa, además de convertirse en destacado lugar de encuentro para la celebración de orgías y consumo desaforado de marihuana y bencedrina. El pasote de esos años (1943 y 1944) le pasa factura a Kerouac que adelgaza de forma notable debido a sus excesos con la bencedrina y tiene que ser internado en un hospital de Queens con el consiguiente enfado de Mémère Gabrielle, antisemita convencida, que le echa la culpa de todo lo sucedido al bueno de Ginsberg. Pero, ¿cómo consiguen conocerse esos tres escritores (Kerouac, Ginsberg y Burroughs) que iniciaron nuevas temáticas e innovaron notablemente en el lenguaje narrativo de las letras americanas durante la segunda mitad de siglo XX?
        La alcahueta que facilita el encuentro de todos ellos es Edie, novia de Kerouac por esa época, quien conoce en Columbia a Lucien Carr, un rubio descarado poseedor de un gran atractivo físico, cuyo linaje aristocrático procede de Nueva Orleans. Carr, que ya conoce a Burroughs, entabla amistad con un joven judío que estudia derecho laboral en Columbia llamado Allen Ginsberg. Carr y Kerouac, a pesar de sus diferencias de clase social, congenian bien por las irrefrenables ganas de beberse hasta el último minuto de sus existencias y se convierten en inseparables amigos de juerga y en compadres intelectuales. A través de Carr, Kerouac conoce también a Burroughs y a Ginsberg. En primera instancia, Kerouac logra una relación intelectual más intensa con Burroughs que, a pesar de ser nueve años mayor que él y aun siendo una persona de talante frío y distante, envidia secretamente esa bohemia locuela de Keroauc que le impele a lanzarse a la mar a bordo de cualquier barco que le aceptase como marinero. Kerouac lo rememora así en La vanidad de los Duluoz: «—Eso sería propio de esquiroles. A Will (Burroughs) se le quedó grabada aquella frase y, al parecer, consideró que era una afirmación de orgullo procedente de mis experiencias tabernarias» (pág. 250-251). No tiene tampoco desperdicio el primer encuentro Kerouac/Ginsberg en casa de Edie. Un almibarado gafotas judío de diecisiete años se cohíbe ante una muestra racial de machismo francocanadiense cuando el primero irrumpe en el piso de Edie. Kerouac otra vez en La vanidad de los Duluoz: «—¿Cómo está la cena, joder? —le grité a Johnnie (Edie) porque eso era precisamente lo único que tenía en la cabeza en el momento en que entró Irwin Garden (Ginsberg). De resultas de eso, Irwin tardó años en superar cierto miedo al malhumorado artista del fútbol americano que gritaba pidiendo la cena sentado en la silla de amo de casa» (pág. 260).

        Sin embargo, Ginsberg, que fue un astuto hombre de letras y un respetable gurú intelectual capaz de seducir con su indudable magnetismo personal a millares de jóvenes que durante los sesenta y los setenta abrazaron la fe del hippismo y del budismo, también fue el mejor agente literario que Kerouac tuvo en la década de los cincuenta cuando comenzaron a acumulársele muchos manuscritos sin publicar (pienso sobre todo En el camino, Visiones de Cody y Doctor Sax) porque fue Ginsberg el encargado de presentarse en las sedes de las editoriales neoyorquinas a vender las bondades de las novelas del francocanadiense y porque Ginsberg, en todo momento, le alentó a seguir con la búsqueda impenitente de la “nueva visión”, entelequia que ambos profesaron con tozuda vehemencia. Resulta paradójico que Ginsberg, cuatro años más joven que Kerouac y con una poesía fuertemente influida por la prosa lírica de este, consiguiese el éxito un año antes que él con la publicación de Aullido (1956), uno de los poemarios de referencia de la contracultura americana.

        Y, ¿qué consecuencias tiene la publicación de En el camino en la vida de Kerouac?

        Durante la segunda mitad de los cincuenta se va tejiendo una red de hastío vital en gran parte de la juventud urbana de las grandes ciudades americanas que, con el paso de los años, muta en un fenómeno de masas que solo puede ser contenido, a través del empleo de malas artes (principalmente, invadiendo las calles de heroína a precios asequibles), durante la administración Nixon, a principios de los setenta. En el cine, películas como Salvaje (1953) o Rebelde sin causa (1955) comienzan a proyectar una imagen diferente de la imagen estereotipada del americano universitario feliz e ingenuo cuyo máximo anhelo es entrar en una cofradía universitaria. En literatura John Clellon Holmes causa cierta conmoción en el ambiente underground americano con la publicación de Go (1952) y se anticipa al éxito de Kerouac que durante esa época escribe borradores de En el camino (el mito de que escribió dicha obra en pocas semanas es falso. Lean, por favor, la entrevista a Carolyn Cassady en Kerouac y la generación beat. En 1956 City Lights, una editorial y librería creada por otro poeta del entorno beat llamado Lawrence Ferlinghetti, publica Aullido de Ginsberg, que es calificado de obsceno y llevado a los tribunales en los últimos estertores de la caza de brujas maccartiana. Estas dos obras son los precedentes inmediatos de En el camino, publicada por Viking Press en 1957, que consagra de la noche a la mañana a un autor que solo había conseguido publicar un libro titulado La ciudad y el campo en el ya lejano 1950. Gracias a la reseña de un crítico del New York Times, aparecida el 5 de septiembre de 1957, Kerouac pasa de ser un perfecto desconocido a ser el escritor joven más prometedor de su generación llegando a ser comparado con el siempre omnipresente Hemingway. Cierto es que no todo el gremio de escritores acoge de buen grado la publicación de una novela tan singular como En el camino y, así, una lengua viperina como la de Capote califica la obra como «mecanografía y no como escritura». No obstante, un extracto de la crítica de Gilbert Millstein no deja ningún género de dudas sobre la trascendencia profética que dicho reseñista encuentra en la obra y que el paso de los años ha conseguido atestiguar. Dice así:

          En el camino es la segunda novela de Jack Kerouac, y su publicación es un acontecimiento histórico en la medida en que el descubrimiento de una auténtica obra de arte reviste una trascendencia vital en una época en que la atención se ha fragmentado y la sensibilidad ha quedado embotada por los superlativos de la moda.
        J. Johnson, que en 1957 es la novia de Kerouac, narra en Personajes secundarios la hecatombe personal que supone el éxito inmediato para Kerouac y que él no sabe gestionar de la misma manera que Kurt Cobain, veinticinco años después, tampoco sabrá hacerlo. En la entrevista que Duval le hizo para Kerouac y la generación beat en 1996, ella acertadamente esgrime que si en ese momento hubiese tenido un lugarteniente fiel como Ginsberg, muy hábil en las tareas de intermediación con la prensa y que, en aquella época, se encontraba en la lejana Tánger, tal vez hubiese podido sobrellevar mejor los sinsabores de convertirse en una celebridad. En los meses posteriores a su éxito, Kerouac que tan solo persigue el reconocimiento literario y rechaza de plano ser el líder generacional de lo que, de forma poco atinada, se da en llamar “beatniks”, comienza a beber como una cuba y cada aparición en televisión y cada entrevista en prensa escrita se convierten en un suplicio insuperable para un escritor cuyo discurso mediático queda limitado a un reguero de palabras patéticas e inconexas, impropias de un autor dotado de una hermosa prosa rezumante de energía vital y positivismo. Su paulatino pero irreversible descenso a los infiernos parece ya un hecho incontestable. En 1948-1950 Kerouac era una alegre peonza que recorría los Estados Unidos con ese loco del volante y géiser de energía que era Neal Cassady, mientras que el Kerouac de principios de los sesenta es un amargado que se refugia con Mémère Gabrielle ya sea en San Francisco, Lowell o Florida bebiendo cantidades ingentes de vino californiano, incapaz de concebir una alternativa mejor a su autodestrucción. Aun viendo, de cuerpo presente, que comienzan a publicarle todos los manuscritos que ha ido acumulando desde 1948 hasta 1957 y que puede vivir de los royalties y anticipos que comienzan por fin a materializarse, el escritor francocanadiense es un ser desgraciado que rompe con su pasado, sus amistades y su círculo literario para languidecer tristemente hasta el día de su muerte, acaecida en 1969. En sus últimos años de vida, critica de forma despiadada a la contracultura americana que germina durante la década de los sesenta y que le concede una segunda vida a personajes como Neal Cassady que, tras el divorcio de su mujer y el cumplimiento de una condena carcelaria, se convierte en el conductor oficial del autobús escolar de los Merry Pranksters de Kesey. Kesey y los suyos, en su famoso viaje de costa oeste a costa este de 1964 para promocionar la segunda novela de Kesey, le rindieron tributo a Kerouac en lo que fue un desafortunado encuentro: esos locos drogados de los Pranksters le anudan una bandera americana en el cuello a un alelado Kerouac sin ser del todo conscientes que más que un homenaje es una broma carente de toda gracia (hay fotos sobre la broma).

        Kerouac cierra La vanidad de los Duluoz con unas palabras proféticas dirigidas a Stella Sampas, su última mujer, que presumen su triste fin:

         Ninguna generación es nueva. No hay nada nuevo bajo el sol. Todo es vanidad. Olvídalo, mujercita mía. Vete a la cama. Mañana será otro día.
          Hic calix!
          Eso, en latín, significa: “Aquí está el cáliz”, y asegúrate de que en él hay vino (pág. 330).


BIBLIOGRAFÍA

--La vanidad de los Duluoz de Jack Kerouac (traducción de Mariano Antolín Rato), segunda edición de “Compactos Anagrama” (2009). Uno de los últimos libros de Kerouac, dedicado a su tercera mujer, Stella Sampas, publicado en 1967, dos años antes de morir.

--Personajes secundarios de Joyce Johnson (traducción de Marta Alcaraz), Libros del Asteroide (2008). Joyce Johnson era la novia de Kerouac cuando este se convirtió en una celebridad literaria tras la publicación de En el camino.

--Kerouac y la generación beat de Jean-François Duval (traducción de Francesc Rovira), “Crónicas Anagrama” (2013). Libro que es un compendio de entrevistas, realizadas por este periodista especializado en la generación beat, entre otros, a Carolyn Cassady (exmujer de Neal Cassady y amante de Kerouac), a Joyce Johnson (novia de Kerouac), a Ken Kesey (escritor y promotor de la contracultura americana) y a Allen Ginsberg (poeta fundamental para entender a la generación beat y amigo de Kerouac desde los inicios de su carrera).
2 Comentarios
Paola
25/3/2017 07:15:25 pm

Muy bien artículo. Leeré la obra de los beats gracias a esto.

Responder
Oferta de Prestamo Urgente
27/8/2022 05:22:34 am

Buenos días señor / señora,

Esta es una buena oportunidad para obtener un préstamo. Ofrecemos préstamos de todo propósito y nuestra tasa de interés es del 2% y nuestro proceso de préstamo es muy rápido también.

Estamos dispuestos a hacer todos sus problemas financieros una cosa del pasado. Si usted está realmente dispuesto a resolver sus problemas financieros. Contacte con nosotros ahora a través de correo electrónico con el fin de proceder a la transacción.

Nuestro correo electrónico es: excelsiorcreditor00@gmail.com

Esperamos hacer negocios con usted.

Saludos,

La Sra. Jane Freeman.

Responder



Deja una respuesta.

    ARTÍCULOS

    El Coloquio de los Perros.
    Revista de Literatura.
    ISSN 1578-0856


    CARLOMAGNO PÉRALTE: JESUCRISTO NEGRO LATINOAMERICANO
    JOHN COLTRANE EN AMBAS DIRECCIONES A UN TIEMPO
    PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA JUAN REJANO. CRÓNICA DE CASI UN LUSTRO (2019-2022)
    LA BATALLA DE ARGEL: EL TEMA COMO EN UN ESPEJO
    EL METATEATRO EN TRES OBRAS DE PALOMA PEDRERO
    ULISES: UNA PASIÓN LITERARIA
    DYLAN Y GINSBERG SOBRE LA TUMBA DE KEROUAC
    EN OLISSIPPO, BREVES APUNTES SOBRE LISBOA
    EL PINTOR DE LOS OJOS VENDADOS
    L
    WALDO SANTOS: HOMENAJE Y LECTURA
    WHAT LOVE IS IT, CATHY, WE NEED? PUSILLANIMITAS Y MASCULINIDAD TÓXICA EN HEATHCLIFF (BRONTË) Y LAW (CARSON)
    MACKY CORBALÁN, POETA
    ANA LUISA AMARAL O LA SENCILLEZ DEL EXCESO
    LA SUAVIDAD DEL SONIDO DE LA ARMONÍA
    POESÍA INDÍGENA (ACTUAL) CENTROAMERICANA: UN ACERCAMIENTO CONTRAHEGEMÓNICO
    CARLOS PÉREZ SIQUIER, LA LUZ DEL SUR
    PETRARCA Y LOS ORÍGENES DEL SONETO
    ALFREDO RODRÍGUEZ, AGENTE DOBLE
    HACIA LA ESPAÑOLIDAD DE CORMAN McCARTHY
    LOS PROVERBIOS FLAMENCOS
    LA TRAGEDIA DEL ARTE
    «SE HACE LENGUAJE EL CORAZÓN Y CANTA» IN MEMORIAM JESÚS HILARIO TUNDIDOR
    LA DESTRUCCIÓN IDENTITARIA EN DR. JEKYLL Y MR. HYDE Y ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
    DESDE EL LUGAR DEL LECTOR
    DESDE EL ‘PICASSO’ DE COLEMAN HAWKINS HASTA EL DE JAVIER DENIS. LAS DISTANCIAS SALVADAS
    MÁSCARA(S): ESTA (NO) ES TU CARA. DE PAUL MCCARTHY A GORDON VON STEINER
    LOS ESPACIOS COTIDIANOS
    RECEPCIÓN DE "LA REGENTA" EN SU TIEMPO
    EL MALESTAR DE LA CULTURA REFLEJADO EN "LA TIERRA BALDÍA"
    LA NATURALEZA DE LA NADA
    ECOS DE TENNYSON EN POETAS ESPAÑOLES DE HOY
    WYOMING EN LA POESÍA DE MIGUEL D'ORS
    LA LUCIDEZ ANTE LA VIDA DE MIGUEL CATALÁN
    LLAMA Y CENIZA EN LA OBRA DE BLAS MUÑOZ PIZARRO
    MÁS DE UN GRAMO DE DULZURA EN LA LITERATURA: LOS AUTORES REGALIZ
    DEJA QUE YO TE LO CUENTE
    ENSAYO DE UNA HIPÓTESIS (DIVAGACIONES SOBRE PINTURA)
    LA BÚSQUEDA DE HUYSMANS
    MORRICONE NO SOLO COMÍA SPAGUETTI
    CARLOS GARDEL Y JOAN TOMÁS
    LA ESCRITURA OBSTINADA: LOS CUENTOS DE JESÚS GARDEA
    "SEDA" DE ALESSANDRO BARICCO Y SU AFINIDAD CON HERMANN HESSE
    CONTEXTOS DE "EL AMERICANO" DE HENRY JAMES
    23 DE ABRIL. DÍA DEL IDIOMA
    EL DESBORDE EN LA POESÍA DE FRANCISCO LAYNA RANZ
    VERSOS CELEBRATIVOS Y EXQUISITOS: BASILIO SÁNCHEZ
    MEDITACIÓN POR LA PUREZA: NIEVE, SANGRE Y ÉBANO
    ASÍ LOS CREADORES
    UN NUEVO MODELO DE MUJER EN LA LÍRICA HISPANA DEL BAJO BARROCO
    LA LITERATURA DOMINICANA DEL SIGLO XXI
    OMNE ANIMAL POST COITUM TRISTE EST
    LA CUEVA DE MONTESINOS: UN DESCENSO A LOS INFIERNOS
    13 HABITACIONES PROPIAS EN UN CULIACÁN DESPUÉS DE LAS BALAS
    EL MUELLE DEL PUERTO GRANDE
    UN IMPERDONABLE OLVIDO DE LA LITERATURA ARGENTINA: LIBERTAD DEMITRÓPULOS
    AL OTRO LADO DE LA TRINCHERA HABÍA UN POEMA.
    EN TORNO A AFGANISTÁN: DIARIO DE UN SOLDADO
    DE GUILLERMO DE JORGE

    EL DESTINO Y LA IMPOSIBILIDAD DE SER FELIZ EN LA COSMOVISIÓN GRIEGA
    PICASSO Y LA POESÍA
    JACK FINNEY, DETECTIVE DEL TIEMPO
    "LA VIDA PERRA DE JUANITA NARBONI" DE ÁNGEL ÁZQUEZ: LA DIÉGESIS DE UNA NEUROSIS
    MÁNCHESTER: LA CAPITAL INGLESA DE LA MÚSICA ROCK (1976-1991)
    EL SÍNDROME DE KOTOV
    HOMENAJE A ANAHÍ LAZZARONI
    JOSÉ LUIS GARCÍA MARTÍN: COMO SI EL TIEMPO NO MURIESE
    LA SANTA MENTIRA
    SOBRE POESÍA Y REDES
    PAPEL PINTADO
    SANTIAGO AGUILAR Y CARLOS GARDEL. EL ESPAÑOL QUE SUPO QUE EL REY DEL TANGO ERA FRANCÉS
    DEL SILLÓN A LA JUNGLA
    ILDEFONSO RODRÍGUEZ: EL OFICINISTA DEL RÍO
    EL MUNDO DE 1984 Y SUS PARALELISMOS CON LA REALIDAD CONTEMPORÁNEA
    LA INFLUENCIA DEL PAISAJE EN LOS POETAS VALENCIANOS CONTEMPORÁNEOS
    EL PROGRESO EN LA CAVERNA
    UNA EXTRAORDINARIA APORTACIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA GARDELIANA: "LA LÁGRIMA EN LA GARGANTA" DE YÉPEZ-POTTIER
    LA SOMBRA DE DELIBES ES ALARGADA
    PANFLETO CONTRA LA NOVELA NEGRA
    METÁFORAS CONTEMPORÁNEAS DE DIOS
    EMILIA PARDO BAZÁN, LIBROS Y CABALLEROS EN EL SIGLO XIX
    UNA NIÑA Y UN NOBEL
    LA HISTORIA DE AMOR (FALLIDA) ENTRE KIM Y THURSTON
    LA NOSTALGIA DE JAIME GIL DE BIEDMA EN "MORALIDADES" Y "POEMAS PÓSTUMOS"
    SESÉ, ME ACUERDO
    HEMINGWAY Y LAS COINCIDENCIAS
    MEDITACIÓN DEL CANTÁBRICO
    VIGENCIA DE UNA LITERATURA INVISIBLE: ALFREDO PAREJA DIEZCANSECO
    DOS FOTOGRAFÍAS DE GUERRA
    LA MIRADA AL MUNDO DE FERNANDO DEL VAL
    LAS CÉLEBRES ÓRDENES DE LA NOCHE: DESTIERRO, ASESINATO. LAS CICATRICES DEL MONSTRUO
    DON BALÓN DE BABA
    TERATOMA: REGRESO A LA METRÓPOLIS DEL SIMULACRO
    HOY HE CONOCIDO UN ÁNGEL
    LOS LUGARES AMADOS DE CÉSAR ANTONIO MOLINA
    POETA EN BUENOS AIRES
    ESCRITORES VALENCIANOS EN EL EXILIO DE AMÉRICA
    CARLOS MARZAL: REFLEXIÓN Y HONDURA EN EL SENTIR POÉTICO
    LA CONVERSIÓN DE LA VÍCTIMA EN VERDUGO
    BREVE REVISIÓN DEL PRINCIPIO DE ECONOMÍA DEL LENGUAJE
    POESÍA Y TRADUCCIÓN: UNA LECCIÓN DE GEOMETRÍA
    JOHN WILLIAMS Y SU ANTOLOGÍA DE POESÍA INGLESA DEL RENACIMIENTO
    TED KOOSER, CUANDO MENOS ES MÁS
    GAMONEDA INTERIOR: EL PASO AL VERSO VERDADERO
    ALFRED KUBIN O EL MOVIMIENTO NOCTURNO DE LA CONCIENCIA
    SHINY HAPPY PEOPLE? UNA DESMITIFICACIÓN DE LA VISIBILIDAD DEL UNDERGROUND NORTEAMERICANO
    NOTAS SOBRE EL ESQUIZORREALISMO
    CUBISMO PICTÓRICO. MODERNISMO LITERARIO. UNA ESTÉTICA COMPARTIDA ENTRE STEIN Y PICASSO
    SOBRE CASPER KANG: EXTRAÑOS LABERINTOS, BUCLES Y CAOS
    DERIVAS SONÁMBULAS: SÍNDROME DE MOEBIUS
    JAVIER LOSTALÉ: LA POESÍA COMO LLAMA Y CENIZA
    LA POLICÍA SEMÁNTICA
    DISECCIONES DE LO COTIDIANO: FOLLAR O NO FOLLAR, HE AHÍ EL DILEMA
    HERAKLÉS: LA IMPORTANCIA DE SER DISTINTO. UNA VISIÓN DE LA HOMOSEXUALIDAD EN LA MIRADA DE JUAN GIL-ALBERT
    EL ALMA DE PACO MIRANDA: ELEGÍA EN CINCO MOVIMIENTOS CRONOLÓGICAMENTE DESORDENADOS (MÁS UN SUEÑO Y UNA PESADILLA)
    HOMERO EXPÓSITO: LA METÁFORA EN EL TANGO
    LA HONDURA HUMANA Y NARRATIVA DE JOSÉ LUIS SAMPEDRO
    ARANOA. UN TEXTO IMPERFECTO
    ESTARÉ BESANDO TU CRÁNEO. "PRINCIPIO DE GRAVEDAD" DE VICENTE VELASCO


    LOS AÑOS DE FORMACIÓN DE JACK KEROUAC


    ALGUNAS FUENTES FILOSÓFICAS EN LA NARRATIVA DE JORGE LUIS BORGES



    EDWARD LIMÓNOV: EL QUIJOTE RUSO QUE SINTIÓ LA LLAMADA A LA ACCIÓN


    EXILIO Y CULTURA EN ESPAÑA


    VIGENCIA DE LA RETÓRICA: RALPH WALDO EMERSON, MIGUEL DE UNAMUNO Y EL AYATOLÁ JOMEINI


    LA VISIÓN DE RUBÉN DARÍO SOBRE ESPAÑA EN SU LIBRO "ESPAÑA CONTEMPORÁNEA"


    PUNTO DE NO RETORNO


    JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD: ENTRE LA NOCHE Y LA CREACIÓN


    EL HIELO QUE MECE LA CUNA


    NO FUTURE


    MUERTE EN VENECIA: DE LA NOVELA AL CINE


    GUILLERMO CARNERO: DEL CULTURALISMO A LA POESÍA ESENCIAL


    ARCHIPIÉLAGOS DE SOLEDAD DENTRO DE LA PINTURA


    JUAN GOYTISOLO, NUEVO PREMIO CERVANTES, LA LUCIDEZ DE UN INTELECTUAL CONTEMPORÁNEO


    LA INFLUENCIA DE LUIS CERNUDA EN LA OBRA DE FRANCISCO BRINES


    EL LENGUAJE POÉTICO, REALIDAD Y FICCIÓN EN LA OBRA DE JAIME SILES


    EL ENSAYO COMO PENSAMIENTO GLOBAL EN LA OBRA DE JAVIER GOMÁ


    DESIERTOS PARADÓJICOS, DESIERTOS MORTÍFEROS


    DOS POETAS ANDALUCES Y UNA AVENTURA EXISTENCIAL


    "NEO-NADA", DE DOMINGO LLOR


    EL SOMBRÍO DOMINIO DE CÉSAR VALLEJO


    LAURIE LIPTON: DANZAS DE LA MUERTE EN UNA ERA DEL VACÍO


    MUJICA. LA SAPIENCIA DEL POETA


    IMITACIÓN Y VERDAD. JOHN RUSKIN


    LA OBRA LUMINOSA DE ÁLVARO MUTIS A TRAVÉS DE MAQROLL EL GAVIERO


    SIEMPRE DOSTOIEVSKI. REFLEXIONES SOBRE EL CIELO Y EL INFIERNO


    ANÁLISIS DEL PERSONAJE DE OFELIA EN HANMLET DE WILLIAM SHAKESPEARE


    EL QUIJOTE, INVECTIVA CONTRA ¿QUIÉN?


    ESQUINA INFERIOR DERECHA, ESCALA 1:500


    BAUDELAIRE Y "LA MUERTE DE LOS POBRES"


    "ES EL ESPÍRITU, ESTÚPIDO"


    CONEXIÓN HISPANO-MEJICANA: JUAN GIL-ALBERT Y OCTAVIO PAZ


    LADY GAGA: PORNODIVA DEL ULTRAPOP


    LA BIBLIA CONTRA EL CALEFÓN. LAS IMÁGENES RELIGIOSAS EN LOS TANGOS DE ENRIQUE SANTOS DISCÉPOLO


    VILA-MATAS, EL INVENTOR DE JOYCE. UNA LECTURA DE "DUBLINESCA"


    UNA BOCANADA DE AIRE FRESCO: EL NUEVO PERIODISMO


    COMO LA VOZ DEL ANIMAL NOCTURNO. BREVES ANOTACIONES SOBRE LA TRAYECTORIA POÉTICA DE CRISTINA MORANO


    JOHN BANVILLE: LA ESTÉTICA DE UN ESCRITOR CONTEMPORÁNEO


    KEN KESEY: EL MESÍAS DEL MOVIMIENTO PSICODÉLICO


    CINCUENTA AÑOS DE UN LIBRO MÁGICO: RAYUELA, DE JULIO CORTÁZAR


    LA INCOMUNICACIÓN Y EL GRITO


    QUEVEDO REVISITADO: FICCIÓN, REALIDAD Y PERSPECTIVISMO HISTÓRICO EN "LA SATURNA" DE DOMINGO MIRAS


    LAS RIADAS DEL ALCANTARILLADO


    MÚSICA EN LA VANGUARDIA: LA ESCRITURA DE ROSA CHACEL


    MULTIPLICANDO SOBRE LA TABLA DE LA TRISTEZA: UNA APROX. A LA TRAYECTORIA POÉTICA DE JOSÉ ALCARAZ



    RUBÉN DARÍO EN LOS TANGOS DE ENRIQUE CADÍCAMO


    THE VELVET UNDERGROUND ODIABAN LOS PLÁTANOS


    "TREN FANTASMA A LA ESTRELLA DE ORIENTE" DE PAUL THEROUX: EL VIAJE COMO FORMA DE CONOCIMIENTO


    EL TEMA DEL VIAJE EN LA PROSA FANTÁSTICA HISPANOAMERICANA



    GUERRA MUNDIAL ZEUTA


    LA HAZAÑA DE PUBLICAR UN NOVELÓN CON SOLO 25 AÑOS


    JACINTO BATALLA Y VALBELLIDO, UN AUTOR DE REFERENCIA


    EL OJO SONDA: LA MIRADA DE TERRENCE MALICK


    SURF Y MÚSICA: MÚSICA SURF


    EL PERSONAJE METAFICCIONAL DE AUGUST STRINDBERG



    MARCELO BRITO: PRIMEROS PASOS HACIA EL TREMENDISMO EN LA OBRA DE CAMILO JOSÉ CELA


    EPIFANÍAS JOYCEANAS Y EL PROBLEMA AÑADIDO DE LA TRADUCCIÓN


    EL VALLE DE LAS CENIZAS

    RASGOS BRETCHTIANOS EN "LA TABERNA FANTÁSTICA" DE ALFONSO SASTRE


    AL OESTE DE LA POSGUERRA. JÓVENES EXTREMEÑOS EN EL MADRID LITERARIO DE LOS CUARENTA


    LORD BYRON Y LA MUERTE DE SARDANÁPALO


    JUAN GELMAN. UNA MIRADA CARGADA DE FUTURO


    FRANZ KAFKA: UN ESCRITOR DISIDENTE

    Hemeroteca

    MAGIA Y POESÍA EN DR. FAUSTUS
    HAMLET, PRÍNCIPE DE LA INMORTALIDAD
    TRES RAZONES PARA LEER A ROBERTO JUARROZ
    EL POP ANIMADO
    LEONARD COHEN. EL PRÍNCIPE QUE CONQUISTÓ MANHATTAN

    Archivos

    Marzo 2023
    Enero 2023
    Diciembre 2022
    Noviembre 2022
    Agosto 2022
    Julio 2022
    Junio 2022
    Mayo 2022
    Marzo 2022
    Febrero 2022
    Noviembre 2021
    Octubre 2021
    Septiembre 2021
    Agosto 2021
    Julio 2021
    Junio 2021
    Mayo 2021
    Abril 2021
    Marzo 2021
    Febrero 2021
    Enero 2021
    Diciembre 2020
    Noviembre 2020
    Octubre 2020
    Septiembre 2020
    Agosto 2020
    Julio 2020
    Junio 2020
    Abril 2020
    Marzo 2020
    Febrero 2020
    Diciembre 2019
    Noviembre 2019
    Octubre 2019
    Septiembre 2019
    Julio 2019
    Junio 2019
    Mayo 2019
    Abril 2019
    Febrero 2019
    Enero 2019
    Diciembre 2018
    Noviembre 2018
    Octubre 2018
    Septiembre 2018
    Agosto 2018
    Junio 2018
    Abril 2018
    Marzo 2018
    Enero 2018
    Diciembre 2017
    Noviembre 2017
    Octubre 2017
    Septiembre 2017
    Julio 2017
    Mayo 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Febrero 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    Noviembre 2016
    Septiembre 2016
    Junio 2016
    Mayo 2016
    Enero 2016
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Julio 2015
    Junio 2015
    Mayo 2015
    Abril 2015
    Marzo 2015
    Febrero 2015
    Enero 2015
    Diciembre 2014
    Noviembre 2014
    Octubre 2014
    Septiembre 2014
    Agosto 2014
    Junio 2014
    Mayo 2014
    Abril 2014
    Marzo 2014
    Febrero 2014
    Enero 2014

    Categorías

    Todo
    13 Habitaciones Propias
    1984
    23 De Abril
    Ahmed Oubali
    Aitana Monzon
    Ajedrez Y Literatura
    Alcantarillado
    Aldo Fresneda Ortiz
    Alejandro Badillo
    Alejandro Sanchez Romero
    Alessandro Baricco
    Alfonso Garcia Villalba
    Alfonso Garcia-villalba
    Alfred Kubin
    Alfredo Pareja Diazcanseco
    Alfredo Rodriguez
    Alguien Volo Sobre El Nido Del Cuco
    Alicia In Wonderland
    Ana Garrido
    Anahi Lazzaroni
    Ana Luisa Amaral
    Andres Garcia Cerdan
    Angelo Medina Lafuente
    Angel Vazquez
    Anne Carson
    Antesalas Del Olvido
    Antologia De Poesia Inglesa Del Renacimiento
    Antonio Aguilar
    Antonio Barnes Vazquez
    Antonio Gamoneda
    Antonio Gomez Ribelles
    Antonioni
    August Strindberg
    Autoecos
    Autoficción
    Ayatola Jomeini
    Balduque
    Basilio Sanchez
    Baudelaire
    Bea Miralles
    Belen Lopez Marin
    Berlin
    Berta Guerrero Almagro
    Bibliografia Gardeliana
    Blancanieves
    Bronte
    Bruegel
    Brueghel
    Brueghel El Viejo
    Cadicamo
    Camilo José Cela
    Carlomagno Peralte
    Carlos Gardel
    Carlos Marzal
    Carlos Perez Siquier
    Carmen Maria Lopez Lopez
    Caverna
    Cervantes
    Cesar Vallejo
    Ceuta
    Claudio Tedesco
    Coleman Hawkins
    Concha Garcia
    Cormac Mccarthy
    Cortazar
    Cristina Morano
    Cristo Negro
    Cualiacan
    Cueva De Montesinos
    Daniel Garcia Arana
    Daniel Roca Blanco
    Dario
    David Baro
    Deledda
    Dia Del Idioma
    Diego L Garcia
    Diego Reche
    Diego Sanchez Aguilar
    Dios
    Doctor Faustus
    Domingo Llor
    Domingo Miras
    Don Balon De Baba
    Don Quijote
    Dorothea Tanning
    Dr Jekyll & Mr Hyde
    Dublinesca
    Dylan
    Edicion Anotada De La Tristeza
    Edward Hopper
    Edward Limonov
    El Americano
    El Coloquio De Los Perros
    El Destino Y La Cosmovision Griega
    Ele
    Elena Nicolas Cantabella
    Elena Roman
    Elliot
    El Nuevo Periodismo
    El Quijote
    El Sindrome De Kotov
    Emilia Pardo Bazan
    Emilio Jose Alvarez Castaño
    Emily Dickinson
    Enrique A. Conesa
    Enrique Antonio Conesa
    Enrique Cadicamo
    Enrique Santos Discepolo
    Esas Nubes Que Pasan
    España Contemporanea
    Exilio Y Cultura
    Exposito Montes
    Ezequiel Perez Plasencia
    Fernanda Ballesteros
    Fernando Del Val
    Fernando Leon De Aranoa
    Fior Di Sardegna
    Flor De Cerdeña
    Florencia Strajilevich
    Francisco Brines
    Francisco Gomez
    Francisco Jota Perez
    Francisco Layna Ranz
    Garcia Lorca
    Garcia Marquez
    George Orwell
    Gertrude Stein
    Ginsberg
    Gordon Von Steiner
    Grazia Deledda
    Grunewald
    Guerra Mundial Zeta
    Guillermo Carnero
    Guillermo De Jorge
    Guillermo Montoya Gracia
    Gulag
    Haiti
    Hamlet
    Hector Tarancon Royo
    Hemingway
    Henry James
    Herakles
    Herman Hesse
    Homero Exposito
    Huysmans
    Ildefonso Rodriguez
    Insolacion
    Isa Perez Rod
    Jacinto Batalla
    Jack Finney
    Jack Kerouac
    Jaime Gil De Biedma
    James Joyce
    Javier Alcoriza
    Javier Denis
    Javier Lostale
    Jazz Picasso
    Jesucristo Negro
    Jesus Gardea
    Jesus Hilario Tundidor
    Jinetes De Luez En La Hora Oscura
    John Coltrane
    John Williams
    Jorge Luis Borges
    Jose Alcaraz
    Jose Ezequiel Perez
    Jose Filadelfo Garcia Gutierrez
    Jose Luis Fernandez Perez
    Jose Luis Garcia Martin
    Jose Luis Lopez Bretones
    Jose Luis Martinez Clares
    Jose Luis Sampedro
    Jose Manuel Caballero Bonald
    Jose Maria Alvarez
    Joyce
    Juan Claudio Acinas
    Juande Mercado
    Juan Gil Albert
    Juan Gil-albert
    Juan Goytisolo
    Juan Lozano Felices
    Juan Luis Calbarro
    Juan Planas Bennasar
    Juan Rejano
    Julio Cortazar
    Julio Martinez Mesanza
    Ken Kesey
    Kerouac
    Kimberly Huertas Arredondo
    Kim Gordon
    L
    Lady Gaga
    La Lagrima En La Garganta
    La Regenta
    Lars Von Trier
    La Santa Mentira
    Las Celebres Ordenes De La Noche
    Las Flores Del Mal
    La Tierra Baldia
    Laura Bohorquez
    Laura Gil
    Laurie Lipton
    La Vida Perra De Juanita Narboni
    Leonard Cohen
    Leonardo Josue Espinal
    Leopoldo Alas
    Lisboa
    Literatura Dominicana
    Literatura Ecuatoriana
    Literatura Indigena
    Lorente Garcia
    Los Desnudos Y Los Muertos
    Los Heraldos Negros
    Lou Reed
    Lucciano Stola
    Luciana A. Mellado
    Luis Cernuda
    Luis Eduardo Cortes Riera
    Macky Corbalan
    Manchester
    Manuel Angel Gomez Angulo
    Manuel Guerrero Cabrera
    Manuel Puertas Fuertes
    Marcelo Brito
    Marco Sanz
    Marina Peñalosa Montero
    Marlowe
    Marta Ladri
    Marta Ledri
    Metaforas
    Miguel Catalan
    Miguel Delibes
    Miguel De Unamuno
    Miguel D'ors
    Muerte En Venecia
    Musica Y Surf
    Natalia Carbajosa
    Neo-nada
    Nestor E Rodriguez
    No Future
    Norman Mailer
    Octavio Paz
    Ofelia
    Pablo Picasso
    Paco Miranda Terrer
    Pascual Duarte
    Paul Maccarthy
    Paul Theroux
    Pedro Garcia Cueto
    Pedro Pujante
    Pedrp Diego Varela
    Picasso
    Picasso Y La Poesia
    Pilar Quirosa
    Pintura
    Platano Warhol
    Poe
    Poesia Indigena
    Poesia Y Redes
    Poetas Valencianos
    Policia Semantica
    Post Coitum
    Premio Cervantes
    Premio Juan Rejano
    Principio De Gravedad
    Proverbios Flamencos
    Puente Genil
    Quevedo
    Rafael Sanchez Ferlosio
    Ralph Waldo Emerson
    Raul Ansola
    Rayuela
    Rem
    Roberto Garcia De Mesa
    Roberto Juarroz
    Roger Torralbo
    Romeo Y Julieta
    Rosa Chacel
    Rosana Hidalgo Llorente
    Ruben Dario
    Ruby Fernandez
    Said Vladimir Ramirez Tellez
    Salvador Galan Moreu
    Santiago Aguilar
    Santiago Rodriguez Guerrero Strachan
    Santiago Rodriguez Guerrero-strachan
    Scooby Doo
    Sebastian Mondejar
    Seda
    Sergio B. Landrove
    Sex Pistols
    Shakespeare
    Shakespearem Elena Nicolas Cantabella
    Shiny Happy People
    Siglo Xxi
    Silvia Gallego Serrano
    Sonic Youth
    Sonny Rollins
    Strindberg
    Surf
    Tangos
    Ted Kooser
    Terrence-malick
    Tetatoma
    The-beach-boys
    The Waste Land
    Thomas Mann
    Thurston Moore
    Tremendismo
    Tren-fantasma-a-la-estrella-de-oriente
    Trilce
    Tristan Tzara
    Ulises
    Ultrapop
    Un Dia Perfecto
    Vanguardia
    Velvet-underground
    Vicente Velasco
    Vilamatas
    Viorel Rujea
    Visconti
    Wyoming
    Yepez-pottier
    Zombies
    Zoraida Sanchez Mateos

    Canal RSS

Con tecnología de Crea tu propio sitio web con las plantillas personalizables.