FICCIONES
PEQUEÑOS RELATOS PARA ENTENDER EL MUNDO
LA PUERTA AZUL Siempre supe que aquella habitación me traería problemas. Era la última, la del final del pasillo. Las casas suelen terminar en una pared o en un ventanal con vistas a un patio con naranjos y jazmín, pero la mía no, la mía terminaba en una puerta: la puerta azul. Nunca me pareció raro que fuera así, de niño uno hace suyo lo absurdo y lo terrible de la vida de una manera arbitraria y casi paranormal, con lo cual un color parecía un final adecuado para mi casa y para lo que yo era por entonces: el niño antes del azul. De hecho, el final de mi casa en realidad no era la puerta, sino aquel color inevitable en el que acababa todo. Cuando crecí lo suficiente como para llegar al pomo de las puertas, traté de entrar allí como en una estancia más que explorar y en la que jugar. Pero aquella puerta no se abría. Ante mi insistencia, me indicaron con claridad que allí simplemente no. Nadie, ni mi familia ni los huéspedes con los que vivíamos, mencionaba siquiera aquel cuarto; la vida de todos terminaba allí, al final del pasillo. No supe imaginar, tan niño, qué convertía aquella habitación en otra prohibición más del crecimiento. Solo quería curiosear, aunque fuera ignorantemente, por detrás de los cuadros o en el interior de los cajones. Pero ya entonces intuí que aquella era la habitación donde yo había nacido y que me hubiera correspondido a mí, el más pequeño de la familia, con lo que mi curiosidad no hizo más que acrecentarse. El paso de los años creó dudas sobre los demonios que alguien hubiera sentenciado bajo llave, sobre sus historias, de amor o de odio, de otros colores más oscuros, de cosas que probablemente no debía saber ni siquiera —o quizás por eso— de mi familia. No acertaba a ver si la maldición sería saberlo o no saberlo. Pasé mucho tiempo planeando la forma de forzar la cerradura, buscando la hora más apropiada (por la noche no, mi madre apenas duerme), ideando otros métodos de acceso más allá del color. Pero los años pasaban y yo no daba con la manera de acceder a aquel espacio, de traspasar aquel final, de ir más allá de lo que yo había sido hasta entonces y poder conocer la parte de mi vida que estaba allí, a unos pasos, tras esa puerta y ese azul, y que hasta entonces no había vivido. Aquella noche, la que sería la última, empecé a comprenderlo todo; volvía a casa demasiado vencido, quizás también demasiado borracho. El sigilo y el respeto por las puertas nunca ha sido lo mío, con lo que para no despertar a todo el mundo preferí llegar a mi habitación por la enredadera de la pared, desde el jardín. Trepé un par de minutos, empujé la ventana, me dejé caer en la cama y dormí muy profundamente. Me desperté a media mañana en un cuarto que no reconocía pero que identifiqué de inmediato por el color, tan distinto al del mío y al de mi vida hasta entonces. De repente estaba allí, en el lugar prohibido que guardaba el misterio, la habitación más allá del azul donde nunca debí ir y cuyas historias, ahora obvias, tal vez nunca debí conocer. Tal vez. Tan extraño, tan familiar al mismo tiempo, tan en su sitio, tan mío desde siempre, tan sin esfuerzo. Comprendí entonces que lo crucial no era ya el haber aprendido quién era yo en aquel cuarto, más allá de aquella puerta y aquel color, sino el haber creado un acceso a tal conocimiento. Desde aquel momento me supe inmune a imposiciones, tristezas y conjuros, al menos a los que me habían correspondido hasta entonces. Aquel día supe dónde había vivido, quién había dejado de ser, y que al entrar en aquella habitación ya había salido de mi casa. Solo me quedaba marcharme, irme quizás hacia otros misterios en otras casas o en otros patios, todos ellos más allá del azul en el que me cuentan que nací soñando con naranjos y con olor a verano.
1 Comentario
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21/9/2022 05:25:52 am
Buenos días señor / señora,
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El Coloquio de los Perros. ALFARO GARCÍA, ANDREA
ALMEDA ESTRADA, VÍCTOR ALBERTO MARTÍNEZ, DIEGO ÁLVAREZ, GLEBIER ANDRÉS, AARÓN ARGÜELLES, HUGO ARIAS, MARTÍN ÁVILA ORTEGA, GRICEL AYUSO, LUZ BAUK, MAXIMILIANO BEJARANO, ALBERTO BELTRÁN FILARSKI, OLGA BOCANEGRA, JOSÉ BORJA, NOÉ ISRAEL CABEZA TORRÚ, JUAN CÁCERES, ERNESTO CAM-MÁREZ CAMACHO FERNÁNDEZ, GREGORIO CANAREIRA, A. D. CASTILLA PARRA, JOSÉ DAVID CASTRO SÁNCHEZ, JUAN CATALÁN, MIGUEL FONSECA, JOSÉ DANIEL
FORERO, HENRY FORTUNY i FABRÉ, CESC FUENTES, FRANCISCO FRARY, RAOUL GALINDO, DAVID GARCÉS MARRERO, ROBERTO GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARCÍA MARTÍNEZ, AMAIA GARDEA, JESÚS GIORGIO, ADRIÁN GÓMEZ ESPADA, ÁNGEL MANUEL GUILLÉN PÉREZ, GLORIA GUTIÉRREZ SANZ, VÍCTOR HACHE, MYRIAM HAROLD BRUHL, KALTON HERNÁNDEZ, JOSÉ HERNÁNDEZ, JUAN FRANCISCO HERNÁNDEZ NAVARRO, MIGUEL ÁNGEL HINOJOSA, PAZ HIRSCHFELDT, RICARDO HIRSCHFELDT, RICARDO [EL ABANDONO] JUNCÀ, JORDI KOUZOUYAN, NICOLÁS LÓPEZ, DOMINGO LÓPEZ-PELÁEZ, ANTONIO LÓPEZ LLORENTE, JORGE LÓPEZ VILAS, RAFAEL MAHTANI, VIREN MARDONES DE LA FUENTE, ALEJANDRO MARTÍN, RAIMUNDO MARTÍNEZ COLLADO, GUILLERMO MÉRIDA, JAVIER / BARRETO, SERGIO MEROÑO, ANTONIO MILLÓN, JUAN ANTONIO MIRELES, JUAN MONTERO ANNERÉN, SARA MONTOYA JUÁREZ, JESÚS NORTES, ANDRÉS OLEZA FERRER, CARLOS (DE) ORMEÑO HURTADO, AARÓN OSORIO GUERRERO, RODRIGO OTAMENDI, ARACELI OUBALI, AHMED PANZACOLA, ELIOT PARDO MARTÍNEZ, SAMUEL PÉREZ ALONSO, ALBA PIQUERAS, CARMEN PUJANTE, BASILIO QUINTANA, JULIO RECHE, DIEGO REMEDI, ROBERTO A. RODRÍGUEZ GARCÍA, JUAN AMANCIO RODRÍGUEZ OTERO, MIGUEL ROSADO, JUAN JOSÉ RUCHETTA, MAURO SÁNCHEZ LOZANO, PILAR SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ SANZ, PEDRO SCHUTZ, LOLA SEGURA, ALEJANDRO SEVILLANO, ATILANO TOMÁS, CARMEN TORTOSA, JAVIER TRENADO, ENRIQUE URTAZA, FEDERICO VIDAL GUARDIOLA, NATXO Hemeroteca
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