FICCIONES
PEQUEÑOS RELATOS PARA ENTENDER EL MUNDO
SOLES RADIANTES SIENTEN SOBRE EL HOMBRO Todavía no estás muerto. Todavía no estás solo OSIP MANDELSTAN Todo se confunde. Todo se mezcla… DÁMASO ALONSO
—Yo veo el mar cuando sueño —le dijo Galatea a Acis. —Todo se confunde dentro de un sueño, no lo olvides. ¿Cómo sigue tu cicatriz? Antes de que ella pudiera responder ambos sintieron que el reflejo de la luz del cuarto de Polifemo se desvanecía. Luego se escuchó su voz: —¡Iros a dormir! —exclamó con enojo—. ¿Es que no vais a ir a la cama aún? La pronunciación de Polifemo dejaba claro que había estado bebiendo. Todos lo habían estado haciendo y bailaron durante un rato después de cenar. Más tarde cada uno de ellos pareció quedarse taciturno y se dejaron llevar por el mantra de los insectos nocturnos. Galatea recordó entonces el sueño en que alguien le sacaba el corazón. Se figuró que era Polifemo quien lo hacía. —¿Te molestamos? —preguntó Acis al poco de escuchar la queja que venía del interior de la casa. Las sombras de los árboles dentro de la piscina parecían ahora más sombrías, duplicados siniestros. —Ya sé por qué no dormís, ya lo sé –dijo con una voz áspera-. Tenéis miedo, tenéis miedo igual que yo lo tengo. Esta casa os da pánico. Este lugar. El bosque. Aquí todo se confunde, todo se mezcla, las palabras de Galatea, los sueños… Todo parece un recuerdo confuso. ¿No es así? Como si ya hubiera pasado antes y volviera a repetirse. Como si fuera un sueño. Por eso no queréis dormir, porque ya sabéis qué pasa. Lo sabemos todos. Galatea se fue hacia el borde de la piscina y miró más de cerca las sombras de los árboles: quiso tocarlas y sus dedos se mojaron. —No hay sombras, no hay nada —dijo—. Sólo agua. Acis le deseó buenas noches y encaminó sus pasos hacia el interior de la casa. A sus espaldas Galatea avanzaba hacia los álamos, hacia el bosque que nunca conseguían ver del todo. Cuando él llegó al dormitorio se echó sobre la cama y volvió a escuchar las palabras de antes: —No hay sombras, no hay nada. Al poco rato Acis se quedó dormido, soñó que Polifemo acariciaba la cicatriz de Galatea bajo un sol radiante.
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FICCIONES
El Coloquio de los Perros. ALFARO GARCÍA, ANDREA
ALMEDA ESTRADA, VÍCTOR ALBERTO MARTÍNEZ, DIEGO ÁLVAREZ, GLEBIER ANDRÉS, AARÓN ARGÜELLES, HUGO ARIAS, MARTÍN ÁVILA ORTEGA, GRICEL AYUSO, LUZ BAUK, MAXIMILIANO BEJARANO, ALBERTO BELTRÁN FILARSKI, OLGA BOCANEGRA, JOSÉ BORJA, NOÉ ISRAEL CABEZA TORRÚ, JUAN CÁCERES, ERNESTO CAM-MÁREZ CAMACHO FERNÁNDEZ, GREGORIO CANAREIRA, A. D. CASTILLA PARRA, JOSÉ DAVID CASTRO SÁNCHEZ, JUAN CATALÁN, MIGUEL FONSECA, JOSÉ DANIEL
FORERO, HENRY FORTUNY i FABRÉ, CESC FUENTES, FRANCISCO FRARY, RAOUL GALINDO, DAVID GARCÉS MARRERO, ROBERTO GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARCÍA MARTÍNEZ, AMAIA GARDEA, JESÚS GIORGIO, ADRIÁN GÓMEZ ESPADA, ÁNGEL MANUEL GUILLÉN PÉREZ, GLORIA GUTIÉRREZ SANZ, VÍCTOR HACHE, MYRIAM HAROLD BRUHL, KALTON HERNÁNDEZ, JOSÉ HERNÁNDEZ, JUAN FRANCISCO HERNÁNDEZ NAVARRO, MIGUEL ÁNGEL HINOJOSA, PAZ HIRSCHFELDT, RICARDO HIRSCHFELDT, RICARDO [EL ABANDONO] JUNCÀ, JORDI KOUZOUYAN, NICOLÁS LÓPEZ, DOMINGO LÓPEZ-PELÁEZ, ANTONIO LÓPEZ LLORENTE, JORGE LÓPEZ VILAS, RAFAEL MAHTANI, VIREN MARDONES DE LA FUENTE, ALEJANDRO MARTÍN, RAIMUNDO MARTÍNEZ COLLADO, GUILLERMO MÉRIDA, JAVIER / BARRETO, SERGIO MEROÑO, ANTONIO MILLÓN, JUAN ANTONIO MIRELES, JUAN MONTERO ANNERÉN, SARA MONTOYA JUÁREZ, JESÚS NORTES, ANDRÉS OLEZA FERRER, CARLOS (DE) ORMEÑO HURTADO, AARÓN OSORIO GUERRERO, RODRIGO OTAMENDI, ARACELI OUBALI, AHMED PANZACOLA, ELIOT PARDO MARTÍNEZ, SAMUEL PÉREZ ALONSO, ALBA PIQUERAS, CARMEN PUJANTE, BASILIO QUINTANA, JULIO RECHE, DIEGO REMEDI, ROBERTO A. RODRÍGUEZ GARCÍA, JUAN AMANCIO RODRÍGUEZ OTERO, MIGUEL ROSADO, JUAN JOSÉ RUCHETTA, MAURO SÁNCHEZ LOZANO, PILAR SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ SANZ, PEDRO SCHUTZ, LOLA SEGURA, ALEJANDRO SEVILLANO, ATILANO TOMÁS, CARMEN TORTOSA, JAVIER TRENADO, ENRIQUE URTAZA, FEDERICO VIDAL GUARDIOLA, NATXO Hemeroteca
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