EL COLOQUIO DE LOS PERROS
  • PRINCIPAL
  • CONTACTO
  • POESÍA
  • FICCIONES
  • ENTREVISTAS
  • TRADUCCIONES
  • ARTÍCULOS
  • LA BIBLIOTECA DE ALONSO QUIJANO
  • ESCRUTINIO DEL CURA Y EL BARBERO
  • MUSEO DE BARATARIA
  • HEMEROTECA
  • ÍNDICE DE AUTORES
  • JOAN MARGARIT: UNO DE LOS NUESTROS
  • DOSIER: 40 AÑOS DE LA OTRA SENTIMENTALIDAD
  • HOTEL VÍA LÁCTEA: JOSÉ ÓSCAR LÓPEZ
  • PRINCIPAL
  • CONTACTO
  • POESÍA
  • FICCIONES
  • ENTREVISTAS
  • TRADUCCIONES
  • ARTÍCULOS
  • LA BIBLIOTECA DE ALONSO QUIJANO
  • ESCRUTINIO DEL CURA Y EL BARBERO
  • MUSEO DE BARATARIA
  • HEMEROTECA
  • ÍNDICE DE AUTORES
  • JOAN MARGARIT: UNO DE LOS NUESTROS
  • DOSIER: 40 AÑOS DE LA OTRA SENTIMENTALIDAD
  • HOTEL VÍA LÁCTEA: JOSÉ ÓSCAR LÓPEZ
EL COLOQUIO DE LOS PERROS

TRADUCCIONES

MUESTRARIO DE OTRAS LITERATURAS POSIBLES

SUMITAKU KENSHIN

13/12/2014

1 Comentario

 
El invierno regresa.

Incluso en las gélidas palabras

De los que me visitan.

 

¡Feliz año nuevo!

Solo la televisión

Me lo desea.


 
Comienza la lluvia a caer,

Latido

Del corazón de la noche.

Mi corazón solitario,

Perseguido

Por los rayos X.

 

Sol matinal,

Sello rojo

En el formulario de la operación.

 

Esa cara hinchada

En el espejo,

La que acaricio.

Traducción del original: Corinne Atlan y Zéno Bianu
Traducción del francés: Ángel Manuel Gómez Espada

Picture
SUMITAKU KENSHIN (Okayama, Japón, 1961 – 1987) fue un monje budista y un malogrado poeta de haikus. De corta existencia por culpa de una prolongada enfermedad, que le obligó a pasar largas temporadas en hospitales, su nombre era Harumi Sumitaku, pero ha trascendido por el sobrenombre Kenshin. Los últimos dos años de su vida, conocedor de su cercano final, los dedicó a escribir haikus, dejándonos, a modo de herencia, auténticas joyas de la corona. En su país se le conoce como el poeta del haiku del alma. Como suele suceder en estos casos, su reconocimiento fue posterior a su deceso.
Muchas de sus composiciones hacen referencia a ese tiempo residiendo entre hospitales. Algunos de los que presentamos hoy, también.

1 Comentario

JEAN-MICHEL MAULPOIX

12/12/2014

0 Comentarios

 
ESCOLIOS
Cuando designamos en su conjunto un estilo, su afectación y el estado de subjetividad que en él impera, el término "lirismo" subordina de manera bastante ambigua el lenguaje a la inspiración. Desde mediados del siglo XIX, este término sirvió tanto para exaltar lo sublime como para denunciar lo pomposo... De tal manera que los esfuerzos suscritos por la crítica moderna para desarrollar un discurso objetivo sobre literatura la obligaron a condenar a galeras un vocablo voraz e incierto. Y confundidos en esa cortina de humo llamada preocupación sobre el estatus de la inspiración en la obra de arte, se respaldó ante todo el análisis atento del juego de las estructuras y de las formas... La palabra "lirismo", de incierto linaje, fuera de uso y avejentada sin haber vivido, oculta la parte más íntima de la literatura.

****

No compete a reacción oscurantista alguna examinar hoy día la noción de lirismo, sino al deseo de aproximar de nuevo una lámpara a la oscuridad que nos rodea. No por ello es cuestión de forzar su secreto sino de realzarlo, de atraer nuestra atención sobre él. Que el lirismo sea para la poesía lo que la metafísica sigue siendo para la filosofía: la inquietud efervescente de sus principios.

****

Lo que me importa del lirismo es menos lo que afirmo o explico de él que todo lo no formulado y me saca de quicio a su propósito: las estridencias, las insuficiencias de una noción de la cual soy consciente no puede constituir un refugio.

Fragmentación en aras del conocimiento o de la apropiación: ahí se encuentra el daño. A través de semejante y miserable orificio de roedores, nunca hemos comprendido otra cosa que un mundo en jirones. Jamás sus cuerdas, ni sus guirnaldas ni sus ansiadas cadenas de oro[1].

****

Redimir el lirismo con una lengua elaborada ocupándonos en su origen y en su destino. De otro modo, será aventura conclusa.

****

Permutar una poesía del corazón (que reduzca a éste al estado de órgano lastimero y surtidor de lágrimas) por una poesía cardiaca, del pulso y de la crisis, del latido y de la síncopa: una poesía ritmada por las sístoles y diástoles de la presencia y de la ausencia, del flujo y del reflujo. Justo donde la poesía del corazón ensancha su pathos, la poesía cardiaca hace oír las intermitencias de la conciencia y el deseo, y desecha cualquier pretensión hacia una continuidad como la del “problema del ser” en aras a la de la, desgarrante y desgarrada, existencia misma.

****

Es el canto de la escritura misma camino de la aventura, la que saluda la llegada de las palabras, la que renueva el encaje de las cosas, la que persigue sin desmayo lo inexpresable a través de lo finito y no su desvelo.

Escribir es dar caza al poema, acosar lo oculto, aquello que se pierde o aquello que echamos en falta. La poesía no sabría impedirse a sí misma reconocerse como un saber aunque la sigamos hallando una y otra vez en su ignorancia al pie de la página en blanco.

****

Lirico, la eclosión de una palabra que dejó de ser reconocida como medio de expresión pero de la que se desprende en su plenitud un poder más simple: palabra hablada por doquier, tensa como un hilo de oro entre el dolor y el sosiego.

****

[1] Alusión a Rimbaud (Nota del Traductor).
El lirismo es potencia de figuración: el conjunto de la obra de un sujeto en su lengua en la que la aparición de figuras llega a engendrar singularmente al propio poeta como resultado sorprendido del trabajo que él ha concluido.

****

Imaginar es la función subjetiva por excelencia. El yo y el mí buscan en su forcejeo y discusión su engarce. Lírico es la pulsación de las imágenes en el poema: ahí se halla el verdadero corazón del poeta, fuera de sí mismo, ante él, posado directamente sobre esa página a la que el lenguaje llega para latir.

****

Lirismo sigue siendo igualmente el nombre de nuestro acceso a la palabra, puesto que aquél no consiste en un simple uso instrumental del lenguaje sino que constituye en sí mismo aventura o evento.

El verso, incluso cayendo en la prosa, es la forma por excelencia de esta impulsión, de este renacimiento.

****

Lirismo es cuestión de voz. Pero ¿qué voz sería esa si apelando al vacío no buscara un oído y no se convirtiera en bocaoreja[1]? En el arranque, el movimiento y la intensidad del texto lirico, en lo que se denomina calor del discurso y en ocasiones entusiasmo, es menor la silueta del dios que merodea en torno a nosotros que el deseo de ser escuchados y de tocar: que entre uno mismo y el otro, la distancia parezca abolida un instante, reunidos ambos en el lugar donde crujen sus junturas.

****

Los pasos de Orfeo amansan al mundo y en sueños reorientan a cada cual hacia su morada incierta y lejana a la imagen de esas cabañas de leyenda plantadas en un claro apartado de lo más profundo de un bosque embrollado de zarzas.

[1] En francés, boucheoreille, término acuñado por Valéry. (N. T.)
La naturaleza me habla de través: de repente la arena se transforma en nieve, la noche deviene muy blanca, el mar me rapta ante el prado. Si asocio la primavera con algún proyecto de hierba, es que hago de los pasos sobre el césped, ante el caserón blanco y vacío donde resido en sufrimiento, lo más puro de mi tiempo.

****

Caminamos en la noche, guiados por la estrella caída de nuestra esperanza. Apuramos el aire nocturno, respiramos ese azul, agotamos en él nuestra alma que sin esas tinieblas no existiría. El peregrinaje dura lo que el tiempo de nuestra vida. No nos detendremos ante la puerta para morir.

***

La mirada fascinada del lirismo sobre el mar adentro, el otro lado, el absoluto o lo imposible, esa manera que tiene de parecer querer perderse en lo irreal o en lo sublime, sería algo distinto después de todo a la manera en que el más allá lo trabaja; en otras palabras, la desaparición. ¿No es el simple hecho de mirar la vida desde el ángulo de la desaparición lo que conduce a desear en todo ello algo diferente a los placeres minúsculos?

****

Breves segundos después de morir, el beso de la reina se posa sobre la frente del soñador. Despierta y ruboriza, sosiega y adormece, marca la piel como la pluma al papel. Un nada basta para disipar ese amor por poco que exprese.

Segundos después de morir, el silencio crepita. Con la tinta seca, surgieron palabras, habrá que volver a empezarlo todo de nuevo. Mis tardes de páginas blancas, cuando divagan y se adormecen, fantasean con el beso de la reina como no hace mucho en los sueños de mi infancia.

****

Amor, bajo la pluma, una palabra que llama. Azul, el color de esa llamada. Lirismo, la palabra que designa esa llamada.

El lirismo es deseo. Deseo de desear. Arde como el amor, su objeto.

****

Líricos, los calzones de franela roja de Victor Hugo y las camisas de franela agujereada de Stéphane Mallarmé.

****
El lenguaje es mi sepultura. Una de las habitaciones de la casa que para otros fuese lugar de letargo y asfixia y más tarde revestida con libros, es mi refugio. En este lugar, celebro en solitario las nupcias imposibles de la tinta y el amor. Esa tarea contra natura me postra y me enaltece: una mirada furtiva por la ventana basta para recordarme que ya no estoy en el mundo aun cuando no aspire nada más que a fundirme con él.

****

Mucho más grave fue tocar el lenguaje que el fruto del Árbol prohibido. Al exiliarme del Jardín, aquel gesto me costó el corazón.

****

Una extraña forma de supervivencia, tal es la suerte de quien consagra su existencia a la víspera amarga de escribir, es decir a la vigilancia del árbol muerto del que fue hurtado el fruto maravilloso y del jardín lleno de hierbajos donde nadie plantará sus pies. Aquel que toca el lenguaje se convierte en centinela melancólico del amor.

Escribo para multiplicar las ocasiones de perderme. Ningún territorio es más azaroso que el de la página en blanco. Releyendo cada línea en voz alta, repito un deseo semejante al escolar sensato que deletreaba tiempo atrás palabras precisas bajo la lámpara de una cocina de provincias.

****

Sólo puedo amar o escribir, el resto es para mí indiferencia o tristeza. Abocada a su entera consumación, esta vida nunca será tan preciada o deseable como cuando se deslumbra ante su propio final, de repente aterrada como una mariposa que se quema las alas contra la lámpara.

Mi bien es estrechar contra mí mismo la idea de mi propia muerte.

****

¿A qué especie de ignorancia puedo aún apelar para seguir escribiendo? ¡O para empezar a escribir de nuevo! Desearía no haber tomado jamás la pluma. Las que poseo son dóciles… Así es la aventura del lenguaje al que uno se entrega en primera instancia con la dicha del ciego, para devenir intolerable en el preciso instante en que podríamos cesar de traicionarla.

****

Aquellos que por recelo se niegan a entrar en el juego de la lengua, se privan del único acceso a la sustancia del mundo del que disponemos. Es preciso repetirles que el lenguaje nos lo da todo privándonos de todo: tal es esa paradoja que en el lugar al que las palabras acuden en mayor número y en el que la desposesión es pues mayor, existe asimismo un máximo de presencia y un máximo de ser. No somos ni aves ni piedras.
Amargo es lo maravilloso, como las risas infantiles en un parque, como ciertos atardeceres de verano cuando las chicas charlan cerca del mar sentadas en un murete, rosas sobre el cielo rosa del ocaso. El alma se siente de repente muy vieja y cansada de sus andanzas y ya no desea a su vez otra cosa que tomar asiento en un murete de piedras cerca del mar.

****

Mientras cumplo idénticos gestos y tacho las mismas palabras sin captar su sentido, he aprendido a no esperar ya del lenguaje más que confesiones menores. Dejé de buscar, como antaño, mi corazón o el sentido último de mi vida pero aguardo sin impaciencia me conceda en el futuro un poco de lucidez. La dulzura de una velada de verano baña a veces la habitación cuando escribo. Me envuelve con otro cuerpo, más original, más luminoso, como si penetrara furtivamente en el misterio de mi propia sustancia tal como la imagino, liberada del peso molesto de la carne segundos antes de morir. Nada me es tan preciado como ese tiempo de ocio y de turbación que me concede lo que no he pedido como si la vocación final del lenguaje no fuera a fin de cuentas nada más que la de volver a poner en hora el reloj intimo del que todo lo ignora ya de su propia vida.

****

Conseguir no escribir nada en lo que no vibre el desafío y la llamada de lo inexpresado. Tender hacia una prosa clara que afirme nuestra presencia en este mundo, nuestra inquietud por vivir mejor en él y su definición exacta. No mecerse ya en melancolías estériles. Que la nostalgia dé sus frutos. Que nuestros límites sean puestos a prueba. Nuestra tarea consiste no en delimitar ideales calveros sino en cruzarlos, tomando el riesgo de no perdernos por el camino.

El lirismo, después de todo, a nada aspira salvo a volverse contra sí mismo.

***

A veces, al levantar los ojos de la página en blanco, miro fijamente la ventana. Su marco rectangular encierra una imagen pintada que ha dejado de representar lo real, sólo formas, volúmenes, líneas, contrastes, armonías de colores que soy incapaz de interpretar: una réplica obtusa en estas páginas, en su esfuerzo, su grandilocuencia y su vanidad.

Nada sé. Nada entiendo. Todo aquello que es valioso para mí permanece en el enigma.
Traducción: Manuel Ángel Gómez Angulo
Picture
Jean-Michel MAULPOIX (Montbéliard, Francia, 1952) es autor de una notable obra crítica, ensayística y poética entre la que destacan Emondes, Une histoire de bleu, Pasos sobre la nieve, Le poète perplexe o Adieux au poème, publicó en 1989 el ensayo La voz de Orfeo (Ed. José Corti, Paris). Pasados diez años y con la idea de profundizar en la noción de lirismo, eje central del libro, fue escribiendo nuevos capítulos sobre la oda, la elegía, la inspiración, la voz y el silencio, añadidos que acabaron por doblar el primer volumen hasta alumbrar un nuevo título, Du lyrisme (2000), aún inédito en español. En su capítulo final, Scholies, Maulpoix concluye de manera aforística su aproximación a un neologismo que suscita tanta adhesión como rechazo y del que afirma cada cual debe formarse su propia idea. Estos escolios o explicaciones últimas a una obra de ensayo se presentan como su apartado menos ensayístico: en ellos, el tono poético prevalece sobre la erudición para convertirse a medida que surgen de la pluma del poeta en un acercamiento al núcleo mismo de su propia creación.

0 Comentarios

    TRADUCCIONES

    El Coloquio de los Perros.
    Revista de Literatura.
    ISSN 1578-0856

    ANTOLOGÍA PALATINA
    1. ANACREÓNTICA

    THE BOOK OF KELLS

    AL HAZMI, ALI

    ANDRADE (DE), EUGENIO 

    ANGELOU, MAYA


    ARMITAGE, SIMON

    BERT, BENG


    BERTRAND, ALOYSIUS

    BHATTACHARYA, DEEPANKAR

    BIANU, ZENO


    BLANCHARD, MAURICE

    BLANDIANA, ANA

    BOUCHET, ANDRÉ (DE)

    BOURSON, GILBERT

    BOUVIER, NICOLAS

    BRODA, MARTINE

    BROWN, STACIA L.

    BUZZATI, DINO

    CALVET, VINCENT

    CAPRONI, GIORGIO

    CARDOSO, RENATO F.

    CASTRO (DE), MANUEL

    CÉSAR, ANA CRISTINA

    CHAMBON, JEAN-PIERRE

    CHAVAL

    CHESTERTON, G. K.

    CHULLIKKAD, BALACHANDRAN

    CONTINI, DONATELLA

    CORSO, GREGORY

    COUTO, MIA

    COUTO, MIA [POEMAS]

    DEGUY, MICHEL

    DELANEY SPEAR, SUSAN

    DELERM, PHILIPPE

    DIMKOVSKA, LIDIJA

    DOMIN, HILDE

    DOMINIQUE ANÉ

    DOMINIQUE ANÉ [OKLAHOMA 1932]

    DRUMMOND DE ANDRADE, CARLOS

    DUPIN, JACQUES

    EDSON, RUSSELL

    ELIOT, GEORGE

    ESPAGNOL, NICOLE

    ESPANCA, FLORBELA

    FERREIRA, VERGÍLIO

    FOLLAIN, JEAN

    GARCIA, JUAN

    GINSBERG, ALLEN

    GIONO, JEAN

    GONZÁLEZ LAGO, DAVID

    GOZIS, GEORGE

    GRANDMONT, DOMINIQUE

    HAM, NIELS

    HAUTECLOCQUE, XAVIER (de)

    HÉLDER, HERBERTO

    HEMINGWAY, ERNEST

    HIERRO LOPES, BEATRIZ

    HIGHTOWER, SCOTT

    HOGUE, CYNTHIA

    IGLESIAS, XOSÉ

    JIYAN, RÊNAS

    JUDICE, NUNO

    KALÉKO, MASCHA

    KANDEL, LENORE

    KEROUAC, JACK

    KHAÏR-EDINNE, MOHAMMED

    KHENSIN, SUMITAKU

    KINNELL, GALWAY

    LACERDA, ALBERTO (de)

    LAYOS, ILÍAS

    LÉVIS MANO, GUY

    LUCA, GHÉRASIM

    LUCIE-SMITH, EDWARD

    McHUGH, HEATHER

    MAULPOIX, JEAN-MICHEL

    MAWGOUD, MONTASER ABDEL


    MERWIN, W. S.

    MICHAUX, HENRI

    MIERMONT-GIUSTINATI, ADELINE

    MILTON, JOHN

    MONTEIRO, KRISHNA

    MOORE, MARIANNE

    MORENO, ANNA

    NAPORANO, FERNANDO

    NERVAL, GERARD (de)

    NILO NUNES, LUIZA

    OLIVEIRA (DE), ALBERTO

    OSORIO GUERRERO, RODRIGO

    PESSANHA, CAMILO

    PESSOA, FERNANDO

    PINTO DE AMARAL, FERNANDO

    PLATH, SYLVIA

    POZZI, ANTONIA

    PRÉVERT, JACQUES

    PROUST, MARCEL

    QUINTANA, MÁRIO

    RAMBOUR, JEAN-LOUIS

    RAMOS ROSA, ANTÓNIO

    RAMOS ROSA, GISELA GRACIAS

    RATROUT, FAHKRY

    RILKE, RAINER MARIA

    RODRÍGUEZ-MIRALLES, JORGE


    SANDA, PAUL
    SCHEHADÉ, GEORGE
    SEXTON, ANNE
    SOLWAY, DAVID

    TABORDA DUARTE, RITA
    TARKOVSKI, ARSENI
    TEASDALE, SARA
    TISSOT, MARLÈNE
    TOURNIER, MICHEL
    TZARA, TRISTAN

    VALÉRY, PAUL
    VAN OSTAIJEN, PAUL
    VANDERCAMMEN, EDMOND
    VIAN, BORIS
    VILLIERS DE LISLE-ADAM, AUGUSTE
    WALDROP, KEITH
    WILDE, OSCAR

    HEMEROTECA
    AMARAL, ANA LUISA
    LOPEZ-MUGURTZA, JUANKAR

    CategorÍAs

    Todo
    Abdellatif Laabi
    Adeline Miermont-giustiniati
    Albert C Todd
    Alberto De Lacerda
    ALI AL HAZMI
    Allen Ginsberg
    Aloysius Bertrand
    Ana Blandiana
    Ana Cristina Cesar
    Andre Du Bouchet
    Angel Gomez Espada
    Angel Manuel Gomez Espada
    Anita Savo
    Anna Moreno
    Anne Sexton
    Antologia Palatina
    Antonia Pozzi
    Antonio Ramos Rosa
    Arseni Tarkovski
    Arturo Jimenez Martinez
    Auguste Villiers
    Aurelia Lassaque
    Aysel Aliveya
    Babu Thaliath
    Balachandran Chullikkad
    Beatriz Hierro Lopes
    Brigit Pegeen Kelly
    Camilo Pessanha
    Carlos Drummond De Andrade
    Chaval
    Cynthia Hogue
    David Gonzalez Lago
    David Solway
    Deepankar Bhattacharya
    Dino Buzzati
    Dominique A
    Dominique Ane
    Dominique Grandmont
    Donatella Contini
    Edmond Vandercammen
    El Cementerio Marino
    El Coloquio De Los Perros
    El Hombre Que Plantaba Arboles
    En Las Entrañas De La Alemania Nazi
    Enrique Morales
    Ernest Hemingway
    Eugenio De Andrade
    Fernando Juliá
    Fernando Moldenhauer Ruiz
    Fernando Naporano
    Fernando Pessoa
    Fernando Pinto De Amaral
    Florbela Espanca
    Galway Kinnell
    George Eliot
    George Gozis
    George Schehade
    Gerard De Nerval
    Gherasim Luca
    Gisela Gracias Ramos Rosa
    Gregory Corso
    Guada Ruiz Fajardo
    Guy Levis Mano
    Hamid Herischi
    Heather Mchugh
    Henri Michaux
    Henry Wadsworth Longfellow
    Herberto Helder
    Hogue
    Isaac Lopez
    Itzel Corona Villar
    Jack Kerouac
    Jacques Prevert
    Javier Merida
    Jean Cayrol
    Jean Follain
    Jean Garamond
    Jean Giono
    Jean-louis Rambour
    Jean-pierre Chambon
    John Liddy
    Jorge Rodriguez-miralles
    Jose Luis Fernandez De Albornoz
    Juan De Dios Garcia
    Juan Manuel Conesa Navarro
    Juan Manuel Portillo
    Juankar Lopez-mugartza
    Jules Supervielle
    Keith Waldrop
    Kris Delcroix
    Krishna Monteiro
    Laura Mongiardo
    Laurence Bouvet
    Leonore Kandel
    Lidija Dimkovska
    Lourdes Arenas Mazo
    Lucia Uria
    Lucy Leite
    Luis Machuca
    Luiza Nilo Nunes
    Luz Ayuso
    Manuel Angel Gomez Angulo
    Manuel De Castro
    Manuel Puertas Fuertes
    Marcel Proust
    Maria Tortajada Gallego
    Marianne Moore
    Marie-claire Bancquart
    Mario Quintana
    Marlene Tissot
    Mascha Kaleko
    Maurice Blanchard
    Mawgoud
    Maya Angelou
    Mia Couto
    Michel Tournier
    Miguel Angel Real
    Miguel Catalan
    Miguel-angel Real
    Mohamed Ahmed Bennis
    Montaser Abdel Mawgoud
    Natalia Carbajosa
    Natalia Velasco Urquiza
    Nicolas Bouvier
    Nicole Espagnol
    Nina Berberova
    Nina Kossman
    Nuno Júdice
    Oscar Paul Castro
    Oscar Wilde
    Pablo Franco Ortega Torres
    Paul Sanda
    Paul Valery
    Paul Van Ostaijen
    Pedro Sanchez Sanz
    Philippe Delerm
    Pierre Mac Orlan
    Rainer Maria Rilke
    Raisa Blokh
    Rambour
    Raquel Madrigal Martinez
    Renas Jiyan
    Rilke
    Roberto Bernal
    Robinson Jeffers
    Rodrigo Osorio Guerrero
    Russell Edson
    Rustam Behrudi
    Saint Pol Roux
    Sandra Santos
    Sankara Pillai
    Sara Teasdale
    Scott Hightower
    Sergio B. Landrove
    Simon Armitage
    Stacia L Brown
    Susan Delaney Spear
    Sylvia Plath
    Tatuxanym Myunusova
    The Book Of Kells
    Tran Nhuan Minh
    Tristan Tzara
    Vergilio Ferreira
    Vincent Calvet
    Viroica Patea
    W. S. Merwin
    Xavier De Hauteclocque
    Xose Iglesias

    Canal RSS

    ArchivOs

    Abril 2025
    Marzo 2025
    Diciembre 2024
    Septiembre 2024
    Junio 2024
    Mayo 2024
    Marzo 2024
    Octubre 2023
    Agosto 2023
    Junio 2023
    Enero 2023
    Diciembre 2022
    Noviembre 2022
    Agosto 2022
    Marzo 2022
    Febrero 2022
    Enero 2022
    Diciembre 2021
    Noviembre 2021
    Septiembre 2021
    Julio 2021
    Abril 2021
    Marzo 2021
    Febrero 2021
    Diciembre 2020
    Noviembre 2020
    Septiembre 2020
    Agosto 2020
    Julio 2020
    Junio 2020
    Mayo 2020
    Febrero 2020
    Diciembre 2019
    Septiembre 2019
    Agosto 2019
    Julio 2019
    Junio 2019
    Abril 2019
    Marzo 2019
    Enero 2019
    Diciembre 2018
    Noviembre 2018
    Octubre 2018
    Septiembre 2018
    Agosto 2018
    Julio 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Abril 2018
    Marzo 2018
    Enero 2018
    Diciembre 2017
    Noviembre 2017
    Julio 2017
    Mayo 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    Noviembre 2016
    Septiembre 2016
    Julio 2016
    Junio 2016
    Marzo 2016
    Febrero 2016
    Enero 2016
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Abril 2015
    Marzo 2015
    Febrero 2015
    Diciembre 2014
    Noviembre 2014
    Octubre 2014
    Julio 2014
    Junio 2014
    Abril 2014
    Marzo 2014
    Febrero 2014
    Enero 2014

Con tecnología de Crea tu propio sitio web con las plantillas personalizables.