FICCIONES
PEQUEÑOS RELATOS PARA ENTENDER EL MUNDO
LA MONEDA CARTAGINESA Eusebio estuvo esperando impaciente el desmontaje del escaparate de la tienda. A pesar de que había transcurrido tanto tiempo, desde aquella mañana en la que él contaba con tan solo ocho años y junto a un grupo de amigos jugaban con la moneda, volvía a sentir de nuevo un escozor íntimo por reparar una pérdida tan antigua. Aquella mañana era la de un tórrido agosto, él y sus compañeros habían estado jugando bajo el sol inclemente y decidieron buscar una sombra para descansar y refrescarse. Eusebio les dijo que fueran a la tienda de su padre, que allí su madre les daría agua fresca con limón y azúcar y podrían seguir jugando a las canicas, en las lisas y frías baldosas de un escaparate apartado. A pesar de que no llegaba mucha luz hasta aquel rincón, era un buen sitio donde hacer correr las bolas de cristal que atesoraban sus bolsillos y aquellas otras de barro cocido al sol cuya lisura y redondez tanto les había costado conseguir. Allí estaban liberados de las tediosas regañinas de los mayores y aprovechaban lo guarecido del lugar para entablar confidencias. En un momento de silencio, Eusebio les enseñó un pequeño secreto que guardaba, pero les pidió que no dijesen a nadie que lo habían visto. Era una enmohecida moneda que él aseguraba que era del mismísimo Aníbal. La encontró husmeando en una casa abandonada, gran parte de ella derribada y llena de escombros, al final de una de esas callejuelas que llevan a las laderas de la montaña del Castillo. Su amigo Alberto quiso bromear con ella y la lanzó a rodar por las baldosas, con tal infortunio que se deslizó por la rendija del escaparate. Eusebio lanzó un grito y todos quedaron atónitos. Anduvieron un buen rato intentando recuperarla, pero a cada intento la moneda se hundía cada vez más hacia dentro, hasta que finalmente ya no alcanzaron a verla, sumida en la oscuridad de los fondos del escaparate. Después de aquel día, Eusebio no dejó, durante un buen tiempo, de intentar por todos los medios de recuperarla, llegando un día incluso a intentar levantar la marquetería del interior del escaparate, aprovechando que su padre no lo veía, para poder acceder a ella. En vano. Estaban tan bien ensambladas las tablas que no podía desgajarlas sin romper el suelo del escaparate. ¿Cuántas veces imaginó, entonces, que recuperaba su tesoro, barajando triquiñuelas imposibles? Pero hoy, de nuevo, pasados cuarenta años, se enfrentaba otra vez a aquella misteriosa moneda; por fin podría comprobar lo que tanto había ansiado en aquel tiempo. Su sorpresa fue mayúscula al ver el suelo levantado del escaparate. Aparte de suciedad y telarañas, solo encontró unos papeles de propaganda —aquellos que utilizaron aquella mañana de verano él y sus amigos intentando recuperar su tesoro— y, en un rincón, casi imperceptible, un duro oxidado. ¿Era aquella la moneda que él había encontrado en la casa abandonada, la que guardaba como tesoro y la que su amigo Alberto introdujo debajo del escaparate aquella calurosa mañana? Se resistía a pensar que todo había sido una fabulación infantil; aunque, había pasado tanto tiempo y él era tan pequeño, que podría ser que todo no fuese sino invención y su mente infantil convirtiera en moneda antigua lo que solo era vil metal de ceca moderna. Si bien la incredulidad y la decepción fueron su primera respuesta, la alegría de saberse un niño fabulador y feliz le congratuló y alivió la pérdida de aquella esperanza antigua. Lo que no supo Eusebio es que aquel duro lo depositó allí su padre, después de verle escudriñar con tanto ahínco entre las tablas del escaparate, después de recoger aquella moneda enmohecida que, días más tarde vendería a un amigo coleccionista de antigüedades.
1 Comentario
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21/9/2022 03:38:29 am
Buenos días señor / señora,
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El Coloquio de los Perros. ALFARO GARCÍA, ANDREA
ALMEDA ESTRADA, VÍCTOR ALBERTO MARTÍNEZ, DIEGO ÁLVAREZ, GLEBIER ANDRÉS, AARÓN ARGÜELLES, HUGO ARIAS, MARTÍN ÁVILA ORTEGA, GRICEL AYUSO, LUZ BAUK, MAXIMILIANO BEJARANO, ALBERTO BELTRÁN FILARSKI, OLGA BOCANEGRA, JOSÉ BORJA, NOÉ ISRAEL CABEZA TORRÚ, JUAN CÁCERES, ERNESTO CAM-MÁREZ CAMACHO FERNÁNDEZ, GREGORIO CANAREIRA, A. D. CASTILLA PARRA, JOSÉ DAVID CASTRO SÁNCHEZ, JUAN CATALÁN, MIGUEL FONSECA, JOSÉ DANIEL
FORERO, HENRY FORTUNY i FABRÉ, CESC FUENTES, FRANCISCO FRARY, RAOUL GALINDO, DAVID GARCÉS MARRERO, ROBERTO GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARCÍA MARTÍNEZ, AMAIA GARDEA, JESÚS GIORGIO, ADRIÁN GÓMEZ ESPADA, ÁNGEL MANUEL GUILLÉN PÉREZ, GLORIA GUTIÉRREZ SANZ, VÍCTOR HACHE, MYRIAM HAROLD BRUHL, KALTON HERNÁNDEZ, JOSÉ HERNÁNDEZ, JUAN FRANCISCO HERNÁNDEZ NAVARRO, MIGUEL ÁNGEL HINOJOSA, PAZ HIRSCHFELDT, RICARDO HIRSCHFELDT, RICARDO [EL ABANDONO] JUNCÀ, JORDI KOUZOUYAN, NICOLÁS LÓPEZ, DOMINGO LÓPEZ-PELÁEZ, ANTONIO LÓPEZ LLORENTE, JORGE LÓPEZ VILAS, RAFAEL MAHTANI, VIREN MARDONES DE LA FUENTE, ALEJANDRO MARTÍN, RAIMUNDO MARTÍNEZ COLLADO, GUILLERMO MÉRIDA, JAVIER / BARRETO, SERGIO MEROÑO, ANTONIO MILLÓN, JUAN ANTONIO MIRELES, JUAN MONTERO ANNERÉN, SARA MONTOYA JUÁREZ, JESÚS NORTES, ANDRÉS OLEZA FERRER, CARLOS (DE) ORMEÑO HURTADO, AARÓN OSORIO GUERRERO, RODRIGO OTAMENDI, ARACELI OUBALI, AHMED PANZACOLA, ELIOT PARDO MARTÍNEZ, SAMUEL PÉREZ ALONSO, ALBA PIQUERAS, CARMEN PUJANTE, BASILIO QUINTANA, JULIO RECHE, DIEGO REMEDI, ROBERTO A. RODRÍGUEZ GARCÍA, JUAN AMANCIO RODRÍGUEZ OTERO, MIGUEL ROSADO, JUAN JOSÉ RUCHETTA, MAURO SÁNCHEZ LOZANO, PILAR SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ SANZ, PEDRO SCHUTZ, LOLA SEGURA, ALEJANDRO SEVILLANO, ATILANO TOMÁS, CARMEN TORTOSA, JAVIER TRENADO, ENRIQUE URTAZA, FEDERICO VIDAL GUARDIOLA, NATXO Hemeroteca
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