Entrevista realizada por MIGUEL VEGA Otra vez la poesía Otra vez la poesía. Auténtica --añadiría yo al título--, la verdadera, esa que te trastoca, que te deja con un nudo en el estómago después de un relámpago de belleza y profundidad. Entre tantísima filfa poética como se publica hoy día (premiada o no), uno se topa con los poemas de este libro y concluye su lectura con un sentimiento de alivio y agradecimiento. Es demasiado bueno. Tras veinte años de silencio editorial, José Luis López Bretones reaparece (como esos toreros veteranos que retornaban a los ruedos y mostraban a las nuevas generaciones la pureza y la maestría de su arte) para ofrecernos una colección de poemas escritos a lo largo de estas dos décadas. Piezas perfectas, añejadas en barricas del mejor roble. En este 2024, bajo el sello editorial de Sonámbulos, sale a la luz Otra vez la poesía, su quinto título (no hay quinto malo, ya conocen el adagio, que en este caso les aseguro que se cumple). Es un libro ordenado en cinco secciones —“Otra vez”, “El telar”, “Cuando llegó la tarde”, “Las moradas” y “El indiferente”-- y no contiene muchas citas como epígrafe de los poemas, pero las que aparecen son de variadas fuentes que sirven para reconocer el tono general del libro. Así, el autor hace comparecer a Cernuda, a San Agustín, al francés Edmond Jabès, a Dante, al irlandés W. B. Yeats, a Lucrecio y al italiano Curzio Malaparte. Los textos están escritos con una elegancia rítmica prodigiosa (He bajado a la playa, donde la sombra aguarda / con su aroma aún dormido / en el duro regazo de las rocas). En algún caso nuestro poeta acude al endecasílabo para componer el poema entero, pero sólo en excepcionales ocasiones; pienso en el magistral ‘Aerotransportada’, de la última sección del libro, por ejemplo. No hay oscuridad deliberada en este libro, hay símbolos, metáforas, analogías, correspondencias, que darán la medida de la profundidad en los temas tratados además de una belleza serena y equilibrada, renacentista diría yo (la miel apaciguada de un prado en el otoño). —EL COLOQUIO DE LOS PERROS: La primera pregunta viene obligada por el título: Otra vez la poesía. Han pasado justo veinte años desde que publicaras tu libro anterior, Ayer & mañana. ¿Puede la poesía abandonar a un poeta, mostrarse esquiva con él durante tanto tiempo? —JOSÉ LUIS LÓPEZ BRETONES: Sí, claro. Es evidente. La prueba es este libro. No es una circunstancia excepcional entre los poetas. Hay antecedentes relativamente cercanos, como algunos miembros del grupo Cántico; pienso por ejemplo en Pablo García Baena. Algunos de estos poetas cordobeses no sólo dejaron de publicar a principios de los años 60, también de escribir, y luego retomaron su actividad literaria una década o década y media después, tras la recuperación que de ellos hicieron los poetas novísimos. La poesía, por tanto, puede resultar esquiva durante determinados períodos. En mi caso particular —mucho más modesto que el de los citados, claro—, yo nunca dejé de escribir, aunque la frecuencia se redujo de una manera drástica. Hubo años en que sólo alcancé a componer uno o dos poemas. Todos los textos que integran Otra vez la poesía están fechados entre 2004 y 2019, justo antes de la ominosa pandemia. Me refiero a todos aquellos que he dado por válidos y que consideré definitivamente concluidos, si es que se puede saber cuándo un poema está en verdad terminado. —ECP: Respetemos el orden establecido en tu obra. Vayamos a la sección primera: “Otra vez”. En ella pareces expresar que sigues desconfiando de la poesía como ejercicio artístico, llegando incluso a plantearte que en realidad tenga o posea algún valor. En el primer poema --el que da título al libro-- nos hablas de un espacio en el que vuelve a plantar de nuevo / sus desastrosas tiendas la poesía. ¿Es esa desconfianza la única causa que motivó tu letargo poético, o se unieron otras más? —JLLB: El principal motivo de que el ritmo de creación disminuyera es que no he sentido una urgencia de estar continuamente expresándome. Sólo experimento el impulso de escribir poesía cuando necesito averiguarme, por decirlo así. Cuando un recuerdo, una vivencia, una idea me afectan, causan en mí algo parecido a un conflicto, y entonces necesito pensar en ello y ponerme a mí mismo en claro. Y la única manera en que sé hacerlo es a través de la poesía, ya que no escribo diarios ni aforismos ni prosa narrativa. Si no aparece ese prurito de autoexploración, de rastreo, no siento la necesidad de escribir. En cuanto a la desconfianza hacia la poesía, siempre he mantenido una continua reflexión acerca del lenguaje poético, del problema de la palabra como herramienta para trasladar de manera fiel todo lo que el autor querría expresar. Esta indagación metapoética ya estaba presente también en mis libros anteriores. Ha habido escritores para los que el lenguaje ha sido absolutamente suficiente para transmitir con eficacia lo que pretendían, y pienso, por ejemplo, en Gabriel Miró, a quien considero un verdadero poeta aunque jamás escribiera un solo verso. Jorge Guillén le dedicó un artículo titulado precisamente así: Gabriel Miró, el lenguaje suficiente. Pero otros autores sí se han sentido la necesidad de reflexionar sobre las debilidades o insuficiencias del lenguaje poético, entre los que yo, en la medida de mis posibilidades, me incluyo; de ahí surge esa desconfianza a la que te referías en tu pregunta. —ECP: En el poema ‘Falls the shadow’, un título, según me aclaras, tomado de un verso de T. S. Eliot, de su poema ‘The hollow men’, cuyo comienzo recitaba Marlon Brando en la película Apocalypse now, hay una imagen inicial ciertamente impactante: Alguien que no soy yo escribe estas palabras / frente a un cristal que me refleja. ¿Siempre lo has sentido así? Es decir, ¿el poeta y la persona definida en el DNI son dos personajes distintos que no tienen nada que ver el uno con el otro? ¿Siempre han aparecido disociados para ti? —JLLP: No se trata de una esquizofrenia, de un Jekyll y Hyde literario, ni de desdoblarme en un heterónimo pessoano. De lo que hablo en esos versos es de dos actitudes diferentes con respecto al lenguaje en la misma persona. El poeta, cuando escribe, recurre a una serie de operaciones lingüísticas de distinto cariz con respecto a las que emplea la persona civil, por llamarla así. No obstante, siempre existen concomitancias entre el lenguaje poético y el lenguaje cotidiano, porque si no la poesía sería una especie de jerga ininteligible. Ahora bien, el lenguaje poético implica una especie de extrañamiento, no sólo con relación a la palabra, sino con uno mismo. La persona que reflexiona en su poesía sobre el lenguaje o sobre los temas universales y más trascendentes —el paso del tiempo, el amor, el sentido de la existencia, etc.— mantiene una actitud distinta a la que anda por la calle y se ocupa de las gestiones del día a día. No son dos personas diferentes, pero sí dos momentos diferentes de la misma persona: el de la creación y el de la vida civil. —ECP: En la segunda sección, “El telar”, cedes el protagonismo a las reflexiones sobre el tiempo, aunque bien es cierto que este tema está disperso por todo el libro; tal vez sea el leitmotiv más recurrente. La memoria también es una derivación de este ahondamiento en el paso ineludible del tiempo. En un poema especialmente hermoso de esta sección, el titulado ‘Una nota’, es la música la que va asociada al recuerdo: la nota aislada de un piano negro. ¿Qué tienen en común la música y la poesía? ¿Realmente hay tantas similitudes entre las dos artes? —JLLP: La música es mucho más poderosa que la poesía. Es un lenguaje más universal, que apenas necesita de intermediarios y que llega a más gente de forma mucho más inmediata. Pero la relación entre ambas es evidente. Como sabes, el término lírica procede de lira, el instrumento con el que se acompañaban las canciones y los recitados; ése es el origen de la poesía. Por otro lado, el verso también tiene su música: la medida y la acentuación silábicas, la sonoridad de las palabras, el ritmo, la cadencia versal, incluso la propia rima o las figuras de dicción. Todo eso contribuye a crear una música, una melodía que vincula la poesía con la música. Aunque también es cierto que esta comparación con el arte musical es aproximativa, un poco pálida, por así decirlo, puesto que no es lo mismo una combinación de notas que otra de palabras. Pero también es cierto que la cualidad musical se hace imprescindible en la poesía, ha de estar siempre presente. Yo diría incluso que es la base fundamental que define al género poético. Si un texto lo distinguimos o lo consideramos como poético es porque debe estar construido en base a estas características musicales: ritmo, acentuación, cadencia, etc. —ECP: La sección tercera, “Cuando llegó la tarde”, es un canto a la mujer, y, en consecuencia, a distintas fases del amor. Encontramos aquí poemas tan emocionantes como ‘Nuestra vida jamás regresará’, ‘Las gotas’ o ‘Cuando llegó la tarde’, dedicados abiertamente al sentimiento amoroso. Pero hay otra variante que me ha interesado mucho en esta tercera parte del libro. Abres el poema inicial con este verso: Tuve un sueño y fue verdad un día. Y el poema siguiente parece corroborar esta idea: Hay más verdad en los sueños / que en cualquier otro tramo de la vida. ¿Es para ti el mundo de los sueños un verdadero material poético? —JLLB: Sí, pero no me refiero a los sueños nocturnos, ni siquiera a las ilusiones. Siempre he creído que el que tiene ilusiones es un iluso. En ciertos poemas el sueño equivale al recuerdo, a la vivencia, o mejor aún, a la revivencia, como decía Juan Ramón Jiménez; es decir, volver a vivir o a recrear aquello que ya quedó atrás en el tiempo. Tanto en los recuerdos como en estas ensoñaciones no todo se ajusta a una realidad objetiva; la ficción y la imaginación juegan muy a menudo su papel. —ECP: La cuarta sección, “Las moradas”, hace referencia tanto al hogar como al lugar geográfico en el que transcurre nuestra vida. Quizá se hagan aquí más evidentes las palabras que la poeta Aurora Luque dedicó a este libro en referencia a “una poesía de la contemplación, del lujo de la quietud, del placer de predicar una emocionada indiferencia”, paradoja esta última que, según la autora almeriense, alienta en toda la obra. Abundan en esta sección maravillosos poemas descriptivos a la manera de los textos más clásicos de Azorín o Gabriel Miró. Escribes en ‘El lujo’: La luz de tarde de la sierra altiva / entra por el balcón, y alguna fuente / oculta deja oír su gotear sereno / bajo esta tierra seca. Pero también encontramos versos tan contundentes como estos, pertenecientes al poema ‘Vuelve otra vez la lluvia’: Llueve de pronto en la ciudad vacía / y el viento de la noche, desordenado y bronco, / ensucia de agua turbia las ramblas y las calles. ¿Lo feliz y lo amargo son caras de una misma moneda en tu poesía? —JLLB: Pues no lo había pensado. Hay dos partes en esta sección, una es “La casa”, y la otra “La ciudad del sol”. La primera se refiere a la búsqueda de un lugar que te aporte una serenidad, una cierta seguridad desde el cual uno pueda vivir y pronunciarse sobre la vida, a pesar de todas las amenazas. La segunda parte es una metáfora del lugar donde vivo: Almería y su paisaje, tanto físico como moral. Tal vez aquí aparezca esa doble cara de la moneda que mencionabas, ya que las descripciones son más crudas, menos idílicas. Tampoco hay que perder de vista que este paisaje desértico, a veces desolado, puede ser el paisaje del alma, como supo ver José Ángel Valente, quien pasó en Almería los últimos quince años de su vida. —ECP: Se cierra el libro con la sección “El indiferente”, título que me confiesas que está tomado de Paul Valéry. Precisamente de «emocionada indiferencia» hablaba, como hemos apuntado antes, Aurora Luque para aproximarse a la esencia de este libro; un libro, a todas luces, de absoluta madurez, cuando ya la vida ha mostrado todas sus caras. Para este finis operis los poemas se tornan más simbólicos, porque aquí convocas a la condición humana, al vacío existencial e incluso al concepto de alma. La desesperanza aflora sin contemplaciones: la metáfora bélica del poema ‘Aerotransportada’ es devastadora. También recurres al mar como espejo de ese vacío de eternidad. Ese mundo marinero conjugado con el desaliento me lleva sin remedio a la obra de Álvaro Mutis, que también pivota sobre esos desolados ambientes marinos y esa indiferencia de su personaje de ficción, Maqroll el Gaviero. ¿Es la obra de Mutis un referente en la concepción de tu poesía? ¿Qué otros poetas puedes considerar como faros, por continuar con el campo semántico del mar, en tu tarea literaria? —JLLB: El Mutis poeta y el Mutis narrador. Es un referente absoluto para mí. Comencé leyendo hace muchos años los poemas recopilados en Summa de Maqroll el Gaviero, que me deslumbraron, y continué, por supuesto, con sus novelas y sus ensayos. También ahora podría citar a bote pronto a los españoles Azorín, Josep Pla y Gabriel Miró, que ya han salido en esta conversación. Si nos ceñimos estrictamente a los poetas, he mencionado igualmente a Paul Valéry y a Valente, pero podría añadir a Góngora, fray Luis de León, Antonio Carvajal, por supuesto, a Juan Gil-Albert, Caballero Bonald, Guillermo Carnero, Julio Martínez Mesanza... Aunque sobre todo destacaría a Juan Ramón Jiménez, para mí el poeta más importante de la modernidad, incluso por encima del genio de Federico García Lorca. Se suele repetir que Juan Ramón está a la altura de ogros grandes autores europeos como Eliot, Rilke o Montale... Pero para mí la experiencia lectora de Juan Ramón fue más intensa. De los más grandes poetas que determinan toda una época. En cuanto a esa metáfora bélica de ‘Aerotransportada’... Hay otra en el libro, en el poema titulado ‘Der Kessel’, palabra alemana que podría traducirse por “el caldero”. Así se llamó en la Segunda Guerra Mundial a la ciudad de Stalingrado cuando las tropas soviéticas rodearon al 6º Ejército alemán. Aquí aparece la metáfora bélica en forma de cráteres abiertos por las bombas como una imagen del asedio que el tiempo ejerce sobre nosotros. Y el poema ‘Aerotransportada’, efectivamente, está basado en los paracaidistas norteamericanos de la 101º División, los Screaming Eagles, que fueron lanzados la noche anterior al desembarco de Normandía. La operación no se desarrolló exactamente como se había planeado y muchos soldados cayeron en zonas erróneas, quedando desamparados y desorientados en medio de la oscuridad de los campos franceses. A nosotros también nos lanzan a la vida sin certezas ni seguridades, tan desvalidos como los paracaidistas de aquella división aerotransportada. —ECP: En esta última sección aparece el único poema que lleva una dedicatoria personal: ‘Madrugada del primer otoño’. ¿Por qué precisamente ese poema? ¿Cuál es su historia? —JLLB: Ese poema es de los más antiguos. Lo escribí en octubre de 2004. Empiezo diciéndote que para mí un libro no debe ser una mera recopilación de los poemas que uno ha ido escribiendo, sino que debe poseer una coherencia interna, un cierto sentido orgánico. Pues bien, cuando empecé a plantearme la estructura de este libro, cuando ya me parecía que tenía material suficiente para intentar una ordenación, dudé si incluir ‘Madrugada del primer otoño’. Finalmente decidí que el poema iba a formar parte del libro. Antes de mandarlo a la editorial entregué el manuscrito para una lectura previa a dos o tres buenos amigos, entre ellos el crítico José Andújar, recientemente fallecido de manera inesperada. Aún conservo sus correcciones manuscritas en este poema, y al mirarlo de nuevo pensé que era el que tenía que dedicarle a modo de despedida, sobre todo por las circunstancias que se describen y que, en cierta forma, guardan relación con su muerte: el paseo por la playa, la noche, la soledad del lugar... Así que retoqué un poco la última estrofa y quise que este poema fuese mi homenaje personal a José Andújar. —ECP: Ya que la poesía ha vuelto, como bien testimonia el título del libro, ¿tendremos nuevas entregas de tu quehacer poético en años venideros?
—JLLB: No lo sé. Para mí la poesía es una incógnita y un misterio. Esa “otra vez” puede referirse tanto a una reanudación como a la última vez. Y puede pronunciarse tanto con alivio como con resignación. Es cierto que he escrito algunos poemas con posterioridad a los que están incluidos en este libro, pero el ritmo de escritura que llevaré en el futuro es para mí una completa incógnita. Como he comentado antes, solamente escribo cuando surge algún estímulo que me empuja indagar algún aspecto del mundo o de mí mismo, y nunca sé cuándo me va a suceder eso. —ECP: Por último, ¿qué esperas de este nuevo poemario recién publicado? ¿Tal vez “saldar” una cuenta pendiente con los lectores nostálgicos que te seguíamos en tiempos pasados? —JLLB: Nada, nada en especial. Agradezco, por supuesto, las repetidas muestras de interés recibidas durante todo este tiempo por parte de los amigos, sean estos poetas o no. Y por supuesto, el interés y el apoyo de mi editor, Javier Bozalongo, que en seguida apostó por el libro para integrar el catálogo de la editorial Sonámbulos. —ECP: ¿No crees que con este nuevo libro puedes ganar nuevos adeptos, nuevos lectores que puedan descubrirte hoy? —JLLB: Puede ser. Y yo me alegraría si fuese así. Estoy satisfecho de haber publicado de nuevo, simplemente. Si acaso, mi única aspiración sería, como decía Vicente Aleixandre, «resonar en unos pocos corazones fraternos». —ECP: La poesía debe conmover, en efecto. Y estoy seguro de que los lectores que se encuentren con tu libro, Otra vez la poesía, en muchos momentos van a conmoverse con estos versos. —JLLB: Ojalá que sea así. Muchísimas gracias.
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El Coloquio de los Perros. CABEZAS, ISMAEL
CAMARASA, RAFAEL CANO, LEONARDO CARBAJOSA, NATALIA CARBAJOSA, NATALIA [traducir... poesía] CARIDE, ALBERTO CARRILLO, MARÍA ENCARNACIÓN CARRILLO, VIRIDIANA CASTRO, JUANA CÉLINE CEREZUELA, ANA CERVERA, RAFA CHEJFEC, SERGIO CHEJFEC, SERGIO [5] CHESSA, ALBERTO CHESSA, ALBERTO [Anatomía de una sombra] CHICO, ÁLEX CISNERO, ALBERTO COMAN, DAN CONTRERAS, NADIA CORTINA, ÁLVARO CRUZ, GINÉS DELGADO, DESIRÉE DÍAZ, ANA CLAUDIA DÍEZ, JOSÉ MANUEL DOMINIQUE A ELENA PARDO, CRISTINA ELKOURI, RIMA ESPEJO, JOSÉ DANIEL ESPEJO, JOSÉ DANIEL [Perro fantasma] FONT, VIOLETA GALÁN, JULIO CÉSAR GALÁN MOREU, SALVADOR GALÁN MOREU, SALVADOR [No fall] GALINDO, BRUNO GALLARDO, JOSÉ MANUEL GALLUD, EVA GALVÁN, ANI GAMBOA, JEYMER GARCÍA, CONCHA GARCÍA, DIEGO L. GARCÍA JIMÉNEZ, SALVADOR GARCÍA LÓPEZ, ERNESTO GARCÍA MELLADO, ISABEL GARCÍA-VILLALBA, ALFONSO GARRIDO PANIAGUA, RODRIGO GASS, CARLOS GERANIOS, ANA GINÉS, ANTONIO LUIS GINÉS, ANTONIO LUIS [Antonov] GÓMEZ, MACARENA GÓMEZ BLESA, MERCEDES GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO GÓMEZ RIBELLES, ANTONIO [QUIROMANTE] GONZÁLEZ LAGO, DAVID GRACIA, ÁNGEL GROZO, DANIEL GUERRA NARANJO, ALBERTO HENDERSON, DAIANA HERNÁNDEZ, GALA HERNÁNDEZ, JULIO HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [EL DOLOR DE LOS DEMÁS] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [ANOXIA] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [TIEMPO POR VENIR] HERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL [YO ESTOY EN LA IMAGEN] HERNÁNDEZ BUSTO, ERNESTO IRIBARREN, KARMELO C. JORGE PADRÓN, JUSTO JUAN, MIGUEL (de) KASZTELAN, NURIT LADDAGA, REINALDO LAYNA RANZ, FRANCISCO LEZCANO, YULEISY CRUZ LINAZASORO, KARLOS LLOR, DOMINGO LOBATO, FLORA LÓPEZ, PABLO LÓPEZ AGÜERA, FULGENCIO ANTONIO LÓPEZ BRETONES, JOSÉ LUIS LÓPEZ KOSAK, ANDREA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA LÓPEZ MONDÉJAR, LOLA [Qué mundo tan maravilloso] LÓPEZ POMARES, ALEJANDRO LÓPEZ SANDOVAL, DAVID LÓPEZ SORIA, MARISA LOUZAO, ALICIA MACHUCA, LUIS MAESTRO, JESÚS G. MALAVER, ARY MANUELA, ADRIANA MARGARIT, LUCAS MARÍN, MARÍA MARÍN, MARÍA [Lo que se hunde] MARÍN, MARIO MARÍN ALBALATE, ANTONIO MARQUARDT, ANJA MART, BLANCA MARTÍ VALLEJO, MAITE MARTÍN, RUBÉN MARTÍN GIJÓN, SUSANA MARTÍN IGLESIAS, VÍCTOR MARTÍNEZ CASTILLO, ANA MENDOZA, NURIA MESA, SARA MICÓ, JOSÉ MARÍA MIGUEL, LUNA MIRALLES, INMA MOGA, EDUARDO MOLINO, SERGIO (DEL) MONTEVERDE, JULIO MONTEVERDE SÁNCHEZ, CONCEPCIÓN MOR, DOLAN MORALES, JAVIER MORANO, CRISTINA MORENO, ANTONIO MORENO, ELOY MORENO, JAVIER MORENO, SEBASTIÁN MORENTE, ESTRELLA MOYA, MANUEL MUÑOZ, MIGUEL ÁNGEL NAVARRO, ÓSCAR NETO DOS SANTOS, MANUEL NIETO, LOLA NORDBRANDT, HENRIK NUÑO, SIHARA OLMOS, ALBERTO OREJUDO, ANTONIO ORTIZ, DEMIAN ORTIZ ALBERO, MIGUEL ÁNGEL PALOMEQUE, AZAHARA PAPELES DEL NÁUFRAGO [Antonio Lafarque y Aníbal García] PARDO VIDAL, JUAN PARRA SANZ, ANTONIO PEÑA DACOSTA, VÍCTOR PEÑALVER, PATRICIO PEÑAS, ESTHER PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Querida hija imperfecta] PÉREZ CAÑAMARES, ANA [Las sumas y los restos] PÉREZ LEAL, AGUSTÍN PÉREZ MONTALBÁN, ISABEL PERONA, JESÚS PICÓN, EMILIO PRADA, JUAN MANUEL DE PRUDENCIO, JESÚS PUJANTE, BASILIO PUJANTE, MANUEL QUIJANO SÁNCHEZ, EDUARDO RÍOS, BRENDA RIVAS GONZÁLEZ, MANUEL ROBLES, SALVA RODRÍGUEZ, ALFREDO RODRÍGUEZ, ALFREDO [Urre Aroa] RODRÍGUEZ, ALFREDO [Días del indomable] RODRÍGUEZ, HILARIO J. RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, ANTONIO RODRÍGUEZ PAPPE, SOLANGE ROMERO MORA, J.D. ROMERO MORA, J.D. [En el desvarío] ROSADO, JUAN JOSÉ ROSSELL, MARINA RUDEL, JAUFRÉ RUIZ, MIGUEL ÁNGEL RUIZ GUERRERO, Mª CARMEN SALSE BATÁN, ALEJANDRO SÁNCHEZ, GINÉS SÁNCHEZ, GINÉS [2096] SÁNCHEZ, GINÉS [MUJERES EN LA OSCURIDAD] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [El nudo] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [FACTBOOK] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LA CADENA DEL FRÍO] SÁNCHEZ AGUILAR, DIEGO [LOS QUE ESCUCHAN] SÁNCHEZ GÓMEZ, MARISOL SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS SÁNCHEZ MARTÍN, LUIS [Pastillas debajo de la lengua] SÁNCHEZ MENÉNDEZ, JAVIER SÁNCHEZ ROBLES, MIGUEL SÁNCHIZ, ANTONI SANTOS, ABEL SCHWEBLIN, SUSANA SEÑOR, RUBÉN SERRANO, PABLO SORIANO, ADA SUANE, SAÚL TRIGUEROS, SARA J. ÚBEDA, ANABEL URÍA, JUAN MANUEL VAL, FERNANDO DEL VALDÉS, ANDREA VALERO, MANUEL VALLÈS, TINA VARAS, VALENTINA VEGA, MIGUEL VERA FIGUEROA, ALBA VICENTE, TERESA VICENTE CONESA, FRANCISCO VILA-MATAS, ENRIQUE Hemeroteca
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