TRADUCCIONES
MUESTRARIO DE OTRAS LITERATURAS POSIBLES
EL JAZZ ES PELIGROSO. FISIOPATOLOGÍA DEL JAZZ por el doctor GEDEÓN BLANDENGUE, antiguo interno del Hospital psiquiátrico, médico del seguro, pintor los jueves y militar condecorado Tan atrás como podamos retroceder en la antigüedad, podemos hallar ejemplos de la acción esclerosante y necrosante del jazz en las células vivas y las macromoléculas del citoplasma. Cuando los muros de Jericó se desmoronaron bajo la brutal acción de las trompetas de Josué, el trauma hubo encontrado su lugar en el espesor de la piedra: se comprenderá lo que puede ocurrir, a fortiori, en esa materia mucho más delicada que es el protoplasma humano con desórdenes patológicos comparables a los que engendran las pasiones más funestas, tales como el amor por la absenta o la búsqueda del absoluto (delirium tremens, parálisis general). Los trabajos del doctor René Theillier, relativos a las lesiones provocadas a causa de una agresión repetida por cualquier motivo, ponen igualmente de manifiesto el peligro de toda música de cadencia regular: el jazz es el ejemplo más típico, y por ello sería necesario que los poderes públicos se dedicaran por fin a aplicar el bisturí en la llaga, para encontrar un remedio a las crecientes psicopatías que parecen apoderarse de nuestros jóvenes contemporáneos. En efecto, si sometemos a un cachorro de pocos días a la audición continua de una serie de grabaciones de esta música de salvajes, constataremos, al sacrificarlo al cabo de seis meses, que se han producido importantes lesiones necróticas y de degeneración adiposa en la textura histológica de su corteza y médula suprarrenales. Éstas, hiperplasiadas, pierden su actividad fisiológica, cual es la de equilibrar al individuo cuando sopla viento fuerte, y se concibe el desarreglo hormonal y vago-simpático que puede derivarse de él, pues la naturaleza no había previsto ni el jazz ni sus ritmos sincopados. Así pues, existe un gran peligro en dejar que sus hijos escuchen la radio: de todos es conocido hasta qué punto nos acribilla ésta con las desmelenantes elucubraciones de un Jacques Hélian (1) o un Pierre Spiers (2). Esa es la razón por la cual les digo: ¡PADRES, NO SE FÍEN DEL JAZZ! Porque, aparte las desventajas mencionadas más arriba, cabe señalar que en ciertos individuos ese mismo jazz produce una reacción genésica violenta (pubertas praecox, enfermedad de La Peyronnie). No necesitamos buscar más allá la fuente de todos los males ante los cuales se pliega el armazón de nuestra sociedad actual: la proliferación de clubes, las apuestas mutuas urbanas, la caza de mariposas, las cartas desde mi molino, el abuso del tabaco, las madres solteras, el cierre de los prostíbulos, la obertura de Guillermo Tell, el algodón dulce del abuelo, las cuentas de los boticarios, las proctitis proliferantes y fístulas anales, el caldo espartano, los talbot súper deportivos y la reacción trotsko-gaullista. Y esa es la razón por la cual le decimos a la administración: ¡CUIDADO, hay peligro! Supriman el jazz y habrán eliminado en su embrión todos los gérmenes de la rebelión social los cuales, a corto plazo, engendrarán, tarde o temprano, la guerra atómica. [El gerente de Jazz News declina toda responsabilidad en lo que concierne al contenido del presente número] EFECTOS DEL JAZZ ![]() (Artículo aparecido en el nº 8 de la revista Jazz News, noviembre de 1949, y extraído de una fotografía original aparecida en el libro Boris Vian. Le swing et le verbe de Nicole Bertolt y François Roulman, Textuel, 2008, aunque también se puede leer libremente en internet en https://books.google.es/books, como una de las crónicas del libro Écrits sur le jazz. De éste, hay por otro lado una versión española de 2011, en la editorial BlackList). (1) Jacques Hélian (1912-1983), director de orquesta parisino. (2) Pierre Spiers (1917-1980), director de orquesta francés, instrumentista, compositor y arreglista. Traducción y nota: MANUEL ÁNGEL GÓMEZ ANGULO
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COMO PARA CONFIAR EN ELLO Una mañana gris de noviembre, me apresuré a bajar por la dársena. Una llovizna fría remojaba la atmósfera. Los oscuros transeúntes, ocultos bajo paraguas deformes, se entrecruzaban. El Sena amarillento transportaba sus barcos mercantes como desmesurados abejorros. Por los puentes, el viento fustigaba bruscamente los sombreros, que sus dueños disputaban al espacio con esas actitudes y contorsiones cuyo espectáculo siempre es tan doloroso para el artista. Mis ideas eran pálidas y brumosas; la preocupación por una reunión de negocios, aceptada desde la víspera, acosaba mi imaginación. Me acuciaba la hora: resolví refugiarme bajo el tejadillo de un portal desde el cual me sería más cómodo hacer señas a algún simón. En el mismo momento advertí, exactamente junto a mí, la entrada a un edificio cuadrado, de aspecto burgués. Se había alzado en la niebla como una aparición de piedra y, a pesar de la rigidez de su arquitectura, a pesar de la niebla apagada y fantástica en la que estaba envuelto, le encontré, de inmediato, un cierto aire de cordial hospitalidad que me serenó el alma. —¡Ciertamente —me dije—, los huéspedes de esta casa son gente sedentaria! Este umbral invita a detenerse en él. ¿Acaso no está la puerta abierta? De modo que, con la mayor educación del mundo, aire satisfecho, sombrero en mano, pensando incluso en un madrigal para la dueña de la casa, entré sonriendo y me encontré, de lleno, frente a una especie de salón de cubierta acristalada, por el que caía, lívido, el día. En las columnas habían colgado ropajes, tapabocas, sombreros. Habían dispuesto mesas de mármol por todas partes. Varios individuos, con las piernas estiradas, las cabezas elevadas, los ojos fijos, el aire positivo, parecían meditar. Y sus miradas eran irreflexivas, sus rostros del color del tiempo. Había carteras abiertas, papeles desplegados junto a cada una de ellas. Y me di cuenta entonces de que la dueña de la casa, con cuya cortesía de bienvenida había yo contado, no era otra que la Muerte. Examiné a mis anfitriones. Ciertamente, para escapar a las preocupaciones del incordio de la existencia, la mayoría de los que ocupaban el salón había asesinado sus cuerpos, a la espera así de algo más de bienestar. Mientras escuchaba el rumor de los grifos de cobre sellados a la tapia y destinados al riego diario de estos restos mortales, oí el rodar de un simón que se detenía delante de la estancia. Caí en la cuenta de que mi gente de negocios me estaba esperando. Me di la vuelta para aprovechar mi buena fortuna. El simón, en efecto, acababa de desaguar en el umbral del edificio, a unos colegiales de juerga que necesitaban ver la muerte para creer en ella. Me percaté del coche vacante y le dije al cochero: —¡Al Passage de l’Opéra! Poco tiempo después, en los bulevares, a falta de horizonte, el tiempo me pareció más cubierto. Los arbustos, la vegetación esquelética, parecían, con las puntas de sus ramitas negras, señalar vagamente los peatones a los agentes de policía todavía adormilados. El coche se apresuraba. Los transeúntes, a través de la ventana, me trasmitieron la idea del agua que fluye. Una vez en mi destino, salté a la acera y me metí por el pasaje atestado de caras preocupadas. En el otro extremo, observé, justo enfrente de mí, la entrada de un café, hoy día consumido por un famoso incendio (pues la vida es un sueño), al que habían relegado al fondo de una especie de cobertizo, bajo una bóveda cuadrada, de aspecto tristón. Las gotas de lluvia que caían sobre el acristalamiento superior oscurecían aún más el pálido resplandor del sol. —¡Era allí donde me esperaban —pensé—, copa en mano, miradas brillantes, mofándose del Destino, mis empresarios! Giré entonces el pomo de la puerta y me encontré, de lleno, en una sala en la que, desde lo alto, lívido, caía el día, a través de la cristalera. De las columnas colgaban ropajes, tapabocas, sombreros. Habían colocado mesas de mármol por todos lados. Varios individuos, con las piernas estiradas, la cabeza elevada, los ojos fijos, con aire positivo, parecían meditar. Y sus rostros eran del color del tiempo, la mirada irreflexiva. Había carteras abiertas y papeles desplegados al lado de cada una de ellas. Observé a aquellos hombres. Con certeza, para escapar de las obsesiones de la insoportable consciencia, la mayoría de aquellos que ocupaban la sala había asesinado hacía mucho tiempo sus “almas”, a la espera así de algo más de bienestar. Mientras escuchaba el sonido de los grifos de cobre, sellados a la tapia y destinados al riego diario de aquellos restos mortales, me vino de nuevo a la cabeza el rodar del coche. —Seguro que —me dije a mí mismo—, a la larga, al cochero le ha afectado una suerte de embotamiento, pues me ha vuelto a traer, tras tantos rodeos, sencillamente, a nuestro punto de partida. Aun así confieso (si hay equivocación), ¡EL SEGUNDO VISTAZO ES MÁS SINIESTRO QUE EL PRIMERO!... Volví pues a cerrar, en silencio, la puerta acristalada y regresé a mi casa, bien decidido —despreciando este ejemplo y suceda lo que me suceda— a no entablar negocios nunca más. Traducción y nota: MANUEL ÁNGEL GÓMEZ ANGULO
Traducción y nota: TATUXANYM YUNUSOVA
LIBERTAD, sudario de Turín y peregrinos. Libertad, en esta dulce palabra hay mucho. Si no hay libertad, hay ruinas. I Todas las ventanas sin cortinas. Son ventanas tristes, tristes... En Kadikoy, en Estambul, desde las ventanas sin cortinas del hospital Chamlija, pienso... En ti y en la libertad mirando el árbol de guindas que floreció bajo la nieve, en el patio. Y en este momento recuerdo: para que tú estés libre yo dejé mi libertad. II ¡Libertad! ¡Ah, mi libertad! —la hermana solterona, el hermano vencible, la madre que espera a su hijo sabiendo que no va a venir-- ¡Dios mío! En el lecho de muerte la muerte también se ve muy fácil para aquel que no tiene libertad. III ¡Libertad! Esta dulce palabra en mi lengua es muy amarga; libertad en Bakú es el nombre de la calle más larga, que llega hasta el mar, que está llena de putas por todas partes, todas las noches. “Libertad” también es una plaza que calla hace mucho tiempo; como una brasa abrazó a Bakú. Esta plaza ahora es un nombre y es una rebelión, rebelión en mi espíritu. En este país los poetas son mudos y sordos, en cambio son locos los vientos de Bakú, en cambio son locas las flores de Bakú... Libertad es un monumento desnudo de una mujer en Bakú... IV Libertad en Singapur. Es una orquídea; en este país nació en una maceta, vivió en una maceta, va a morir en una maceta. Pobre... Nuestra libertad, las flores que duermen en las macetas y mueren ahí, Pobre de mí, me convierto en ceniza por tu humo... Libertad en Saigón es el túnel subterráneo de 250 kilómetros. Las chicas reclutas solamente atacan a los enemigos, como si fueran para casarse. V ¡Libertad en Occidente! En Ámsterdam es la voz de azan, En París es la iglesia de Notre Dame que tiene ventanas sin cortinas. En el Vaticano son los rezos, los juramentos de los sacerdotes azules. En Londres es la niebla sobre la ciudad; la libertad es niebla. VI Libertad en Oriente-- El momento de libertad de los haji desnudos es la piedra que tiran al diablo en la Meca. Libertad en Occidente-- es el sudario de Turín de Isá del pícaro Leonardo Da Vinci, su secreto se está develando poco a poco. Libertad en Oriente-- en China es la Gran Muralla, en Jerusalén son las paredes que lloran, es el manto de Kaaba que se renueva cada año y los peregrinos que se cambian cada año. VII Libertad muy cerca de América. Es una isla que se llama Cuba; su pueblo anhela libertad; están cantando la canción ‘Che Guevara’ desde el amanecer hasta la noche, en ayunas en La Habana, en Varadero. La isla de la libertad-Cuba... Cuba es una herida en el alma de la libertad. La canción sobre la libertad me mata, el nombre de mi canción-Che Guevara. VIII Digan lo que digan, libertad es la canción que cantan las espadas, porque libertad es derramar la sangre, no importa si es la tuya o de otra persona. IX Cada año desde la plaza Libertad van peregrinos a la casa de Dios felices de la vida. ¿Qué camino es este, Dios mío? ¿Qué camino es este? El creyente va con el que no cree. El camino que no pasa por Shushá ¿cómo llega a Kaaba? X ¿Qué tipo de ciudad es esta, Dios mío? No tiene poetas, los vientos están locos, no tiene amantes, las flores están locas. ¡Libertad! Es un monumento desnudo de una mujer en Bakú. Traducción y nota: TATUXANYM YUNUSOVA
Traducción y notas por KRIS DELCROIX & ENRIQUE MORALES
MALA SUERTE Establo de vaho caliente el señor profesor particular K. en el frescor de verano de Breslau prueba si por medio de un cristal convergente puede encenderse su puro Uebersee Bismarck A 2 metros de la cima de la montaña se le cae el sombrero de copa en el precipicio una prenda de vestir valiosa imprescindible para un profesor particular lo que el señor K. entiende intenta coger su cilindro que se cae con lo cual él mismo se cae en la profundidad tras su cilindro differens la resistencia del aire así consigue el señor K. al mismo tiempo que su sombrero de copa llegar al precipicio Sombrero de copa ileso R.I.P. el profesor particular K. Adornan el féretro del pobre alpinista con edelweiss El velo de luto demasiado pesado de su esposa es cogido por un tren rápido y en consecuencia también su quejumbrosa viuda Tragedia alpinista en los periódicos [Poemas póstumos, 1928]
2021, AÑO VAN OSTAIJEN POR PARTIDA DOBLE por KRIS DELCROIX & ENRIQUE MORALES El 22 de febrero de 2021 el mundo literario en Flandes conmemoró el 125° aniversario del nacimiento del poeta flamenco Paul van Ostaijen (1896-1928), así como el centenario de la publicación de su poemario Bezette Stad (Ciudad ocupada, 1921). El punto culminante de este año fue cuando apareció el manuscrito original, completo e intacto, de esta obra y fue adquirido por el Gobierno de Flandes. Esta pieza única de la literatura flamenca fue expuesta inmediatamente en la exposición Boem Paukeslag. Bezette Stad 100!, en la Letterenhuis (Casa de las Letras) de Amberes, en los primeros meses de 2021.
La vida de este escritor flamenco fue, como suele decirse, breve pero intensa. Nació en Amberes (1896), ciudad en cuyo ayuntamiento trabajó durante la primera guerra mundial. A principios de 1918 huyó a Berlín, y allí vivió años fundamentales para su obra poética, ya que entró en contacto con círculos dadaístas y expresionistas. Tres años más tarde volvió a Amberes, y en seguida fue reclutado para el ejército belga de ocupación en Alemania. Allí se quedó hasta principios de 1923. De regreso en Bélgica, fue primero dependiente en una librería de su ciudad natal y luego marchante de arte en Bruselas, hasta 1926. Pero contrajo la tuberculosis y esto lo obligó a ingresar en varios sanatorios, hasta su muerte en uno de ellos, Miavoye-Anthée (1928), aunque aún tuvo tiempo de fundar con unos amigos la revista Avontuur (Aventura, 1928). En su obra literaria podemos encontrar prosa (burlesca, grotesca, satírica, numerosos ensayos poéticos y crítica de arte) y poesía, en ambos casos aportaciones fundamentales a la literatura neerlandófona. Su primer poemario, Music-hall (1916), se puede enmarcar en el dandismo y el unanimismo, y describe una noche de espectáculo. Het Sienjaal (La señal, 1918), más expresionista, está inspirado en la solidaridad de la guerra. En Berlín entra en una crisis nihilista que le pone al lado de los dadaístas. Sus Bezette Stad (Ciudad ocupada, 1921) y Feesten van Angst en Pijn (Fiestas de Miedo y Dolor, escrito en Berlín entre 1918 y 1921, y publicado póstumamente en 1928), son expresión poética de miedo y confusión, en los que las palabras tienen valor no solo por su sentido, su sonido o su ritmo, sino también por su imagen, la manera de presentarla, la tipografía. Incluso su ortografía es más progresista y cercana a la pronunciación real. Así introdujo en la literatura flamenca la poesía tipográfica al estilo de su contemporáneo francés Guillaume Apollinaire. A nuestra manera, queremos aportar nuestro granito de arena en este año conmemorativo haciendo accesibles a los lectores hispanohablantes varios poemas de Van Ostaijen, cosa que, por razones difíciles de comprender, no ha ocurrido todavía, o solo muy escasamente. Nosotros mismos publicamos en su momento una primera selección bilingüe en la revista de poesía RevistAtlántica, 18 (Cádiz, 1998), p. 9-25. En ella incluimos los poemas ‘Koorts’ (‘Fiebre’), ‘Lied voor mezelf’ (‘Canto por mí mismo’), ‘Eenzame stad’ (‘Ciudad solitaria’), ‘Marc groet ’s morgens de dingen’ (‘Marc saluda por la mañana a las cosas’, poema que muchos flamencos aprendieron de memoria en la escuela), ‘Alpejagerslied’ (‘Canción de cazador alpino’), ‘Leven’ (‘Vida’) y un poema sin título, cuyo primer verso reza «Snijd van de struik de seringen» («Corta del arbusto las lilas»). Cf. https://www.dipucadiz.es/publicaciones/catalogo/Revistatlantica-18/ Y un último detalle: cuando vayan a Gante, busquen en una de las zonas más famosas de la ciudad los primeros versos de uno de los poemas que van a leer a continuación. |
TRADUCCIONES
El Coloquio de los Perros. AL HAZMI, ALI ANDRADE (DE), EUGENIO ANGELOU, MAYA BERT, BENG BERTRAND, ALOYSIUS BHATTACHARYA, DEEPANKAR BIANU, ZENO BLANCHARD, MAURICE BLANDIANA, ANA BOUCHET, ANDRÉ (DE) BOURSON, GILBERT BOUVIER, NICOLAS BRODA, MARTINE BROWN, STACIA L. BUZZATI, DINO CALVET, VINCENT CAPRONI, GIORGIO CARDOSO, RENATO F. CASTRO (DE), MANUEL CÉSAR, ANA CRISTINA CHAMBON, JEAN-PIERRE CHAVAL CHESTERTON, G. K. CONTINI, DONATELLA CORSO, GREGORY COUTO, MIA COUTO, MIA [POEMAS] DEGUY, MICHEL DELANEY SPEAR, SUSAN DELERM, PHILIPPE DIMKOVSKA, LIDIJA DOMIN, HILDE DOMINIQUE ANÉ DOMINIQUE ANÉ [OKLAHOMA 1932] DRUMMOND DE ANDRADE, CARLOS DUPIN, JACQUES ELIOT, GEORGE ESPAGNOL, NICOLE ESPANCA, FLORBELA FERREIRA, VERGÍLIO FOLLAIN, JEAN GARCIA, JUAN GINSBERG, ALLEN GONZÁLEZ LAGO, DAVID GOZIS, GEORGE HAM, NIELS HAUTECLOCQUE, XAVIER (de) HÉLDER, HERBERTO HEMINGWAY, ERNEST HIERRO LOPES, BEATRIZ HIGHTOWER, SCOTT HOGUE, CYNTHIA IGLESIAS, XOSÉ JIYAN, RÊNAS JUDICE, NUNO KALÉKO, MASCHA KANDEL, LENORE KEROUAC, JACK KHAÏR-EDINNE, MOHAMMED KHENSIN, SUMITAKU KINNELL, GALWAY LACERDA, ALBERTO (de) LAYOS, ILÍAS LÉVIS MANO, GUY LUCA, GHÉRASIM LUCIE-SMITH, EDWARD MAULPOIX, JEAN-MICHEL MAWGOUD, MONTASER ABDEL MERWIN, W. S. MICHAUX, HENRI MIERMONT-GIUSTINATI, ADELINE MILTON, JOHN MONTEIRO, KRISHNA MOORE, MARIANNE MORENO, ANNA NAPORANO, FERNANDO NERVAL, GERARD (de) NILO NUNES, LUIZA OLIVEIRA (DE), ALBERTO OSORIO GUERRERO, RODRIGO PESSANHA, CAMILO PESSOA, FERNANDO PINTO DE AMARAL, FERNANDO PLATH, SYLVIA POZZI, ANTONIA PRÉVERT, JACQUES PROUST, MARCEL QUINTANA, MÁRIO RAMBOUR, JEAN-LOUIS RAMOS ROSA, ANTÓNIO RAMOS ROSA, GISELA GRACIAS RATROUT, FAHKRY RILKE, RAINER MARIA RODRÍGUEZ-MIRALLES, JORGE HEMEROTECA
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Agosto 2023
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