FICCIONES
PEQUEÑOS RELATOS PARA ENTENDER EL MUNDO
AQUÍ NO QUEDA SITIO PARA NADIE Fuera de casa los pájaros ya cantan. El cielo comienza a pintarse de pastel, y el mundo está quieto. Qué silencio. El sol ya nos ilumina y las primeras figuras emergen como sombras recortadas bajo sus rayos. Hoy tampoco necesitaremos abrigo. La alarma suena una hora antes de que el mundo despierte. La calle no está oscura, nunca está oscura, incluso en la noche más cerrada, porque el cielo poco tiene que ver en un mundo de halógenos. Otras figuras se apresuran en la noche que nunca lo es. El abrigo pesa sobre los hombros, el aire corta la piel de las mejillas. Anoche nevó. Quizá ya haya amanecido. Aquí solo hace gris. Mi abuelo ya tiene el café preparado. Las noticias nos acompañan en el desayuno. La chimenea crepita y nos acurrucamos alrededor del hogar. Fuera hará unos 12 grados. Otra mesa imita un despacho. Es pequeña y baja, perfecta proporción para el portátil. Ya son las nueve y media, resuenan pisadas de la escalera, ya va bajando mi madre. Buenos días. Hay una pared que nos separa, llevo mis auriculares puestos. El año pasado compré los mejores del mercado, eso decía el New York Times. Al menos, los mejores para la cancelación de ruido. Las voces siguen llegando. Tengo que trabajar ocho horas. ¿Sigues trabajando? Sí, sólo son las once. Las voces siguen llegando. En el despacho, la pantalla está encendida, el programa abierto. Las voces siguen llegando. Necesito terminar el proyecto, pero las voces siguen llegando, se estiran en mi mente. Aquí no queda sitio para nadie, ni que estuviéramos en Madrid. El termostato estaba muy bajo, hay que dejar unos minutos que se regule. El despacho está vacío, ahora empezará a llegar la gente. Me dejo el abrigo puesto mientras enciendo las pantallas. Buenos días, ¿cómo estás? Paran a saludar, pero nadie entra. En total tenemos cuatro escritorios, pero cuento con los dedos de una mano los días que han estado todos ocupados, desde que llegué. Sus dueños ya han saludado en el chat. Son las 10:30. ¿Café? Ya hay cola en el mostrador. Latte macchiato, por favor. Somos tres en la mesa, cinco, dos. Hablamos del fin de semana, de política, de la familia, de tecnología, de comida. Los silencios de van extendiendo, una silla se arrastra y el resto la siguen. Toca volver a trabajar. En el despacho, un abrigo solitario es mi única compañía. Qué silencio. Aquí no hay mucho que hacer. Todavía queda sol, puedo dar una vuelta. La arena se desliza entre la cremallera de mis botas. Queda calor residual del mediodía, me quito la chaqueta. Las casas se empequeñecen a mi espalda. Habré paseado un kilómetro. Las piernas me pesan, joder con la arena, así no hay quien camine. Hoy tenía baile a las ocho. Son las seis cuando apago el ordenador, ya es noche cerrada. Qué sueño, no tengo ganas. Camino de vuelta, son solo tres kilómetros. Acelero el paso, no hay prisa. Pasar por la vida corriendo, qué mal hábito. En cuarenta minutos he recorrido dos calles. A veces el acerado está roto y tropiezo. Recobro el equilibrio, ¿un buen hábito? La acera bordea una avenida de cuatro carriles. Auriculares taponan mis oídos, un solo de guitarra ahoga la sinfonía de cláxones. Respiro ligero, no tengo auriculares (¿nasoculares?) que bloqueen el humo. Aquí no queda sitio para nadie. Podría ser Madrid. Quedamos para tomar algo en el bar. El bar, con artículo, no hay otro. Queríamos jugar al billar, pero la mesa está ocupada. Me pido una caña. Me tomaría un cóctel, pero el camarero no los conocía. En plural, ninguno. ¿Por qué debería? Conoce lo que pide la gente, y la gente pide lo de siempre, y aquí estamos los de siempre. No ha pasado mucho nuevo, nos vimos anteayer. Pero siempre hay algo de lo que hablar. ¿Te acuerdas de —? Sí hombre, la conoces, estuvo en nuestra clase un par de años, se sentaba atrás a la derecha, se juntaba con tal. No hablamos mucho, pero cada palabra construye su imagen, borrosa, al fondo a la derecha de la memoria, un extra más en los recuerdos. Me la encontré hace unos días, se casa pronto, se compró un piso, está embarazada. ¿Te acuerdas cuando —? Qué risa, qué vergüenza. Lo sabéis ya todo sobre mí. No tengo nada que ocultar. La mitad de la oficina ha venido al afterwork. En el bar no cabemos, en la acera casi tampoco. Algunos se escapan al antro de enfrente, pero allí la caña cuesta un poco más. Perdón, no nos hemos presentado. Trabajas aquí, ¿verdad? Reconozco tu cara, y yo la tuya. Ya de tantos eventos nos conocemos todas las caras. ¿Eres de la zona? Del sur de España, un pueblito, no lo conocerías. Sí que hace buen tiempo. Hay mucho de lo que hablar, no sabemos nada del otro. Llevo un par de copas, un Lillet y una Kriek. ¿Qué bebes? Yo cava. Quizá pruebe algo nuevo después. El silencio se alarga, no nos conocemos bien, no sabemos nuestros intereses. Volvemos a hablar del trabajo, nos conocemos por el trabajo, todos los de aquí nos conocemos por el trabajo. ¿Vienes mucho por aquí? Cada semana, los jueves. Todos venimos, pero somos muchos, las caras siguen cambiando. A ti no te conozco, ¿cierto? Perdona, muchas caras, ahora que lo pienso, me suena que hemos hablado. ¿Cómo te llamabas? ¿Qué tal la noche? ¿Qué tal el trabajo? Genial, a ver si nos vemos más, voy adentro a por otra. La acera sigue llena, las caras siguen cambiando. A ti no te conozco, ¿cierto?
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FICCIONES
El Coloquio de los Perros. ALFARO GARCÍA, ANDREA
ALMEDA ESTRADA, VÍCTOR ALBERTO MARTÍNEZ, DIEGO ÁLVAREZ, GLEBIER ANDRÉS, AARÓN ARGÜELLES, HUGO ARIAS, MARTÍN ÁVILA ORTEGA, GRICEL AYUSO, LUZ BAUK, MAXIMILIANO BEJARANO, ALBERTO BELTRÁN FILARSKI, OLGA BOCANEGRA, JOSÉ BORJA, NOÉ ISRAEL CABEZA TORRÚ, JUAN CÁCERES, ERNESTO CAM-MÁREZ CAMACHO FERNÁNDEZ, GREGORIO CANAREIRA, A. D. CANO GAVIRIA, RICARDO CASTILLA PARRA, JOSÉ DAVID CASTRO SÁNCHEZ, JUAN CATALÁN, MIGUEL FONSECA, JOSÉ DANIEL
FORERO, HENRY FORTUNY i FABRÉ, CESC FUENTES, FRANCISCO FRARY, RAOUL GALINDO, DAVID GARCÉS MARRERO, ROBERTO GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARCÍA MARTÍNEZ, AMAIA GARDEA, JESÚS GIORGIO, ADRIÁN GÓMEZ, JUARJO GÓMEZ ESPADA, ÁNGEL MANUEL GUILLÉN PÉREZ, GLORIA GUTIÉRREZ SANZ, VÍCTOR HACHE, MYRIAM HAROLD BRUHL, KALTON HERNÁNDEZ, JOSÉ HERNÁNDEZ, JUAN FRANCISCO HERNÁNDEZ NAVARRO, MIGUEL ÁNGEL HINOJOSA, PAZ HIRSCHFELDT, RICARDO HIRSCHFELDT, RICARDO [EL ABANDONO] JUNCÀ, JORDI KOUZOUYAN, NICOLÁS LÓPEZ, DOMINGO LÓPEZ-PELÁEZ, ANTONIO LÓPEZ LLORENTE, JORGE LÓPEZ VILAS, RAFAEL MAHTANI, VIREN MARDONES DE LA FUENTE, ALEJANDRO MARTÍN, RAIMUNDO MARTÍNEZ COLLADO, GUILLERMO MÉRIDA, JAVIER / BARRETO, SERGIO MEROÑO, ANTONIO MILLÓN, JUAN ANTONIO MIRELES, JUAN MONDRAGÓN, ISABEL MONTERO ANNERÉN, SARA MONTOYA JUÁREZ, JESÚS NORTES, ANDRÉS OLEZA FERRER, CARLOS (DE) ORMEÑO HURTADO, AARÓN OSORIO GUERRERO, RODRIGO OTAMENDI, ARACELI OUBALI, AHMED PAGOLA FERNÁNDEZ, ALFONSO PANZACOLA, ELIOT PARDO MARTÍNEZ, SAMUEL PÉREZ ALONSO, ALBA PIQUERAS, CARMEN PUJANTE, BASILIO QUINTANA, JULIO RECHE, DIEGO REMEDI, ROBERTO A. RODRÍGUEZ GARCÍA, JUAN AMANCIO RODRÍGUEZ OTERO, MIGUEL ROSADO, JUAN JOSÉ RUCHETTA, MAURO SÁNCHEZ LOZANO, PILAR SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ SANZ, PEDRO SCHIAPPACASSE, GUIDO SCHUTZ, LOLA SEGURA, ALEJANDRO SEVILLANO, ATILANO TOMÁS, CARMEN TORTOSA, JAVIER TRENADO, ENRIQUE URTAZA, FEDERICO VIDAL GUARDIOLA, NATXO Hemeroteca
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