EL COLOQUIO DE LOS PERROS
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ENTREVISTAS

PERSISTIENDO

KARMELO C. IRIBARREN

26/1/2016

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Entrevista: ÁNGEL MANUEL GÓMEZ ESPADA

Me lo habían recomendado demasiadas personas como para no haber dado el salto. Empecé, quiso el azar ponerlo así en mis manos, con “La ciudad”, una de sus antologías. No por nada en especial, solo porque tengo mucho aprecio por esa colección, Antologías, que tantos buenos ratos me ha provocado. Descubrí a uno de esos poetas intensos, que aman la vida por encima de sí mismos y su propio ego, pacto fundamental que está muy bien en los difíciles tiempos que corren. Lo que dice deja poso. Es de esos libros que se leen en voz alta, a la gente que nos importa. Poesía que se quiere gritar a los cuatro vientos y que cala, como la belleza de la lluvia cala. Quizás sea por ello que es tan respetado y su secreto se hereda de amigos. Los que te quieren de verdad, te lo recomiendan.
Su generosidad hizo el resto y aquí estamos hoy hablando. La única pena que tengo es la de no haber puesto unas cañas por el medio.

EL COLOQUIO DE LOS PERROS: Está a punto de sacar un nuevo poemario, ¿qué cree que ha dicho en él que no había dicho antes?

KARMELO C. IRIBARREN: No busco decir nada nuevo, me conformo con que en el libro vayan unos cuantos poemas dignos de tal nombre. La novedad, como tantas otras cosas, la dejo para los jóvenes.
 
ECDP: Sin embargo, o por eso mismo, advierte al lector futuro en una de sus redes sociales: no hay trampas, son los mismos temas de siempre en los mismos entornos de siempre. ¿Es, por lo tanto, un pulso vital continuo entre el poeta y el hombre lo que nos dice en estos versos nuevos?

KCI: Los poemas llegan como y cuando quieren. De momento les hago sitio en mi vida. Voy sumando, sin más.

ECDP: ¿Cuáles son esos planes de los que habla su próximo poemario, Haciendo planes?

KCI: Es un título irónico, que en realidad viene de un verso. Mis planes se reducen al café de esta tarde.

ECDP: ¿Y cuáles quedan después de estos planes?

KCI: Todos. Mientras sigan existiendo los bares, los libros y las…
ECDP: Dice Abelardo Linares que usted descree de la poética con mayúsculas, prefiriendo la poesía con minúsculas. ¿Cuál sería su “poética” en la actualidad? ¿Dista mucho de la de aquel autor de “La condición urbana”?

KCI: Contar mi vida, o la de alguien muy parecido a mí, de manera que el lector pueda creer que le estoy contando la suya. Y si hay suerte, emocionar un poco. Y entretener. Siempre ha sido así. Aunque yo no sea el mismo.

ECDP: Hace poco leí que sus poemas pueden contemplarse con la misma intensidad y parsimonia que un bodegón. Nosotros estamos de acuerdo con esa opinión, puesto que el bodegón es un gran trampantojo para el espectador: nos cuenta lo poco o lo mucho que nosotros queramos leer en ellos. Y usted, ¿está de acuerdo con la idea de ver sus poemas como bodegones?

KCI: Hay algo de verdad en ello. La cercanía de los elementos representados y la disposición, nunca casual, de los mismos, se dan en ambos casos. También puede verse mi poesía como una gran bodega a la que van a parar todos los momentos de una vida, como cacharros viejos, una vez que han sido vividos, “utilizados”. Esta última comparación quiero verla con ironía.

ECDP: Algunos críticos se aventuran a hablar de su poesía como “realismo limpio”. Usted presenta sus poemas como latigazos despojados de todo ornato. No distrae con artificios, huye de ellos. Pero, como lector, ¿también huye de ellos?

KCI: No premeditadamente. Pero es cierto que los poemas que sigo leyendo, que me siguen acompañando, son deudores de esa forma de hacer. Quizás yo soy en eso, en el despojamiento, un caso extremo. A veces me pregunto si de tanto podar no me llevaré por delante más de una vez la poca poesía que quizás había conseguido atrapar en alguna versión anterior al poema publicado. Quién sabe. Me gustan los poemas, más que los poetas en bloque. Salvo algunos casos, de los que me gusta todo. Pero son los menos.
ECDP: Hay una ironía amarga y melancólica en sus poemas que habla de la derrota, de lo mucho que nos cuesta aceptarla, de cómo entendemos la vida y de cómo nos aferramos a sus complicaciones, cuando a veces es tan sencilla y hermosa como el vuelo de una bolsa de plástico o las agujas de un reloj. ¿Dentro de sus poemas se siente al resguardo de toda la mierda que se nos cruza diariamente?

KCI: Son mi lectura del mundo, de la vida, me sirven para explicármelo unas veces, resguardarme de él otras… Y, sobre todo, me sirven para seguir adelante, me hacen compañía, en esta singladura sin esperanza ni estrategia…

ECDP: Un tema recurrente en su obra es la fragilidad de los sueños, y de cómo cuando estos se resquebrajan, volvemos de lleno a una realidad no deseada. ¿Se han cumplido sus sueños, los que tenía cuando comenzó a escribir?

KCI: El problema de los sueños suele estar en el tamaño. Los pequeños incluso ayudan a vivir. Pero hoy a la gente le han engañado diciéndole que todo es posible. En fin, los sueños son la película, la vida lo que pasa cuando sales a la calle. Yo esto lo aprendí muy pronto, y eso que no me podía permitir ir mucho al cine. Eso y que al día siguiente de cumplirse empiezan a parecernos más pequeños. Los sueños son siempre una trampa en la que hay que caer, sin hacerse mucho daño, a ser posible. De otra manera la vida sería insoportable, supongo.

ECDP: ¿Cómo ve la función del poeta en un siglo tan complejo como el que hemos comenzado recientemente?

KCI: La función principal de un poeta es tratar de escribir buenos poemas. No creo que el siglo importe en este asunto. Mientras haya crepúsculos y enamorados y preguntas sin respuesta, habrá poesía.
ECDP: Leyendo “Versos que el viento arrastra” uno piensa en greguerías. Yo lo pensé mientras lo leía, luego vi que los críticos coincidieron (lo que no me hace muy original). Hay un tono lúdico y festivo que contrasta con el poso melancólico y elegíaco su producción anterior. ¿En qué otros aspectos cree que este libro es diferente al resto de su producción? Pues, si no me equivoco, usted también estaba de acuerdo en ver que estos poemas no encajaban en su obra habitual.

KCI: Ese libro va en una colección de literatura infantil. Para escribirlo me dije: ¿Si yo fuese ahora niño, qué me gustaría leer? Y me salió lo que me salió, un libro diferente, extraño, en el que como dices conviven la greguería con el apunte al carboncillo de lo que me cuenta la vida. Son poemas breves, leves, que el viento se lleva de aquí para allá, como a esa bolsa de plástico en la acera. Se ha agotado la segunda edición, aunque no sabría decir si por los niños o por las madres.
 
ECDP: Con la enésima revolución en las redes sociales protagonizadas por los escritores nos han tocado las pensiones y los derechos de autor. Hemos leído, incluso, que hay grandes premios nacionales que están pensando en dejar de escribir ante tal injusticia ministerial, social y gubernamental. ¿Lo ve cómo un postureo social? ¿Cree que un poeta no puede dejar de escribir por mucho que le toquen los garbanzos? ¿O es que a los poetas les va la marcha y lo que mejor saben hacer es quejarse públicamente?

KCI: No sé de qué va ese asunto. Me faltan datos. Vivo bastante desconectado de la política. Siempre me he llevado mal con la demagogia. Y a estas edades hay que cuidarse y no perder el tiempo.
© MIKEL FRAILE
ECDP: Tanto “La ciudad”, una antología capital para entender su obra, como “Seguro que esta historia te suena” ya van por la tercera edición y en cada una de ellas se va engrosando con nuevos poemas. ¿Dónde cree que radica el éxito de ventas de sus libros?

KCI: La palabra éxito a mí me viene grande, eso es cosa de otros. Tengo lectores, eso sí, que me siguen con una extraña fidelidad. Creo que se debe a que mi poesía se entiende y habla de cosas que les afectan, que tienen que ver con sus vidas. A mí me lee mucha gente que no lee habitualmente poesía, y otros se han enganchado al género gracias a la lectura de mis poemas. Eso sí me enorgullece, valga la expresión. Ahora bien, los que canonizan siguen diciendo lo mismo: con esa música a otra parte. Lo que no deja de ser una obviedad, porque yo siempre he estado en otra parte, las calles, los bares, las plazas, viendo llover…

ECDP: ¿Podríamos aventurar que “Seguro que esta historia te suena” es su particular “Museo de Cera”? Así podrá decir continuamente que después de ese libro siente que no tiene nada más que contar, como dijo cuando vio la luz por primera vez, hace más de una década.

KCI: Ese museo es demasiado grande para mí. A veces me digo que cuando llegue a los mil poemas, lo dejo. Voy por los setecientos. Hablamos entonces, aunque seguro que me pasa lo mismo que hace diez años, que me tengo que desdecir. Gracias.
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DAIANA HENDERSON

25/1/2016

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Entrevista: ÁNGEL MANUEL GÓMEZ ESPADA

         Conocí a Daiana Henderson recientemente. En París. 48 horas antes de los atentados del 13 de Noviembre. En la librería “Cien fuegos”, que un aventurero ha consagrado a libros en castellano. En el mismo “barrio” trágico, el 11, donde se desataría todo el horror. Vino a hacer una lectura y de allí me traje unos ejemplares de su proyecto editorial, Neutrinos, junto a Christian Monti, donde encontré auténticas delicias y pequeñas joyas. Fui a su encuentro subyugado por la fuerza de su poesía, de su Humedal, que el responsable de Ediciones Liliputienses, José María Cumbreño, tuvo la feliz idea de publicar en nuestro país. Aprovechamos el después para hablar y beber vino, en una velada hermosa y tranquila que en absoluto presagiaba lo que después iba a pasar. Tanto Silvia Terrón como Sara Herrera Peralta y un servidor les apuntamos algunos imprescindibles de París. Luego la ciudad colapsó y se rompió de alguna manera. Ignoro si les dio tiempo a hacer algo de lo que les propusimos, pero espero que se hayan arropado con los recuerdos de esos momentos dionisiacos en la librería a su vuelta cuando evoquen París, y no todo lo demás.
          Una autora que no se pueden perder, si es que de verdad les gusta el rollo este de la poesía. O, mejor dicho, de la Poesía.

EL COLOQUIO DE LOS PERROS: ¿Qué es lo primero que se le pasa por la cabeza a alguien cuando la llaman de otro país para decirle que quieren publicarle toda su producción completa?

DAIANA HENDERSON: Por supuesto una alegría muy grande, más aún siendo que yo ya era una lectora del catálogo de Liliputienses, una editorial a la que admiro mucho. Y por otro lado algo de vértigo de saber que los poemas que escribí son tan independientes de mí que hasta viajan a lugares del mundo que yo no conozco.
 
ECDP: ¿Y qué tal las críticas que está recibiendo Humedal, tanto en nuestro país como en el suyo? ¿Cómo las percibe su autora?

DH: Los libros que componen Humedal, que son tres (El gran dorado, 2012; A través del liso, 2013 y Un foquito en medio del campo, 2013), han tenido muy buena recepción. En Argentina, especialmente, El gran dorado y Un foquito fueron foco de reseñas muy positivas e interesantes al momento de publicarse. Pero en especial muchas personas me escriben ocasionalmente haciéndome comentarios sobre el libro que acaban de leer, sobre el contexto en que lo leyeron o la lectura que hacen sobre un poema en particular… por lo que me considero bastante afortunada de poder dialogar directamente con ese lector invisible, desconocido, para el que escribo.
 
ECDP: Visto como un conjunto, ¿qué le ha aportado Humedal al entenderlo como un todo, recopilador completo de su producción? ¿Qué ha aprendido de él?

DH: Tanto las lecturas que se hicieron de los libros como el hecho de poder ver los tres libros en conjunto me dieron ciertas pistas para ver más claramente algunas líneas que se mantienen en los distintos momentos de mi escritura. Hablo de procedimientos, de tonos, de registros emocionales, de motivos, etc. etc. que reaparecen. Aunque tengo ideas y desarrollo proyectos de escritura, eso que llaman “la voz”, “mi voz” sigue siendo para mí en gran medida inconsciente y desconocida.
© ÁNGEL M. GÓMEZ ESPADA
© ÁNGEL M. GÓMEZ ESPADA
ECDP: Usted toma buena nota de los aconteceres diarios y sociales. Hace de ellos luego poemas. O en el mismo instante. Pero el paso del tiempo, a la hora de llevarlo al papel, ¿pixela también el poema, como dice que le ocurre al amor perdido en su poema “Píxeles”?

DH: Es imposible saber de antemano qué elementos de la vida cotidiana pueden ser material para un poema. Porque no existe, para mí, lo poético como condición apriorística. No hay, para mí, un paisaje poético, una línea de diálogo poética, una escena poética. Creo que la poesía tiene que ver con una intención artística, voluntaria. Lo que yo hago, entonces, no es un registro de las cosas que veo o que me pasan, sino que encuentro —en este momento de mi vida— estimulantes ciertos comportamientos, ciertos sucesos cotidianos, biográficos, o lo que fuere que me sirven de motivación para disparar un poema en el que opera también siempre una construcción de la realidad, por más que uno quiera ser fiel a los hechos.
          Yo uso el paso del tiempo como herramienta, es un buen consejero. Muchas veces pienso un poema y dejo pasar mucho tiempo hasta que lo escribo, pierdo muchas cosas. No creo que pixele el poema en el sentido negativo de perder calidad, pero sí en el sentido positivo de poder desmembrarlo a un nivel más minucioso para observar las partículas que lo componen.
 
ECDP: Según le he leído por alguna web, usted dice que antes de trasvasar el poema al papel o a la computadora, los escribe mentalmente. ¿No le da vértigo ese primer sistema operativo tan delicado? ¿Cuántos poemas se le han perdido por el camino?

DH: Sí, claro, el vértigo es una fuerza motriz. Me interesa probar cosas, buscar formas nuevas de expresión, y muchas veces siento que el papel ejerce demasiada presión sobre las ideas, incluso sobre los esbozos: ya se espera algo de eso. En la cabeza todo es más liviano, fluido, irresponsable. Yo encontré una forma, un método de escritura que me funciona, cada uno encuentra el suyo. Algunas veces en que escribí directamente en papel me di cuenta, más tarde, que luego le exigía demasiado a lo que había escrito, quería hacerlo funcionar a toda costa:algo que se acerca más a un capricho y que es completamente inútil. El capricho es peligroso, tiene mucha fuerza. De la pelea contra el capricho, que viene del ego, surge una búsqueda más sincera e interesante. Creo que ese modo de escribir me sirvió porque me da la libertad de desechar sin culpa.
 
ECDP: Ha dicho: “Prefiero aprender del error que del acierto. Yo creo que aprender del acierto te va poniendo en una posición cómoda, y la comodidad es una de las peores cosas que le puede pasar a alguien que escribe.” Entonces, la poesía ¿es incómoda o incomoda? ¿O ambas cosas? ¿O ninguna?

DH: Usé la palabra comodidad como sinónimo de confort. El confort es el enemigo, elimina toda búsqueda y elude toda necesidad de moverse hacia lugares desconocidos. El confort es tibio, aburrido, y hace que uno tienda a repetirse a sí mismo. El proceso de producción artística es incómodo, la incomodidad es productiva, es estar inquieto, es decir, en movimiento.
ECDP: No obstante, estamos muy de acuerdo con su afirmación primera. Y la poesía, para los jóvenes de su generación qué representa exactamente: ¿un foquito en mitad del campo?

DH: Si hay una generación, no estoy segura a cuál pertenezco. Pero justamente en una época en la que el ser humano suplica constantemente por una definición de todas las cosas, incluso de sí mismo (vemos replicados en internet esos tests de personalidad en el que un bot te describe cómo eres), la poesía —creo yo— logra escapar de las tendencias y las modas porque su vitalidad radica en que, o bien no puede ser definida, o bien es definida en cada actualización, es decir, en cada poema que se escribe.
 
ECDP: ¿Su generación tiene miedo de que las próximas que han de venir, con tanta vorágine tecnológica y con tanto reducirlo todo a manejar el mundo con un dedo, olviden la necesidad de recordar? Ese momento será la muerte definitiva de la poesía y del lenguaje, ¿no cree? Y después de eso, ¿qué quedará de tiempo para que nosotros también nos convirtamos en olvido?

DH: No puedo asumir la voz de una generación de cuya existencia real tampoco estoy segura. No le veo el sentido a tenerle miedo a lo que vendrá, al contrario, me da curiosidad. Tampoco creo que la poesía vaya a desaparecer, por lo menos en lo que queda de este siglo. No sólo cambian las prácticas del ser humano, cambia su modo de conocer, de relacionarse, de sentir, de expresarse y habrá que ver qué lugar pasa a ocupar la literatura en un mundo en el que cada individuo está generando discurso textual casi de manera permanente e ininterrumpida. Me parece un desafío interesante.
 
ECDP: Me ha gustado eso que le he leído sobre que la aparición de las redes sociales democratizó la literatura. Eso lo dijo en 2012. ¿Hoy sigue pensando lo mismo? ¿Qué corsés cree que se quitó la literatura hispanoamericana con esta nueva tendencia?

DH: Creo que permite, por el lado del texto, una circulación más amplia, diversa, a gran escala, barata. Por el lado del lector, permite una búsqueda más independiente y libre. Considero que una publicación en Facebook, si tiene intencionalidad artística, es un modo de publicación tan legítimo como un libro de tapa dura.
 
ECDP: Por el contrario, vemos en muchos perfiles y grupos de poesía cientos de escritores que nos atiborran de sus píldoras cada ocho horas, que no se paran ni a corregir el poema, que lo exponen antes del rigor mortis de la tinta en el papel. ¿No es eso también un ejercicio devastador, al menos para la poesía?

DH: Sería interesante hablar de casos específicos, no creo que sea bueno hablar en abstracto porque lleva a generalizaciones que ignoran toda particularidad y empobrece cualquier intento de lectura.
© ÁNGEL M. GÓMEZ ESPADA
© ÁNGEL M. GÓMEZ ESPADA
© ÁNGEL M. GÓMEZ ESPADA
ECDP: ¿Cree que ese vínculo mágico que había en el siglo anterior entre lo iberoamericano se ha ido rompiendo un poco en el ámbito literario? A veces da la sensación de que todo lo copan Cortázar, Borges, Bolaño y pocos más y que desde ellos no hay más donde rascar.

DH: Por el contrario, creo que internet posibilita una fluidez de la comunicación inusitada. Han surgido grupos o colectivos artísticos que trascienden las fronteras geográficas y muchas veces incluso los lineamientos estilísticos. Surgen grupos de escritores adolescentes que funcionan más como un colectivo de contención o un grupo amistoso con el que se comparte un interés. Parece poco pero a veces eso es todo. Por ejemplo: antes, una persona que vivía en un pueblito alejado de las grandes urbes se encontraba aislado de los acontecimientos culturales centrales por un condicionamiento meramente geográfico y al no tener un contexto social que motive sus discusiones alrededor de la literatura, y al no tener acceso a la producción de sus pares, tenía pocas posibilidades de mantenerse en ese camino. Creo que esto se ve revertido por la web.
 
ECDP: No sé si conoce la polémica que se ha creado en España por las declaraciones de uno de los principales editores de colecciones de poesía sobre que no existen poetas relevantes en el siglo XX con respecto a las narradoras, por ejemplo. Añadiendo después que de cada una que se le ocurre puede nombrar a cinco excelentes poetas. Si pasara lo mismo en Argentina, ¿se hubiera dado el mismo revuelo en las redes sociales? ¿Ayudan estas polémicas a difundir la poesía?

DH: Sí, leí algo sobre ese revuelo. La verdad es que es una polémica que no me interesa. Ante todo, pienso que la sociedad occidental sigue siendo en gran medida machista y que la literatura no se verá excluida de eso. Pero dejar de ser machista no es una elección personal, y aunque lo fuera siguen operando mecanismos estructurales que sólo podrán modificarse con una educación social muy a largo plazo.
          Lo que este editor expresó es un punto de vista, y como todo punto de vista, es válido. En lo personal no comparto el criterio ni el gusto de Visor. De hecho, la antología El canon abierto. Última poesía en español, (excepto poquísimos casos como Frank Báez, Luis Felipe Fabre o Julián Herbert) según mi parecer ignora a los más interesantes poetas de la actualidad y la selección me resulta estéticamente algo retrógrada. No vería nada de malo en que a alguien le gusten más poetas hombres que mujeres, lo que me resulta altamente llamativo es que sienta necesidad de poner atención en el género sexual como si fuera un condicionante. De los poetas que más le gustan, ¿cuántos serán de piel blanca?, ¿cuántos tendrán el cabello rizado?, ¿cuántos tendrán los ojos verdes o las cejas juntas? ¿Y por qué todas esas preguntas son igualmente irrelevantes? Someter a la producción poética a una división sexual no es relevante, ni interesante, ni productivo. Me parece simplemente una manifestación de un modo sexista de pensar.
 
ECDP: Concluya la frase: “Youtube es para la poesía como…”
DH: “…una nueva góndola en el supermercado.”
ECDP: ¿Cuáles son sus proyectos más próximos? ¿La veremos pronto por España? Tenemos pendiente una firma de mi ejemplar de Humedal…

DH: En estos momentos estoy más abocada al rol de editora en el proyecto editorial Neutrinos, disfrutando mucho de leer a poetas jóvenes latinoamericanos que me parecen muy potentes. En este momento estamos por publicar la primera edición argentina de Poemas para fomentar el turismo de Mara Pastor (Puerto Rico), y los libros hasta ahora inéditos Norcorea de Kevin Castro (Perú), 300 versos de Horacio Lozano Warpola (México) y Un proyecto de futuro de Jeymer Gamboa (Costa Rica).
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NURIT KASZTELAN

4/10/2015

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Entrevista por ÁNGEL M. GÓMEZ ESPADA
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© GABY BEX
Nurit Kasztelan. Una matemática que escribe versos. Hasta ahí todo normal. Estamos en el siglo XXI y nosotros tenemos a Javier Moreno. Vale. Una matemática que tiene una librería en Buenos Aires. Venga, va. Pero la librería está en su casa. Librería mi casa. (www.libreriamicasa.com.ar). Eso ya es más atípico, ¿verdad? Una matemática que edita libros de ensayo latinoamericano contemporáneo, "Excursiones", y que mantiene una hermosísima sonrisa a pesar de ello, a pesar de lo difícil que es editar hoy en día. Editar y cobrar por ello algo, queremos decir.
Nurit Kasztelan. Buenos Aires, 1982. Después de publicar Movimientos incorpóreos (Huesos de Jibia, 2007) y Teoremas (La propia cartonera, Montevideo, 2010), su tercer poemario, su exquisito tercer poemario, Lógica de los accidentes, aterriza en España de la mano de Ediciones Liliputienses, esa joyita nacional ideada por José Mª Cumbreño.
Ahora el libro va a reeditarse y hemos creído conveniente charlar con ella de accidentes y de la poesía como accidente.

NURIT KASZTELAN. LA PARADOJA DE LOS ACCIDENTES

EL COLOQUIO DE LOS PERROS: ¿El poema es un estado de tensión?

NURIT KASZTELAN: Sí, pero no sólo cuando el poema se logra, sino antes de eso, el momento en el que buscas la palabra o la imagen para decir lo que querés decir y no la encontrás.
 
ECDP: Si hablamos de poesía, ¿todo accidente tiene su lógica; o, más bien, toda lógica tiene sus accidentes?

NK: Lo bueno de la poesía es justamente eso, es un terreno donde las cosas no tienen lógica. Me inclino por ambas entonces.
 
ECDP: ¿Por qué este título? ¿Es el amor acaso accidente sin lógica?

NK: Me gustaba lo paradojal del título: ningún accidente tiene lógica, por algo es un accidente. Ahora, dicen por ahí que la poesía es el lugar donde todo se puede, ¿no? Me gusta pensar a la poesía como el lugar de lo posible. Ahí si vale que haya lógica en los accidentes.
Tal vez el amor sea eso, sí, accidente sin lógica.
ECDP: Y si el amor y las relaciones personales, son accidentes, entonces ¿qué es el desamor? ¿Cómo lo visualiza Nurit Kasztelan?

NK: Uy, no podría definirlo.
 
ECDP: “No huir del vacío, habitarlo”, dices en “Escapar de la inercia”. ¿Es esa la labor del poeta y de la poesía? ¿Es ésta su esencia?

NK: No creo que haya una labor del poeta ni de la poesía, ni tampoco una esencia. Las cosas van cambiando, ese verso habla de cierto aprendizaje sobre la incertidumbre, que puede ocurrir tanto en la poesía como en otras áreas.
 
ECDP: En “Indicios satinados” escribes que el poeta es un titiritero de los minúsculos movimientos. No sé cómo se lo habrán tomado tus lectores argentinos, pero te aseguro que acá llamas a un poeta titiritero y se lía la de Dios. A veces nos olvidamos de lo mágico que hay en ordenar palabras, de su parte también circense. ¿Nos ponemos los poetas demasiado serios para hablar de poesía?

NK: Es un poema muy viejo, de mi primer libro. En ese momento estaba influenciada por la poética de Arturo Carrera y su relación con la infancia. Creo que titiritero refiere al hecho de que utiliza las palabras a su antojo, les da forma. En ese libro tal vez fui un poco sería para hablar de la poesía, por ejemplo, intentando definirla, pero en lo que estoy escribiendo ahora intento ser menos solemne, no me interesa encontrar definiciones, porque no creo que las haya.
 
ECDP: Cuando fallan los números y no somos capaces de resolver las ecuaciones precisas y necesarias para sobrevivir, en vez de recurrir a la Fe, en mayúsculas, ¿el siglo XXI necesita sumergirse en la Literatura?

NK: No podría hablar del siglo, sólo creo que es bueno que exista el arte si uno puede transformarse con eso. Ahora, no todo el mundo responde de la misma forma frente al mismo estímulo. Por ejemplo, en una época de mi vida, me calmaba resolver derivadas, que son unas ecuaciones de cálculo diferencial, mientras que leer literatura me ponía más ansiosa.
ECDP: “A la poesía hay que darle tiempo para que decante”, te he leído por ahí, hablando de todo lo bueno y lo malo que se da en las nuevas tecnologías y su capacidad difusora de la palabra. Como lectora, ¿qué filtros utilizas a la hora de intuir qué poesía ha de influirte más o menos a la hora de escribir?

NK: Lo sigo sosteniendo. Yo al menos, no tengo apuro para escribir, soy muy lenta para mis poemas. Y con poemas de otros, no todo me moviliza. Hasta que encuentro algo que me gusta mucho y no tengo medias tintas, me obsesiono, lo leo muchas veces, no sólo los poemas sino trato de encontrar todos los libros, rastreo a su vez las influencias del poeta que me interesa, las entrevistas que dio, soy una especie de lectora compulsivo por decirlo de algún modo. Pero a veces también pasa que un solo verso sacado de contexto funciona muy bien, incluso a veces de textos que no necesariamente son poéticos, o literarios. En este momento estoy obsesionada con Adelia Prado. No suelto su libro y lo leo casi todos los días.
 
ECDP: A pesar de tus reticencias sobre la capacidad de Internet, aquí estamos nosotros hablando, aún separados por un océano. Todo gracias a la labor investigadora de un editor español. ¿Qué fue lo primero que pensó cuando le propusieron editar en España?

NK: Es verdad eso que decís. Yo igual no desconfío de Internet, sino del síntoma de la época de darle demasiada bola a los jóvenes por ser jóvenes, o del hecho de que si hiciste un libro bueno ya tenés que estar escribiendo otro. Lo del libro en España fue una alegría inmensa. Pero me alegró más la noticia que me dio José María Cumbreño hace un mes, cuando me contó que lo iba a reeditar, porque eso significó efectivamente que fue leído. A veces me cuesta naturalizar estas cosas, ser leída en otro país, traspasar el océano. Sigo siendo la chica pudorosa que todavía no puede creer que le pasan estas cosas.
 
ECDP: ¿Cómo crees que se percibe la poesía argentina en nuestro país y cómo se vive la poesía española en Argentina? ¿Hay muchos clichés, muchos prejuicios?

NK: Yo creo que hay bastante desconocimiento de ambas partes. En ese sentido, la tarea que hace Cumbreño de difundir literatura argentina reciente está buenísima para salvar un poquito las distancias. Yo no conozco tantos poetas españoles contemporáneos, por ejemplo. A quien leo y admiro mucho es a Mercedes Cebrián.
ECDP: Hablas de influencias como Girondo, Pizarnik, Orozco y Pessoa. Poetas a los que siempre regresas, según has dicho, y que, a priori son tan dispares, como continentes con culturas completamente distintas. Como lectora habitual de ellos, ¿cómo te influyen cada uno, cómo hay que leerlos?

NK: Eso lo dije en una entrevista a los 25 años. Ahora no podría afirmar que son mis influencias actuales, aunque sí las de formación. Para escribir Lógica de los accidentes te podría nombrar a Enrique Lihn, Enrique Verástegui, Irene Gruss.
 
ECDP: ¿Cuáles son los próximos proyectos de Nurit? ¿Hay alguna editorial española que se haya interesado por tu trabajo? ¿La tendremos pronto de visita por aquí?

NK: En cuanto a la escritura, estoy trabajando en torno a un corpus de poemas que giran en torno al eje de “La dispersión”. Pero por ahora no llegan a libro, son solo poemas sueltos. Justamente, como el propio título indica, soy dispersa, con lo cual, además de eso tengo una librería en mi casa, una editorial de ensayo latinoamericano contemporáneo y estoy dirigiendo una obra de teatro que escribí con una amiga que se llama “El espacio conmigo”. Estoy casi absorbida por los ensayos, la poesía sigue, pero tiene su propio ritmo.
En cuanto a España, estoy feliz por la reedición de “Lógica de los accidentes” por la editorial Liliputienses, y me encantaría poder asistir al encuentro “Centrifugados” en marzo, estoy viendo si sale un subsidio que me permitiría pagar el pasaje.
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SARA MESA

13/7/2015

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"LAS CICATRICES DE UNA NOVELA"

    Entrevista realizada por HÉCTOR TARANCÓN ROYO y ÁNGEL M. GÓMEZ ESPADA
SARA MESA (Madrid, 1976), sevillana de adopción, ha vuelto a hacerlo, ha vuelto a firmar una novela memorable. Si con “Cuatro por cuatro” nos embaucó y nos dejó sin respiración por dibujarnos un microcosmos de violencia explícita, ahora con “Cicatriz” nos conduce por el universal y cancerígeno mundo de las relaciones que nacen de Internet con una contundencia que es adictiva. Una novela donde el lector piensa en todo momento que está resolviendo un puzle, para descubrir al final que la visión de su protagonista solo era la ilusión de un oasis.

Como entonces, cuando descubrimos su magisterio con la novela que le valió ser finalista del Herralde, hemos querido charlar con ella y preguntarle sobre las cicatrices de su narrativa. Como entonces, ha aceptado gustosamente.  

Comenzamos. [Absténganse los cicatrizados de espíritu].  

EL COLOQUIO DE LOS PERROS: ¿Se basa Cicatriz en una gran mentira, una mentira que constituye por sí sola un microcosmos que atrapa a sus protagonistas y, por extensión, al lector?

SARA MESA: Puede entenderse así, porque uno de los temas centrales de la novela es la fantasía, la necesidad de construirnos fantasías para compensar lo monocromo de ciertas realidades. El peligro es que esa fantasía legítima y que nos define como seres humanos puede terminar derivando hacia la impostura, el fingimiento, la mentira.

 
ECP: "Internet literalmente estructura la búsqueda de pareja como un mercado o, para ser más exactos, formaliza la búsqueda de pareja como una transacción económica: transforma el yo en un producto envasado que compite con otros en un mercado abierto regulado por la ley de la oferta y la demanda" (Eva Illouz, Intimidades congeladas, p. 188). Quizá la cita es demasiado larga, pero me parece significativa de uno de los rasgos principales de tu novela: el comercio afectivo. Los protagonistas se sacian mediante los objetos, mediante la tasación, como reflejan teóricos como Illouz o Eloy Fernández Porta, de sus propios sentimientos.

SM: Sí, el hecho de que la relación entre los dos protagonistas se establezca a partir de transacciones económicas -con la apariencia de regalos desinteresados- marca bien claro el tipo de juego que se plantea en la red, donde la gente no se ve, no se toca, y en el caso de mis personajes ni siquiera quieren verse o tocarse. En Cicatriz, además, estas transacciones se desarrollan en dos terrenos algo particulares: la cultura, en la forma de libros, y el lujo, en la forma del fetichismo erótico. Y en definitiva lo que consigue esto es objetualizar el amor, pervirtiéndolo.
© PACO FUENTES
ECP: "Colgado en un pilar, el almanaque de una asociación benéfica, del año anterior, con algunas fechas rodeadas en rojo" (Cicatriz, p. 12). Aún más, los personajes quedan definidos por sus pertenencias, por su entorno material: la relación de Knut con los objetos es atrevida, pero nunca se los queda, es un cobarde que teme el fracaso de la posesión, mientras que Sonia está rodeada de, como reza la cita, objetos degradados, kitsch, que reflejan una sociedad en peligro de derrumbe o, en todo caso, ya tocada sin que nadie se haya dado cuenta.

 SM: En Cicatriz los objetos, y la manera en que se presentan estos objetos, es fundamental: se definen por su precio y su estado -Knut es extremadamente cuidadoso y sufre ante cualquier daño que pueda recibir el objeto, reprochándole a Sonia su descuido-, pero también por la forma en que se obtienen o se acumulan -uno los roba, o mejor dicho, se los apropia; la otra los recibe, aunque no los desee en sí, sino por el simple hecho de ser la destinataria-. Lo que lleva a Sonia al hartazgo es precisamente la acumulación de objetos, que casi invaden su casa, que se convierten en presencias que tiene que esconder y que hablan de su culpabilidad.

 
ECP: "A pesar de todo, continuar. Una espiral sin fondo. Huecos, necesidades, añoranzas. Palabras, etiquetas, cajas, precios. Suben viajeros. Todo siempre en exceso. La expansión. Filtraciones. Colarse hasta en la grieta más pequeña. Pequeña sacudida, alguien protesta. Aparecer en cada resquicio. En lo que lee. En lo que escribe. En lo que viste. En lo que piensa. Su pretensión. Y el fingimiento de sumisión. De aceptación. De amor. Baja el anciano; ella recupera su sitio. Fingir que lee, fingir que escribe, fingir que viste, fingir que piensa" (Cicatriz, p. 156). Esto crea, en relación con la cita y la pregunta interior, una impostura inevitable muy grande en Sonia, una doble vida en la que ninguna es real. ¿Hasta qué punto crees que eso es lo que está sucediendo hoy en día con las formas de comunicación digitales?

SM: Bueno, en relación con esta historia ya he dicho en alguna otra ocasión que la presencia de la red es en parte tangencial, y que esa tendencia al fingimiento -enfermiza en el caso de que conduzca a una doble vida- ya está presente en la naturaleza del ser humano. Somos entidades construidas, explicadas, artificiales casi. Es cierto que la red amplía todas estas posibilidades, pero fíjate que en mi novela lo que propicia la fantasía es mucho más simple: es únicamente la distancia. Cicatriz es básicamente una novela epistolar, y la presencia de la red se limita al hecho de que ellos se manden emails -como podrían ser, y de hecho son en algún momento, cartas postales- o a la manera en que se conocen.

 
ECP: El esquema temporal en la novela es uno de sus grandes aciertos, en nuestra opinión. ¿Fue premeditado o espontáneo, según la narración le iba demandando los aconteceres?

SM: Una mezcla de ambas cosas. Desde el principio supe que esta historia debía contarla resaltando algunos momentos clave -la escena de la camiseta del inicio, una llamada telefónica que pone fin a la primera parte de la relación, la conversación de la protagonista con una amiga, etc.-. Durante el proceso de escritura me di cuenta de que ese subrayado -que a su vez conlleva el emborronamiento o difuminación de las demás escenas- podía hacerse con saltos temporales. No es un capricho, como tampoco lo son las elipsis. Y siempre que algún lector señala esto, me siento muy agradecida, porque no me gusta que se entienda como un mero juego formal.
ECP: De nuevo, la figura del perro como símbolo. En “Cicatriz” parece que Sonia se ve enjaulada como el perro de su vecina, en un espacio inhabitable. Como autora, ¿cuál de sus personajes vive en realidad más enjaulado, Sonia o Knut?

Ambos, pero de maneras más distintas. La jaula de Sonia tiene más relación con circunstancias personales hasta cierto punto externas (la familia, el trabajo...) y la de Knut es más cerebral, parte de las propias limitaciones que él se impone. Lo cierto es que ambos están también limitados por su propia clase social.

 
ECP: ¿Cuál es la verdadera cicatriz de Sonia? [Y en voz baja: ¿esa cicatriz coincide en cierto modo con algunas de las que tiene Sara Mesa?]

SM: La verdadera cicatriz es, como se insinúa en la cita de Marta Sanz que abre el libro, la de la culpa. Cuando pasen los años, le dice Knut a Sonia, a lo mejor yo te habré olvidado, pero tú lo tendrás más difícil. Y es cierto. Toda la obsesión que siente él por ella termina trasladándose, y ella queda marcada. Respecto a la pregunta en voz baja, Sara Mesa está en cada unas de sus novelas, de sus cuentos y de sus personajes, como casi siempre sucede con los escritores.

 
ECP: Al final de la novela, el lector se da cuenta de que no sabe nada de Knut, absolutamente. Que la realidad de la narración se fermenta gracias a su irrealidad, creando la verdadera fantasía. Cuando una relación se rompe, ¿nos damos cuenta de que no sabíamos nada del otro, despertamos de la fantasía o no?

SM: Sí, esto enlaza con lo que hablábamos antes sobre las perversiones de la fantasía, pero es que el mismo Knut tampoco sabe nada sobre Sonia, de hecho no quiere saber nada, únicamente quiere construirla a su medida, así que al final lo que tenemos es una revisión del mito de Pigmalión, que, digamos, le sale rana. Y no, claro que no se conocen. Con el higienismo de los amores platónicos, las parejas nunca se conocen.
ECP: "Las creaciones artísticas nacen de la anormalidad" (Cicatriz, p. 162). No obstante, entre ambos se crea una relación literaria: Knut quiere que Sonia publique. Es, por decirlo de alguna manera, una de sus obsesiones. ¿Crees que la literatura, el arte en general, surge de estas fuerzas de tensión?

SM: No tiene por qué. La literatura puede surgir por miles de razones, no deja de ser una forma más de expresión cuyas manifestaciones son tan variadas como variados son los emisores. Así que la obsesión o la anormalidad es una de estas posibilidades, pero no la única. Hay literatura de acción, literatura lúdica, literatura evasiva, etc. Y en todas ellas hay ejemplos de calidad.

 
ECP: Y si surge, ¿cuál es el motor? ¿Para quién lo hacemos? ¿Por qué escribe Sara Mesa?

SM: Esa es en realidad la pregunta más difícil de contestar, y de hecho cada vez contesto algo diferente, porque no termino de saberlo bien. A día de hoy, te diría que escribo porque encuentro en el acto de hacerlo una forma de expresión necesaria (para mí) e inevitable (para mí) absolutamente diferente de la expresión del lenguaje normal y cotidiano.

 
ECP: Parece que vivimos en una sociedad liberal, pero qué va, de vez en cuando salen declaraciones que atañen directamente a lo femenino. Sensaciones neoliberales para un pensamiento medieval. ¿Qué destacarías de las últimas escritoras españolas? Pienso, aunque puedes comentarlo libremente, en mujeres como Jenn Díaz, Nere Basabe, Aixa de la Cruz, Elena Medel, Lara Moreno, etc.

SM: Qué voy a pensar, es de cajón saber que alcanzan igual calidad que los escritores hombres, aunque aún haya una visibilidad menor de la literatura escrita por mujeres. Pero al mismo tiempo, me disgusta esta tendencia a agruparnos únicamente por el sexo. De las autoras que nombras -algunas he leído, y son muy buenas- no hay ninguna con la que literariamente me sienta próxima. Y en multitud de sitios nos nombran juntas, no sé por qué. Tenemos que tener cuidado para que las reivindicaciones por la igualdad no nos lleven al guetto, no sé si me explico.
© JUAN MARÍA RODRÍGUEZ
ECP: ¿Quizá es porque, como asegura Marta Sanz, todavía pervive, por desgracia, una mentalidad de «pubis infantil»?

SM: Sí, aparte está eso: el paternalismo y la sexualización. Marta lo explica todo muchísimo mejor que yo.

 
ECP: No obstante, para terminar, uno de los rasgos esenciales de las teorías de Illouz y Fernández Porta es la temporalidad, la confrontación entre un TiempoTM prefabricado por los medios de comunicación y un RealTime, natural, que intenta desarmarlo. Hace unos días colgaste en Facebook una imagen que te relajaba: un collage formado por cuadros renacentistas, gatos edificios, peces voladores, una oveja, un coche, etc. ¡Es tan cómica! Pero también es un síntoma de la novela, de Sara Mesa: vivimos rodeados de referencias, de marcasTM a las que adscribirnos, de objetos, de tradiciones temporales que podemos colocar a nuestro antojo. ¿El retorno del pasado, diríamos, es incesante, pero está en nuestras manos que sea crítico o un mero revival nostálgico: «ya sabes: echar de menos un instante es echar de menos a aquel que éramos entonces» (Cicatriz, p. 186)?

SM: Uf, la pregunta me sobrepasa porque no soy nada teórica, cuando escribo me dejo llevar por un impulso mucho más emocional (deseo de expresión, de comprensión de la realidad, de comunicación), no soy nada cerebral y, si acaso, todo tipo de interpretaciones racionales, filosóficas o del tipo que sean vienen después. Sí que es cierto que la temporalidad es un elemento con el que me gusta jugar; de ahí, por ejemplo, lo que hablábamos antes sobre la estructura de esta novela, o sobre otros libros míos en los que también hay elipsis o saltos temporales. Y además me atrae la técnica del collage... Éste que mencionas es un divertimento hecho por mí que pasa incluso por la desacralización de ciertas formas de arte, la posibilidad de reinventar cosas, pero sobre todo de divertirme... de ahí que afirmara que "me relajaba", aunque, claro, las cosas que se cuelgan en facebook no hay que tomárselas muy en serio, casi nunca.
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ISABEL GARCÍA MELLADO

1/4/2015

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por ÁNGEL MANUEL GÓMEZ ESPADA
ISABEL GARCÍA MELLADO (Madrid, 1977) acaba de sacar a la luz un nuevo poemario. No ha creado un libro, sino un ente concreto, una mujer. Con nombre y apellidos. Se llama Frida Slaw. Se lo ha dado a Mario Quintana, joven editor, que ha decidido enmarcarlo en su colección de poesía de nombre tan sugerente como Tourmalet. Juntos, nos dan a los lectores de poesía una oportunidad para volver a creer, en unos tiempos tan difíciles para arrastrar las cadenas de las creencias. Isabel responde como escribe y te desarma lentamente o de un solo latigazo. Su poesía es igual. Descarnada y sincera, pero tan mitigadora que es como un manantial del que no quieres salir.
Les confieso que, como entrevistador, he aplaudido tras la última de sus respuestas. Ojalá que ustedes también lo hagan. Y luego, acudan al libro. Y cuídenlo, porque es de todos. Como la propia Frida Slaw.

EL COLOQUIO DE LOS PERROS: ¿Quién es Frida Slaw y por qué Isabel García Mellado también quiere ser Frida Slaw?

ISABEL GARCÍA MELLADO: Frida Slaw es la esencia de todas las mujeres. Su libertad y su valentía. El reconocimiento a su coraje. No es que quisiera serlo, es que ya lo era, sólo que no me había dado cuenta, a veces es difícil escuchar a nuestra Frida, cuando todo lo que viene desde fuera te dice que te calles, que no te escuches, que te sometas.

ECP: En la presentación que hizo en Valladolid recientemente, tu presentador, Javier YohnPlanells, dijo que Frida Slaw somos todos, y que por ello la convierte en un animal poético. ¿Qué tiene Isabel García Mellado de Frida Slaw?

IGM: Ambas somos indias, salvajes y libres.
ECP: ¿Y qué te gustaría que tuvieran sus lectores de Frida Slaw?

IGM: Hay algo que ya ha ocurrido y que me ha emocionado profundamente: hay varias lectoras que ya me han dicho que tienen su/s poema/s favoritos, mi hermana, por ejemplo, dice que el primer poema del libro es su preferido de todos los libros que ha leído míos. Hay personas que me han dicho que de repente se han sorprendido llorando mientras lo leían, que hay poemas que son exactamente lo que piensan pero no sabían decir…etc. Escribí el libro en una época de muchos cambios externos e internos y de toma de conciencia de muchas cosas, si el libro fuera capaz de ayudar a alguien a dar algún paso en ese sentido, sería absolutamente maravilloso.

ECP: ¿Dentro de tu obra, qué tiene este poemario que lo diferencia de los demás?

IGM: Bueno, es un lenguaje más directo. Desde el primer poemario no había vuelto a ser tan directa. Es un libro que salió prácticamente sólo, se hizo a sí mismo. Es más corto, pero va ilustrado, y creo que las ilustraciones y los poemas, de alguna manera, se complementan. Además es un grito profundo de libertad. Creo que mis poemarios siempre han sido un poco así, buscan la manera de ser libre, de ir al centro, de conocer nuestra esencia y hacerle caso, aprender a escucharla y ser su cómplice en lugar de silenciarla. Pero este libro habla específicamente de las mujeres, del dolor y la valentía de las mujeres. Habla desde la propia experiencia y desde el aprendizaje vicario. Es un grito que clama justicia, una declaración de principios, un juramento de libertad.

ECP: ¿Qué te ha llevado a decantarte por publicar con una editorial como Le Tour 1987, que acaba de abrir sus puertas?

IGM: Porque Mario me lo pidió, y porque tiene un nombre precioso (la editorial, no el editor… [Risa prolongada]). No, en serio, todos acabamos de empezar, todo el tiempo.

© ÁNGEL M. GÓMEZ ESPADA
© MARIO QUINTANA
© ÁNGEL M. GÓMEZ ESPADA
ECP: ¿Qué es lo primero que se te pasa por la cabeza cuando escuchas que tu poesía es intimista y femenina?

IGM: Mi querido Óscar Martín Centeno me dijo una vez que se puede ser muy revolucionario con susurros.

ECP: ¿Comenzar una colección de poesía no te asusta? ¿No es demasiada responsabilidad?

IGM: Si Mario ha confiado en mí para ello, mi deber es corresponderle con la misma confianza y valentía.

ECP: ¿Por qué piensas que las grandes editoriales aún guardan un hueco para colecciones de poesía, si todo el mundo parece estar de acuerdo en que la poesía no da réditos?

IGM: Bueno, en realidad, la poesía lo que sí tiene es un público muy fiel. La gente que lee poesía seguirá comprando y leyendo poesía. Será una minoría, pero será.

ECP: Hay, por lo tanto, aún la figura del editor romántico que prefiere perder dinero a dejar que cierta poesía se pierda en el más absoluto anonimato.

IGM: Afortunadamente. Hay personas que arriesgan, y ganan. Quizá no dinero, seguramente. Pero muchas otras cosas.
ECP: Sin embargo, las editoriales pequeñas sí apuestan por la poesía. ¿Están condenadas al fracaso por ello?

IGM: ¿Qué consideras tú un fracaso?

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JESÚS PRUDENCIO [CARS & FILMS]

22/1/2015

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Entrevista realizada por Enrique Falcó y Ángel Manuel Gómez Espada

Podría decirse que Jesús Prudencio se ha convertido en el Rey Midas del diseño en Extremadura. El valor de lo que toca se dispara. Con una idea tan absolutamente sencilla como original ha dado imagen a todos los recuerdos de millones de entusiastas del cine y la televisión de las últimas generaciones. Su combo de películas y sus coches míticos ha resultado todo un acierto. Se lo rifan. Sus diseños están de moda y se ha convertido en una referencia a nivel internacional en el diseño gráfico en cuestión de meses.
Creemos, por tanto, que lo más sensato era charlar con él y acercaros su interesante propuesta.
EL COLOQUIO DE LOS PERROS: ¿Cómo surge la idea de Cars and Films?

JESÚS PRUDENCIO: La idea de Cars And Films surgió de unir dos cosas que me gustan mucho, el cine y los coches (pero no las únicas). En ese momento vi que no había nada parecido y me pareció una buena idea el utilizar el coche o vehículo como nexo común de diferentes películas. Empecé a darle forma a la serie y me gustó que tuviera un aspecto lúdico, en el que intento involucrar al espectador, al tener que tratar de adivinar la película en base a una serie de pistas, como la marca, el modelo del vehículo y el año de estreno de la película.


ECP: ¿Tan enganchado a la tele estuvo durante su adolescencia?


JP: Bueno, lo normal. Pero sí recuerdo ver series que fueron míticas en su época, como V, El Equipo A o El coche fantástico.  También me acuerdo cuando vi E.T. o Indiana Jones por primera vez en el cine cuando era pequeño.

 
ECP: ¿Cuáles son sus modelos preferidos? ¿Coinciden con los del público?

JP: Es difícil, pero si tuviera que elegir, me quedaría con el coche de Pulp Fiction, porque fue la primera ilustración que hice de este proyecto, y la que le dio sentido. En cuanto a si coinciden con los del público, sí, aunque los gustos son bastante variados. Los más clásicos o icónicos son los que suelen tener más tirón.
ECP: ¿Se esperaban tanto éxito fuera de nuestras fronteras?

JP: Pues la verdad, fue algo inesperado por mi parte. Comencé un proyecto personal por entretenimiento, en el que tenía plena confianza. Aunque pueda parecer fortuito, no fue sólo subir el proyecto a internet, detrás de todo esto hay muchas horas de trabajo. Trato de estar al día sobre lo que pasa en el mundo del diseño, sigo el trabajo de muchos ilustradores, diseñadores a través de blogs de diseño y redes sociales como Pinterest o Instagram. La sorpresa fue tremenda al ver que estos blogs que seguía publicaron un artículo sobre mi trabajo o se ponían en contacto conmigo para hacerme una entrevista.

 
ECP: Esas ventas en el exterior contrastan un poco con la aceptación en nuestro país. ¿A qué cree que se debe?

JP: No creo que sea cuestión de aceptación. En España quizás haya tenido menos repercusión. Pero estuve un par de veces en el Mercado Central de Diseño en Matadero (Madrid) y sí había bastante gente que conocía mi proyecto. Tiene gracia, pero mucha gente, tanto de aquí como de fuera, pensaba que era un ilustrador americano.

 
ECP: Después de la exposición de sus trabajos en Sevilla, ¿hay prevista alguna más?

JP: Por el momento no, quizás cuando tenga un mayor número de carteles.

 
ECP: Te llaman un día y te dicen que vas a trabajar para Le Monde. ¿Hay vida normal después de eso?

JP: Por supuesto, no ha supuesto ningún cambio en mi vida diaria, el cambio se produce en mi currículum, en el que paso a trabajar para uno de los periódicos más importantes del mundo. Sinceramente fueron ellos los que se pusieron en contacto conmigo. Habían visto mi trabajo en algún blog de diseño o ilustración y pensaron que mis ilustraciones podrían encajar bien en algunos de sus artículos para el magazine M.  

 
ECP: ¿Hasta dónde llegará Cars And Films? ¿Dejará algún día de pintar los coches de películas o series o puede ser algo que se eternice en el tiempo?

JP: En principio no, el proyecto de Cars And Films continuará mientras el público siga teniendo interés por él, mientras la gente me siga escribiendo para pedirme coches en concreto y por supuesto, mientras siga habiendo cine, estaré ahí para reflejarlo.
ECP: ¿Es duro ser autónomo? ¿Puede un diseñador como usted vivir hoy en día de su trabajo?

JP: Es complicado, tiene sus pros y contras. Eres tu propio jefe, te da más libertad a la hora de seleccionar tus trabajos y organizar tu tiempo. Como contra que trabajas más horas, pero la verdad no me puedo quejar. Pero también han sido años de trabajo muy duro.


ECP: ¿Cuál es el modelo que no ha dibujado que no paran de demandarle?

JP: No se me ha resistido de momento ninguno. Cada vez que empiezo uno es un nuevo reto para mí. La gente suele escribirme para decirme películas, y la lista es larga. Voy dibujando los que me motivan o me apetece por la película en cuestión.

 
ECP: ¿Cuántas exposiciones ha protagonizado?

JP: Varias, la primera que hice fue aquí en Sevilla, en la Sala el Cachorro; después tuve otra en Madrid, en Tokio - en Daikanyama T-Site - y la última  de nuevo en Sevilla con motivo de la Noche en Blanco.

 
ECP: ¿Cuántos trabajos ha realizado desde la exposición de Cars And Films?

JP: Portadas he realizado varias entre las cuales cabría destacar la primera novela de Kevin Jakubowski, que fue guionista de South Park, y otra para la segunda novela de Mike Hranica, cantante del grupo Devil wears Prada.

He realizado también varias campañas de publicidad con importantes agencias internacionales como la agencia Arnold (USA), Blue Hive Canada (de esta concretamente me llamaron en Navidad para informarme que uno de sus proyectos en los que participaba había sido seleccionado y finalmente ganó el Bronce en el CMA [Canadian Marketing Association] Awards en la categoría de Direct Engagement). Y aquí en España colaboré con DDB para el Festival de Cine de San Sebastián.

 
ECP: Vayamos a un apartado más íntimo, porque queremos que el lector se forme una idea concreta de lo que pasa por la cabeza de un diseñador gráfico cuando no está dibujando y cómo se vincula todo ello a su trabajo.

Sabemos que es usted un devorador de libros. ¿Cuáles son sus autores favoritos? ¿Y en el mundo del cómic?

JP: Ahora no tengo tanto tiempo, pero entre mis escritores favoritos están Cortázar, Italo Calvino, Tom Sharpe, George Orwell o Ray Bradbury. En el mundo del cómic están Art Spiegelman con su novela gráfica Maus (la única que ha ganado un premio Pulitzer), Marjane Satrapi, Osamu Tezuka y Katsuhiro Otomo.
ECP: Melómano entusiasta, ¿nunca se atreverá con la música, cantando o tocando algún instrumento?

JP: Me encanta la música, creo que no podría vivir sin ella. Aunque nunca me he atrevido. Me produce demasiado respeto y yo no me veo muy capacitado para ella, y la verdad, mejor que no cante [Risas].

 
ECP: Algunos de sus grupos favoritos.

JP: Muchos: Andrew Bird, Joy Division, Deerhunter, Spoon, Nick Cave, The Velvet Underground, Tom Waits, Giant Sand…

 
ECP: ¿Puede contarnos cuáles son sus más inminentes proyectos?

JP: Seguir trabajando en lo que me gusta. Por el momento seguirá creciendo Cars And Films, y quizás en breve comenzar otro proyecto nuevo, pero todavía no está definido.

 
ECP: ¿Se animará algún día a escribir e ilustrar sus propios libros?

JP: Puede que sí. La verdad es que me encantaría. 

GALERÍA DE CARS & FILMS

"GRAN HOTEL BUDAPEST" © JESÚS PRUDENCIO
"LITTLE MISS SUNSHINE" © JESÚS PRUDENCIO
"MR. BEAN" © JESÚS PRUDENCIO
"TAXI DRIVER" © JESÚS PRUDENCIO
"THE ITALIAN JOB" © JESÚS PRUDENCIO
"THE A-TEAM" © JESÚS PRUDENCIO
"THE BLUES BROTHERS" © JESÚS PRUDENCIO
"BREAKING BAD" © JESÚS PRUDENCIO
"FOR YOUR EYES ONLY" © JESÚS PRUDENCIO
"THE KNIGHT RIDER" © JESÚS PRUDENCIO
"SCARFACE" © JESÚS PRUDENCIO
"STARSKY & HUTCH" © JESÚS PRUDENCIO
"GATTACA" © JESÚS PRUDENCIO
"GHOSTBUSTERS" © JESÚS PRUDENCIO
"THE BIG LEBOWSKI" © JESÚS PRUDENCIO
CARSANDFILMS
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JEYMER GAMBOA

30/6/2014

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Entrevista realizada por ÁNGEL MANUEL GÓMEZ ESPADA
JEYMER GAMBOA (San José, Costa Rica, 1980) es uno de esos tantísimos autores que, desgraciadamente, pasan desapercibidos para la gran crítica. Pero, como suele ocurrir en tantas ocasiones, el empeño de unos pocos hace que lleguemos a saber de ellos. Su escueta obra poética se resume en nuestro país a un par de excelentes poemarios. Con el primero, Días ordinarios, le concedieron el premio Emilio Prados. Ahora, la labor del poeta y editor cacereño José María Cumbreño nos acerca desde su Lilliput paradisíaco a su imprescindible Nuestra película de las vacaciones. Un poemario que nos ha llamado tan poderosamente la atención que nos hemos ido a conversar un rato con su autor, para saber más de este poeta costarricense residente en Buenos Aires, y que espacia su tiempo entre el periodismo, la realización audiovisual y diversos proyectos de investigación académica.  

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EL COLOQUIO DE LOS PERROS: ¿Nuestra película de las vacaciones puede considerarse una road movie poética?

JEYMER GAMBOA: No lo pensé de esa forma. Puede ser que en esos textos aparezcan motivos visuales que dialogan con ciertos decorados de las road movies. Me gustan mucho ese tipo de películas, pero no podría decir cuánto de ese lenguaje cinematográfico se termina colando en lo que escribo o en mi mirada. Los viajes que predominan en este libro más bien son trayectos cortos, vagabundeos y momentos de espera inútiles de alguien que sale a hacer los mandados y lleva un cuaderno de notas.
 

ECP: El libro abre con La insistencia de la luz, un poema extenso que podría tomarse como toda una declaración de intenciones de cómo entiende usted la poesía y cuál es su visión sobre ella. ¿Podría considerarse como una poética de Gamboa?

JG: Todavía no tengo muy claro cuál es mi visión sobre la poesía. Es una visión borrosa. Cada vez que me pongo a escribir algo, estoy parado sobre un terreno inseguro y desconocido. Ese texto largo con el que arranca el libro, con sus errores y sus aciertos, me sirvió para encontrar el tono o el clima para borradores de otros textos. Es más como un terreno para ensayar cosas que no podía probar en los textos cortos.

Por otro lado, no creo que nadie escriba para buscar una marca autoral. Es cierto que con el tiempo y el oficio hay escrituras que se vuelven muy reconocibles y eso está muy bien, pero lo particular se construye a partir de muchas lecturas y de las capas que acumulan las tradiciones literarias. No es un proceso consciente e individual o que esté fijado como un objetivo.


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ECP: Uno de sus poemas, Tomas para un cortometraje experimental, nos marca las pautas que uno debe seguir para entender el libro, como pequeñas notas o apuntes para un proyecto cinematográfico o audiovisual. ¿Sus poemas han de verse como pequeños guiones de futuros o hipotéticos documentos audiovisuales?

JG: Hay bastante de eso, pero lo hago más en el otro sentido: las notas o apuntes surgen a partir de trabajos audiovisuales que ya realicé. Es el caso de ese texto y de otros que surgieron a partir de fotos que fui tomando, de experiencias en rodajes o de videos caseros. Asumo la escritura y la realización audiovisual como dos oficios distintos, pero que se pueden prestar herramientas entre sí.

 
ECP: Tras Días Ordinarios, con el que obtiene el XI Premio Emilio Prados y que se publica en una de las grandes editoriales nacionales, se decanta por la labor de Cumbreño y su particular y espléndida La biblioteca de Gulliver. ¿Qué razones le motivaron a ese cambio?

JG: En mi caso lo de publicar es algo circunstancial, sucede porque se presenta una oportunidad, como la de ese premio o cuando alguien te abre las puertas de su proyecto editorial. Mi primer libro lo publicó Pre-textos y para mí fue una alegría porque tienen un muy buen catálogo y las ediciones están muy bien cuidadas. Por otro lado, le tengo el mismo respeto y admiración a Ediciones Liliputienses. Lo que hace Cumbreño lo entiendo más como un proyecto de investigación sobre poesía hispanoamericana de vanguardia, tiene mucho de acción artística, es autogestionado, sin un interés comercial y con cierta voluntad transgresora, a alguna gente le debe generar incomodidad y eso quiere decir que él está haciendo bien las cosas. Hay poetas en ese catálogo que son enormes, como Frank Báez, Luis Chaves y Martín Gambarotta. Gracias a esas publicaciones también voy descubriendo nuevos textos, como los de Daiana Henderson, Jorge Posada y Luis Arturo Guichard.

 
ECP: ¿Considera que cada libro tiene que ser pensado para una editorial determinada?

JG: No como un objetivo a priori. Entiendo la escritura y la publicación como dos instancias separadas. Una vez que uno tiene un borrador y quiere desprenderse de él se puede pensar en ese tipo de cosas. Creo que cada caso es particular. Hay gente que necesita trabajar sus libros en estrecha colaboración con un editor, sobre todo la tarea de corrección y selección. También hay iniciativas editoriales que nacen por la necesidad de dar a conocer determinadas voces o estilos y que tienen un catálogo con criterios estéticos muy específicos, muchos libros encuentran ahí su lugar natural.


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ECP: ¿Hay puntos comunes entre Días ordinarios y Nuestra película de las vacaciones, a pesar de tener títulos tan opuestos a priori?

JG: Seguramente hay puntos comunes y también diferencias. No me he sentado a compararlos. A mí me interesa la lectura y escritura como procesos. En ese sentido para mí los dos libros, y lo que pueda seguir escribiendo, forman parte del mismo tejido.

Lo que hago es acumular materiales, los reescribo, selecciono y descarto. En algún momento hago un corte con lo que tengo para darle forma a un proyecto poético, pero lo que me atrae es el proceso, el ensayo. Después puedo ir tomando distancia de cosas que hice antes, pero para mí son materiales que se van acumulando.

 
ECP: De su poesía se ha dicho que realiza una epifanía de lo cotidiano y eso convierte su lírica en una sorpresa y un hallazgo. Despoja al poema de alharacas y lo deja en una simple imagen, sugerente y reflexiva. ¿Es consciente de este tipo de arquitectura poética a la hora de abordar el poema?

JG: Siempre me cuesta referirme a las opiniones y lecturas que hace otra gente de lo que escribo. Es muy tentador justificar las limitaciones que uno tiene o adornar los libros con un montón de tópicos. De todas formas voy a contradecirme y voy a afirmar algo que puede sonar medio naif, pero esos textos a veces realmente nacen de una imagen reveladora. Una noche puedo estar en la azotea de un edificio mirando cómo palpitan esas luces rojas de las antenas en los techos y tengo la necesidad de asociar eso con otra cosa. O un día camino cerca de la entrada de una escuela y escucho a una madre que le dice a su hija: “Te prometo que cuando lleguemos a casa vamos a hacer el monstruo más grande del mundo”. Y esa frase, escuchada al azar, me puede quedar rebotando en la cabeza durante días, hasta que me tengo que sentar a escribir algo. Pero una imagen reveladora no garantiza un poema, a veces más bien aparecen como interrupciones y entorpecen lo que estás escribiendo. Eso también me gusta, cuando se meten voces o imágenes que estorban en los textos y hay que ver cómo las sacás de ahí.


Imagen© Elena Arguedas González
ECP: La sección titulada precisamente Nuestra película de las vacaciones habla de esa epifanía a la que se refería Vicente Luis Mora. Usted dice en la introducción al poema que son extractos de “un viejo manual dirigido a aficionados al cine”. Usted se limita a observar y a extraer esas palabras, conjugándolas como poéticas. La poesía que subyace de lo cotidiano, por tanto, cobra cada vez más fuerza, como si fueran bodegones. ¿Qué le llevó a plantearse ese viejo manual como una potencial poética que había que exprimir?

JG: Cuando escribo me enfrento a muchas limitaciones. Todavía tengo que aprender mucho, sobre métrica y ese tipo de cosas, hacer más lecturas y hasta aprender idiomas. Mientras trato de resolver esas carencias, me planteo hacer ejercicios de escritura. Esa sección del libro es un ejercicio, y la dificultad estaba en encontrar un texto no literario y darle un tratamiento que más o menos armonizara con los otros textos que había agrupado, si no cuajaba en el conjunto se volvía un ejercicio obtuso.

Coincido en que ese anclaje conceptual está en la idea de lo cotidiano, pero lo cotidiano es solo un punto de referencia en el universo de esos poemas. Entonces sí, es como lo de los bodegones. O, más bien, y tomando las distancias del caso, como esas cajas-collage de Joseph Cornell: conseguís, en un mercado de pulgas, monedas, mapas antiguos e ilustraciones de pájaros y hacés algo nuevo con eso. Son elementos que provienen del mundo de la experiencia y que se instalan dentro de un proyecto poético para generar otro sentido.


ECP: ¿Y cómo se extrapola esa concepción de la poesía al resto del poemario?

JG: Utilizo ese recurso en el resto del libro, de una forma menos evidente. Hay fragmentos de textos de botánica, comunicados del gobierno de la ciudad, correos telegráficos de amigos. Tuve la necesidad de diluir dentro del lenguaje poético, por así decirlo, textos duros, técnicos o que de alguna forma se habían descontextualizado. En algunos proyectos audiovisuales también trabajé de esa forma, mezclé filmaciones propias con materiales encontrados, tipo documentales o filmaciones de cumpleaños.


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ECP: Usted ha sido incluido dentro de una antología reciente de poesía costarricense. ¿Cree que es merecida esa inclusión? ¿Qué tiene usted en común con el resto de poetas de Una temporada en el centro (Amargord ediciones) y qué aspectos cree que le diferencian?

JG: Yo no sabría decir si es merecida o no. La investigación y edición de esa antología estuvo a cargo del poeta y editor español Antonio Jiménez Paz. Me parece que ese trabajo tiene la intención de explorar algunas zonas de la tradición de la poesía costarricense y, a partir de ahí, indagar poéticas particulares más recientes que muestran signos de renovación, o, mejor dicho, quiebres, que a Jiménez Paz le resultaron interesantes.

Hay algunos poetas en esa antología, y otros que no están incluidos, a los que admiro y aprecio, aprendí mucho de ellos y me abrieron puertas.

 
ECP: ¿La poesía costarricense, por lo tanto, goza de buena salud?

JG: Sí, para mí goza de buena salud. Pero al afirmar esto no puedo desligar la poesía costarricense del resto de la región. Creo que es dentro de la vastedad de ese territorio que conocemos como poesía latinoamericana donde se dan cruces interesantes, un mestizaje de escrituras que de alguna forma revitaliza a la literatura local y que después puede volver a aportar hacia afuera sus poéticas particulares.

También pienso que para tomarle el pulso no es suficiente con solo leer o estudiar los libros de poemas que se publican ahí. Hay otras variables, situaciones que se dan o que alguien propicia, como en su momento sucedió cuando Osvaldo Sauma gestionó actividades en el país con la participación de destacados poetas latinoamericanos. O cuando Luis Chaves y la argentina Ana Wajszczuk editaron la revista Los amigos de lo ajeno. O el trabajo que hizo durante años Carlos Aguilar con la editorial Perro Azul. Incluso la apertura reciente de nuevas librerías que ponen al alcance títulos que antes no llegaban al país. Todo eso son gestos que, según como yo lo veo, son beneficiosos para las poéticas locales. Considero que la antología que aporta Jiménez Paz de alguna forma también está en sintonía con esos gestos vinculados a la poesía reciente en Costa Rica.

 
ECP: ¿Cuáles serán sus próximos proyectos? (Cuéntenos aquellos que se puedan contar…)

JG: En realidad no hay mucho para contar. Escribo y corrijo textos cuando puedo y después voy mirando qué se puede hacer con eso.


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DESIRÉE DELGADO

14/5/2014

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Entrevista realizada por ÁNGEL MANUEL GÓMEZ ESPADA
Desirée Delgado cambió su forma de mirar en octubre del 2008, cuando le regalaron una cámara réflex digital. Cualquiera hubiera puesto el automático y, después de haberle preguntado a los amigos por qué no salían las fotos tal y como uno quiere, haberse leído, como mucho, el manual de instrucciones del aparato. Pero ella, afortunadamente, se puso a investigar disparando.

En otra vida tuvo una tienda de cómics, que compaginaba con su labor de dibujante e ilustradora. Pero el mundo de la fotografía digital se apoderó de ella por completo. Desde entonces, ha ido creciendo a velocidad de crucero. Ha participado en el libro Cazadores de Luz: secretos y técnicas (Alhena Media, 2010) y Proyecto S (Babylon, 2012). Ha diseñado portadas de novelas, carteles de festivales y campañas publicitarias en España, Holanda y EEUU.

Se ha convertido en apenas seis años en un referente de la fotografía digital en Extremadura. Con esa excusa, nos acercamos hasta su estudio fotográfico del centro de Badajoz para charlar con ella.
ImagenDESIRÉE DELGADO
- ECP: Cuéntanos un poco qué es y cómo surgió la idea de Teleidoscope 2014? ¿Estás contenta por el momento con sus resultados?

- DESIRÉE DELGADO: La idea de Teleidoscope ya estaba inventada. En realidad es un proyecto internacional de 52 semanas que se creó a través de Flickr por fotógrafos de renombre en internet, como Joel Robison, en el que los creadores hacen una lista de temáticas a realizar, 1 por semana durante todo el año. Yo participé en más de una ocasión, aunque nunca llegué a hacerlo por completo. El pasado año decidí que quería volver a retomar un proyecto fotográfico, ya que echaba de menos la asiduidad de creación del 365 pero con más tiempo para otros trabajos, así que decidí que un 52 semanas sería lo apropiado. Pero ahora que ya conocía Teleidoscope, pensé que sería mucho más gratificante si en vez de hacerlo sola, fuéramos varias, y hacer como en el proyecto internacional, pero junto a otras mujeres autorretratistas españolas. Es por eso que escribí unos emails para animarlas a unirse, y las que me acompañan ahora son las que aceptaron. Por ahora estamos muy contentas con la aceptación y participación. Siempre nos gustaría llegar a más gente, por supuesto. Pero la verdad es que ya somos más de 1.500 personas en el grupo de Facebook, cuando podría haber sido cero. Estamos felices.

- ECP: Cuando escuchas a alguien decir pestes de las fotos retocadas con photoshop, ¿qué es lo primera que piensas?

- DD: Que hay gustos para todos y que todo tienes sus límites, pero el retoque ha existido desde siempre, y negarlo es absurdo. Lo que ocurre es que ahora está al alcance de cualquiera con un ordenador, y muchos puristas lo ven como un ataque en vez de como una ventaja positiva. La tecnología ha venido para quedarse, usémosla a nuestro favor.

ImagenDESIRÉE DELGADO
- ECP: ¿Sigues pensando que FLICKR es la mejor web para la difusión de fotografías? ¿Incluso ahora que GETTY IMAGES parece que ha dejado de colaborar con ellos?

- DD: FLICKR ha pegado un bajón increíble. Bajo mi punto de vista, ya no es lo que era. He tenido cuenta PRO durante muchos años y este ha sido el primero en el que he decidido no renovar. Sinceramente veo ahora más práctico a la hora de difundir y llegar a más volumen de personas, la aplicación Instagram o una página de Facebook. Obviamente no sirven para ver las fotos a gran calidad, pero para eso ya cada uno puede tener su portfolio web o blog personal.

- ECP: ¿Cuáles son tus influencias fotográficas en la actualidad? ¿Siguen siendo las mismas que cuando comenzaste a interesarte por el mundo de la fotografía? ¿Cómo han evolucionado?

- DD: Siempre hay artistas que admiras y no varían. Annie Leibovitz o Eugenio Recuenco, para mí son insustituibles en mi lista de referentes desde siempre. Luego por supuesto están los interneteros como yo, que saltaron a la palestra a través de las redes. Sigo habitualmente a grandes internacionales, como Brooke Shaden, Lara Jade, Rosie Hardy  o Joel Robison. Pero a medida que pasa el tiempo y pruebas nuevos tipos de fotografía, pues también añades más a tu lista, hay que variar y enriquecerse.

- ECP: Desde el punto de vista del lector curioso, observo que una de las preguntas a las que más se suele recurrir a la hora de entrevistar a los fotógrafos es por el equipo que suelen utilizar. ¿Por qué crees que es tan importante a la hora de abordar determinados trabajos? ¿Cómo condiciona el tuyo a la hora de plantearte una fotografía en concreto?

- DD: En primer lugar, creo que la gente le da demasiada importancia al material fotográfico. Cuando veo a chavalas de 15 años con una 5D Mark II para hacerse fotos con sus amigas, me parece un despilfarro. Yo me hice mi 365 con una humilde Nikon D40, y conozco a artistas que hacen maravillas con cámaras compactas. Así que es posible que esta obsesión sencillamente esté provocada por el consumismo de nuestra sociedad. Aunque no niego que cuando ya tienes un nivel fotográfico alto, siempre es necesario mejorar las lentes y los cuerpos, o tener un ordenador más potente. En mi caso por ejemplo, desearía tener esto último, ya que cuando realizo montajes de más de 60 capas, los 4 Gb de ram se me quedan cortos. O por ejemplo si vas a hacer reportajes de boda con luz natural, necesitas lentes muy luminosas y de calidad, que aguanten buenos trotes. Todo tiene condicionantes, en realidad.

- ECP: El tema del autorretrato en tu concepto de la fotografía parece fundamental. ¿Es una manera de evadirse de la realidad o una forma de expresarse?

- DD: Las dos cosas. Hay veces que deseo expresar un concepto por medio de la imagen, y hay otras ocasiones en las que simplemente me gusta crear pequeñas historias para evadirme del mundo. Siempre he sido una niña muy imaginativa y lo que más me gustaba de pequeña era jugar a “los aventureros” con mis compañeros del patio, de esta manera éramos exploradores en tierras extrañas, nos enfrentábamos a monstruos y dragones solo usando nuestra imaginación… Ahora puedo plasmarlo en algo tangible, en una imagen… Y eso me ilusiona.

ImagenDESIRÉE DELGADO
- ECP: También se fundamenta tu obra en el campo de lo onírico. ¿Hay trabajos tuyos que sean un intento de recrear sueños que has tenido?

- DD: La verdad es que no recuerdo haber utilizado ningún de mis sueños en imágenes, y eso que soy una persona que sueña muchísimo. En verdad mis imágenes oníricas casi siempre las creo sobre la marcha.

- ECP: El haber abierto un estudio fotográfico y poner tu arte al servicio de los demás, ¿cómo ha influido en tu manera de entender la fotografía a nivel personal?

- DD: Pues ha influido en que al fin y al cabo esto es un negocio y de algo tienes que comer. Normalmente siempre se empieza por amor al arte, y porque te gusta crear, te aficionas y siempre haces lo que quieres cuando te apetece. Pero cuando quieres ganarte la vida, entiendes que hay que amoldarse a los clientes, a las situaciones… En la actualidad por ejemplo hago fotografía newborn, algo que ahora me encanta, pero que hace un par de años me habría parecido imposible que yo lo hiciera ya que no me atraía en absoluto.

- ECP: ¿Cuál ha sido el trabajo que hayas vendido del que te has sentido más orgullosa? ¿Y el que más te ha dolido que aún no haya sido reconocido?  

- DD: Estoy muy orgullosa de la portada de novela de Care Santos que hice para la editorial SM. No por la portada en sí, que en verdad es muy sencilla, sino porque en España cuesta mucho publicar, y fue un logro personal. El que más me ha dolido fue un proyecto de publicación que presenté durante varios años a una editorial, y que después de entrevistarme con los editores varias veces, finalmente me rechazaron.

- ECP: ¿Volverías a hacer un proyecto como el de “365 días, 365 fotos”, que valió para catapultarte y salir del cascarón?

- DD: Nunca digas de esta agua no beberé, pero por ahora no entra en mis planes [risas].

- ECP: ¿Qué foto no harías nunca por muchas facturas que pagara?

- DD: Ninguna que yo viera o sintiera como una ofensa para cualquier colectivo.

- ECP: Tres autores con los que te liarías la manta a la cabeza y viajarías al Nepal si fuera preciso para que te impartieran un taller fotográfico.

- DD: Pero con todos los gastos pagados ¿no? ¡Qué el Nepal está muy lejos! [Risas]. A cualquiera de los fotógrafos que mencioné anteriormente sería un honor para mí conocerlos en persona.

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