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TOCAMOS TODOS LOS PALOS, INCLUIDOS LOS DEL FLAMENCO
(RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO Y LA FICCIÓN) por SERGIO B. LANDROVE Admitiré que se desconoce cuándo y dónde nació Octavio de Romeu, aunque sabemos que fue contemporáneo de Xènius [Eugenio d’Ors] autor que lo cita con mucha frecuencia amparándose en su autoridad. Joan Perucho, Dietario apócrifo de Octavio de Romeu Jacinto Batalla y Valbellido Todo lo que sabemos de Jacinto Batalla y Valbellido es gracias a la obra de Rafael Sánchez Ferlosio, autor que lo cita con reincidencia amparándose en su autoridad. En una nota al pie de Vendrán más años malos y nos harán más ciegos. RSF traza una breve reseña bio y bibliográfica de Batalla: Maestro, autor teatral, poeta y vate, nacido en 1899 en Torrejoncillo, provincia de Cáceres, y muerto en 1939 en Ocunuco, estado de Morelos, República de México; obras: “Elegía por el Imperio Austro-Húngaro” (poema histórico en endecasílabo libre), inédito, “Las banderas de Siffin o La palabra de Alá no se discute” (teatro histórico en verso), inédito, inconcluso, “Estampas mexicanas” (prosa), inédito, “Máximas mínimas” (aforismos), inédito, inconcluso, desaparecido. Pero el propio Rafael Sánchez dice que discutió con el autor cacereño uno de los versos de su Elegía por el (o “del”, según otras citas) Imperio Autro-Húngaro (ver Obra (de momento) completa. 3.2). RSF nació en 1927 en Roma y, de acuerdo con alguna de las reseñas biográficas de sus obras, en esa ciudad «pasó su infancia y los años de la guerra civil española». Parece un poco increíble que un chaval de 12 años (la edad de Rafael Sánchez el año de la muerte de Jacinto Batalla) se preocupara de un tema como el del encabalgamiento de los versos, pero a los seguidores de RSF no creo que les resulte inverosímil que el pequeño Rafael discutiera en su segunda década de vida de esos temas tan, de antemano, poco infantiles. Entonces, ¿viajó Ferlosio de niño a México o la discusión sobre el encabalgamiento del verso se produjo a través de la correspondencia entre estos dos plumíferos de las que sí hay un testimonio (ver 2.5)? También cabe la posibilidad de que haya un error en la biografía de Batalla y el vate viviese más allá de 1939, aunque no he podido encontrar dato alguno que me permita mantener esta hipótesis, salvo una de las referencias que hace Sánchez Ferlosio (ver. 2.4) en la que recuerda «una libretita con tapas de hule negro» que Batalla y Valbellido «su malogrado amigo» llevaba siempre consigo. Esta descripción nos hace recrear un trato personal y físico, más allá de la correspondencia o del conocimiento por referencia. Sabemos que Jacinto Batalla se trasladó a vivir a México, no sabemos los motivos, ni la fecha (de la que quizá pudieran deducirse las causas), sólo podemos afirmar que los últimos años de su vida los pasó como maestro de escuela en Ocunuco «una perdida aldea de Morelos». Jacinto Batalla y Valbellido se ha convertido, por obra y gracia de la desaparición de sus obras, en un «autor de referencia» (como Heráclito) pero con un inconveniente frente al filósofo griego: solamente le cita una persona: su declarado amigo Rafael Sánchez Ferlosio. Esto necesariamente hace que tengamos una visión parcial y sesgada de su pensamiento (en el caso de Heráclito la variedad de exégetas y citadores permite apreciar la obra desde distintas perspectivas). Cuando solo es una persona la que glosa tenemos que plantearnos la posibilidad de que se fije siempre en los mismos detalles, o en semejantes hallazgos u ocurrencias, aquellos que más coinciden con el espíritu y el pensamiento del citador. Sabemos de la ironía, del gusto por la paradoja y de un cierto tono poético y humorístico de los escritos del escritor cacereño pero no podemos determinar cuánto había de ello en la totalidad de la obra. Obra (de momento) completa Incluyo en este apartado todos los fragmentos que he podido recuperar de la obra de Jacinto Batalla y Valbellido. En el caso de las máximas, incluidas en el segundo epígrafe (ensayo), añado su contexto para que se aclare algo la interpretación que le da el citador. Estos aforismos entiendo que pertenecen al libro «inédito, inconcluso, desaparecido», Máximas mínimas; escrita en aquella «libreta con tapas de hule negro» que JBV siempre llevaba consigo. Además de las obras relacionadas por RSF en la reseña que transcribí antes, añado el entremés Identidad obliga. 1. TEATRO Identidad obliga ACTO ÚNICO, ESCENA ÚNICA. La escena representa la sala di questura del cuartelillo de la guardia municipal del Comune di Verona. En escena GIOVANNI, ANGELO (jóvenes aristócratas vestidos de negro con las ropas descompuestas y llenas de desgarrones de florete, ambos de pie, dando la cara a una mesa de despacho), ALGUACIL MAYOR (sentado en una mesa), ALGUACIL 2º (sujetando a Giovanni por el codo con la punta de los dedos), ALGUACIL 3º (sujetando a Angelo ídem, ídem), GENTE DEL PUEBLO (abarrotando la sala, la puerta y con muchas caras asomando a todas las alturas por entre las rejas de las ventanas). GIOVANNI (al alguacil mayor, con arrogancia): Y además, si lo queréis saber, yo me llamo Giovanni Capuleto y él se llama Angelo Montesco. (Rumor de sensación en la sala). ALGUACIL MAYOR (con un gesto ampuloso de la mano): ¡Acabáramos! ¡Por ahí podíais haber empezado! (a los otros alguaciles) ¡Soltadlos! Telón rapidísimo. 2. ENSAYO 2.1. Las aguas bajan, pero los ríos suben La cita en su contexto: El caudal que vierte, por ejemplo, al Atlántico en Oporto o en Lisboa, forma, mirando aguas arriba (que tampoco es permitirse la arbitrariedad de querer ver las cosas del revés, dado que aguas arriba es como en general han venido construyéndose, geológicamente, la mayor parte de los ríos y las cuencas: «Las aguas bajan, pero los ríos suben», era la escueta fórmula con que se lo explicaba a sus alumnos mi malogrado amigo don Jacinto Batalla y Valbellido, que murió maestro de escuela en una perdida aldea de Morelos, […] 2.2 Cuando se dice Apunten ya está dicho Fuego La cita en su contexto: Los que, con la hoy ya gigantesca acumulación de hierro y fuego, todavía dicen «la posible guerra» demuestran una ignorancia estrepitosa sobre lo que es el honor patriótico-guerrero; ya lo decía don Jacinto Batalla y Valbellido: «cuando se dice Apunten ya está dicho Fuego». Incluso si Saddam «les madrugara», como diría un mejicano, abandonando el poder por sorpresa, entrarán en Irak, si bien lamentarían inmensamente que fuese antes de una, aunque breve como un Blitz, imponentemente estruendosa, aplastante y anonadadora demostración […] 2.3 En la feria de Querétaro, en 1938, tuve ocasión de ver un autómata de barraca: una figura algo mayor que el natural, en talla policromada, que tenía vendados ambos ojos, queriendo indudablemente representar a la justicia, y la espada empuñada con las dos manos,; algún resorte oculto, cuyo eje se dejaba entrever en las axilas, algo manchadas de lubrificante negro y oleoso, le hacía bajar los brazos de modo que la espada fuese a dar sobre el tajuelo que tenía delante para luego volver a levantarse lentamente y repetir el golpe, todo ello a intervalos regulares. Este autómata debía de estar, por entonces incompleto, porque, lógicamente, uno se habría esperado hallar otro muñeco, igualmente automático, que representase al reo, con el cuello apoyado en el tajuelo, y que por resortes propios separase la cabeza del tronco a cada tajo de la espada, para volverlos a juntar a la espera del siguiente; pero a ésta pérdida del personaje que sin duda habría completado en un principio el conjunto del juguete suplían ahora, en cierta manera, los chiquillos, que, cuando el dueño de la barraca no miraba, jugaban a poner un brazo, y algunos incluso el cuello, encima del tajuelo, como desafiándose a ver quién aguantaba más antes de que la espada lo alcanzase, aunque al ser ésta de madera, por muy repintada de purpurina imitación-acero que estuviese, tampoco podría hacerles daño. 2.4. La destrucción de los valores es la restauración de los bienes La cita en sus contextos: [Para Manuel Vicent] Tengo que agradecerle a José Antonio Primo de Rivera el haberme proporcionado, con la fórmula de su concepción axiológica del hombre: “Portador de valores eternos”, la pauta o la falsilla más precisa para formular a mi vez lo que vendría a ser no exactamente otra concepción axiológica del hombre, sino más bien la figura bajo la cual se vería representado en mis mejores deseos hacia él. En efecto, basta invertir término a término la formulación joseantoniana para sacar limpiamente esa figura: “Gozador de bienes efímeros”. Pero más drástica y lapidariamente lo expresó mi malogrado amigo don Jacinto Batalla y Valbellido: «La destrucción de los valores es la restauración de los bienes». [El País] Por su parte, también mi malogrado amigo Don Jacinto Batalla y Valbellido, que me ilustró mucho sobre la cuestión general de los “bienes” y los “valores” y que en una libretita con tapas de hule negro que llevaba siempre en el bolsillo y rotulada en la primera página bajo el título Máximas mínimas había escrito la drástica sentencia: «La destrucción (…)», se entusiasmaba con la respuesta de un anónimo amigo de Rodrigo Caro que, subrogándose por ficción en la persona del Fabio de la Elegía de las ruinas de Itálica, le decía así [...] [God & Gun] 2.5 El argumento quedó parado y sobrevino la felicidad La cita en su contexto: Cuando hace ya bastantes años le escribí una carta a México a mi amigo don Jacinto Batalla y Valbellido contándole esta cuestión del carácter y el destino, en el estado en el que entonces se encontraba, me contestó con una postal que traía el palacio episcopal del venerable don Vasco de Quiroga en Pátzcuaro y en la que, con el laconismo propio de su perezosa ancianidad, se limitó a esta glosa: «El argumento se quedó parado y sobrevino la felicidad». 2.6 hacer el mismo agujero por el otro lado del tabique La cita en su contexto: Javier Marías (El País, 1-2-95) se indigna con un periodista que «se atrevió a decir [ ... ] que probablemente la mayoría de los españoles apruebe la existencia del GAL y que ‘se asesine a los asesinos’...». Por su parte, el llamado manifiesto de los intelectuales El gobierno y los GAL (El País, 14-1-95) incurre en lo que mi malogrado amigo don Jacinto Batalla y Valbellido llamaba «hacer el mismo agujero por el otro lado del tabique», donde dice: «Recordamos a la opinión pública que gran parte de los 26 asesinados y de los muchos heridos por las actuaciones de este grupo no tenían ninguna relación con ETA, y otros eran supuestos miembros de esa banda, con derecho, hasta que no hubiese sentencia condenatoria, a la presunción de inocencia que ahora reclaman para sí los inculpados de promover los GAL; sentencia que nunca habría sido de pena de muerte, abolida en nuestras leyes». No cabe interpretar esta advertencia más que bajo el intento de hacer valer como agravantes tales circunstancias. 2.7 Lo que hace victoria a una victoria no es el hecho, sino la noticia La cita en su contexto: Que el presidente haya lanzado ahora el eslogan de «una estrategia de victoria» debe de ser porque sabe que para recobrar el favor de los americanos hay que remontar el que a ese pueblo de “winners” el número de muertos estuviese empezando a olerle ya a derrota. Pero el presidente arriesga mucho en esta última jugada, si tenemos en cuenta que la índole esencial de la victoria connota un componente simbólico imposible de eludir; certeramente lo decía mi malogrado amigo don Jacinto Batalla y Valbellido: «Lo que hace victoria a una victoria no es el hecho, sino la noticia». 2.8 De la Guerra la Patria es la flor, la Historia el fruto La cita en su contexto: Ésta [la historia], en efecto, no bien oiga llamar a la guerra y a la patria, acudirá al instante al patio de armas, al igual que estas últimas se presentan siempre, en oyendo el nombre de la historia. Ya lo decía el llorado don Jacinto: «De la Guerra (…)». 3. POESÍA: 3.1 «Si como dicen...» Si, como dicen los sabios, no hay virtud mejor templada que el vicio dé la soberbia cuando renuncia a la espada, y es verdad que así está hecha la condición castellana, para este lance de naipes, ya conoces tu jugada: que los unos a los otros les ladren las cabalgadas y los otros a los unos les cabalguen las ladradas en ese indigno bochorno de una diaria embanderada. La cita en su contexto: El himno de García Calvo Rafael Sánchez Ferlosio. Madrid. Ya que ese inmenso cabezota de Agustín García Calvo, desoyendo el afectuoso y desinteresado consejo de toda la flor de sus amigos, ha tenido que salirse con la suya haciéndole al señor Leguina el himno de Madrid, considero oportuno recordar aquí unas estrofas del romance inacabado que, aunque en ocasión pretérita, con tema y espíritu bastante aproximados al himno de García Calvo, dejó escritas aquel injustamente olvidado segundón de la generación del 98 que fue el malogrado vate don Jacinto Batalla y Valbellido, que terminó muriendo maestro de escuela en una perdida aldea de Morelos: «Si, como dicen los sabios, / (…)». 3.2 Entre Buda corría el Danubio y Pest La cita en su contexto: También mi amigo el malogrado vate Jacinto Batalla y Valbellido, gongorino acérrimo, que terminó muriendo maestro de escuela en una perdida aldea de Morelos, quiso, por cierto, hacer algo semejante en su obra Elegía del Imperio Austro-Húngaro, con el hipérbaton del verso «entre Buda corría el Danubio y Pest», donde en el orden de sucesión de los tres nombres propios pretendía hacer sensible la disposición topográfica de sus denotata; pretensión a la que yo recuerdo que objeté: «Pero, ¿no ve Vd. don Jacinto, que quienquiera que lea ese antecedente de “entre Buda” al no hallar a continuación el consecuente de un “y X”, que por si mismo induce, lo que hace es ponerlo a un lado, casi como entre paréntesis, como una moción dejada de retén, mantenida en espera de su cumplimiento, hasta oír el “y Pest” que la completa, y que, por tanto, con esa misma suspensión, con ese mismo apartar para después, se anula o neutraliza, trascendiéndolo, el propio orden unidimensional [...]?» 3.3 ¡Sesenta y mil espadas he dejado llorando ante el mimbar de la mezquita de Damasco, donde ha quedado expuesta la ensangrentada túnica de Utmán! La cita en su contexto: Por ejemplo, cuando Kabisa, el beduino, llega a Medina y, recibido por Alí, le dice: «¡Sesenta y mil espadas he dejado / llorando ante el mimbar de la mezquita / de Damasco, donde ha quedado expuesta / la ensangrentada túnica de Utmán!» (Las banderas de Siffín o la palabra de Alá no se discute, drama histórico en verso de Jacinto Batalla y Valbellido), está claro que esas espadas accesibles al llanto no son sino hombres […] Coda (Algo más de ficción) Desde que le dieron el premio Cervantes y pasó a tercera línea de la actualidad hay algunas coletillas que acompañan a cualquier presentación de Rafael Sánchez Ferlosio: que si ha renegado de El Jarama; que si ha abandonado la literatura; que si aborrece la ficción... En una de las más recientes entrevistas (“Estamos dirigidos por ignorantes”, El Mundo, 27.02.2011) Antonio Lucas vuelve al tópico y dice: Se marchó de las buenas letras en los 60 y sin despedirse: entró en un silencio editorial de dos décadas del que saldría con el armisticio de varios ensayos y tras una navegación obsesiva por los pliegues de la gramática, odia la literatura. Es, como él dice, un ex-escritor. Dejando a un lado los hechos de que el propio Sánchez lo diga (quién mejor que él para saber lo que es); de que de un ensayista difícilmente se puede decir que haya abandonado la literatura y de que ha publicado cuentos y microcuentos (muchos de sus pecios hacen equilibrios sobre la frontera del ensayo y la narrativa) no hay que olvidar el uso que hace de la ficción (lo no acaecido, si lo prefieren) en sus ensayos. El ejemplo más claro es la invención de la figura de Jacinto Batalla y Valbellido; otro lo encontramos en el parágrafo 3 del capítulo XIII de Non olet en el que para mostrarnos un ejemplo de publicidad de un producto vigorizante transcribe, entre comillas, lo siguiente: Recientes hallazgos arqueológicos realizados por la asociación autónoma neozelandesa Austral Archeological Society en el estrato inferior de sus excavaciones de Gromba Salamnea, donde han podido recogerse hasta el momento cerca de dos millares de cantos rodados, todos ellos sistemáticamente raspados, conservando todavía pequeñas adherencias de residuos vegetales, que tras escrupulosos análisis en los laboratorios de la Royal University de Aucklan, se ha podido demostrar no habiendo lugar a la más mínima duda que el alto valor energético del liquen amarillo (Saxiferus aurea Linnei) único ingrediente del vigorizante para uso general LIQUESÁN que HIERBASANA S.A., San Cugat del Vallés, tiene el más sumo gusto de ofrendar a su dignísima clientela era ya conocido y abundantemente utilizado entre las ilustres civilizaciones protohistóricas de los pueblos Camino del Mar. (Sin colorantes ni aditivos) Presentado en tres formatos: pequeño, 50 grs., mediano, 100 grs. y familiar, 250 grs. Infusión: media cucharilla de café empezando a hervir el agua por tazón tamaño desayuno. En medio de un ensayo no hay razón para sospechar que esta cita, como cualquier otra, sea mentira, pero lo es y Rafael Sánchez no lo oculta aunque juega con que lo podamos descubrir. En primer lugar copia (con bastante ironía) el estilo propio de los prospectos de los productos “sanitarios” alejándose de su forma habitual de escribir y luego introduce, como criterio de autoridad, dos referencias que toma de lo que los periodistas llamarían su “literatura” (la parte de su escritura dedicada a la narrativa ficticia): “Gromba Salamnea” y “los pueblos Camino de Mar” que nos remiten a sus crónicas de las guerras barcialeas de las que sólo se han publicado algunos fragmentos: la novela El testimonio de Yarfoz y dos sueltos en el volumen El geco. Y de este párrafo surgen dos preguntas que no sirven para nada: ¿Es menos real el ejemplo porque sea ficticio? ¿Está la cuenca del barcial en Nueva Zelanda, como confiesa Sánchez Ferlosio en estas líneas? BIBLIOGRAFÍA
--Las semanas del jardín, Nostromo, Madrid, 1974. --Campo de Marte 1. El ejército nacional, Madrid, Alianza, 1986. --Ensayos y artículos (I y II), Barcelona, Destino, 1992. --Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, Barcelona, Destino, 1993. --Carácter y destino, discurso de recepción del premio Cervantes 2004. --Sobre la guerra, Barcelona, Destino, 2007. --God & gun, Destino, Barcelona, 2008. --Non olet, Destino, Barcelona, 2003. --El testimonio de Yarfoz, Alianza, Madrid, 1986. --El geco, Destino, Barcelona, 2005.
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