EL COLOQUIO DE LOS PERROS
  • PRINCIPAL
  • CONTACTO
  • POESÍA
  • FICCIONES
  • ENTREVISTAS
  • TRADUCCIONES
  • ARTÍCULOS
  • LA BIBLIOTECA DE ALONSO QUIJANO
  • ESCRUTINIO DEL CURA Y EL BARBERO
  • MUSEO DE BARATARIA
  • HEMEROTECA
  • ÍNDICE DE AUTORES
  • JOAN MARGARIT: UNO DE LOS NUESTROS
  • DOSIER: 40 AÑOS DE LA OTRA SENTIMENTALIDAD
  • HOTEL VÍA LÁCTEA: JOSÉ ÓSCAR LÓPEZ
  • PRINCIPAL
  • CONTACTO
  • POESÍA
  • FICCIONES
  • ENTREVISTAS
  • TRADUCCIONES
  • ARTÍCULOS
  • LA BIBLIOTECA DE ALONSO QUIJANO
  • ESCRUTINIO DEL CURA Y EL BARBERO
  • MUSEO DE BARATARIA
  • HEMEROTECA
  • ÍNDICE DE AUTORES
  • JOAN MARGARIT: UNO DE LOS NUESTROS
  • DOSIER: 40 AÑOS DE LA OTRA SENTIMENTALIDAD
  • HOTEL VÍA LÁCTEA: JOSÉ ÓSCAR LÓPEZ
EL COLOQUIO DE LOS PERROS

FICCIONES

PEQUEÑOS RELATOS PARA ENTENDER EL MUNDO

ERNESTO CÁCERES

5/5/2015

1 Comentario

 
SELFCONSCIOUSNESS

           Veo. Sí. Veo. Ese ajetreo ingrávido ahí afuera, que acompaña a este silencio pesado, como de plomo, que hiere y arde en mis oídos, sólo puede significar una cosa: veo: azulejos; metal; colores fríos; monitores; cables (¿llegan hasta mí?); tubos de ensayo; batas blancas; uf, ese foco frontal, demasiado cerca, me ciega. ¿Me ignoran? ¿Dónde estoy? ¿Qué es toda esa danza lenta?, se diría viscosa y apática coreografía de un réquiem. Oh, no: algo peor: mi nombre. ¿Cómo cojones me llamo? Parecen mover los labios. Hablan; hablan entre ellos, ajenos a mí. ¿Sueño? Esa afonía, esa mudez multiplica la sensación de asepsia de la estampa. Por fin: uno ha reparado en mí, se lanza hacia aquí, abre una boca enorme, como gritando, pero no oigo nada, joder. Le siguen otro hombre y dos mujeres más.

          ¡Voilá! ¡Hay actividad, hay actividad! ¿Me equivoco? No, doctor, no se equivoca, los marcadores indican que no existe ningún error. ¡Extraordinario trabajo, compañeros! ¿En qué zona? En el lóbulo occipital, doctor: según esto debería estar viéndonos.

          Algo ocurre. Esa chica de cabello castaño y silueta esbelta, la más activa, lee y desliza entre sus dedos con destreza una tira de papel que muestra el gráfico que no cesa de vomitar una impresora. Joder. Joder. ¿Qué es este circo? No debe ser malo lo que ven, están exultantes. Sea lo que sea lo que me ha pasado, me voy a recuperar. Pero mi nombre, ¿cuál es mi nombre?

          No mueve los ojos, doctor. No tiene demasiada importancia, ya había previsto una posible dificultad inicial en los músculos extraoculares, tenemos esa intervención programada para esta tarde; poco a poco, enfermera. ¿Me puede confirmar si nos oye? Aguarde un instante, por favor, hasta ahora el sensor no había recogido ninguna actividad pero…, pero ¡afirmativo!, también se refleja algo en el córtex auditivo, sí, también comienza a haber picos…

          ¿Qué diantres dice esta otra chica que toma mi cabeza amorosamente entre sus manos? Oigo sólo graves y agudos emitidos sin claridad, parecen estar masticando ceniza. A ver: manos brazos piernas pies abdomen nalgas pecho cuello frente. Nada. Na da. No siento ninguna parte de mi cuerpo, me deben estar atiborrando a calmantes. ¿Cómo me llamo?

          ¡Qué enorme alegría, hemos resucitado a este caballero! Estás en buenas manos, Phillipe, se llamaba así, ¿no?, vas a quedar perfecto.
2

 
          Negro. ¿He dormido? Todo negro. ¿Sueño de nuevo acaso?

          Vaya por Dios, ¿qué ha sucedido? —¡oigo con más claridad!, ¡esa voz es de hombre!—. Parece que no ve, doctor, creo que no ve, ¡ha perdido la visión! —y ahí hay una mujer—. Todo parece intacto: la córnea, la pupila, el cristalino, la retina… En la intervención sobre los nervios motores para lograr el movimiento hemos debido afectar de algún modo al nervio óptico, doctor. ¿Cómo va a ser eso, enfermera?, ¡están en lugares diferentes!, válgame el cielo, ¿en qué facultad obtuvo usted el título? Sólo intento pensar, doctor, la intervención ha sido extremadamente difícil, no estamos ante un paciente normal, esta reconstrucción… Discúlpeme, quiero decir que ya advertí que se nos entregó a esta criatura en unas condiciones lamentables. Mejor voy a tomar un café, llevo dos días sin dormir, será un milagro si lo conseguimos: ni había estado bien atendido antes, ni se adoptaron los debidos cuidados en el traslado —habla como alejándose—. No quiero ser pesimista, pero ahora mismo me huele más a cadáver que a otra cosa —¿qué mierda dice? ¡Te estoy oyendo!, ¡estoy bien!, ¡ni siquiera siento dolor! Pero, joder, ¡joder! No me escucho. Creo que tampoco puedo hablar. Es evidente: no soy capaz de articular sonido, no tengo forma de comunicarme. Medicuchos de tres al cuarto—. No hables así, mujer, que nos está oyendo —ésa debe ser la otra enfermera—. Si tú lo dices —ha sido un remoto hilo de voz—. ¡No debería usted burlarse, la actividad en el córtex auditivo indica que efectivamente nos escucha! ¡Si continúa en esa actitud, me veré obligada a apartarla del equipo! —el tipo la riñe; dejad de discutir y haced que vea, chapuceros—. Joven, mañana toca pasar de nuevo por quirófano. Vamos a recuperar tu visión, te lo garantizo.

          Ja, y hablar cuándo podré, que alguien me informe de algo… Negro. Negrura abisal. La conciencia de un hombre solo en el centro de la nada.
3

 
          Azulejos; instrumental médico; colores fríos; monitores; cables, definitivamente llegan hasta mi cabeza (esta mirada rígida mía, sin vida, no sé si también sin brillo, taladrando el frente, me impide ver mis extremidades); ese maldito foco; un hombre; una mujer, la más atractiva. Vuelvo a ver. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Llevan prendas diferentes debajo de la bata: no debe ser la misma jornada inicial. Helos ahí, ignorándome de nuevo. Ella lee, siempre lee. Sorpresa: él le ha apretado largamente el trasero. Se revuelve, no violenta, sí algo incómoda. Me señala. Él parece disculparse con media sonrisa y las palmas de las manos levantadas. No, por Dios, esto ahora no: están hablando y no les oigo. Me habéis devuelto la visión cobrando por ello otra vez mi oído. Siento cansancio, desazón. Ya me habéis visto, ¿no? ¿Qué es ese pequeño bote que traes en las manos y desenroscas, bombón? Ah, colirio. Ahí asoma, la minúscula saeta que me refrescará los ojos. Va a caer de lleno en el izquierdo. Eres guapa, sí, estudiosa jovencita disecciona-jeroglíficos-de-papel-kilométricos. Mi párpado no intenta siquiera defenderlo. ¿Dónde están mis pestañas?, esa turbia y liliputiense tela de araña escorada que debiera enmarcar, sombreándolo levemente, el motivo que contemplo, abrazar aterciopeladamente cada escena que atraviesa en dirección a mi cerebro el verde de mis ojos. ¿Cayó la gota? Extraño: no sentí su humedad. Esta pesadilla no acaba: ninguna sensación me conecta con el mundo exterior. Cogito, ergo sum, tiene gracia, ¿de qué me suena eso? ¿Por qué esa reacción, muchacho?, ¿qué has visto en una de las pantallas a tu espalda que tanto te alarma?... Piensas. Estás agitado. Te acercas ahora tú también a mí con algo entre las manos. Anda, déjame verlo. Ya: un diapasón médico. Lo has golpeado contra algo y lo has colocado a la altura de mi oído derecho. Giras el rostro hacia el monitor mientras pareces sostener la vibración metálica cercana al conducto auditivo. Te diste cuenta, eh: no oigo. Claro que no oigo. ¿Nadie puede decirme quién soy de alguna manera?, sed buenos, en el intervalo en que pude escuchar con más nitidez no os oí pronunciar mi nombre; haced más llevadera esta tortura con alguna migaja de identidad que entretenga este vacío, este desconcierto. Por favor. ¿Te vas? Sí, mejor será: sal corriendo, busca ayuda, perrito.
  4

 
          No sé cómo lo hacéis, cómo conseguís abrir y cerrar mis párpados a capricho. Supongo que con los analgésicos también me estaréis administrando algo que me ayuda a dormir como un lirón cuando os interesa. ¿Sabe alguien cómo me llamo?

          —¿Qué va a hacer usted con las rosas, doctor?

          ¡Eureka!, te vuelvo a oír con nitidez, ja, que alguien me saque a bailar.

          —Atienda y verá, señorita, ¿lo cree una banalidad?, pues se trata de un momento clave, una prueba que de superarse nos premia con el acceso a una nueva pantalla, entramos en el nivel superior del juego; vive Dios que estamos obrando un milagro, me encanta este trabajo… Vive Dios, claro que vive: Dios somos nosotros. ¿Todo controlado en monitores?

          Si me sacáis de ésta, sea lo que sea que me haya sucedido, prometo regresar a la iglesia… Un momento: ¿Dios?, ¿iglesia?, ¿qué significa todo eso?, ¿qué es esto que bulle dentro de mi cabecita? Debe estar tan desfigurado y maltrecho su interior como este cuerpo exterior que miman tan primorosamente, que hasta ahora no he sentido la más mínima punzada de dolor. Terrible si una mañana despierto y me viene todo de golpe. Dios. Iglesia. Regresar a algo cuyo sentido desconozco: una palabra, un concepto que ha atravesado mi pensamiento y vuelto a huir, como un relámpago, un fogonazo cruel, una patada en la espinilla de mi cerebro, esa flaca olvidada caña huesuda que periódicamente reivindica atención con la más efectiva estrategia: un golpe certero: eh, acuérdate de que existo.

          —Todo correcto, doctor: Philippe dormita plácidamente aletargado en su cuna. Cuando usted quiera —Philippe, creo que me ha llamado Philippe. Ése debo ser yo. Tendré que acostumbrarme—. Debo reconocer que ese epitelio olfatorio es una auténtica obra de arte. Por cierto, veo que el saco lacrimal está intacto, ¿cree usted que conseguiremos que nuestro paciente vuelva a oler e incluso a diferenciar olores?

          —Créanme, confío en el sentido del olfato más que en ningún otro. Es un sentido químico: las moléculas de olor en forma de vapor despiertan muchísimas cosas en nuestro cerebro más primitivo. Este hombre era un apasionado jardinero que además cultivaba en sus ratos libres una delicada afición a la poesía; todo sensibilidad: reaccionará.

          —Bah, un amanerado con mal carácter, según tengo entendido.

          ¿Quién ha susurrado eso?, vaya, debe haber sido el otro tipejo que ronda a la chica-tarta-de-queso sin que sus dos compañeros lo sepan. Qué más da, ¡es un día maravilloso! Ya sé dos cosas sobre mí: Philippe, jardinero.

          —No sé si calificar su estrategia de ilusa o de perversa, doctor.

          —Tengan confianza una vez más: si hemos sido capaces de recuperar su vista y su oído, esto no puede fallar. Procedo a acercar las flores al paciente, atentos a monitores, por favor… Cinco segundos… Diez… Quince. ¿Eso ha sido una señal acústica?

          —Sí, en este instante comienza una ligera actividad en el sistema límbico, doctor.

          —Lo sabía.

          --In crescendo.

          Ah, ¿nos conocemos? Sí, claro que sí, hermosuras, pero de dónde, en qué lugar nos vimos antes, cuándo nos amamos… Ah, sí, venís a mí en ramo, como antorcha de belleza, llamarada escarlata, y todo lo llenáis, ah, este olor almíbar tan denso que casi puede tocarse, ¿venís y todo lo llenáis?, ¿o salís a dejar claro que ya estabais dentro?, que yo os pertenecía, que ya era todo vuestro, desde siempre…

          —Perfecto. Prepárense, creo que esto tendrá repercusión en prensa especializada.

          —Un momento, doctor, ¡doctor!

          …desde la misma raíz del tiempo, quedaos aquí, no me abandonéis nunca, dejad junto a mí vuestros pétalos erguidos y encrespados, cárdeno mar, voluptuoso manojo de cerezas cuya sola cercanía me alimenta… ¿Qué es esto?: veo una casa, árboles, ¿un perro?...

          —¿Qué ocurre?

          —¡Venga aquí, por favor, mire esto en la pantalla!: no sólo se ha multiplicado exponencialmente la actividad eléctrica en el sistema límbico… ¡llegan señales de la neocorteza!

          —¡No!

          —¡Sí!

          —Por Dios, ¿cómo no he pensado en ese riesgo? Los bulbos olfatorios también envían información a los centros avanzados donde se modifica el pensamiento consciente…

          —¡¿Pensamiento consciente?!

          —Sí, enfermera, sí: pensamiento consciente.

          —¡Arde la neocorteza, doctor!

          —¡¿Quiere decir usted que esta… criatura está pensando?!

          —No sólo eso, querida, ¡está recordando, nuestro jardinero está recordando! Denme ahora mismo un espejo.

          —¡¿Cómo?!

          —Lo que ha oído, ¡denme un espejo!

          —¿Está seguro?

          —Nunca he estado más seguro de algo en mi vida, no quiero perderme esto por nada del mundo.

          —Aquí tiene uno, doctor, he descolgado el espejo del cuarto de baño, no sé si es demasiado grande.

          —Es justo lo que necesitamos; ayúdeme, sosténgalo por su lado, avancemos despacio… Buenos días, Philippe, ¿te reconoces?

          ¿Qué dices? ¿Qué hacéis? ¿En qué habéis metido la pata ahora que os tiene tan alterados? Los ojos se os salen de las órbitas, el tipejo que controlaba las máquinas muestra un par de gotas de sudor en la frente, a la orilla del nacimiento del cabello, ¿qué mierda pasa?, tenéis el rostro acalorado por la tensión, se diría que vais a comerme, joder, ¿por qué me miráis así?, otra instantánea que desempolva mi cerebro, otro flash, una sonrisa, ¡es mi esposa!, ¿qué se supone que debo encontrar en ese reflejo que inclináis para que me vea?, ¿os tiemblan las manos?, ¡chapuceros!, ¡tenéis tanto miedo como yo!, ah, qué es esta tormenta de imágenes, se entrevera mi visión con mis recuerdos: ventana (hace sol ahí fuera), una malla justo tras el cristal, quizá dentro de él, pared, un gotero, mi jardín, cables, una bandeja metálica, mi pareja sigue sonriendo, mi hijo pequeño, tengo un hijo… ¿y dónde estoy yo?, un recipiente de ¿metacrilato? con un líquido transparente y denso, no, no puede ser, ¡no!, ¿qué pesadilla infernal es ésta?, ¿qué me habéis hecho?, unas manos al volante, lluvia en el cristal, los faros de un camión que patina, la base de un cráneo, ¡hay tejido facial adherido ahí!, ¡dos ojos!, ¡un oído!, ¡unas fosas nasales!, un montón de ¿carne triturada? con electrodos, ¿qué hacéis, almas del diablo?, ¡¿qué me hacéis?!... ¡Sólo soy un cerebro!

          —Ah, precioso: miren: está llorando…

Imagen
ERNESTO CÁCERES (Puente Genil, España, 1972). Abogado y experto en Mediación para la resolución pacífica de conflictos, ha iniciado estudios de Filología Hispánica y publicado la novela negra Angelicidium o un lazo de sangre en el Sella (2013).

1 Comentario
Oferta de Prestamo Urgente
21/9/2022 05:28:11 am

Buenos días señor / señora,

Esta es una buena oportunidad para obtener un préstamo. Ofrecemos préstamos de todo propósito y nuestra tasa de interés es del 2% y nuestro proceso de préstamo es muy rápido también.

Estamos dispuestos a hacer todos sus problemas financieros una cosa del pasado. Si usted está realmente dispuesto a resolver sus problemas financieros. Contacte con nosotros ahora a través de correo electrónico con el fin de proceder a la transacción.

Nuestro correo electrónico es: [email protected]

Esperamos hacer negocios con usted.

Saludos,

La Sra. Jane Freeman.

Responder



Deja una respuesta.

    FICCIONES

    El Coloquio de los Perros.
    Revista de Literatura.
    ISSN 1578-0856

    Canal RSS

    ADAMOLI, FACUNDO
    ALCALDE, MANUEL
    ALFARO GARCÍA, ANDREA

    ALMEDA ESTRADA, VÍCTOR

    ALBERTO MARTÍNEZ, DIEGO

    ÁLVAREZ, GLEBIER

    ANDRÉS, AARÓN

    ARGÜELLES, HUGO

    ARIAS, MARTÍN

    ÁVILA ORTEGA, GRICEL

    AYUSO, LUZ

    BAUK, MAXIMILIANO

    BEJARANO, ALBERTO

    BELTRÁN FILARSKI, OLGA

    BOCANEGRA, JOSÉ

    BORJA, NOÉ ISRAEL

    CABEZA TORRÚ, JUAN

    CÁCERES, ERNESTO

    CAM-MÁREZ

    CAMACHO FERNÁNDEZ, GREGORIO

    CANAREIRA, A. D.

    CANO GAVIRIA, RICARDO

    CASTILLA PARRA, JOSÉ DAVID

    CASTRO SÁNCHEZ, JUAN

    CATALÁN, MIGUEL

    CONTRERAS, EMILIO
    CUBILLO, JOSÉ LUIS
    D´AMBROSIO, HERNÁN
    DOMÍNGUEZ, VILMA
    EGEA GALÁN, ALEJANDRO
    ESTEBAN, NICOLÁS
    FEINMANN, VIRGINIA
    FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, FELIPE
    FERRÁNDEZ VERDÚ, JOSÉ MANUEL
    FERRER, ISABEL
    FERRER TABERNER, ANDRÉS
    FONSECA, JOSÉ DANIEL

    FORERO, HENRY


    FORTUNY i FABRÉ, CESC

    FUENTES, FRANCISCO

    FRARY, RAOUL

    GALINDO, DAVID

    GARCÉS MARRERO, ROBERTO

    GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO

    GARCÍA MARTÍNEZ, AMAIA

    GARDEA, JESÚS

    GIORGIO, ADRIÁN

    GÓMEZ, JUARJO

    GÓMEZ ESPADA, ÁNGEL MANUEL

    GUILLÉN PÉREZ, GLORIA

    GUTIÉRREZ SANZ, VÍCTOR

    HACHE, MYRIAM

    HAROLD BRUHL, KALTON

    HERNÁNDEZ, JOSÉ

    HERNÁNDEZ, JUAN FRANCISCO

    HERNÁNDEZ NAVARRO, MIGUEL ÁNGEL

    HINOJOSA, PAZ

    HIRSCHFELDT, RICARDO

    HIRSCHFELDT, RICARDO [EL ABANDONO]

    JUNCÀ, JORDI

    KOUZOUYAN, NICOLÁS

    LÓPEZ, DOMINGO

    LÓPEZ-PELÁEZ, ANTONIO

    LÓPEZ LLORENTE, JORGE

    LÓPEZ VILAS, RAFAEL

    MAHTANI, VIREN

    MARDONES DE LA FUENTE, ALEJANDRO

    MARTÍN, RAIMUNDO

    MARTÍNEZ COLLADO, GUILLERMO

    MÉRIDA, JAVIER / BARRETO, SERGIO

    MEROÑO, ANTONIO

    MILLÓN, JUAN ANTONIO

    MIRELES, JUAN

    MONDRAGÓN, ISABEL

    MONTERO ANNERÉN, SARA

    MONTOYA JUÁREZ, JESÚS

    NORTES, ANDRÉS

    OLEZA FERRER, CARLOS (DE)

    ORMEÑO HURTADO, AARÓN

    OSORIO GUERRERO, RODRIGO

    OTAMENDI, ARACELI

    OUBALI, AHMED

    PAGOLA FERNÁNDEZ, ALFONSO

    PANZACOLA, ELIOT

    PARDO MARTÍNEZ, SAMUEL

    PÉREZ ALONSO, ALBA

    PIQUERAS, CARMEN

    PUJANTE, BASILIO

    QUINTANA, JULIO

    RECHE, DIEGO

    REMEDI, ROBERTO A.

    RODRÍGUEZ GARCÍA, JUAN AMANCIO

    RODRÍGUEZ OTERO, MIGUEL

    ROSADO, JUAN JOSÉ

    RUCHETTA, MAURO

    SÁNCHEZ LOZANO, PILAR

    SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS

    SÁNCHEZ SANZ, PEDRO

    SCHIAPPACASSE, GUIDO

    SCHUTZ, LOLA

    SEGURA, ALEJANDRO

    SEVILLANO, ATILANO

    TOMÁS, CARMEN

    TORTOSA, JAVIER

    TRENADO, ENRIQUE

    URTAZA, FEDERICO

    VIDAL GUARDIOLA, NATXO

    VIDAL GUARDIOLA, NATXO
    [Autobiografía de Enrique Vila-Matas]

    Hemeroteca

    MONTOTO, NACHO

    Archivos

    Febrero 2025
    Julio 2024
    Junio 2024
    Abril 2024
    Marzo 2024
    Enero 2024
    Diciembre 2023
    Noviembre 2023
    Octubre 2023
    Septiembre 2023
    Julio 2023
    Junio 2023
    Febrero 2023
    Enero 2023
    Diciembre 2022
    Noviembre 2022
    Agosto 2022
    Julio 2022
    Abril 2022
    Marzo 2022
    Febrero 2022
    Noviembre 2021
    Octubre 2021
    Julio 2021
    Junio 2021
    Abril 2021
    Enero 2021
    Diciembre 2020
    Noviembre 2020
    Octubre 2020
    Septiembre 2020
    Agosto 2020
    Julio 2020
    Junio 2020
    Abril 2020
    Marzo 2020
    Enero 2020
    Julio 2019
    Mayo 2019
    Abril 2019
    Febrero 2019
    Septiembre 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Febrero 2018
    Diciembre 2017
    Noviembre 2017
    Octubre 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    Noviembre 2016
    Octubre 2016
    Junio 2016
    Abril 2016
    Marzo 2016
    Diciembre 2015
    Julio 2015
    Junio 2015
    Mayo 2015
    Abril 2015
    Marzo 2015
    Diciembre 2014
    Noviembre 2014
    Octubre 2014
    Septiembre 2014
    Agosto 2014
    Julio 2014
    Mayo 2014
    Marzo 2014
    Febrero 2014
    Enero 2014
    Octubre 2012

    CategorÍAs

    Todo
    Aaron Andres
    Aaron Ormeño Hurtado
    Adrian Giorgio
    Ahmed Oubali
    Alba Perez Alonso
    Alberto Bejarano
    Alejandro Ara
    Alejandro Badillo
    Alejandro Ege Galan
    Alejandro Mardones De La Fuente
    Alejandro Segura
    Alfonso Garcia Villalba
    Alfonso Garcia-villalba
    Alfonso Pagola Fernandez
    Andrea Alfaro Garcia
    Andres Ferrer Taberner
    Andres Nortes
    Angel Manuel Gomez Espada
    Antonio Lopez Pelaez
    Antonio Lopez-pelaez
    Antonio Meroño
    Araceli Otamendi
    Cam-marez
    Cammarez
    Carlos De Oleza Ferrer
    Carmen Piqueras
    Carmen Tomas
    Cesar Holgado
    Cesc Fortuny I Fabre
    David Baro
    David Galindo
    Diego Reche
    Domingo Alberto Martinez
    Domingo Lopez Humanes
    El Coloquio De Los Perros
    Eliot Panzacola
    Emilio Contreras
    Enrique Trenado
    Ernesto Caceres
    Facundo Adamoli
    Federico Urtaza
    Felipe Fernandez Sanchez
    Ficciones
    Francisco Fuentes
    Gabriel Martinez Barre
    Gloria Guilen Perez
    Gregorio Camacho Fernandez
    Gricel Avila Ortega
    Guido Schiappacasse
    Guillermo Martinez Collado
    Hernan Dambrosio
    Hernan Elvira
    Hugo Argüelles
    Isabel Ferrer
    Isabel Mondragon
    Javier Merida
    Javier Tortosa
    Jordi Junca
    Jorge Lopez Llorente
    Jose Bocanegra
    Jose David Castilla Parra
    Jose Hernandez
    Jose Luis Cubillo
    Jose Manuel Ferrandez Verdu
    Juan Amancio Rodriguez Garcia
    Juan Cabeza Torru
    Juan Castro Sanchez
    Juan Francisco Hernandez
    Juan Mireles
    Juarjo Gomez
    Julio Quintana
    Kalton Harold Bruhl
    Lorena Maro
    Luis Sanchez Martin
    Manuel Alcalde
    Manuel Casal Lodeiro
    Marta Ledri
    Martin Arias
    Miguel Angel Hernandez Navarro
    Miguel Catalan
    Miguel Rodriguez Otero
    Miriam Gomez Vegas
    Nacho Montoto
    Natxo Vidal
    Natxo Vidal Guardiola
    Nicolas Kouzouyan
    Noe Israel Borja
    Olga Beltran Filarski
    Paz Hinojosa
    Pedro Sanchez Sanz
    Perdendosi
    Pilar Sanchez Lozano
    Rafael Lopez Vilas
    Raoul Frary
    Ricardo Cano Gaviria
    Ricardo Hirschfeldt
    Roberto Bernal
    Roberto Garces Marrero
    Roberto Mascodagama
    Rodrigo Lopez Romero
    Rodrigo Osorio Guerrero
    Ruben Lopez Ferandez
    Samuel Pardo Martinez
    Sara Montero Anneren
    Sergio Barreto
    Tomas Solazzi
    Victor Almeda Estrada
    Victor Gutierrez Sanz
    Vilma Dominguez
    Viren Mahtani

Con tecnología de Crea tu propio sitio web con las plantillas personalizables.