FICCIONES
PEQUEÑOS RELATOS PARA ENTENDER EL MUNDO
LA TESIS DE KELLER En 1964, John Arthur Collins, eminente profesor de la universidad de Oxford, publicó un ensayo titulado A theory of control masses. Años antes, Theodor Adorno, principal representante de la Escuela de Frankfurt, había afirmado que la música cumplía un papel fundamental en el adoctrinamiento social. Mauricio Keller, estudiante de último año en Stanford, repasaba sus notas —su tesina era más importante para él de lo que reconocía en público; sabía de lo decisivo de su aportación en el campo de la geopolítica y la teoría de masas—, referidas a la obra de Adorno e igualmente a la de Collins, matizando algún que otro enunciado, aunque estaba de acuerdo en lo sustancial. Sin embargo, ambos, uno por relativizarlo y otro por despreciarlo, habían obviado lo que Keller llamaba "las maniobras de los poderes en la sombra". Y en eso precisamente consistía su tesis: en cerrar el círculo que Adorno y Collins habían abierto hacía ya más de cuatro décadas, aportando el eslabón que faltaba. Por supuesto no sería sencillo demostrar la validez de su argumento, pero Keller no era del tipo de persona que se rinde fácilmente. Además, por si esto no bastase, las evidencias, en cierto modo, constataban su teoría. En este sentido era fundamental el análisis de los contenidos televisivos e igualmente del arte —no sólo de la música, como afirmaba Adorno— que, a la postre, se había convertido en el principal opio del pueblo, con la televisión como paradójica vanguardia del mismo. "Un posible indicador para calibrar la incidencia de los medios es determinar su influjo en el cambio generacional del paradigma televisivo —afirmaba Keller en su trabajo—. Pero no basta con ésto, pues, con frecuencia, detrás de unas siglas —NBC, CNN, CBS, MTV...— hay un perfil psicológico (o varios) que, cual máscara de arcilla, pretende implantarse en el tejido social. Al fin —concluía—, lo importante no es tanto qué se ve, sino quién lo ve". Esta era, sin duda, una de las grandes aportaciones de Keller. Si nadie viese la televisión, ¿de qué serviría divulgar ideas a través de ella? Por tanto, de acuerdo con esta tesis, cualquier investigación que se preciase de seria, tendría que estudiar antes al sujeto que está al otro lado de la pantalla, en su casa, sin olvidar, igualmente, el sentido de los contenidos programáticos. En ese doble enfoque --Estética bifocal del arte televisivo, lo llamaba— estaba la clave. La hipótesis atonal dodecafónica de Adorno, además, tomada prestada del antiguo culto dionisiaco, para explicar demostrandum la influencia de la música en los más jóvenes como medio conductista-inductivo, abría un abanico de nuevas posibilidades. Por una parte, de ser cierto este enunciado, a modo de premisa, como, de hecho, parecía, era poco menos que ingenuo entenderlo como mera casualidad; por otra, ajustando la tesis al resto de las artes y al medio televisivo en particular, como difusor y catalizador de ellas —planteamiento que Keller defendía a ultranza—, sería posible establecer una especie de teoría estética global del control de masas. Más allá de lo revolucionaría que pudiera sonar la idea, no era eso lo más importante. Lo decisivo era su aplicación fáctica en el campo de la geopolítica. Y Keller creía saber cómo demostrarlo.
El control de masas a través de los diferentes "productos" audiovisuales, de un modo ciertamente sutil —y acaso imperceptible—, es el gran triunfo del Sistema. Llegando a ser éstos —los productos tecnoaudiovisuales— el actual opio del pueblo. La difusión de las ideas ha sido, desde Platón y antes, la gran batalla que, de un modo u otro, se ha venido librando en diversas sociedades y civilizaciones. Y la geopolítica, disciplina antigua, aunque no se conociera por tal nombre, no lo ignoraba. Keller releía el ensayo de Collins, investigando, en paralelo, el influjo de la cultura persa, en la búsqueda de un idea primigenia. De lograrlo, sería una buena introducción para su trabajo. Lo titularía: Protoidea de la teoría política del control social en la civilización persa en época de Ciro. Le parecía una posibilidad más que probable y, sin duda, atractiva. Sin embargo, toda su investigación quedó truncada cuando, ciertamente para su sorpresa, en el curso de la misma, descubrió una nota manuscrita —al parecer, un esbozo de carta— del propio Collins, dirigida a uno de sus alumnos, a propósito del ensayo, y en la que a duras penas cuadraba la fecha de escritura y publicación del mismo, si se tenían en cuenta algunos detalles que el eminente profesor mencionaba en esa nota. Lo que le llevaba a concluir, con poco margen para el error, que Collins había robado su original idea al antiguo alumno, quien poco antes de la publicación de la obra murió en extrañas circunstancias. Según dijeron, amaneció muerto en su dormitorio tras una noche de juerga y borrachera, a pesar de que nadie le había visto nunca tomar ni tan siquiera una cerveza. Se decretó que la causa más probable de su fallecimiento fue un ataque al corazón. No se solicitó una autopsia. Su único familiar conocido era una tía octogenaria, de nombre Mary Anne, que tan sólo se llevó un par de colchas y unos cuadros, tras vender la casa. Los nuevos propietarios, una acomodada familia del sur, malvendió la mayoría de los enseres y recuerdos o los arrojaron directamente a la basura —entre ellos, el estudio sobre la teoría de grupos que nunca llegaría a publicarse y que, sin embargo, con toda probabilidad, o al menos así lo creía firmemente Keller, leyó Collins— como pecios dispersos de un naufragio.
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El Coloquio de los Perros. ALFARO GARCÍA, ANDREA
ALMEDA ESTRADA, VÍCTOR ALBERTO MARTÍNEZ, DIEGO ÁLVAREZ, GLEBIER ANDRÉS, AARÓN ARGÜELLES, HUGO ARIAS, MARTÍN ÁVILA ORTEGA, GRICEL AYUSO, LUZ BAUK, MAXIMILIANO BEJARANO, ALBERTO BELTRÁN FILARSKI, OLGA BOCANEGRA, JOSÉ BORJA, NOÉ ISRAEL CABEZA TORRÚ, JUAN CÁCERES, ERNESTO CAM-MÁREZ CAMACHO FERNÁNDEZ, GREGORIO CANAREIRA, A. D. CASTILLA PARRA, JOSÉ DAVID CASTRO SÁNCHEZ, JUAN CATALÁN, MIGUEL FONSECA, JOSÉ DANIEL
FORERO, HENRY FORTUNY i FABRÉ, CESC FUENTES, FRANCISCO FRARY, RAOUL GALINDO, DAVID GARCÉS MARRERO, ROBERTO GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARCÍA MARTÍNEZ, AMAIA GARDEA, JESÚS GIORGIO, ADRIÁN GÓMEZ ESPADA, ÁNGEL MANUEL GUILLÉN PÉREZ, GLORIA GUTIÉRREZ SANZ, VÍCTOR HACHE, MYRIAM HAROLD BRUHL, KALTON HERNÁNDEZ, JOSÉ HERNÁNDEZ, JUAN FRANCISCO HERNÁNDEZ NAVARRO, MIGUEL ÁNGEL HINOJOSA, PAZ HIRSCHFELDT, RICARDO HIRSCHFELDT, RICARDO [EL ABANDONO] JUNCÀ, JORDI KOUZOUYAN, NICOLÁS LÓPEZ, DOMINGO LÓPEZ-PELÁEZ, ANTONIO LÓPEZ LLORENTE, JORGE LÓPEZ VILAS, RAFAEL MAHTANI, VIREN MARDONES DE LA FUENTE, ALEJANDRO MARTÍN, RAIMUNDO MARTÍNEZ COLLADO, GUILLERMO MÉRIDA, JAVIER / BARRETO, SERGIO MEROÑO, ANTONIO MILLÓN, JUAN ANTONIO MIRELES, JUAN MONTERO ANNERÉN, SARA MONTOYA JUÁREZ, JESÚS NORTES, ANDRÉS OLEZA FERRER, CARLOS (DE) ORMEÑO HURTADO, AARÓN OSORIO GUERRERO, RODRIGO OTAMENDI, ARACELI OUBALI, AHMED PANZACOLA, ELIOT PARDO MARTÍNEZ, SAMUEL PÉREZ ALONSO, ALBA PIQUERAS, CARMEN PUJANTE, BASILIO QUINTANA, JULIO RECHE, DIEGO REMEDI, ROBERTO A. RODRÍGUEZ GARCÍA, JUAN AMANCIO RODRÍGUEZ OTERO, MIGUEL ROSADO, JUAN JOSÉ RUCHETTA, MAURO SÁNCHEZ LOZANO, PILAR SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ SANZ, PEDRO SCHUTZ, LOLA SEGURA, ALEJANDRO SEVILLANO, ATILANO TOMÁS, CARMEN TORTOSA, JAVIER TRENADO, ENRIQUE URTAZA, FEDERICO VIDAL GUARDIOLA, NATXO Hemeroteca
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