EL COLOQUIO DE LOS PERROS
  • PRINCIPAL
  • CONTACTO
  • POESÍA
  • FICCIONES
  • ENTREVISTAS
  • TRADUCCIONES
  • ARTÍCULOS
  • LA BIBLIOTECA DE ALONSO QUIJANO
  • INVITADO DE LA SEMANA
    • ANTIGUOS HUÉSPEDES
  • HEMEROTECA
    • FUERA DE PLANO
    • MUSEO DE BARATARIA
  • ÍNDICE DE AUTORES
  • JOAN MARGARIT: UNO DE LOS NUESTROS
  • PRINCIPAL
  • CONTACTO
  • POESÍA
  • FICCIONES
  • ENTREVISTAS
  • TRADUCCIONES
  • ARTÍCULOS
  • LA BIBLIOTECA DE ALONSO QUIJANO
  • INVITADO DE LA SEMANA
    • ANTIGUOS HUÉSPEDES
  • HEMEROTECA
    • FUERA DE PLANO
    • MUSEO DE BARATARIA
  • ÍNDICE DE AUTORES
  • JOAN MARGARIT: UNO DE LOS NUESTROS
EL COLOQUIO DE LOS PERROS

TRADUCCIONES

MUESTRARIO DE OTRAS LITERATURAS POSIBLES

STACIA L. BROWN

6/12/2018

0 Comentarios

 
EL ARTE DE SABER CUÁNDO RETIRARSE
         1
 
       Algunas veces olvidas quién eres. Es parte del asunto. Te preocupa el sustento, contar con suficientes ingresos, suficiente colchón para las vacas flacas que se alternan con períodos de trabajo más estable. Algunas veces escasean las comodidades. Otras, hay demasiadas. En el primer caso puede que te agobies. En el segundo, puede que te relajes demasiado. Rara vez los artistas consiguen el equilibrio. Somos muchos más los que prosperamos desde los extremos, los que nos movemos al límite.
         Está muy bien reconocerte como artista, dar por supuesto que, así como tus padres realizan sus propias películas o son artífices de sus asociaciones de ideas, también tú debes de tener esa capacidad. Pero antes de crecer y basar en ello tu sustento, quisiera urgirte a que lo reconsideraras.
         Esta semana estamos en Ryder Farm, una finca orgánica y sostenible y retiro de artistas en Putnam County, Nueva York. Somos una de las seis familias que hay por aquí, disfrutando del descanso de lo que se conoce como una beca de residencia. Nos alojamos en un conjunto de viviendas que han pertenecido a la misma familia desde finales del siglo XVIII. Te escribo esto un viernes de finales de julio. Es nuestro quinto día aquí. Me he pasado la semana tratando de recuperar la voz que creí perdida, no la voz de escritora en la que me apoyo con tanta fuerza para asegurarme las labores de freelance con las que te mantengo, sino la voz verdadera que anda por ahí, la que ha de rescatarme y hacer de mí una madre mucho mejor para ti. Tú te has pasado la semana venciendo el miedo a todos los insectos que corren y vuelan. Has hecho amistades nuevas, has admirado la flora y la fauna, y te has lanzado desde un bote hinchable a las aguas poco profundas del lago Peach. Las dos hemos sido valientes, que es lo que toda vida artística requiere.
        Los primeros días escribía a ráfagas, como viene siendo mi costumbre últimamente. Lo dejaba tan de repente como empezaba, y luego tachaba todo lo que había escrito. Acostumbrarse al descanso lleva tiempo; sobre todo si la realidad de la que te apartas para hacerle hueco te ha llevado a preguntarte con excesiva frecuencia, en los últimos tiempos, sobre la verdad fundamental: quién eres.
         Llevo toda la semana esperando respuesta acerca de un trabajo a tiempo completo, uno para el que me han hecho tres entrevistas pero que aun así quizá no consiga. Un puesto a tiempo completo es un concepto extraño para mí; es algo más que uno de los muchos entrevistadores mencionados al volver a repasar mi currículum. No he trabajado en una jornada de 40 horas, ni he tenido cobertura médica, ni de oculista, ni de dentista, ni he pagado un seguro de salud durante más de diez años. No sabría por dónde empezar si me los ofrecieran ahora. Pero los necesito en formas que espero que nunca tengas ocasión de imaginar, pues se me ha metido en la cabeza que mi valor como persona y como compañera y como madre han disminuido considerablemente sin ellos.
         Hasta hace poco creía en la retórica infantil de todos esos adultos bienintencionados en mi vida cuyos propios sueños salvajes habían sido domesticados tiempo atrás: “Pequeña, serás lo que quieras ser. Si crees en ello, lo conseguirás”.
Imagen
Stacia and her beautiful daughter © Stacia L. Brown
         Arrastré conmigo la confianza que me inculcaron a la universidad, y así me endeudé cuantiosamente a los 18. Me aferré a esta cuando conseguí mi primer empleo a tiempo completo a los 21, aunque su influencia perdió enteros cuando me despidieron nueve meses después, el día de mi 22 cumpleaños. Milagrosamente, aún debía de creer en ella cuando tenía 25 y solicité plaza en una de las universidades más caras de la zona, para hacer un máster en escritura creativa sin un solo céntimo en becas, ni más ni menos.
         Me costó salir adelante durante períodos continuados pero seguí escribiendo frenéticamente incluso en medio de los reveses. Habiendo sido la depositaria de las profecías de iglesia de niña, y de tantas manos posándose en mi frente para “insuflarme” la idea del futuro, creía sencillamente que me convertiría en una escritora de éxito. No importaba lo que tardase en florecer, estaba arraigada en el jardín correcto. A la porra las deudas; estaba decidida a doblar la apuesta.
          Pero ahora tengo casi 39 y soy tu madre. Dormimos en una cama individual en una habitación que compartimos con mi madre, en un apartamento que pertenece a mi abuela. Pocos se darían cuenta, cuando te ven tan risueña y sociable, de que a duras penas salimos adelante. Aunque ha habido razones para ello, más allá de mi obstinado empeño por seguir con un capricho de juventud, razones que incluyen el gasto extravagante de las guarderías y mi deseo de ser yo quien cuidara de ti, razones como querer verte —sobre todo cuando eras más pequeña— durante más de dos horas despierta por la noche, debería haber cedido antes a un mayor pragmatismo en la práctica de la vida adulta. He llegado a un punto, demasiado tarde quizá, en el que las opciones que tome debe guiarlas tanto el potencial de unos ingresos razonables y continuados, como un sentido, en parte erróneo, de estar prestándole algún tipo de servicio a la sociedad, sencillamente porque escribo.
         Sin dinero, al artista sólo le queda la pobreza idealizada. Y con dinero ajeno, dinero que se le concede o que gana en un concurso o regalado por algún magnánimo mecenas, en el mejor de los casos lo que hay es un alivio temporal. Mucho mejor ser el capitán de tu propio mercante. Ningún benefactor, aunque sea familia o cónyuge, constituye garantía de que vaya a financiar tu arte para siempre o siquiera hasta que éste sea rentable de verdad.
         Por necesidad y con pocas excepciones, los artistas de color siempre han tenido trabajos alimenticios. Trabajan en cubículos, bajo tubos fluorescentes, encerrados entre paredes coloreadas con los tonos más anodinos de cáscara de huevo. Están en las aulas de los colegios públicos o en mesas de negociaciones sin ánimo de lucro. Están limpiando mesas en restaurantes, cuidando de los bebés de otros mientras los suyos van al colegio. Se les supervisa de cerca o son ellos los que tienen que supervisar a fondo.
         Yo soy un caso entre los pocos que han esperado tanto en priorizar el cheque de una paga bisemanal. Uno entre los pocos que han asumido ese riesgo durante tanto tiempo y no han visto su utilidad antes de cumplir los 40. Sabía que había llegado el momento de buscar trabajo en el despacho de alguna institución, algún lugar con una máquina de café y una fotocopiadora que se atasca con exasperante frecuencia, cuando dejé de ser capaz de escribir con tal frenesí. Durante los últimos 18 meses me he levantado cada mañana con una cantidad cada vez menor de cosas que quiero decir e incluso con una confianza mínima en que a alguien le interese leerlo.
         Otra costumbre ligada a la profesión de artista: muy a menudo estamos solos. Esto está muy bien cuando las musas nos susurran con dulzura, cuando abunda el jugo creativo. Está muy bien cuando nuestra vida personal se encuentra en una calma relativa, y cuando no nos vemos obligados a defender lo que hacemos ante quienes no acaban de estar convencidos de que merezca la pena. Es más duro cuando las únicas voces que oímos, sentados ante una página en blanco, nos regañan.
          Espero haber sido hábil ocultándotelo, hija, pero no he estado bien. Ya no tengo las cosas claras. Ya no sé si puedo ser quien yo decidí creer que era.
Imagen
Mother and writer © Medium - Stacia L. Brown
Imagen
Womanhood © Stacia L. Brown
          2
 
      Cuando naciste, creí entender lo que suponía ser tu madre. Claramente, evolucionaba como mujer y como escritora. Fue la remontada de la euforia postparto. Tenía que documentar lo que estaba presenciando —básicamente, el ser humano que había ayudado a crear y que experimentaba su consciencia por primera vez fuera de mi cuerpo— y tenía que procesar lo que sentía —básicamente, una deconstrucción de todo lo que había sido, una renovación que abría espacio para un bebé—.
          Sólo cuando tú empezaste por fin a ser un poco independiente, a poder alejarte de mi lado algunos ratos, en algún momento de ese proceso dejé de escribir como actividad fundamental de mi identidad para escribir con el mero objetivo de ganar dinero para mantenerte. Es fácil que ambas cosas se confundan; también se solapan. Pero más o menos durante el último año se me ha ocurrido que sólo puedo escribir bien para ejercer de madre y que sólo puedo escribir bien sobre el hecho de ser madre cuando no descuido el resto de áreas de la vida que requieren evolución y adaptación y crecimiento. Con todo, hay simetría en el hecho de dedicar todo tu tiempo libre a una niña; cuanto más le dedicas, más te devuelve ella.
 
 
          3
 
         Quisiera que pensaras despacio y con profundidad sobre el hecho de ser artista porque mi mayor esperanza para ti es que vivas cada día comprendiéndote a ti misma. También quiero que conozcas el alivio de que los demás te comprendan. La existencia del artista dificulta en gran medida ambas aspiraciones.
         El escritor que insista en desempeñar un trabajo que se amolde a su proceso creativo vive en constante riesgo de una falsa representación. Si es de color y mujer y para colmo madre soltera, a duras penas conseguirá convencer a nadie —en ocasiones, ni siquiera a sí misma— de que lo que está haciendo es aceptable. No quisiera que cargaras con esa falta de autoconfianza.
        Pero bien sé que si tienes madera de artista, correrás hacia ello sin importante las advertencias. Crearás aun cuando los confines del capitalismo intenten avergonzarte por ello. Encontrarás tiempo, antes y después de cualquier trabajo alimenticio; y aunque no te aproveche ninguna otra cosa de todo esto, no calcules por favor el valor de un trabajo alimenticio.
       Contigo, claro está, quizá no tenga que preocuparme en absoluto de todo esto. Porque estoy segura de que recordarás esta semana en los años venideros. Por eso era tan importante traerte conmigo. Cuando seas mayor, sospecho que comprenderás con más claridad que lo que tu madre no se podía permitir monetariamente, sí le era accesible a través del talento. En ningún momento de este verano en paro habría podido pagar una estancia de seis días en una finca ancestral en Nueva York. Pero aquí estamos de todos modos porque resulta que sé qué palabras suenan mejor cuando las juntamos. Sé cómo colocarlas de un modo evocador. En mi mejor momento, puedo percibir con precisión hacia dónde han de ser conducidas para lograr el punto álgido de su poder.
           Incluso mientras mi crisis existencial reciente niega temporalmente ese talento, tú corres por un sendero boscoso sin preocupación, calculando por primera vez a qué velocidad te pueden llevar las piernas teniendo en cuenta el barro, la gravilla y las orugas. Estás aprendiendo que con tu humor puedes hacer que tus compañeros se sientan bien y estás percibiendo la quintaesencia de la hora tranquila del mediodía después de haber jugado sin parar toda la mañana. Por todo esto, tal vez no tengas que cuestionar la confianza que se puede ganar y recuperar al cuidado y en la compañía de artistas.
Traducción: Natalia Carbajosa


Imagen
This is hell © Stacia L. Brown
STACIA L. BROWN nace en Lansing, Michigan. Crece en Baltimore. Ha trabajado para publicaciones y periódicos como The Washington Post, New Republic, Rolling Stone, The Atlantic... Ha creado una colección de audios para su hija en formato podcast que ha sido considerado como uno de los Best New Podcasts 2017 y presentado en BBC Radio 4 y en el Festival Internacional de podcasts Third Coast.
Uno de esos podcast ha sido el seleccionado para su traducción aquí.
0 Comentarios



Deja una respuesta.

    TRADUCCIONES

    El Coloquio de los Perros.
    Revista de Literatura.
    ISSN 1578-0856

    ANTOLOGÍA PALATINA
    1. ANACREÓNTICA

    THE BOOK OF KELLS

    AL HAZMI, ALI

    ANDRADE (DE), EUGENIO 

    ANGELOU, MAYA

    BERT, BENG


    BERTRAND, ALOYSIUS

    BHATTACHARYA, DEEPANKAR

    BIANU, ZENO


    BLANCHARD, MAURICE

    BLANDIANA, ANA

    BOUCHET, ANDRÉ (DE)

    BOURSON, GILBERT

    BOUVIER, NICOLAS

    BRODA, MARTINE

    BROWN, STACIA L.

    BUZZATI, DINO

    CALVET, VINCENT

    CAPRONI, GIORGIO

    CARDOSO, RENATO F.

    CASTRO (DE), MANUEL

    CÉSAR, ANA CRISTINA

    CHAMBON, JEAN-PIERRE

    CHAVAL

    CHESTERTON, G. K.

    CONTINI, DONATELLA

    CORSO, GREGORY

    COUTO, MIA

    COUTO, MIA [POEMAS]

    DEGUY, MICHEL

    DELANEY SPEAR, SUSAN

    DELERM, PHILIPPE

    DIMKOVSKA, LIDIJA

    DOMIN, HILDE

    DOMINIQUE ANÉ

    DOMINIQUE ANÉ [OKLAHOMA 1932]

    DRUMMOND DE ANDRADE, CARLOS

    DUPIN, JACQUES

    ELIOT, GEORGE

    ESPAGNOL, NICOLE

    ESPANCA, FLORBELA

    FERREIRA, VERGÍLIO

    FOLLAIN, JEAN

    GARCIA, JUAN

    GINSBERG, ALLEN

    GONZÁLEZ LAGO, DAVID

    GOZIS, GEORGE

    HAM, NIELS

    HAUTECLOCQUE, XAVIER (de)

    HÉLDER, HERBERTO

    HEMINGWAY, ERNEST

    HIERRO LOPES, BEATRIZ

    HIGHTOWER, SCOTT

    HOGUE, CYNTHIA

    IGLESIAS, XOSÉ

    JUDICE, NUNO

    KALÉKO, MASCHA

    KANDEL, LENORE

    KEROUAC, JACK

    KHAÏR-EDINNE, MOHAMMED

    KHENSIN, SUMITAKU

    KINNELL, GALWAY

    LACERDA, ALBERTO (de)

    LAYOS, ILÍAS

    LÉVIS MANO, GUY

    LUCA, GHÉRASIM

    LUCIE-SMITH, EDWARD

    MAULPOIX, JEAN-MICHEL

    MAWGOUD, MONTASER ABDEL


    MERWIN, W. S.

    MICHAUX, HENRI

    MIERMONT-GIUSTINATI, ADELINE

    MILTON, JOHN

    MOORE, MARIANNE

    MORENO, ANNA

    NAPORANO, FERNANDO

    NERVAL, GERARD (de)

    NILO NUNES, LUIZA

    OLIVEIRA (DE), ALBERTO

    PESSANHA, CAMILO

    PESSOA, FERNANDO

    PINTO DE AMARAL, FERNANDO

    PLATH, SYLVIA

    POZZI, ANTONIA

    PRÉVERT, JACQUES

    PROUST, MARCEL

    QUINTANA, MÁRIO

    RAMBOUR, JEAN-LOUIS

    RAMOS ROSA, ANTÓNIO

    RAMOS ROSA, GISELA GRACIAS

    RATROUT, FAHKRY

    RILKE, RAINER MARIA

    RODRÍGUEZ-MIRALLES, JORGE

    SANDA, PAUL
    SCHEHADÉ, GEORGE
    SEXTON, ANNE
    SOLWAY, DAVID
    TABORDA DUARTE, RITA
    TARKOVSKI, ARSENI
    TEASDALE, SARA
    TISSOT, MARLÈNE
    TZARA, TRISTAN
    VALÉRY, PAUL
    VAN OSTAIJEN, PAUL
    VANDERCAMMEN, EDMOND
    VIAN, BORIS
    VILLIERS DE LISLE-ADAM, AUGUSTE
    WALDROP, KEITH
    WILDE, OSCAR

    HEMEROTECA
    AMARAL, ANA LUISA
    LOPEZ-MUGURTZA, JUANKAR

    CategorÍAs

    Todo
    Adeline Miermont-giustiniati
    Albert C Todd
    Alberto De Lacerda
    ALI AL HAZMI
    Allen Ginsberg
    Aloysius Bertrand
    Ana Blandiana
    Ana Cristina Cesar
    Andre Du Bouchet
    Angel Gomez Espada
    Angel Manuel Gomez Espada
    Anita Savo
    Anna Moreno
    Anne Sexton
    Antologia Palatina
    Antonia Pozzi
    Antonio Ramos Rosa
    Arseni Tarkovski
    Arturo Jimenez Martinez
    Auguste Villiers
    Aurelia Lassaque
    Aysel Aliveya
    Babu Thaliath
    Beatriz Hierro Lopes
    Camilo Pessanha
    Carlos Drummond De Andrade
    Chaval
    Cynthia Hogue
    David Gonzalez Lago
    David Solway
    Deepankar Bhattacharya
    Dino Buzzati
    Dominique A
    Dominique Ane
    Donatella Contini
    Edmond Vandercammen
    El Cementerio Marino
    El Coloquio De Los Perros
    En Las Entrañas De La Alemania Nazi
    Enrique Morales
    Ernest Hemingway
    Eugenio De Andrade
    Fernando Juliá
    Fernando Moldenhauer Ruiz
    Fernando Naporano
    Fernando Pessoa
    Fernando Pinto De Amaral
    Florbela Espanca
    Galway Kinnell
    George Eliot
    George Gozis
    George Schehade
    Gerard De Nerval
    Gherasim Luca
    Gisela Gracias Ramos Rosa
    Gregory Corso
    Guada Ruiz Fajardo
    Guy Levis Mano
    Hamid Herischi
    Henri Michaux
    Henry Wadsworth Longfellow
    Herberto Helder
    Hogue
    Isaac Lopez
    Itzel Corona Villar
    Jack Kerouac
    Jacques Prevert
    Javier Merida
    Jean Cayrol
    Jean Follain
    Jean Garamond
    Jean-louis Rambour
    Jean-pierre Chambon
    Jorge Rodriguez-miralles
    Jose Luis Fernandez De Albornoz
    Juan De Dios Garcia
    Juankar Lopez-mugartza
    Juan Manuel Conesa Navarro
    Juan Manuel Portillo
    Jules Supervielle
    Keith Waldrop
    Kris Delcroix
    Laura Mongiardo
    Laurence Bouvet
    Leonore Kandel
    Lidija Dimkovska
    Lourdes Arenas Mazo
    Lucia Uria
    Lucy Leite
    Luiza Nilo Nunes
    Luz Ayuso
    Manuel Angel Gomez Angulo
    Manuel De Castro
    Manuel Puertas Fuertes
    Marcel Proust
    Marianne Moore
    Marie-claire Bancquart
    Mario Quintana
    Marlene Tissot
    Mascha Kaleko
    Maurice Blanchard
    Mawgoud
    Maya Angelou
    Mia Couto
    Miguel Angel Real
    Miguel-angel Real
    Miguel Catalan
    Mohamed Ahmed Bennis
    Montaser Abdel Mawgoud
    Natalia Carbajosa
    Natalia Velasco Urquiza
    Nicolas Bouvier
    Nicole Espagnol
    Nina Berberova
    Nina Kossman
    Nuno Júdice
    Oscar Paul Castro
    Oscar Wilde
    Pablo Franco Ortega Torres
    Paul Sanda
    Paul Valery
    Paul Van Ostaijen
    Pedro Sanchez Sanz
    Philippe Delerm
    Pierre Mac Orlan
    Rainer Maria Rilke
    Raisa Blokh
    Rambour
    Raquel Madrigal Martinez
    Rilke
    Roberto Bernal
    Robinson Jeffers
    Rustam Behrudi
    Saint Pol Roux
    Sandra Santos
    Sankara Pillai
    Sara Teasdale
    Scott Hightower
    Sergio B. Landrove
    Stacia L Brown
    Susan Delaney Spear
    Sylvia Plath
    Tatuxanym Myunusova
    The Book Of Kells
    Tristan Tzara
    Vergilio Ferreira
    Vincent Calvet
    Viroica Patea
    W. S. Merwin
    Xavier De Hauteclocque
    Xose Iglesias

    Canal RSS

    ArchivOs

    Enero 2023
    Diciembre 2022
    Noviembre 2022
    Agosto 2022
    Marzo 2022
    Febrero 2022
    Enero 2022
    Diciembre 2021
    Noviembre 2021
    Septiembre 2021
    Julio 2021
    Abril 2021
    Marzo 2021
    Febrero 2021
    Diciembre 2020
    Noviembre 2020
    Septiembre 2020
    Agosto 2020
    Julio 2020
    Junio 2020
    Mayo 2020
    Febrero 2020
    Diciembre 2019
    Septiembre 2019
    Agosto 2019
    Julio 2019
    Junio 2019
    Abril 2019
    Marzo 2019
    Enero 2019
    Diciembre 2018
    Noviembre 2018
    Octubre 2018
    Septiembre 2018
    Agosto 2018
    Julio 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Abril 2018
    Marzo 2018
    Enero 2018
    Diciembre 2017
    Noviembre 2017
    Julio 2017
    Mayo 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    Noviembre 2016
    Septiembre 2016
    Julio 2016
    Junio 2016
    Marzo 2016
    Febrero 2016
    Enero 2016
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Abril 2015
    Marzo 2015
    Febrero 2015
    Diciembre 2014
    Noviembre 2014
    Octubre 2014
    Julio 2014
    Junio 2014
    Abril 2014
    Marzo 2014
    Febrero 2014
    Enero 2014

Con tecnología de Crea tu propio sitio web con las plantillas personalizables.